Cuántos amores se hayan perdido por ahí, cuántos
resentimientos siguen planeando por ahí y por aquí...justo dentro de mí, por mi
alma, mi corazón…Estoy rota, partida por la mitad, me siento morir, me han
hecho mucho daño y estoy llena de odio y rencor y por eso quiero que pagues…Ojo
por ojo y diente por diente…la ley del Talión…pues…No pienso tener compasión
con ese hombre que se ha reído de mis sentimientos y de la calentura de mi
cuerpo aprovechándose de un mal momento…una debilidad que me sobrepasó, no sé
porqué…Me siento usada, ultrajada…humillada y no voy a parar hasta hundirlo,
quiero acabar con él lo mismo que ha hecho conmigo, arruinándome la vida, mi
carrera y la dignidad tirada por los suelos, y por eso…Tengo que hacer algo
pronto, porque como deje pasar los días de éste calentón de boca que tengo, se
me pasará y todo lo borrará el tiempo y no pienso cejar en el intento…Estaba
casada con un señor que estuvo maltratándome psicológicamente durante más de
veinte años, hasta que me divorcié…pues…Toda su intención era la de rebajarme por
envidia y por los celos que le corroían cuando veía cómo iba escalando puestos
en la misma empresa que él, no podía soportarlo, y menos que mi trabajo
estuviera valorado por los demás compañeros, pero aparte de eso, siempre estábamos
discutiendo por la familia…Era como si me estuviera echando un pulso
constantemente…Bien lo sabe Dios de los cielos que soporté por los hijos, hasta
que la convivencia se convirtió tan insoportable que una mañana decidida le planté
cara tajante y nos separamos, partimos peras y cada uno por su lado…Después de
dos años saliendo y entrando con las amigas de la oficina, rehíce mi vida con
un antiguo novio mío que vi por casualidad en unos de mis viajes, y aunque al
principio todo era bonito, al cabo de un tiempo me di cuenta de que nunca lo
amaría…pues…Con tal que nos fuimos a vivir juntos, se acomodó al sofá frente al
televisor y ahí no había más que futbol y poco más, así que antes de volver a
pasar por una mala convivencia, hice mi maleta y me fui a vivir a un
apartamento de alquiler precioso con vistas al mar donde me encuentro bastante
bien, pero…A veces tengo la sensación de que estoy perdiendo el tiempo, los
años me abordan y siento un vacío en mi alma que me sobrepasa, ya que ni soy tan
joven pero tampoco muy mayor y las tardes sola en casa se me hacen eternas,
sobre todo en la primavera y el verano, que aunque tengo casi todo al alcance de
la mano, me encuentro muy sola…y…Estando en éstas tesituras lo conocí por éstas
redes donde me envió una solicitud de amistad, la cual acepté de buen grado,
gran error el mío…pues…Me enamoré de su libertinaje, su estilo, sus palabras
atrevidas, y porque me encantaba chatear con él por las noches cuando me
conectaba…Tenía una pizca de don Juan que me incitaba a pecar…Se le notaba que
era un morboso de cuidado, pero me gustaba, me atraía en cantidad, y todas las
noches me sentaba nerviosa frente al ordenador esperándolo con ansiedad…Debe
ser que era el hombre adecuado a mi personalidad, una personalidad desconocida
para mí hasta ahora…pues…Antes era una mujer algo mojigata, más bien tímida, de
esas que nunca dan el primer paso entre sábanas, tan sólo me dejaba hacer sin mover
un dedo, además nunca di señales de demostrar si se me apetecía o no tener sexo
con mis parejas anteriores, no sé porqué era así, quizás se debiera a la
educación tan reprimida que recibí en la época que nací, pero…Éste hombre sacó frases
de mi garganta tan atrevidas y descaradas que hasta yo misma me sorprendía…Era
como si lo conociera de toda la vida…Quizás su desparpajo, su sonrisa socarrona
y ese aire de pícaro ladronzuelo rescató a la mujer que se encontraba oculta en
mi interior, a la vez que desataba mi lengua dando rienda suelta a todas esas
palabras insinuantes, provocándolo al deseo sexual como si fuera una de esas
chicas que están tras los cristales de los escaparates
del barrio rojo de Ámsterdam para ganarse la vida, de
manera que cada noche lo esperaba impaciente vestida con sedas y rasos
sugerentes para que nada más conectarse viera mis carnes ardientes y le dieran
deseos de mi cuerpo…A partir de entonces hacíamos el amor de lejos sintiéndolo
tan íntimo y cercano que jamás en mi vida había sentido tanto placer…Fue la
etapa más feliz de mi vida en la que me sentía completamente realizada como
persona y como mujer, a la vez que desesperante, creando en mi mente tantas
dudas que me convertí en una arpía que espiaba a todas las amigas que le
rodeaban, leyendo los comentarios que le hacían y si me mosqueaba, entraba en
el perfil de ellas para averiguar el estado y la edad, y si era guapa y bien
formada, la perseguía sin cesar creando en mi mente escenas imaginarias donde
los dos hacían lo mismo que él y yo…No sé que me pasó, era como si un demonio
me hubiera poseído y ya no fui la misma nunca más, acosándolo de tal manera que
al final se largó y ahí empezó el calvario de mi vida haciendo de mí un despecho
de mujer…
miércoles, 22 de mayo de 2019
domingo, 19 de mayo de 2019
CON LA AGONÍA DEL LLANTO.- (MICRORRELATO)
Yo estaba muy desesperada ese día, así que de un portazo cerré
la puerta y salí corriendo calle abajo. Apenas veía a las personas que se
cruzaban conmigo. La gente me dejaba pasar mirándome. Muchos volvían la cabeza,
con la curiosidad y el morbo que despierta el ver correr a una mujer con el
rostro inundado en lágrimas. Llegué a casa de mis padres llorando
desconsoladamente. Ya no podía aguantar más. Estaba harta de sus manías, de su
machismo y de su tiranía. Era imposible seguir ese ritmo de vida tan lleno de
crueldad. Me sentía la más inútil de todas las mujeres. No servía para nada. Mi
marido llevaba tantos años repitiéndomelo que al final me lo creí.
Continuamente me estaba comparando a las que tenían una buena carrera, y que si
no fuera por él me moriría de hambre. Más tarde empezó a insultar a los demás
miembros de mi familia. No soportaba ni a mis padres y ni a mis hermanos,
descalificándolos cada dos por tres. Ponía tanto empeño en demostrar el odio
que les tenía que hasta me prohibió que fuera a visitarlos. Tan sólo iba cuando
él estaba de viaje, a escondidas y con prisas. Apenas me sentaba a charlar
tranquila, siempre temerosa de que me llamara por teléfono, incluso cuando no
estaba en casa, me vigilaba desde lejos a través del móvil, poniendo el mal
tiempo de excusa para los chiquillos, que apenas les tenía cariño a mis
hermanas y hermanos ¡ya se había encargado, desde que nacieron que no visitaran
mucho a mis padres! Sólo a los suyos, como si ellos fueran los únicos abuelos.
Si no me encontraba en casa antes de que él entrara, me llamaba gritando o me
echaba a patadas… No sabría precisar cuándo y cómo cambió, realmente no era el
mismo hombre al que una vez conocí. Tan lindo y tan bello, educado y moderno,
¿dónde estaba aquél chico tan majo? El caso es que después de siete años de
noviazgo, decidimos casarnos. Nos conocimos en una fiesta de cumpleaños, y
desde el primer momento nos gustamos. Él era un estudiante de medicina con
grandes pretensiones, pensando que cuando acabara la carrera iba a poner
rápidamente una clínica privada, ganar mucho dinero y viajar por países
extranjeros, y después de divertirse de lo lindo, casarse. Yo me saqué el
graduado escolar en un colegio de niños, que por las noches daba clases
nocturnas, para personas rezagadas y mayores. Después me dediqué a ayudar en
casa en las faenas típicas del hogar, charlar con mis amigas y fumar, hasta que
venía mi novio un rato y dar una vuelta por la calle si era verano, porque en
invierno no salíamos de casa de mis padres. Era el dueño del sofá. Estábamos
deseando que llegara el sábado para salir con sus amigos, ir al cine o a alguna
discoteca. Mis padres me daban una pequeña cantidad de dinero para los gastos.
Entonces era la época de que cada uno paga lo suyo, sin contar el tabaco, que
tenía que durarme por lo menos hasta el próximo fin de semana. Cuando terminó
la carrera no encontró trabajo tan pronto como se había imaginado, y pasó una
buena temporada hasta que se colocó en un pueblo de otra ciudad que no era de
su agrado. Al cabo del año se le acabó el contrato y regresó a casa con la
mirada cambiada y una manera diferente de ser. Al final tuvo que reconocer que
para casarnos tenía que coger cualquier trabajo, fijo o trotando, y sin
pensarlo aceptó uno de comercial de farmacia, que tampoco era la ilusión de su
vida, pero accedió porque los años se le estaban echando encima, además algo me
querría, cosa que actualmente lo pongo en duda. A los seis meses iba enganchada
al brazo de mi padre, que orgulloso, me condujo hacia el altar con paso firme y
seguro. Todas las miradas clavada en mi, de lo guapa y bella que me había
puesto ese día, con la sonrisa linda y serena, satisfecha de haber conseguido
lo que más anhelaba en este mundo, casarme antes de los treinta. Alquilamos un
piso, y compramos la mitad de los muebles, dejando el viaje de novios para más
adelante. Al año y medio nació mi primer hijo, y poco después llegaron los
mellizos, y como decía mi madre, uno no es ninguno, dos es uno, y tres carga
es. Carga para mí, tan sólo para mí, ya que mi marido estaba todo el día fuera
trabajando y no llegaba hasta la noche, y si tenía un par de días libre, no
podía estar en casa porque se agobiaba con los niños tan pequeños y se iba al
bar y no volvía hasta que estaban completamente dormidos. Jamás tuvo tiempo
para jugar con los chicos, ni siquiera me pudo ayudar a bañarlos, que era una
proeza el sacarlos del agua. Se tiraban por lo menos una hora larga pasándose
de unos a otros la esponja, los churretes y el jabón. Finalmente me liaba a dar
manotazos a diestra y siniestra, resbalándose uno y llorando el otro. Después
de los gritos y llantos, les hacía la cena. No había quién los hartara, para
más tarde acostarlos y entre unos y otros me llamaban para que les contara ese
cuento que tanto les gustaba, dándome todas las noches las tantas y cansada, me
ponía a prepararle a mi marido su buena cena, no se conformaba con cualquier
cosilla, según él, no se podía dormir…Y así llevo ya más de quince años hecha
una esclava. La situación no ha cambiado, llegando a ser tan insoportable, que
he decidido ponerle fin e irme a vivir a casa de mis padres, pero es tan grande
la maldad de mi marido, que me ha amenazado con quitarme a los niños y si me
atreviera a denunciarle, le pega fuego a la casa con mis padres dentro y a mí
me machaca a golpes… ¡Estás avisada! Me ha gritado con todas sus fuerzas las
palabras más feas de esta tierra, y por eso de un portazo cerré la puerta y salí
corriendo calle abajo con la agonía del llanto…
sábado, 18 de mayo de 2019
CON LA LUJURIA DE LA TRAICIÓN.- (MICRORRELATO)
Me ama, me ama, me ama...Me decía sonriendo mirando hacia todas
partes, no podía creer aún lo que había pasado entre nosotros hace unos
momentos…pues…Cuida de mí, me protege de los desalmados, me dio más de mil
besos en las manos, en los brazos y yo seguía hablando sin parar contándole mis
cosas, mis sueños, las inquietudes de mi sentires, y él sólo me abrazaba por la
cintura, luego me miraba fijamente a los ojos, sorprendido, como si fuera la
primera vez que estaba conmigo…después se paraba en medio del camino y
acariciaba mis cabellos y se llevaba la yema de los dedos a los labios como si
quisiera retenerlos…Seguí andando con el corazón desbocado, no podía imaginarme
que lo vería frente a mí…me estaba esperando con una sonrisa en los labios…aligeré
el paso…lo había echado tanto de menos que de un salto me encaramé a su cuerpo
y le di más de mil besos…apenas podíamos respirar…caímos rodando sobre la
hierba, y como siempre, cuidando de mi cintura, mi espaldas, todo él era pura
delicadeza… seguimos abrazados hasta que se agotaron los suspiros y cuando el
grito atravesó las barreras del silencio, caímos unos en los brazos del otro
extenuados y agradecidos a ésta pasión que nos atrapó en esa edad, donde tan
sólo la juventud hacen diabluras por amor…pues…Estamos enamorados, locamente
enamorados y por eso siempre lo estaré esperando, pero…Antes de ahora iba
despotricando y jurándome a mí misma que jamás volvería a caer en sus brazos,
¡pobre de mí! Con tal que me guiña un ojo caigo rendida a sus pies…es que estoy
enamorada de él, ¿sabes? Y no puedo resistirme, me tiene dominada, pero no me
importa, ¿te enteras? Me da igual lo que piense de mí, me gusta mucho, me
encanta cuando me mira…tiene una mirada tan ardiente…es como si me comiera con
los ojos y eso me vuelve loca, pierdo los sentidos, me excita…debe ser que soy muy
débil y él lo sabe y por eso se aprovecha de mí…Me tiene corrompida la sangre
de veneno, su veneno…Sí, sí, eso debe ser, porque cuando se va vuelve al poco
tiempo, pero durante su ausencia lo siento en mis adentros regándome las
arterias como puro fuego, y paso las noches en vela pensando en la llama de su
deseo…Reconozco que hace conmigo lo que quiere, no tengo voluntad ni amor
propio y por eso se permite el lujo de aparecer y desaparecer cada vez que le
viene en ganas… hasta que me harte, ¿te enteras? Porque una se harta de tantas
idas y venidas, vayas tú a creer que soy de piedra, y voy a estar sentada esperándote
como si fuera la novia de un marinero que se tira en alta mar dos y tres meses…No,
no, para nada, que una está todavía de muy buen ver y tiene sus necesidades
como cualquier persona, y eso de estar pendiente sin saber dónde estás y con
quién, es el peor martirio que pueda sentir una mujer, ¿te enteras? Que me
comen los demonios de los celos, y los malos pensamientos me arrastran a pecar
con el primer tío cachas y guapo que me encuentre por aquí, porque haberlos los
hay a punta pala, ¡vaya que sí! Que con tal que chasco los dedos aparecen tres
o cuatro a la par, y ya que una se pone en ello, me tiro al más joven y guapo
del barrio y tan campante, que para estar con un tipo normal y corriente
siempre habrá tiempo, así que de ahora en adelante vas a saber lo que vale una
mujer, sobretodo yo que ya estoy cansada de esperar, ¡atente a las
consecuencias! Y luego no me vengas llorando como haces siempre, ¿te enteras? Me
ignora, no me escucha y se va tan campante, lo sé…pues…Lo quiero, lo amo y esa
es mi perdición, y por eso más de una vez he estado a punto de serle infiel,
bueno tanto como eso no, porque las veces que lo he intentado no he podido, y no
es porque el tipo no se mereciera un pequeño abrazo o no estuviera como un tren
de bueno, pero…Una fuerza misteriosa no me deja, es como si estuvieras observando
cada movimiento de mi cuerpo, y eso, amor mío, eso mataría toda la confianza
que tienes en mí…Mis sentimientos que son tuyos, mis gemidos de placer que tan
sólo tú sabes arrancar de mi pecho cuando me acaricias con deseo, ese deseo que
te envuelve y hace que siempre vengas a por ellos…es como si necesitaras
escucharlos cuando te alejas de mis brazos, y yo que siempre te espero, salen
liberados y airosos gritando al viento, ¡madre mía cuánto te quiero! Y tú rendido
y exhausto sigues enamorado de mis labios como si fuera la primera vez que nos
besamos…pues…Te enamoraste de mis besos, me lo dijiste una mañana en la esquina
de la calle cuando te pillé desprevenido y te quedaste con ganas como diciendo…Tengo
los labios ardiendo…Te gustan, ¡vaya que te gustan! No me puedes engañar, y por
eso crees que los puedes olvidar en la boca de otra mujer, y esa es la ventaja
que tengo sobre ti, ¿verdad? Que no hay mayor locura para un hombre que perderse
en un laberinto de pasión, cuando una mujer lo besa con la lujuria de la traición…
jueves, 16 de mayo de 2019
CELOS EN LA RED.- (de mi novela AVATARES EN LA RED)
Le inquietaba no estar a mi altura. Siempre había funcionado
muy bien sexualmente, y sólo con mirarme le ardía la sangre…pues…Llevaba dos
noches y una mañana que no habíamos parado, claro que eso para mí no era lo más
importante del mundo. Atrás se habían quedado aquellas locas hormonas en la que
el sexo era la cosa más exigente del mundo. Ahora me interesaban otras cosas
también. El caso es que cuando llegamos al hotel, le dije que entrara primero
al baño mientras hacía la maleta porque al otro día volvía a casa. Me sentía
muy triste, tarde o temprano mi relación con él estaba llegando a su fin, los
dos lo sabíamos, y estando pensativa me fijé en su móvil, ¡madre mía, qué
tentación tan grande! Pero no, no debía curiosear, eso no iba conmigo. Seguí
doblando la ropa y el móvil no paraba de mirarme. Era una auténtica provocación
para una mujer tan celosa como yo. Me dejé de formulismos y me lancé de cabeza.
Rápidamente busqué los mensajes y leí las palabras. Me puse muy nerviosa. Los
celos me carcomían por dentro, y sin más dilación me enfrenté a él…Cariño,
¿quién es esa señora? Es amiga mía desde hace años. Me dijo que la tienes
bloqueada y no puede entrar en tu muro...¿Y tú quieres que me siga? Si, ¿por
qué no? Es amiga mía y seguidora tuya…Empecé a ver claro y me di cuenta de cómo
la defendía…Pensé que ahí es donde estribaba la verdadera amistad y aunque era
lo más honesto por su parte el actuar de esa manera, yo sólo veía sexo entre
ellos. Y eso era algo que me dolía...No sé por qué se me ocurrió mirar el
móvil, el caso es que ya no tenía marcha atrás. En mi mente empezó a nacer la
duda. Ya no era mi amado, ese hombre que me enamoró y desde el primer momento
me abrí a él y le conté mi cruda realidad creyendo que venía a por mí, venía a
por cualquier mujer que le siguiera el royo, como yo. Y no es que fuera un mal
tipo, no, sino que estaba pasando por un mal momento y se decidió a meterse en
éste mundo, lo mismo me ocurrió a mí y me aferré a él, que sin querer le di forma,
como si fuera mi tabla de salvación. Me equivoqué. Siempre me equivoco. Soy muy
inocente, lo sé, pero seguí porque me enamoré perdidamente de un personaje que
yo misma me había inventado sin darme cuenta de que él siempre fue un hombre
con los pies en el suelo, y por eso empezó a mostrarse poquito a poco, hasta
que finalmente se mostró tal cual para que viera cómo era su alma. Entonces le
pregunté…¿Tanto la quieres? Me dijo que era una buena amistad de muchos años y
que a veces se veían para tomar algún aperitivo en la cafetería…Me comían los
celos…Peor lo pasará si me sigue el rastro, además creo que mientes, dime qué
interés tiene en mí, ¡dímelo, por favor! Me dijo que le estaba dando demasiada
importancia y que tan sólo eran amigos…Mírame a la cara y contéstame
sinceramente, ¿me quieres como yo a ti? No me gustaría perderte y quisiera
tenerte aquí o al otro lado…Quiero que seas ahora muy sincero por favor, te
prometo que no me voy a enfadar, pero necesito saberlo, ¿te acuestas con ella
actualmente? ¿Haces el amor con ella aún? Te ruego que no me mientas…Anda, por
favor, somos amigos desde hace años, ella tiene su pareja…Sigues sin contestar
a mi pregunta, quiero que me digas si es una amiga con derecho a roce o no, es
así de simple, necesito saberlo, nada más…¡Que obstinación! Si te quieres
quedar tranquila, te confieso que si…¡Lo sabía! En cambio yo lo dejé por ti
¿sabes? Te he dicho lo que querías oír…Bueno, es la vida, eres joven aún y
tienes necesidades, te comprendo, no me enfado, te lo prometo, lo único que
ocurre es que me haces caer de nuevo en los brazos de él porque me acosa
demasiado y soy tan débil…Ahora podré tener una excusa para hacer lo mismo que
tu. Me has hecho mucho daño, pero no te juzgo, eres libre, ¿quién soy yo? Nadie
importante tan sólo una más…No quiero que te enfades, para mi eres muy
importante, y estás totalmente equivocada. Entre nosotros no hay nada de nada,
sólo amistad…Si pero te acuestas con ella, bueno está bien, ahora no puedo
pensar y temo equivocarme y cometer una imprudencia, perdóname, pero hay cosas
que no me cuadran, ¿por qué sabes que la bloqueé? ¿Cuándo te lo ha dicho? Sabes
mi amor, ya soy muy mayor para comerme la cabeza con estas cosas, me duelen
mucho, te lo juro, me duelen en el alma y me siento muy triste porque he visto
por tus palabras que no te gusta que la haya bloqueado y te voy a decir que
pienso bloquear a todas tus amigas…Haz lo que creas conveniente y bloquea a
quien quieras, pero estás en un error y siento que pienses así, no hay nada de
nada…Ya, pero lo que quiere ella es enterarse de todo para saber por dónde van
los tiros, y qué hay entre nosotros, y eso es porque tu le has dicho que
tenemos una relación amorosa, y si tu se lo has dicho es por un motivo, nada se
dice por decir, siempre hay una intención. A ella le da igual mis comentarios,
sólo me sigue para ver qué es lo que escribo debajo de tus anuncios, te ruego
que no insultes mi inteligencia más, me duele mucho, lo siento, soy muy celosa
y me da mucha rabia que yo no pueda estar contigo siempre y ella sí, bueno no
te enfades conmigo, hoy estoy enfadada conmigo. Soy muy débil. Anda, dame un
beso y abrázame fuerte. No me dejes nunca, te quiero no lo olvides por favor
vida mía. Venga, voy a ducharme y espérame en la cama porque a partir de mañana
me tendrás muy desperdiciada…Estoy segura de que seríamos perfectos el uno para
el otro… Al otro día, mientras regresaba en el Ave a casa, la mirada se me
perdió en el horizonte y recordé aquellas palabras que una vez leí que decía
algo así: A quien ames dale alas para volar y un motivo para volver…
martes, 14 de mayo de 2019
DESDE ULTRATUMBA.- (MICRORRELATO)
Señor mío, yo no soy mala, tan sólo una mujer ultrajada…perdóname…no
sé qué es lo que pasa conmigo, ni siquiera sé si estoy aquí o allí…creo que mi
alma permanece latente aún…pues…No para de persistir…está activa y tengo miedo
de lo que es capaz de hacer o no, pero parece como si estuviera enviándole
mensajes a ella, mi hermana, la que siempre estuvo a mi lado, la que me cuidaba…la
que acariciaba mis espaldas cuando estaba postrada en la cama sin poder moverme…Ayúdame,
te ruego que me ayudes y no me dejes llevar por las fieras que me rodean…Yo lo
quería, lo amaba, sabes que me casé enamorada, con muchas ilusiones y
esperanzas en una nueva vida, pero cambió…El carácter se le agrió, no sé porqué…Me
hizo la vida imposible, no supe detenerlo…apenas podía con mi cuerpo…la
enfermedad me tumbó…Tuve cuatro hijos…pues…Llegaron de dos en dos y a partir de
entonces la vida se truncó…Es una historia muy larga, triste y amarga, no
quiero contarla, ¿para qué? Ya no sirve de nada, para eso está mi hermana, la
que tiene la pluma con alas…La veo desde aquí, está comprando en el supermercado…Es
el mismo supermercado donde antes nos encontrábamos las dos y nos reíamos mucho
juntas, y ahora va el que fue mi marido con esa y me temo que los vea porque de
repente he sentido unas palpitaciones extrañas salir de mi alma… Le estaba insuflando
mis sentimientos a través de ultratumba, y sin poderlo evitar la dirigí hacia ellos
Madre mía lo que acabo de ver…! Estaba tan tranquilita comprando en el
supermercado cuando lo veo muy sonriente…Sí, sí, a ése, el ex cuñado…Se me
quedó mirando como esperando… …¡Me acerqué, lo saludo y
le digo con la más irónica de mis sonrisas…¡Hola! De repente se da la vuelta la
que estaba de espalda a mí y frente a él en esos momentos, me mira con sus ojuelos
pequeños…el pelo todo rizado, a lo afro barato y rubia de bote…Se me queda como
diciendo...¿Y a mí...? Yo no sé qué es lo que pasó por mi cuerpo y mis
entretelas, no lo sé muy bien, pero te juro por lo más sagrado que no era
yo…sino ella…mi hermana…La madre de mis sobrinos y esposa del ex cuñado…Pasé justo
frente a ella despacio, tranquila y sosegada…como retándola con la
mirada...¡Ojo con ojo, frente con frente, cara con cara! Como dos fieras
salvajes que se tantean a lo flojo y seguro. Casi la rodeé toda entera de
arriba abajo. La observé desde la cabeza a los pies con una ojeada de asco que
me vino por las venas, y pasé por su vera como si no existiera…Se quedó
traspuesta…¡No se esperaba esa mirada intimidatoria, instigadora, desafiante…! No,
no, mi mirada no... La de mi hermana…era la mirada de la que estuvo antes que ella,
la que se suele decir…la primera escoba y la segunda señora…Creo que se metió dentro
de mi cuerpo…Era su alma porque no podía soportar lo que estaba viendo tras la puerta…
Sí, sí…la puerta que todo lo cierra pero que todavía sigue alerta entre el
cielo y la tierra, pero…¡Hijo de mala madre! ¡Si a mí me has dicho que me
ganara la vida con el moño…! ¡Que valía menos que una mierda de la calle! ¡Que
no servía para nada…! ¡Si me has insultado hasta la saciedad durante más de
veinte años…! ¡Mal tratador! Que sin cuchillo me has ido matando poquito a poco
con tus palabras llenas de veneno hacia mí... ¡Y hacia mi familia…! Que venían
a casa a verme cuando tú no estabas…¡A escondidas! ¡Como si fueran unos
ladrones…! Y ahora la llevas a ella de la manita…¡Asqueroso de mierda! Que me
están saliendo las iras tras mis rejas…Las rejas que todo lo tapa y lo calla,
pero yo, yo…Yo te veo a través de los ojos de la pluma de la libertad, ¡mal esposo!
Que me has maltratado toda tu asquerosa vida, y ahora la llevas de viaje a las
islas…A las islas que yo quería ir y que todavía estoy esperando que me lleves
de luna de miel, ¡Mamarracho, zopenco! Te maldigo mil veces aunque estén vivos
mis hijos…Sí, ¡mis hijos! Esos que yo he llevado en mi vientre durante nueve
meses y he parido... y cuando han nacido me he quedado hasta las tantas de la
noche contándole cuentos, mientras te quedabas en la tasca de la esquina tomándote
unos cuantos cubas libres y llegabas a casa bien cargadito pidiendo cena…y
dándome guerra…¡Maldita sea tu estampa! Que todavía me quedan unas poquitas
fuerzas que saco fuera a través de las letras de mis agallas porque me da la
santísima gana…Dime, so zampabollos, ¿desde cuándo estabas liado con ella? Sí,
sí…Esa que decía que era mi amiga…¡Asquerosa y embustera! Que te has hecho la
tonta y la buena mientras yo estaba enferma para acostarte con ése en la
habitación de al lado…Ése que decía ser mi esposo amado estaba deseando de que
me fuera para cogerte de la mano y llevarte a las islas de afuera…y yo llenita
de dolores en la camita esperando que me llevaran hacia el otro barrio, pero…No
olvides nunca que en el pecado llevarás la penitencia…Salí del supermercado trastocada y todavía no sé si fue
ella o fui yo las que los retó…
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