miércoles, 29 de noviembre de 2017

A FUEGO LENTO TÚ ME VAS A QUEMAR.- (MICRORRELATO)


Llorando por la calle andando voy... Muero si no tengo pronto noticias tuyas...Dime al menos que sigues pensando en mí...Son las dudas razonables que me invaden cada mañana y cada tarde y corro buscándote por todas partes…No puedo mantenerme en pie, no me hallo, no sé qué hacer…Estaba desesperada, nada tenía sentido para mí, no podía comprender que aquel día me dijeras más de mil veces que era la mujer de tu vida y ahora, fíjate cómo me has dejado, toda rota, decaída y vacía…De nuevo me veo caminando por las grandes avenidas…pues…Todo mi afán era perderme entre la gente…No tenía ganas de encontrarme con ninguna conocida o amiga, sobre todo con esas que con tal que te ven sola y triste ya están indagando sin preguntar, y yo que estaba con la moral por los suelos, seguro que me derrumbo y te pongo verde como hoja de perejil…pues…Me arden los sentimientos y a cada paso que doy el viento aviva las llamas de mis suspiros ahogados, tristes y apagados…Apenas puedo respirar el aire que entra y sale en mi atormentado corazón, siempre nostálgico de ti…Quiero morirme porque la vida sin ti no vale nada…No existo…Ando porque tengo piernas y como una autómata de las calles soy la reina, que me traen y me llevan perdida en un desierto de arenas movedizas, sin ley ni prisas, donde mil ojos hambrientos me acechan…Esos hombres que sólo piensan en sábanas calientes, y yo demasiado espontánea y visceral...pero...En mi corazón metido estás como si fueras el tic tac de las manecillas de un reloj, donde tú eres cada segundo de mí latir…Quería llorar y las lágrimas se quedaron dentro de mi pecho. Tan sólo la garganta se hacía eco de los reproches que se atropellaban en un grito desesperado por arrancarte de mi lecho...Necesito decirte a la cara lo que me duele tu silencio...es vil y mortal…Toda yo era un diablo lleno de veneno y deseaba que padeciera la misma agonía…pues…No entendía nada, ni comprendía el por qué de tanto mutismo…Mil preguntas acechan mis noches y mis días…y mis tardes derramando lágrimas aquí como si fuera una herida sangrante y en carne viva…Estoy triste mi amor, te extraño...No puedo dormir, no puedo vivir sin ti, me siento morir... Ven rápido, ven pronto, mira que se me rompen los silencios y le grito al viento los peores deseos...No despiertes los demonios de mi cuerpo, no dejes que me dobleguen la cordura, ya sabes que son fuertes y poderosos y arrasan todo lo que pillan en el camino haciendo de mí la peor de las mujeres cuando se sienten despechadas…Soy débil y miserable, capaz de irme con cualquiera con tal de que me veas, sufras y sepas a quién te enfrentas…No, miento…no puedo porque te quiero a morir…Me encaminé por barrios periféricos y cuando me di cuenta mis pasos me llevaron hasta un mural lleno de grafitis y pintadas…Un personaje vestido de negro hasta las cejas, agachado, ancho de espaldas, por lo que deduje que era un tío, estaba acabando de escribir…A fuego lento tú me vas a quemar…Me quedé impávida leyéndolas y un chorro de lágrimas invadieron mis ojos seguidos de espasmos nerviosos, y el hombre al oírme se volvió…Salí corriendo sin volver la vista atrás…Parecía que me hubiera adivinado el pensamiento, y como una chispa de fuego saltó por los aires escapando de mis sentimientos los quejidos y los pesares dando a parar justo allí, delante mía… pues…Así me sentía aquella mañana fría y gris cuando mis ojos tropezaron con estas palabras…Entonces no le di la importancia del verdadero mensaje que transmitían, tan sólo pensaba en mi dolor, ese dolor punzante que lacera el alma poco a poco y mata… No paro de pensar en ti... Tú siempre estás en mí... ¿Qué me distes para que no pueda arrancarte de mi corazón? Hay quien dice que la culpa la tienen los besos porque se entremezclan los sabores de los sentimientos, y yo me pregunto… ¿No será que le pusiste algún brebaje o una pócima salvaje para volverme adictas a ellos? O…Quizás me gustaron tanto que te sigo en el rastro de mis labios…pues…A veces me los muerdo entre sueños y…te siento… Es como si lo estuvieras acariciando del calor que emanan de ellos que me derriten hasta los pensamientos, ¡fíjate cómo será de ardientes mis deseos! Que si te los contara te quedarías medio muerto…y es que muero por tus besos…y eso que tú y yo sabemos…y la intimidad también, que es testigo cómplice de los deslices de mi cuerpo, hasta que se desvanecen los gemidos por el eco...pues...En la oscuridad de la noche siento las caricias de tus manos alrededor de mis cabellos y me dices…aunque no esté contigo…te llevo metida en mi pecho…y antes de amanecer despierto toda sudosa y sedienta por tus besos…Fue entonces cuando abrí los ojos y te vi escribiendo aquella frase en la pared…A fuego lento tú me vas a quemar…


domingo, 19 de noviembre de 2017

CONVIVIENDO CONMIGO.- (MICRORRELATO)




Dicen las malas lenguas que quien mucho se ausenta, pronto dejará de ser hacer falta y yo me pregunto… ¿Porqué te necesito tanto para mi existir? No te mereces la ansiedad que siento por ti, no te mereces mi llanto, no te mereces que sufra tanto, así que he decidido seguir adelante…pues…No voy a dejar que manejes los delirios de mis sentimientos ni que manejes los hilos de mi cuerpo, estoy harta de tanto te quiero y no te quiero, de tantas dudas en tus razonamientos, y lo único que vas a conseguir es que me enamore de otro, ¿te enteras? porque yo nací para amar y ser amada y si tú no sabes quererme, caminito de plata para tus pies…No, no…me engaño, miento, no paro de pensar en ti y eso debe ser porque tú no me sueltas, ya me lo dijiste una vez que era para ti…o para nadie… El pensamiento era el único hilo de conexión que nos unía en nuestro diario avatar…Ni siquiera podía sentirme sola, lo mismo que te ocurría a ti, y por eso te alejaste de mí…pero, ¿sabes qué te digo? Que no me importa tanto como antes, que ya no sufro de aquella forma en la que me escondía llorando por la esquinas, o me quedaba encerrada en casa días enteros sin que me diera el aire…No, no, para nada, que ahora salgo toda airosa y con ganas de gritar al mundo entero que ya no me duele tanto tu olvido…pues…Pensaba que ya no me deseabas como antes, que ya no me querías y que ansiabas olvidarme para siempre, pero se ve que ese hilo que nos unen jamás se podrá romper…Quizás fue un hilo soldado a fuego lento con aquellas palabras que me dijiste…Eternamente enamorado de ti…¿Te acuerdas? Aún laten en mi corazón…Y eso es lo que me atrajo de ti, precisamente esas palabras que me persiguen por donde quiera que vaya y aunque quisiera irme lo más lejos posible, al final me encuentras…Debe ser que me conoces tan bien, que me adivinas el pensamiento adelantándote a mis emociones, por eso cuando me viste tan triste, te acercaste a mi lado para decirme…Estas muy guapa…Tú también, te contesté…Parecíamos dos chiquillos perdidos sin saber cómo actuar después de una pelea infantil…Demasiadas ausencias sin sentido estaban haciendo mella en mí, de tal manera que poco a poco te ibas alejando, y los besos que me dabas en la boca se perdieron en el camino del olvido, pero mi carne y mi piel aun los necesitaban tener…Debe ser que tuvieran memoria o hechizo, no lo sé, quizás esa pizquita de locura irracional me hizo esclava del flechazo carnal, donde no existen ni leyes ni control, y sólo mandaban los latidos de mi corazón danzando al ritmo de su amor…A veces me sentía como si fuera la última romántica del siglo veinte a la antigua usanza, padeciendo y penando por ti, esperándote…Siempre esperando un gesto que me hiciera correr hacia tus brazos como una colegiala…Otras en cambio me veía como una descarada y atrevida mujer transgrediendo las leyes de la naturaleza, siguiendo sin pudor ni vergüenzas los instintos primitivos de mi osadía, mostrándome tal cual, provocando en ti tal lujuria que te llevaba a mi terreno y hacías lo que te pedían las ansias de mi cuerpo…pues…Me gusta el aroma que despide tu piel, me encanta, ya sabes que me subyuga y me dan ganas de abrazarte y comerte a besos lentos, debe ser eso que llaman la química, no sé…Quizás es lo que despierta tanto deseo en mí por ti, que siento unos impulsos caninos como si estuviera en celo, ¡qué vergüenza por Dios! Con lo recatada que era antes y fíjate en lo que me has convertido, en una salvaje inmunda a la que tienes que saciar hasta que se agotan todas mis ansias de devorar…pues…Devorarte quisiera cada vez que pasas por mi vera, y tú que lo sabes, me persigues por todas partes, casi pegado a mis espaldas, rozándome los hombros, la cintura con las manos, echándome la respiración en lo alto, emanando de tu cuerpo ese aroma que me enloquece y me presiona…Me encanta su arrogancia, su piel, su presencia era toda entera como un abrazo para mí…Su mirada de fuego me subyugaba en el recuerdo…Su instinto animal desprendiendo de sus carnes una fragancia de deseo…que…Como si fueras un perro callejero me induces a seguirte por los rincones para liarnos a mordiscos, saciando todo lo que nos pide el cuerpo que son cosas de intimidades por las cuales desfallezco…Era como si en vez de él fuera yo, siempre dentro de mi mente, mi alma, mi sexo…Estaba conviviendo conmigo… Yo sabía de ti sin verte, lo mismo que tú te percatabas de mi estado emocional…Parecía cosa de brujería, pura magia, esto de entrever cómo estaba el otro aún en la distancia de la lejanía, pero siempre cercana del alma, unidos por los deseos de la carne y separados por el destino, inmersos el uno en la mente del otro, sabiendo cada paso y cada sentimiento…Los momentos de rabia y enojo, la pena, los celos, el llanto, la tristeza, la alegría…el dolor de la ausencia…pero…Cada vez que me buscas me encuentras porque te espero y sabes que estoy, fundiéndonos en un abrazo pasional…pues…Somos una pareja de adultos, mayores de edad, ya pasamos los sesentas años y seguimos viviendo en la etapa de la pasión juvenil… Dos jóvenes enamorados dentro de un cuerpo que no respeta el paso de los años…Dos adolescentes eternamente inmersos en un alma joven, teniendo canas en el pelo, arrugas en el rostro y el cuerpo marcado por el paso de los años, con la piel siempre alerta a las caricias del ayer, siendo hoy…pues…Los latidos siguen siendo pasionales y desbocados... en su máximo esplendor de los años mozos, sintiendo las mismas ilusiones, miedos, inseguridades, celos...hasta temor a perdernos el uno al otro…y si yo muero por tus besos, tú sientes pavor a que mis los míos se los lleve otro hombre, porque sabes cómo beso…y de qué manera…

sábado, 11 de noviembre de 2017

MIS IRAS SALVAJES.- (MICRORRELATO)


Me acusaste que estaba con otro mientras ibas a por ella por calles y carreteras…Me llamaste celosa, cuentista y embustera y eras tú el que engañaba escondido entre matojos y cañas…Estabas conmigo y con ella, hasta que me cansé de ignorarla y me planté frente a su casa…pues…Me dijiste que si no me fiaba de ti, le preguntara, y sin pensármelo más, por una vez en mi vida te hice caso...y fíjate tú, que en cuanto me vio de frente, agachó la cabeza y la mirada, y se quedó callada…No hizo falta preguntarle nada, de sobra sabía a lo que iba, y dándome la vuelta salí corriendo con los ojos llenitos de lágrimas…pues…Mis piernas veloces me arrastraron hasta ningún lado y me desgarré hasta que me quedé sin llanto…Me fui al árbol y lo abrace como los osos cuando le pican la espalda…y a mí me picaba el alma… Me llené de todas sus fuerzas y salí corriendo cuesta abajo, apenas podía ver las caras de la gente que se apartaban volviendo la mirada, tan sólo uno me paró el paso llamándome por mi nombre, y sin saber bien lo que hacía me dejé caer sobre su pecho agonizando de dolor, y lo abracé llorando…¿Dónde vas tan ligera y de esta manera, dime qué te pasa? Nada, nada…son cosas de mujer enamorada, simplemente eso…Me apretó hacia sí besándome la frente con cariño y buenas formas y apartándome los cabellos de la cara me miró a los ojos preguntándome con la mirada…Saca buen provecho de mí por Dios, abrázame fuerte y saca de mi cuerpo todo lo que tú quieras que tienes mi permiso…le dije…Se quedó mirándome con la interrogación pintada en su rostro…pues…Yo sabía que estaba loco por robarme un beso, y sin esperárselo siquiera me acerqué a su cuello susurrando entrecortadamente…Arranca de mi cuerpo todos mis suspiros por favor… mátame a besos…Me rodeó la cintura y nos encaminamos hacia su coche, y abriendo la portezuela…Tú mandas…Llévame al fin del mundo amigo mío, llévame lo más lejos posible de aquí, por favor te lo pido, que quiero perderme contigo donde no existan los prejuicios, que aunque no te quiera, te deseo hasta que se acaben todos los gritos…Calles y caminos se abren ante mí, un futuro incierto será el devenir, plazas abiertas cantando las niñas enlazadas en un gran corro, girando la rueda sin leyes ni espuelas que puedan frenar mis arengas…Pasajes deformes gritan tu nombre en mis adentros con alegría y tristeza. Te quiero y te quise más que a nadie y jamás podrás decirme de frente, mirándome el rostro con descaro y vergüenza, haberme visto en esta vida ni en la otra que nos espera entre el cielo y la tierra, que yo fui de otro hombre mientras estuviste a mi vera…Pero ahora que el despecho se hizo dueño de mi rabia y mis celos, me lancé toda desnuda y entera a éstos brazos que me apasionan las carnes y sus labios me besan con voz que desespera mi alma y mi entrepierna…Herida y maltrecha ante la incertidumbre de seguir avanzando por esos caminos, el pecho me chilla que pare enseguida…pues… Esos demonios que tienes en tus fueros pegándote fuego…Esos gritos callados y en silencio que duermen en tus encierros, salen furiosos por los desgarros de tus carnes asoladas de tanto como te desesperan mis letras libres y abiertas, y yo que los escucho a través de mis sentimientos, los ahuyento con los diablos que arden en el infierno que estoy viviendo desde que no te veo, traspasándolo a tu cuerpo a través de los aullidos del viento, que golpean mi mente con las manos de tu muerte…Malditos demonios que luchan sin tregua en una batalla disuasoria, especulando con los sentimientos de los celos, latiendo en mi pecho que vivir a tu lado se ha convertido en un tormento…¡Para por Dios, para aquí! Me miró a los ojos…No puedo, lo siento, pero no puedo…perdóname, por favor, te ruego que me perdones… Me fui al templo de Dios donde me encuentro en otra dimensión del alma oyendo los gritos de mis carnes desnudas, desgarrándome la garganta de lágrimas que quieren salir a tropel, pidiendo venganza para mi amor, y salgo renovadas mis ansias de vivir con el entusiasmo de las pasiones ocultas de mi piel… El silencio era sepulcral, no había nadie, estaba rodeada de imágenes quietas y calladas…Señor mío, me siento vacía y rota por dentro, yo lo quería y lo sabes, no era sólo sexo, sino amor verdadero…Aleja de mí la rabia, el odio, el despecho y los malos sentimientos…Quita de mi esencia la mala sangre que me invade cada vez que pienso que a otra le da mis besos…pues…Era el dueño de mis sentimientos, mi amor, mi cariño, mis pasiones ocultas…mi sexo…Mis carnes pervertidas y mi hiel, como si en vez de ser yo la que regía mis emociones, fuera él desde donde estuviera que esté…Ahora es el dueño de mis iras salvajes, mis celos malditos y mis locuras inciertas…

domingo, 5 de noviembre de 2017

TÚ YA NO TE ESCAPAS DE MI VIDA.- (MICRORRELATO)



Dicen las malas lenguas que cuando una persona se aleja de tu lado y no la vuelves a ver, al final la dejas de querer, y eso es exactamente lo que me ocurrió cuando te marchaste de mi ser…pues…Me enamoré de un señor que no paraba de cruzarse en mi camino, en el mismo sitio y a la misma hora, ¡qué casualidad! Se ve que los hombres usáis las mismas técnicas para conquistar a una mujer, más o menos como empezaste tú conmigo que a todas las horas del día me tirabas la caña hasta que piqué…Quizás ahora estés echándosela a otra mujer, no lo sé ni me importa, porque…Ya te eché al olvido desde que te has ido, y en mi cuaderno de notas voy escribiendo a golpes de latidos señales y vestigios…Pura epopeya laberíntica, donde la metáfora cobró vida en el dialecto universal de la rutina de cualquier señora de mi edad al verse sumergida en un romance irreal… pues…Sin besos apasionados jamás podría subsistir en éste mundo cruel y real dónde sólo mandan las órdenes del clan, como te ocurre a ti...Quizás ya te hiciste mayor…Son corazonadas y presentimientos que me invaden alejándome de ellos y acercándome a las fantasías de mis sueños, porque…¡Qué bonito es querer con todas las fuerzas del amanecer! Y en el atardecer también oyendo la lluvia caer tras los cristales, y al anochecer, ¡madre mía de mi vida…! Era el recorrido de los gritos cuando me hacía suya bajo la lluvia, empañando los cristales de suspiros y gemidos…Mil besos bailoteando alrededor de mi cuello, y ahora rota la garganta con el llanto contenido que se rompe en la tormenta que empaña las mentiras de su caña…Que arde y quema las pestañas de sus ojos mirándome el rostro…Serpenteando mis labios entre sus piernas con el veneno de mi boca…y mi lengua que…Entregada toda entera hasta el alba con los besos de mi alma…Esos besos y abrazos apasionados que se quedaron atrapados en los encuentros furtivos de los jaramagos, piden ahora clemencia y justicia para que jamás sean rescatados de la tierra donde fueron sepultados…Murmullos y sonidos me trae el viento a través de sus lamentos…Estaba caminando cuando lo vi de frente…Me llevó a su casa, me invitó a tomar café y me dijo…¡Qué bonita eres! Me lo quedé mirando titubeando, insumisa…Sabía que en pocos minutos estaría en sus brazos…Me miró a los ojos y me preguntó si estaba segura de que quería estar allí de esa manera…Sí, le dije…Lo estoy deseando…Desde lo más profundo de mi alma quería atraerlo para besar su boca, nada más que eso, luego me iría y jamás volvería a verlo…Quería salir de aquella habitación, que se acabara ya e irme lejos, lo más lejos posible, pero cuando quise darme cuenta lo tenía detrás de mí rodeando mi cintura. Me besó los hombros…Apenas sentí el roce de sus labios, un cosquilleo recorrió mi cuerpo…Creo que lo notó porque al momento me desabrochó el sujetador y me sentó en su cama…Se arrodillo en el suelo y me quitó los zapatos con tal delicadeza que no opuse resistencia…Se llevó un pie a los labios y me miró a los ojos como si me pidiera permiso para seguir adelante…Le sujeté la cabeza con mis manos y lo arrimé a mi boca y lo besé como si fuera mi último aliento, y eso fue lo que encendió la mecha, porque al decirme…Besas muy bien, me lo comí a besos…Arropada en la oscuridad de la noche, me entregué a las caricias de sus manos, esas manos que enamoraron todos los sentidos de mi carne y desataron mi lengua en un derroche sensual de mujer fatal, susurrándole al oído insinuantes y atrevidos delirios de pasión, destapando mi alma hasta el amanecer…Sigilosamente me enredé en la maraña de sus rizos, mordisqueando cada pedacito de piel como si fuera un caramelo con sabor a café, y entrelazando mis piernas alrededor de su cuello, se abandonó a los placeres de la cosa nostra, que como mafiosos del contrabando nos enriquecemos con las caricias furtivas tras los obstáculos de la vida…Y entregado a mi cuerpo, te dejaste atrapar con la intensidad de mis sentimientos, desbaratando mil emociones entre los encajes de mi tanga, siguiendo los latidos de mi corazón hasta la perdición de su voz…Fueron los besos más ardientes y deseados en aquellos días de lluvia, amándome con prisas y sin calma, a lo loco y a la brava, dejándose querer con todas las ansias de mi ser…Y me viene al recuerdo en estos momentos las veces que tú me decías…¡Cómo me gusta besarte bajo la lluvia con los cristales empañados y a la deriva! Y antes de darme cuenta, salí corriendo en tu busca, allí donde se quedaron sepultados nuestros besos y abrazos bajo los jaramagos, y cuando llegué, tan sólo había una margarita rodeada de espinas de un tallo erguido como diciendo…Tú ya no te escapas de mi vida…

miércoles, 1 de noviembre de 2017

TRAS LA MASCARADA DE SU VIDA.- (MICRORRELATO)



Dicen las malas lenguas que cuando se desconfía de la pareja es porque el desconfiado fue infiel…El ladrón cree que todos son de su condición…Verdad debe ser, que cuando me acusabas que estaba con otro era porque tú ya habías estado con otra mujer, y aunque siempre lo negabas, nunca te creí, y… ¿sabes que te digo? Que haces bien y si ahora ya no me quieres, te diré una cosa…No merezco tu amor…Y por eso estoy aquí…Triste y apagada, haciéndome mil preguntas del porqué nunca tuviste el valor de decirme adiós…pero…Tranquila y relajada porque ya eran muchos los sobresaltos que me causabas con tus cambios de actitud, haciéndome daño, tratándome como si fuera un trozo de carne para luego volver, y yo que estaba loca por tu querer me entregaba con todo mi cariño, mis besos, mis palabras locas…Después me dejabas tirada sin una palabra, una sonrisa, un gesto cómplice de amor…Una vez te paré en medio de la calle y te pregunté…Si no me quieres porqué me besas y abrazas…Y tú me contestaste…Porque te echas en lo alto mía, me agarras y me llevas hasta tu cama…Me quedé con la boca abierta…o sea… Que soy yo la que te incito a estar conmigo, ¿no? ¡Madre mía de mi vida…! ¡Qué poca delicadeza hacia mi persona, mis sentimientos…! No sé ni cómo he podido seguir tanto tiempo con él…Debe ser que estaba ciega de amor y no veía la realidad…No, no, miento. No quería verla por miedo a perderlo…Estaba enamorada… Seguí mi camino sin volver la cabeza…pero…Pasado unos días volvías reclamando mis caricias y mis abrazos y yo cedía… Lo amaba con todas las fuerzas de mi ser…No sé cuando empezó toda la decadencia de mi amor, pero hubo un momento que una tenue sospecha se instaló en mi interior con la sutileza de la desconfianza. Fue como un flash, una instantánea, un rayo de luz, una chispa que cruzó mi mente y a partir de entonces nunca más volvió la tranquilidad a mi corazón…empecé a sentir temores, miedos, recelos, ya no confiaba en él…pues…A veces lo sentía titubear, otras no aparecía, se tiraba días y semanas sin venir a verme y cuanto más pensaba, más me dolía el alma, y por eso…Estoy perdida buscando mis lágrimas, unas lágrimas que no quieren salir brotando de mis ojos…No las encuentro y las necesito para llorar, me hacen falta para desahogarme...Quiero saber dónde está, por qué me hace el vacío, por qué no me dice la verdad…quizás sin darme cuenta yo misma la descubrí al echar de mi boca una mentira tan vil…Quizás se nos acabó el amor de tanto usarlo, como decía la letra de aquella canción…Demasiados besos y abrazos, demasiados celos…demasiadas ataduras…Demasiadas verdades escondidas tras la mascarada de tu vida…pues…Si tú no das palos de ciegos nunca, a mí no se me escapa una porque las cazo al vuelo, al instante y al momento, y hasta ahora no me he dado cuenta porque…Estaba enganchada a ti…Siempre fui la malquerida, la arrastrada, la ilusa, la que más quería, la inocente que se creía todo lo que me decías…Lo amaba, pero nunca es tarde si la dicha es buena…pues…Ya me desenganché…Me siento libre y con toda la vida por delante y aunque ya tengo mis años, aún sigo suspirando…Y mira por donde, de repente lo conocí…Iba caminando con mi cuaderno de notas, como siempre, atrapando frases al viento, lágrimas de mujeres enamoradas que como tú y yo seguimos viviendo en una pompa de jabón…Me encanta mi pompa espumosa y aunque explota cuando cae al suelo, mientras vuela es de mil colores y se muestra traslúcida y brillante, lo mismo que esas libélulas que tienen luz propia…Era un hombre delgado, ni alto ni bajo, con el pelo canoso, ya tenía sus años, como yo…Se me quedó mirando a los ojos y algo sucedió dentro de mi alma, que el corazón me dio un revolcón…Me cedió el paso por una acera estrecha y muy transitada de gente, de tal manera que me rozó un poco el hombro y sentí un airecillo cerca de mi pelo…era su respiración, cálida y fresca…Me entró un no sé qué en el pecho que hasta se me notó la alegría, porque tanto él como yo volvimos la cabeza y una sonrisa cómplice nos delató…Seguí andando y en el cruce de la carretera me paré ante el semáforo en rojo…Vuélvete, mírame…Oí sus palabras en mis oídos…Disimuladamente miré hacia atrás y ahí que seguía él observándome descaradamente. De repente lo veo caminar hacia mí…¿Lo conozco? Le pregunté…Sí, nos conocemos de toda la vida del barrio…Lo siento, no lo recuerdo…Se quitó las gafas oscuras y entonces lo reconocí…Era el chico del banco donde años atrás iba a sacar dinero…¡Vaya, qué casualidad! Dicen las malas lenguas que nada ocurre por azar, y que cuando una persona se cruza en tu camino es por algo, que todo está predestinado, no lo sé ni me importa, pero en éste momento de mi vida, pensaba que el dios de mi credo me lo había puesto delante de los ojos para que saliera de éste encierro, ésta esclavitud… pues…Esclava de mis sentimientos me sentía desde que le dije que no merecía mi amor, arrancándole la verdad que escondía tras la mascarada de su vida…