miércoles, 22 de mayo de 2019

UN DESPECHO DE MUJER.- (MICRORRELATO)



Cuántos amores se hayan perdido por ahí, cuántos resentimientos siguen planeando por ahí y por aquí...justo dentro de mí, por mi alma, mi corazón…Estoy rota, partida por la mitad, me siento morir, me han hecho mucho daño y estoy llena de odio y rencor y por eso quiero que pagues…Ojo por ojo y diente por diente…la ley del Talión…pues…No pienso tener compasión con ese hombre que se ha reído de mis sentimientos y de la calentura de mi cuerpo aprovechándose de un mal momento…una debilidad que me sobrepasó, no sé porqué…Me siento usada, ultrajada…humillada y no voy a parar hasta hundirlo, quiero acabar con él lo mismo que ha hecho conmigo, arruinándome la vida, mi carrera y la dignidad tirada por los suelos, y por eso…Tengo que hacer algo pronto, porque como deje pasar los días de éste calentón de boca que tengo, se me pasará y todo lo borrará el tiempo y no pienso cejar en el intento…Estaba casada con un señor que estuvo maltratándome psicológicamente durante más de veinte años, hasta que me divorcié…pues…Toda su intención era la de rebajarme por envidia y por los celos que le corroían cuando veía cómo iba escalando puestos en la misma empresa que él, no podía soportarlo, y menos que mi trabajo estuviera valorado por los demás compañeros, pero aparte de eso, siempre estábamos discutiendo por la familia…Era como si me estuviera echando un pulso constantemente…Bien lo sabe Dios de los cielos que soporté por los hijos, hasta que la convivencia se convirtió tan insoportable que una mañana decidida le planté cara tajante y nos separamos, partimos peras y cada uno por su lado…Después de dos años saliendo y entrando con las amigas de la oficina, rehíce mi vida con un antiguo novio mío que vi por casualidad en unos de mis viajes, y aunque al principio todo era bonito, al cabo de un tiempo me di cuenta de que nunca lo amaría…pues…Con tal que nos fuimos a vivir juntos, se acomodó al sofá frente al televisor y ahí no había más que futbol y poco más, así que antes de volver a pasar por una mala convivencia, hice mi maleta y me fui a vivir a un apartamento de alquiler precioso con vistas al mar donde me encuentro bastante bien, pero…A veces tengo la sensación de que estoy perdiendo el tiempo, los años me abordan y siento un vacío en mi alma que me sobrepasa, ya que ni soy tan joven pero tampoco muy mayor y las tardes sola en casa se me hacen eternas, sobre todo en la primavera y el verano, que aunque tengo casi todo al alcance de la mano, me encuentro muy sola…y…Estando en éstas tesituras lo conocí por éstas redes donde me envió una solicitud de amistad, la cual acepté de buen grado, gran error el mío…pues…Me enamoré de su libertinaje, su estilo, sus palabras atrevidas, y porque me encantaba chatear con él por las noches cuando me conectaba…Tenía una pizca de don Juan que me incitaba a pecar…Se le notaba que era un morboso de cuidado, pero me gustaba, me atraía en cantidad, y todas las noches me sentaba nerviosa frente al ordenador esperándolo con ansiedad…Debe ser que era el hombre adecuado a mi personalidad, una personalidad desconocida para mí hasta ahora…pues…Antes era una mujer algo mojigata, más bien tímida, de esas que nunca dan el primer paso entre sábanas, tan sólo me dejaba hacer sin mover un dedo, además nunca di señales de demostrar si se me apetecía o no tener sexo con mis parejas anteriores, no sé porqué era así, quizás se debiera a la educación tan reprimida que recibí en la época que nací, pero…Éste hombre sacó frases de mi garganta tan atrevidas y descaradas que hasta yo misma me sorprendía…Era como si lo conociera de toda la vida…Quizás su desparpajo, su sonrisa socarrona y ese aire de pícaro ladronzuelo rescató a la mujer que se encontraba oculta en mi interior, a la vez que desataba mi lengua dando rienda suelta a todas esas palabras insinuantes, provocándolo al deseo sexual como si fuera una de esas chicas que están tras los cristales de los escaparates del barrio rojo de Ámsterdam para ganarse la vida, de manera que cada noche lo esperaba impaciente vestida con sedas y rasos sugerentes para que nada más conectarse viera mis carnes ardientes y le dieran deseos de mi cuerpo…A partir de entonces hacíamos el amor de lejos sintiéndolo tan íntimo y cercano que jamás en mi vida había sentido tanto placer…Fue la etapa más feliz de mi vida en la que me sentía completamente realizada como persona y como mujer, a la vez que desesperante, creando en mi mente tantas dudas que me convertí en una arpía que espiaba a todas las amigas que le rodeaban, leyendo los comentarios que le hacían y si me mosqueaba, entraba en el perfil de ellas para averiguar el estado y la edad, y si era guapa y bien formada, la perseguía sin cesar creando en mi mente escenas imaginarias donde los dos hacían lo mismo que él y yo…No sé que me pasó, era como si un demonio me hubiera poseído y ya no fui la misma nunca más, acosándolo de tal manera que al final se largó y ahí empezó el calvario de mi vida haciendo de mí un despecho de mujer…

domingo, 19 de mayo de 2019

CON LA AGONÍA DEL LLANTO.- (MICRORRELATO)


Yo estaba muy desesperada ese día, así que de un portazo cerré la puerta y salí corriendo calle abajo. Apenas veía a las personas que se cruzaban conmigo. La gente me dejaba pasar mirándome. Muchos volvían la cabeza, con la curiosidad y el morbo que despierta el ver correr a una mujer con el rostro inundado en lágrimas. Llegué a casa de mis padres llorando desconsoladamente. Ya no podía aguantar más. Estaba harta de sus manías, de su machismo y de su tiranía. Era imposible seguir ese ritmo de vida tan lleno de crueldad. Me sentía la más inútil de todas las mujeres. No servía para nada. Mi marido llevaba tantos años repitiéndomelo que al final me lo creí. Continuamente me estaba comparando a las que tenían una buena carrera, y que si no fuera por él me moriría de hambre. Más tarde empezó a insultar a los demás miembros de mi familia. No soportaba ni a mis padres y ni a mis hermanos, descalificándolos cada dos por tres. Ponía tanto empeño en demostrar el odio que les tenía que hasta me prohibió que fuera a visitarlos. Tan sólo iba cuando él estaba de viaje, a escondidas y con prisas. Apenas me sentaba a charlar tranquila, siempre temerosa de que me llamara por teléfono, incluso cuando no estaba en casa, me vigilaba desde lejos a través del móvil, poniendo el mal tiempo de excusa para los chiquillos, que apenas les tenía cariño a mis hermanas y hermanos ¡ya se había encargado, desde que nacieron que no visitaran mucho a mis padres! Sólo a los suyos, como si ellos fueran los únicos abuelos. Si no me encontraba en casa antes de que él entrara, me llamaba gritando o me echaba a patadas… No sabría precisar cuándo y cómo cambió, realmente no era el mismo hombre al que una vez conocí. Tan lindo y tan bello, educado y moderno, ¿dónde estaba aquél chico tan majo? El caso es que después de siete años de noviazgo, decidimos casarnos. Nos conocimos en una fiesta de cumpleaños, y desde el primer momento nos gustamos. Él era un estudiante de medicina con grandes pretensiones, pensando que cuando acabara la carrera iba a poner rápidamente una clínica privada, ganar mucho dinero y viajar por países extranjeros, y después de divertirse de lo lindo, casarse. Yo me saqué el graduado escolar en un colegio de niños, que por las noches daba clases nocturnas, para personas rezagadas y mayores. Después me dediqué a ayudar en casa en las faenas típicas del hogar, charlar con mis amigas y fumar, hasta que venía mi novio un rato y dar una vuelta por la calle si era verano, porque en invierno no salíamos de casa de mis padres. Era el dueño del sofá. Estábamos deseando que llegara el sábado para salir con sus amigos, ir al cine o a alguna discoteca. Mis padres me daban una pequeña cantidad de dinero para los gastos. Entonces era la época de que cada uno paga lo suyo, sin contar el tabaco, que tenía que durarme por lo menos hasta el próximo fin de semana. Cuando terminó la carrera no encontró trabajo tan pronto como se había imaginado, y pasó una buena temporada hasta que se colocó en un pueblo de otra ciudad que no era de su agrado. Al cabo del año se le acabó el contrato y regresó a casa con la mirada cambiada y una manera diferente de ser. Al final tuvo que reconocer que para casarnos tenía que coger cualquier trabajo, fijo o trotando, y sin pensarlo aceptó uno de comercial de farmacia, que tampoco era la ilusión de su vida, pero accedió porque los años se le estaban echando encima, además algo me querría, cosa que actualmente lo pongo en duda. A los seis meses iba enganchada al brazo de mi padre, que orgulloso, me condujo hacia el altar con paso firme y seguro. Todas las miradas clavada en mi, de lo guapa y bella que me había puesto ese día, con la sonrisa linda y serena, satisfecha de haber conseguido lo que más anhelaba en este mundo, casarme antes de los treinta. Alquilamos un piso, y compramos la mitad de los muebles, dejando el viaje de novios para más adelante. Al año y medio nació mi primer hijo, y poco después llegaron los mellizos, y como decía mi madre, uno no es ninguno, dos es uno, y tres carga es. Carga para mí, tan sólo para mí, ya que mi marido estaba todo el día fuera trabajando y no llegaba hasta la noche, y si tenía un par de días libre, no podía estar en casa porque se agobiaba con los niños tan pequeños y se iba al bar y no volvía hasta que estaban completamente dormidos. Jamás tuvo tiempo para jugar con los chicos, ni siquiera me pudo ayudar a bañarlos, que era una proeza el sacarlos del agua. Se tiraban por lo menos una hora larga pasándose de unos a otros la esponja, los churretes y el jabón. Finalmente me liaba a dar manotazos a diestra y siniestra, resbalándose uno y llorando el otro. Después de los gritos y llantos, les hacía la cena. No había quién los hartara, para más tarde acostarlos y entre unos y otros me llamaban para que les contara ese cuento que tanto les gustaba, dándome todas las noches las tantas y cansada, me ponía a prepararle a mi marido su buena cena, no se conformaba con cualquier cosilla, según él, no se podía dormir…Y así llevo ya más de quince años hecha una esclava. La situación no ha cambiado, llegando a ser tan insoportable, que he decidido ponerle fin e irme a vivir a casa de mis padres, pero es tan grande la maldad de mi marido, que me ha amenazado con quitarme a los niños y si me atreviera a denunciarle, le pega fuego a la casa con mis padres dentro y a mí me machaca a golpes… ¡Estás avisada! Me ha gritado con todas sus fuerzas las palabras más feas de esta tierra, y por eso de un portazo cerré la puerta y salí corriendo calle abajo con la agonía del llanto…


sábado, 18 de mayo de 2019

CON LA LUJURIA DE LA TRAICIÓN.- (MICRORRELATO)



Me ama, me ama, me ama...Me decía sonriendo mirando hacia todas partes, no podía creer aún lo que había pasado entre nosotros hace unos momentos…pues…Cuida de mí, me protege de los desalmados, me dio más de mil besos en las manos, en los brazos y yo seguía hablando sin parar contándole mis cosas, mis sueños, las inquietudes de mi sentires, y él sólo me abrazaba por la cintura, luego me miraba fijamente a los ojos, sorprendido, como si fuera la primera vez que estaba conmigo…después se paraba en medio del camino y acariciaba mis cabellos y se llevaba la yema de los dedos a los labios como si quisiera retenerlos…Seguí andando con el corazón desbocado, no podía imaginarme que lo vería frente a mí…me estaba esperando con una sonrisa en los labios…aligeré el paso…lo había echado tanto de menos que de un salto me encaramé a su cuerpo y le di más de mil besos…apenas podíamos respirar…caímos rodando sobre la hierba, y como siempre, cuidando de mi cintura, mi espaldas, todo él era pura delicadeza… seguimos abrazados hasta que se agotaron los suspiros y cuando el grito atravesó las barreras del silencio, caímos unos en los brazos del otro extenuados y agradecidos a ésta pasión que nos atrapó en esa edad, donde tan sólo la juventud hacen diabluras por amor…pues…Estamos enamorados, locamente enamorados y por eso siempre lo estaré esperando, pero…Antes de ahora iba despotricando y jurándome a mí misma que jamás volvería a caer en sus brazos, ¡pobre de mí! Con tal que me guiña un ojo caigo rendida a sus pies…es que estoy enamorada de él, ¿sabes? Y no puedo resistirme, me tiene dominada, pero no me importa, ¿te enteras? Me da igual lo que piense de mí, me gusta mucho, me encanta cuando me mira…tiene una mirada tan ardiente…es como si me comiera con los ojos y eso me vuelve loca, pierdo los sentidos, me excita…debe ser que soy muy débil y él lo sabe y por eso se aprovecha de mí…Me tiene corrompida la sangre de veneno, su veneno…Sí, sí, eso debe ser, porque cuando se va vuelve al poco tiempo, pero durante su ausencia lo siento en mis adentros regándome las arterias como puro fuego, y paso las noches en vela pensando en la llama de su deseo…Reconozco que hace conmigo lo que quiere, no tengo voluntad ni amor propio y por eso se permite el lujo de aparecer y desaparecer cada vez que le viene en ganas… hasta que me harte, ¿te enteras? Porque una se harta de tantas idas y venidas, vayas tú a creer que soy de piedra, y voy a estar sentada esperándote como si fuera la novia de un marinero que se tira en alta mar dos y tres meses…No, no, para nada, que una está todavía de muy buen ver y tiene sus necesidades como cualquier persona, y eso de estar pendiente sin saber dónde estás y con quién, es el peor martirio que pueda sentir una mujer, ¿te enteras? Que me comen los demonios de los celos, y los malos pensamientos me arrastran a pecar con el primer tío cachas y guapo que me encuentre por aquí, porque haberlos los hay a punta pala, ¡vaya que sí! Que con tal que chasco los dedos aparecen tres o cuatro a la par, y ya que una se pone en ello, me tiro al más joven y guapo del barrio y tan campante, que para estar con un tipo normal y corriente siempre habrá tiempo, así que de ahora en adelante vas a saber lo que vale una mujer, sobretodo yo que ya estoy cansada de esperar, ¡atente a las consecuencias! Y luego no me vengas llorando como haces siempre, ¿te enteras? Me ignora, no me escucha y se va tan campante, lo sé…pues…Lo quiero, lo amo y esa es mi perdición, y por eso más de una vez he estado a punto de serle infiel, bueno tanto como eso no, porque las veces que lo he intentado no he podido, y no es porque el tipo no se mereciera un pequeño abrazo o no estuviera como un tren de bueno, pero…Una fuerza misteriosa no me deja, es como si estuvieras observando cada movimiento de mi cuerpo, y eso, amor mío, eso mataría toda la confianza que tienes en mí…Mis sentimientos que son tuyos, mis gemidos de placer que tan sólo tú sabes arrancar de mi pecho cuando me acaricias con deseo, ese deseo que te envuelve y hace que siempre vengas a por ellos…es como si necesitaras escucharlos cuando te alejas de mis brazos, y yo que siempre te espero, salen liberados y airosos gritando al viento, ¡madre mía cuánto te quiero! Y tú rendido y exhausto sigues enamorado de mis labios como si fuera la primera vez que nos besamos…pues…Te enamoraste de mis besos, me lo dijiste una mañana en la esquina de la calle cuando te pillé desprevenido y te quedaste con ganas como diciendo…Tengo los labios ardiendo…Te gustan, ¡vaya que te gustan! No me puedes engañar, y por eso crees que los puedes olvidar en la boca de otra mujer, y esa es la ventaja que tengo sobre ti, ¿verdad? Que no hay mayor locura para un hombre que perderse en un laberinto de pasión, cuando una mujer lo besa con la lujuria de la traición

jueves, 16 de mayo de 2019

CELOS EN LA RED.- (de mi novela AVATARES EN LA RED)


Le inquietaba no estar a mi altura. Siempre había funcionado muy bien sexualmente, y sólo con mirarme le ardía la sangre…pues…Llevaba dos noches y una mañana que no habíamos parado, claro que eso para mí no era lo más importante del mundo. Atrás se habían quedado aquellas locas hormonas en la que el sexo era la cosa más exigente del mundo. Ahora me interesaban otras cosas también. El caso es que cuando llegamos al hotel, le dije que entrara primero al baño mientras hacía la maleta porque al otro día volvía a casa. Me sentía muy triste, tarde o temprano mi relación con él estaba llegando a su fin, los dos lo sabíamos, y estando pensativa me fijé en su móvil, ¡madre mía, qué tentación tan grande! Pero no, no debía curiosear, eso no iba conmigo. Seguí doblando la ropa y el móvil no paraba de mirarme. Era una auténtica provocación para una mujer tan celosa como yo. Me dejé de formulismos y me lancé de cabeza. Rápidamente busqué los mensajes y leí las palabras. Me puse muy nerviosa. Los celos me carcomían por dentro, y sin más dilación me enfrenté a él…Cariño, ¿quién es esa señora? Es amiga mía desde hace años. Me dijo que la tienes bloqueada y no puede entrar en tu muro...¿Y tú quieres que me siga? Si, ¿por qué no? Es amiga mía y seguidora tuya…Empecé a ver claro y me di cuenta de cómo la defendía…Pensé que ahí es donde estribaba la verdadera amistad y aunque era lo más honesto por su parte el actuar de esa manera, yo sólo veía sexo entre ellos. Y eso era algo que me dolía...No sé por qué se me ocurrió mirar el móvil, el caso es que ya no tenía marcha atrás. En mi mente empezó a nacer la duda. Ya no era mi amado, ese hombre que me enamoró y desde el primer momento me abrí a él y le conté mi cruda realidad creyendo que venía a por mí, venía a por cualquier mujer que le siguiera el royo, como yo. Y no es que fuera un mal tipo, no, sino que estaba pasando por un mal momento y se decidió a meterse en éste mundo, lo mismo me ocurrió a mí y me aferré a él, que sin querer le di forma, como si fuera mi tabla de salvación. Me equivoqué. Siempre me equivoco. Soy muy inocente, lo sé, pero seguí porque me enamoré perdidamente de un personaje que yo misma me había inventado sin darme cuenta de que él siempre fue un hombre con los pies en el suelo, y por eso empezó a mostrarse poquito a poco, hasta que finalmente se mostró tal cual para que viera cómo era su alma. Entonces le pregunté…¿Tanto la quieres? Me dijo que era una buena amistad de muchos años y que a veces se veían para tomar algún aperitivo en la cafetería…Me comían los celos…Peor lo pasará si me sigue el rastro, además creo que mientes, dime qué interés tiene en mí, ¡dímelo, por favor! Me dijo que le estaba dando demasiada importancia y que tan sólo eran amigos…Mírame a la cara y contéstame sinceramente, ¿me quieres como yo a ti? No me gustaría perderte y quisiera tenerte aquí o al otro lado…Quiero que seas ahora muy sincero por favor, te prometo que no me voy a enfadar, pero necesito saberlo, ¿te acuestas con ella actualmente? ¿Haces el amor con ella aún? Te ruego que no me mientas…Anda, por favor, somos amigos desde hace años, ella tiene su pareja…Sigues sin contestar a mi pregunta, quiero que me digas si es una amiga con derecho a roce o no, es así de simple, necesito saberlo, nada más…¡Que obstinación! Si te quieres quedar tranquila, te confieso que si…¡Lo sabía! En cambio yo lo dejé por ti ¿sabes? Te he dicho lo que querías oír…Bueno, es la vida, eres joven aún y tienes necesidades, te comprendo, no me enfado, te lo prometo, lo único que ocurre es que me haces caer de nuevo en los brazos de él porque me acosa demasiado y soy tan débil…Ahora podré tener una excusa para hacer lo mismo que tu. Me has hecho mucho daño, pero no te juzgo, eres libre, ¿quién soy yo? Nadie importante tan sólo una más…No quiero que te enfades, para mi eres muy importante, y estás totalmente equivocada. Entre nosotros no hay nada de nada, sólo amistad…Si pero te acuestas con ella, bueno está bien, ahora no puedo pensar y temo equivocarme y cometer una imprudencia, perdóname, pero hay cosas que no me cuadran, ¿por qué sabes que la bloqueé? ¿Cuándo te lo ha dicho? Sabes mi amor, ya soy muy mayor para comerme la cabeza con estas cosas, me duelen mucho, te lo juro, me duelen en el alma y me siento muy triste porque he visto por tus palabras que no te gusta que la haya bloqueado y te voy a decir que pienso bloquear a todas tus amigas…Haz lo que creas conveniente y bloquea a quien quieras, pero estás en un error y siento que pienses así, no hay nada de nada…Ya, pero lo que quiere ella es enterarse de todo para saber por dónde van los tiros, y qué hay entre nosotros, y eso es porque tu le has dicho que tenemos una relación amorosa, y si tu se lo has dicho es por un motivo, nada se dice por decir, siempre hay una intención. A ella le da igual mis comentarios, sólo me sigue para ver qué es lo que escribo debajo de tus anuncios, te ruego que no insultes mi inteligencia más, me duele mucho, lo siento, soy muy celosa y me da mucha rabia que yo no pueda estar contigo siempre y ella sí, bueno no te enfades conmigo, hoy estoy enfadada conmigo. Soy muy débil. Anda, dame un beso y abrázame fuerte. No me dejes nunca, te quiero no lo olvides por favor vida mía. Venga, voy a ducharme y espérame en la cama porque a partir de mañana me tendrás muy desperdiciada…Estoy segura de que seríamos perfectos el uno para el otro… Al otro día, mientras regresaba en el Ave a casa, la mirada se me perdió en el horizonte y recordé aquellas palabras que una vez leí que decía algo así: A quien ames dale alas para volar y un motivo para volver…




martes, 14 de mayo de 2019

DESDE ULTRATUMBA.- (MICRORRELATO)


Señor mío, yo no soy mala, tan sólo una mujer ultrajada…perdóname…no sé qué es lo que pasa conmigo, ni siquiera sé si estoy aquí o allí…creo que mi alma permanece latente aún…pues…No para de persistir…está activa y tengo miedo de lo que es capaz de hacer o no, pero parece como si estuviera enviándole mensajes a ella, mi hermana, la que siempre estuvo a mi lado, la que me cuidaba…la que acariciaba mis espaldas cuando estaba postrada en la cama sin poder moverme…Ayúdame, te ruego que me ayudes y no me dejes llevar por las fieras que me rodean…Yo lo quería, lo amaba, sabes que me casé enamorada, con muchas ilusiones y esperanzas en una nueva vida, pero cambió…El carácter se le agrió, no sé porqué…Me hizo la vida imposible, no supe detenerlo…apenas podía con mi cuerpo…la enfermedad me tumbó…Tuve cuatro hijos…pues…Llegaron de dos en dos y a partir de entonces la vida se truncó…Es una historia muy larga, triste y amarga, no quiero contarla, ¿para qué? Ya no sirve de nada, para eso está mi hermana, la que tiene la pluma con alas…La veo desde aquí, está comprando en el supermercado…Es el mismo supermercado donde antes nos encontrábamos las dos y nos reíamos mucho juntas, y ahora va el que fue mi marido con esa y me temo que los vea porque de repente he sentido unas palpitaciones extrañas salir de mi alma… Le estaba insuflando mis sentimientos a través de ultratumba, y sin poderlo evitar la dirigí hacia ellos Madre mía lo que acabo de ver…! Estaba tan tranquilita comprando en el supermercado cuando lo veo muy sonriente…Sí, sí, a ése, el ex cuñado…Se me quedó mirando como esperando… …¡Me acerqué, lo saludo y le digo con la más irónica de mis sonrisas…¡Hola! De repente se da la vuelta la que estaba de espalda a mí y frente a él en esos momentos, me mira con sus ojuelos pequeños…el pelo todo rizado, a lo afro barato y rubia de bote…Se me queda como diciendo...¿Y a mí...? Yo no sé qué es lo que pasó por mi cuerpo y mis entretelas, no lo sé muy bien, pero te juro por lo más sagrado que no era yo…sino ella…mi hermana…La madre de mis sobrinos y esposa del ex cuñado…Pasé justo frente a ella despacio, tranquila y sosegada…como retándola con la mirada...¡Ojo con ojo, frente con frente, cara con cara! Como dos fieras salvajes que se tantean a lo flojo y seguro. Casi la rodeé toda entera de arriba abajo. La observé desde la cabeza a los pies con una ojeada de asco que me vino por las venas, y pasé por su vera como si no existiera…Se quedó traspuesta…¡No se esperaba esa mirada intimidatoria, instigadora, desafiante…! No, no, mi mirada no... La de mi hermana…era la mirada de la que estuvo antes que ella, la que se suele decir…la primera escoba y la segunda señora…Creo que se metió dentro de mi cuerpo…Era su alma porque no podía soportar lo que estaba viendo tras la puerta… Sí, sí…la puerta que todo lo cierra pero que todavía sigue alerta entre el cielo y la tierra, pero…¡Hijo de mala madre! ¡Si a mí me has dicho que me ganara la vida con el moño…! ¡Que valía menos que una mierda de la calle! ¡Que no servía para nada…! ¡Si me has insultado hasta la saciedad durante más de veinte años…! ¡Mal tratador! Que sin cuchillo me has ido matando poquito a poco con tus palabras llenas de veneno hacia mí... ¡Y hacia mi familia…! Que venían a casa a verme cuando tú no estabas…¡A escondidas! ¡Como si fueran unos ladrones…! Y ahora la llevas a ella de la manita…¡Asqueroso de mierda! Que me están saliendo las iras tras mis rejas…Las rejas que todo lo tapa y lo calla, pero yo, yo…Yo te veo a través de los ojos de la pluma de la libertad, ¡mal esposo! Que me has maltratado toda tu asquerosa vida, y ahora la llevas de viaje a las islas…A las islas que yo quería ir y que todavía estoy esperando que me lleves de luna de miel, ¡Mamarracho, zopenco! Te maldigo mil veces aunque estén vivos mis hijos…Sí, ¡mis hijos! Esos que yo he llevado en mi vientre durante nueve meses y he parido... y cuando han nacido me he quedado hasta las tantas de la noche contándole cuentos, mientras te quedabas en la tasca de la esquina tomándote unos cuantos cubas libres y llegabas a casa bien cargadito pidiendo cena…y dándome guerra…¡Maldita sea tu estampa! Que todavía me quedan unas poquitas fuerzas que saco fuera a través de las letras de mis agallas porque me da la santísima gana…Dime, so zampabollos, ¿desde cuándo estabas liado con ella? Sí, sí…Esa que decía que era mi amiga…¡Asquerosa y embustera! Que te has hecho la tonta y la buena mientras yo estaba enferma para acostarte con ése en la habitación de al lado…Ése que decía ser mi esposo amado estaba deseando de que me fuera para cogerte de la mano y llevarte a las islas de afuera…y yo llenita de dolores en la camita esperando que me llevaran hacia el otro barrio, pero…No olvides nunca que en el pecado llevarás la penitenciaSalí del supermercado trastocada y todavía no sé si fue ella o fui yo las que los retó…