jueves, 20 de junio de 2013

A TRAVÉS DE TI.- UN MILAGRO.- Capítulo Veintiséis.- Primera Parte.-




                                                                         -  1  -




Si por una casualidad de la vida, de esas en las que ocurre un milagro, que la gente cavilando se pregunta y pregunta sin saber cómo, dónde ni porqué… Sí, sí… Esas noticias que de vez en cuando se dan en los telediarios, que nos deja boquiabierto, patidifusos, anonadados y algo alelados... Que de  repente, una se entera que en tal o cual sitio alguien ha sanado milagrosamente. Sin explicarse los médicos cómo ha podido ocurrir si ya le daban al pobre enfermo por muerto… Si por purita casualidad a mi me ocurriera esto… ¡Ay Dios mío…! ¿Qué no sería yo capaz de rectificar...? Si a mi me ocurriera eso… ¿por qué no me lo iba yo a creer con lo malita que estoy? Por que… mire usted por donde, a mi me afecta en  todo el cuerpo esta enfermedad que ni siquiera me atrevo a mencionar, no vaya a ser que por nombrarla se le ocurra hacerme más mal que bien. Que la muerte me acecha desde los pies a la cabeza, teniendo una metástasis que ya me cubre casi todos los órganos, los huesos, el pecho… En una palabra y para abreviar, que me esta comiendo toda entera, y digo yo, ¿por qué no me pongo buena? Si le ha ocurrido a otras gentes, ¿por qué no yo también? ¿Por qué no me iba a ocurrir y se me fuera de una puñetera vez, este cáncer maldito que me tiene toda la cabeza loca perdida, de médico en médico, de ambulancias para arriba y para abajo, sesiones de radioterapia, y, para colmo, esa quimioterapia que me tiene ya hartita de tantas calvas? Que si el pelo se me cae, que si ahora cuando me crece me pongo más mala todavía. ¿Por qué no me iba a tocar ese milagrito tan esperado por mí que no hago más que rezar y suplicar a Jesucristo bendito... La Santísima Virgen, y a todos los santos del mundo entero, que ya no sé qué hacer para que me ponga buena de una vez? Ángel de mi Guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día… ¿Por qué, por qué y por qué me ha tocado sufrir tanto? Es que… ¿no he tenido ya bastante durante más de cinco años de sufrimientos, de dolores, de vómitos, de barriga mala, de heridas en el ano que cada vez que defeco se me va la vida en un grito? ¡Por favor! ¡Venga ya! ¡Por Dios! Sé bueno y piadoso y ten un poquito de compasión haciendo ese milagrito, total, ¿qué más te da tener un poquillo de bondad, con lo que he sufrido ya? Por que no me dirás que no llevo ya padeciendo, y no te hablo de esta terrible enfermedad, si no, de lo mal que lo he pasado con mi primer marido, y luego con ese hombre malvado, que tanto me ha maltratado psicológica y físicamente. Palizas va y palizas viene. Me ha arrastrado de los pelos por la casa y me ha empujado escaleras abajo, ¡hasta me dejó toda una noche entera en la calle muertita de frío! ¡Por Dios! No me digas que no es suficiente, para que encima venga esta enfermedad que me está comiendo poquito a poco, dejándome adolorida, apenas sin poderme mover, echada en la cama con la bomba de oxígeno enganchada, que si me la quito me ahogo, me asfixio y me muero, por que la vida se me va en cada palabra que sale de mi boca… Por Dios, si Tú eres o has sido en algún momento de tu vida un hombre, un humano, un ser que andando por la calle veía pasar a la gente, o sea, un peatón, un ciudadano de a pie, ¿me entiende usted? ¿No te da cosa verme sufrir tanto y me pones buena, me saneas de una vez para siempre con tan sólo un poquillo de bondad? Venga ya por favor, ayúdame con esa cosa que llaman Milagro.- “Ha ocurrido un milagro” - Y sale en la tele un señor dando las noticias, gritándolo con toda su boca.- “Señoras y señores, ha ocurrido un milagro, una cosa que los humanos no entendemos, pero que de repente, una mujer que estaba moribunda, a punto de fallecer, se ha puesto buena y no tiene ni siquiera una huella de esa terrible enfermedad llamada cáncer y encima con metástasis. Los médicos no dan crédito a lo ocurrido pues ha sanado milagrosamente, aunque se da la paradójica circunstancia que  sus hermanas habían llegado de España para cuidarla una semana. Dicen algunos que el verlas le ha dado tanta alegría, que ha recuperado las fuerzas para seguir viva y la enfermedad ha remitido como si jamás hubiera existido.”  Vamos… sé sincero, dime que no te tienta la idea… sería como reforzar un poco tu buen hacer, tu capacidad para el bien. Te prometo Dios mío que si me pongo buena, no sé qué haría… Ángel de mi Guarda dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. ¡Escúchame! Por favor, ¡escúchame! Creo que viene la enfermera para inyectarme algo... los ojos se me cierran... Estaré soñando, ¡que bien! Soñando, soñando...

No hay comentarios:

Publicar un comentario