- 1 -
Si por una casualidad de la vida, de esas en las que ocurre un milagro,
que la gente cavilando se pregunta y pregunta sin saber cómo, dónde ni porqué…
Sí, sí… Esas noticias que de vez en cuando se dan en los telediarios, que nos
deja boquiabierto, patidifusos, anonadados y algo alelados... Que de repente, una se entera que en tal o cual
sitio alguien ha sanado milagrosamente. Sin explicarse los médicos cómo ha
podido ocurrir si ya le daban al pobre enfermo por muerto… Si por purita
casualidad a mi me ocurriera esto… ¡Ay Dios mío…! ¿Qué no sería yo capaz de rectificar...? Si a mi me ocurriera eso… ¿por
qué no me lo iba yo a creer con lo malita que estoy? Por que… mire usted por
donde, a mi me afecta en todo el cuerpo
esta enfermedad que ni siquiera me atrevo a mencionar, no vaya a ser que por
nombrarla se le ocurra hacerme más mal que bien. Que la muerte me acecha desde
los pies a la cabeza, teniendo una metástasis que ya me cubre casi todos los
órganos, los huesos, el pecho… En una palabra y para abreviar, que me esta
comiendo toda entera, y digo yo, ¿por qué no me pongo buena? Si le ha ocurrido
a otras gentes, ¿por qué no yo también? ¿Por qué no me iba a ocurrir y se me
fuera de una puñetera vez, este cáncer maldito que me tiene toda la cabeza loca
perdida, de médico en médico, de ambulancias para arriba y para abajo, sesiones
de radioterapia, y, para colmo, esa quimioterapia que me tiene ya hartita de
tantas calvas? Que si el pelo se me cae, que si ahora cuando me crece me pongo
más mala todavía. ¿Por qué no me iba a tocar ese milagrito tan esperado por mí
que no hago más que rezar y suplicar a Jesucristo bendito... La Santísima Virgen,
y a todos los santos del mundo entero, que ya no sé qué hacer para que me ponga
buena de una vez? Ángel de mi Guarda, dulce compañía, no me desampares ni de
noche ni de día… ¿Por qué, por qué y por qué me ha tocado sufrir tanto? Es que…
¿no he tenido ya bastante durante más de cinco años de sufrimientos, de
dolores, de vómitos, de barriga mala, de heridas en el ano que cada vez que
defeco se me va la vida en un grito? ¡Por favor! ¡Venga ya! ¡Por Dios! Sé bueno
y piadoso y ten un poquito de compasión haciendo ese milagrito, total, ¿qué más
te da tener un poquillo de bondad, con lo que he sufrido ya? Por que no me
dirás que no llevo ya padeciendo, y no te hablo de esta terrible enfermedad, si
no, de lo mal que lo he pasado con mi primer marido, y luego con ese hombre
malvado, que tanto me ha maltratado psicológica y físicamente. Palizas va y
palizas viene. Me ha arrastrado de los pelos por la casa y me ha empujado
escaleras abajo, ¡hasta me dejó toda una noche entera en la calle muertita de
frío! ¡Por Dios! No me digas que no es suficiente, para que encima venga esta
enfermedad que me está comiendo poquito a poco, dejándome adolorida, apenas sin
poderme mover, echada en la cama con la bomba de oxígeno enganchada, que si me
la quito me ahogo, me asfixio y me muero, por que la vida se me va en cada
palabra que sale de mi boca… Por Dios, si Tú eres o has sido en algún momento
de tu vida un hombre, un humano, un ser que andando por la calle veía pasar a
la gente, o sea, un peatón, un ciudadano de a pie, ¿me entiende usted? ¿No te
da cosa verme sufrir tanto y me pones buena, me saneas de una vez para siempre
con tan sólo un poquillo de bondad? Venga ya por favor, ayúdame con esa cosa
que llaman Milagro.- “Ha ocurrido un milagro” - Y sale en la tele un señor
dando las noticias, gritándolo con toda su boca.- “Señoras y señores, ha ocurrido un milagro,
una cosa que los humanos no entendemos, pero que de repente, una mujer que
estaba moribunda, a punto de fallecer, se ha puesto buena y no tiene ni
siquiera una huella de esa terrible enfermedad llamada cáncer y encima con
metástasis. Los médicos no dan crédito a lo ocurrido pues ha sanado
milagrosamente, aunque se da la paradójica circunstancia que sus hermanas habían llegado de España para
cuidarla una semana. Dicen algunos que el verlas le ha dado tanta alegría, que
ha recuperado las fuerzas para seguir viva y la enfermedad ha remitido como si
jamás hubiera existido.” Vamos… sé
sincero, dime que no te tienta la idea… sería como reforzar un poco tu buen
hacer, tu capacidad para el bien. Te prometo Dios mío que si me pongo buena, no
sé qué haría… Ángel de mi Guarda dulce compañía, no me desampares ni de noche
ni de día. ¡Escúchame! Por favor, ¡escúchame! Creo que viene la enfermera para inyectarme algo... los ojos se me cierran... Estaré soñando, ¡que bien! Soñando, soñando...
No hay comentarios:
Publicar un comentario