Pasaste por mi lado como un extraño,
como si no te hubiera conocido, después de haberte querido tanto, hoy me
pareciste un extraño...Tanto me quería que de miedo huía…Eso era lo que siempre
me decías, ¡mentira cochina! Simples excusas de cobardía, no querer enfrentarse
a la realidad, porque esto que yo siento es auténtico y real, ¿te enteras? Es
una aventura llena de misteriosas competiciones, donde cada obstáculo es pura
pasión de vida, y ni la edad ni la razón entran en reflexión. Son los miedos,
tus miedos...Puros miedos que te invaden cuando me ves tan salvaje, expuesta a
cualquier ataque y al que bloqueo con la mirada de los sueños...Y por eso me
veo caminando de nuevo bajo un cielo gris, triste y apagado. Hace un frío tan
grande que no me deja pensar que otra vez me ha vuelto a dejar tirada como a
una perra. Tan sólo la furia recorre mi cuerpo llenándome la cabeza de malos
sentimientos. Apenas unos cuantos transeúntes tapados hasta las orejas se
cruzan en mi camino, a los cuales sorprendo mirándome con insistentes
preguntas…¿Dónde irá ésta tan temprano y con éste frío que pela? ¡Qué rabia
tengo! ¡Me da un coraje! Se va a enterar éste pollo, pero, ¿qué digo pollo ni
ocho cuartos? Si es un gallo ya bien crecidito y ¡con espolones! Me dan ganas
de machacarlo, ¿qué se habrá creído? Éste no me va a ver más el pelo. De buena
gana lo dejaba para siempre, ¡vaya que sí! Pero no puedo, es una fuerza
sobrenatural que me embarga la mente, y aunque ahora mismo tenga todos los
demonios invadiéndome por dentro, en el momento que los escupo, se me estremece
el alma y hasta me lo como a besos…Y esta fuerza que me arrastra y me eleva, me
lleva a tus brazos…Quiero estar contigo y nada más…Ven, vuela alma mía, que
quiero sentir de nuevo tu boca en mi cuello recorriéndome la garganta con los
suspiros de tu deseo, y el duelo de mordiscos con la viperina de mis besos…Es
como un gran fuego que me quema las entrañas, si, si, eso debe ser porque
siento hasta el humo salir por cada poro de mi piel. Y él que lo sabe vuelve a
mis brazos armado con su camión de bombero y lo apaga con el chorro de sus
besos…Es una espiral de llamaradas donde la brisa de mi alma se deja llevar por
la fuerza huracanada de su viento, y sólo necesito aire fresco para avivarlo
con las letras de mis sueños…Por eso le dije adiós segura y sin titubear. Seguí
mi camino sabiendo que me seguiría, pero no se va, está ahí, quieto, débil,
indeciso, mirando la nada. Es incapaz de volverse y dejarme marchar porque sabe
que si se va, ya no me tendrá jamás y yo que lo sé lo arrastré hasta un
callejón estrecho y oscuro y me lo llevé a mi terreno. Se quedó con la mirada
interrogante, observando las húmedas paredes...¡Vaya sitio tan bueno! ¿Cómo
sabes tanto? ¿Cuándo lo has descubierto? ¿Acaso vienes muy a menudo? Conozco
estos sitios porque cada vez que camino miro por todas partes, cada rincón
oscuro y lugar estratégico y cuando descubro un banco escondido entre
matorrales, me imagino sentada contigo a horcajadas, ¿sabes? Sí, sí, como las
parejas esas que se entrelazan en un abrazo y no sabe de quienes manos ni
piernas, y sus bocas son dos lapas adheridas a las rocas…Te comería a besos ahí
mismo, y otras cosas que me callo para no escandalizarte, por eso conozco estos
sitios…Es como si tuviera las antenas del deseo colocadas en cada poro de mi
cuerpo que me alertan y me hablan…Ven, vente a revolcarte conmigo…Me lo quedé
mirando con una sonrisa burlona y llena de picardía insinuándole que no era la
primera vez que atajaba por el callejón aquél, donde las huellas de mis pasos
sobre el suelo se podían entrever, y el rastro de mi cuerpo en las paredes
manchadas con mi piel...Y él ni corto, ni perezoso, me seguía a la par,
dejándose mecer por cada latido de mí ser, mientras decía…Sé que te voy a
perder, te voy a perder…Seguí adelante y justo en medio me planté frente a él,
y mirándolo a los ojos le pregunté…Dame tan sólo una razón para que yo vuelva a
tus brazos...Te quiero, te quiero…¡Calla! ¡No sigas mintiendo! Y no envenenes
más mi mente ni mis debilidades, que tú lo único que quieres es esto que tengo
entre cañaverales…Me enardecía la pasión de su mirada…Era un pasadizo que daba
hacia otra calle, pero tan estrecho que en la mitad no se veía ni torta. Me paré
en seco y me lo comí a retazos con mis locos besos. No daba crédito a tanto
derroche de sentimientos, donde con cada latido, mi alma desbocada le exigía
nuevas mordidas en mi garganta. No supo retenerme, no tenía fuerzas para
acallar lo que mi lengua viperina le ordenaba dentro del laberinto de sus
entrañas, hasta le atravesé la nuca con suaves aleteos suspirándole...Tú eres
mi hombre…Nadie más que tú para calmar la agonía de los duendes del bosque de
mi vida…Le gritaba en el oído despiadados y húmedos besos de pasión. Mi alma
salía reclamando total entrega, avivando el leño con la chimenea de mi cuerpo.
Las chispas de fuego se dispararon a lo largo del callejón, recorriendo todo el
pasadizo con suaves humaradas de pasión, donde cada vértebra de mi cuerpo se
estremecía con el aire fresco de sus besos…
lunes, 29 de diciembre de 2014
martes, 23 de diciembre de 2014
PASASTE COMO UN EXTRAÑO.- (MICRORRELATO)
Te colaste en mi casa, en mi cama y en mi cuerpo y ahora cada vez que te da la gana, entras y sales para robarme los suspiros que me da ésta ansia que tengo por atraparte la boca y volverte la cabeza loca, loca...Te quise desde todos los tiempos, ya ve, desde que no te tenía en mi pensamiento y cuando me viste caminar, entraste en ellos como si fuera su dueño dirigiendo cada mohín de mi cara, los gestos de mi cuerpo y hasta los suspiros que me salían del pecho…Y después de abrazarme, te dan las prisas por largarte…Como un extraño pasaste hoy delante de mí, si señor como un extraño y eso me pone a parir, sobre todo porque lo haces siempre y después de tenerme. No comprendo cómo es posible que siga queriéndote sabiendo lo que sé. Tengo la impresión de que tienes miedo de mí, que cuando más te doy más me temes y es por eso que hoy pasaste de largo y sin mirarme a los ojos. Ya ves mi amor cómo te conozco que hasta te leo los más mínimos pensamientos. Por eso hoy me fui a buscarte porque sabía que estabas allí esperándome. Te estabas dando cuenta de que si seguías con esa actitud, tarde o temprano me perderías para siempre y eso es lo que no soportas. No sé cuando te vas a dar cuenta de que soy una mujer ya hecha a todas las consecuencias, pues años compartidos contigo me ha dado mucha experiencia, y que cuando tú pasas de mí, yo sigo mi camino tranquila y campante, y eso es lo que desbarata las expectativas que llevas maquinando por dentro de tus pensamientos, porque lo que tu quieres es que vaya tras de ti corriendo toda desesperada y llenita de celos. Eso era lo que hacía antes, pero ahora no…Ya no te voy a querer, ya no te voy a adorar, ni siquiera espero tu amistad que cuanto más me tenías, más me abandonabas, y yo ilusa de mí, me deshacía en lágrimas, y cuando veías una sonrisa pintada en mi cara, volvías a mis brazos tan sólo para robármela…Ya no te voy a esperar, ya no te voy a soñar, ni siquiera espero que regreses reclamándome para negociar, que cuanto más te regalaba más me querías quitar...No vuelvas a buscar mis besos, ni a exigir mis abrazos, ni me pidas que yo quiera tenerte un buen rato, que de tanto quererme y olvidarme se me ha vuelto el corazón indiferente y ya no sé ni lo que quiero. Miento, sé lo que quiero. Quiero que me quieras con ganas y con mucho deseo, hoy, ayer, mañana, siempre y hasta después de la muerte…Ya no dejaré mi cuerpo abandonado sobre tu pecho, que cada vez que me abrazas por las espaldas, me utilizas como si fuera una guitarra. Pareces un tuno…Un tuno muy tunante tocando las cuerdas de mis delirios emocionales, mientras me susurras en el oído esa serenata de palabras apasionadas…y cuando menos te lo esperas me lío a tocar la trompeta con todas las fuerzas de mis debilitadas emergencias, dejándome llevar por la música del concierto ese, donde cada toque de guitarra, enardecían los giros de mis sentimientos revoloteando con tus sonidos al viento…Al aire se quedó mi alma encumbrada, al aire quedaron expuesta todas mis flaquezas y poco a poco te hiciste el dueño de mis más íntimos secretos…y tú te vuelves a marchar…Pero por las noches mientras duermo se que tu mente y la mía están unidas, porque tus sentimientos se interpolan con los suspiros de mi alma…y te veo muerto de miedo cuando sabes que si no vienes, me pierdes y me pierdo. Por eso sé que me buscas de nuevo, ¡vaya que sí! Que te presiento. A veces tengo la impresión de que tenemos una conversación imaginaria. No imaginaria no, real, porque siento todo tu sufrimiento, cuánto me deseas, tus labios besando mi cuello y hasta entregándote a mi cuerpo…Me lo dice el corazón, y por eso salgo corriendo a por él. Es como una fuerza que aún sabiendo que luego me va a dejar, ahora me lleva hasta más allá de la eternidad. Es una llamarada encendida en la oscuridad y que yo sigo, porque si no, jamás volvería a ver la luz. La sigo, voy tras ella, es la trampa de la vida. Abro los ojos en la oscuridad y te veo…Veo cómo me miras, me sonríes y estiras tus brazos hacia mí, y de repente siento las palmas de tus manos acariciándome la cintura, las caderas y la espalda…Y de tu garganta salen palabras apasionadas de amor. Sé que son de amor porque tus labios me rompe el corazón a pedazos diciéndome…Eres la mitad de mi vida. Eres la mujer de mi vida ante los hombres y ante Dios…Corre, corre, me dice el eco de tu voz…Por eso fui a buscarte de prisa, de prisa…Era como si una fuerza sobrehumana me arrastrara hacia tus brazos, porque tú me estabas llamando a voces, ¿verdad? Y allí estabas sentado, cabizbajo, con la mirada perdida…Pasé de largo sabiendo que me verías y de un salto apareciste a mi lado, reclamándome, llamando mi atención, y cuando viste cómo me reía, te pusiste en guardia y me dijiste que todo se había acabado entre los dos. De acuerdo te dije, y adiós…Pero no te vas, te quedas a mi lado para darme explicaciones llenas de interrogantes y sin contestación. Me dices que cada vez estoy más metida dentro de tu cabeza y de tu alma, que no pegas ojo pensando en mí y que se te pasan las noches enteras sin dormir, que tenemos que dejarlo. No tiene seguridad en sí mismo, le entran remordimientos, si tiene remordimientos... Continuará…
domingo, 7 de diciembre de 2014
VERDE QUE TE QUIERO VERDE.- (MICRORRELATO)
Te comí la
boca a besos, te abracé el cuello y te arrastré para los adentros...Te susurré
al oído palabras ardientes de amor y verdes, muy verdes y tu a medias
decías…más, más…Apenas podías hablar, tan sólo escuchar mis exigencias cada vez
más fuertes y verdes, siempre verdes como los campos de hierba verde, donde
pastan los animales al libre albedrío de su naturaleza, comiendo todo lo que se
encuentra en su camino siempre, y yo como una oveja descarriada me perdía entre
brincos de pasión, dejándome llevar hacía praderas desconocidas y lugares
peligrosos, y tú tras de mí, queriéndote llevar a la boca la hierba verde que
seductoramente te ofrecía como pétalos de flor…A lo lejos se oían voces y
gritos. Avisos y llamadas de atención del buen pastor, alertándome de que me
podría despeñar, y yo seguía y seguía sin volver la vista atrás, tan sólo
pensaba en volar y dejarme llevar por las emociones del momento actual, sin
pensar, ofreciéndome al azar bajo la sospecha de caer por barrancos y
terraplenes, y todo lo que se presentaba ante mi, como ésta gran aventura que
era la locura de vivir siempre expuesta a la merced de mis
sentimientos...¡Corre, corre…! Decía mi alma desbocada como mujer enamorada
buscando más allá de la libertad…¡Corre, corre, sigue adelante…! ¡No te
detengas, no vuelvas la cabeza, sigue tus impulsos de pasión…! Nada, ni nadie
me importaba, ni de lo que me pudiera encontrar en el camino, mientras tu
corrías y corrías cada vez más, aligerando el paso con placenteros abrazos de
amor, y yo, sumida como estaba en ese afán de ofrecerte mi boca a retazos.
Trocitos de caramelos…De un salto, mis piernas veloces volaron revolcándome
sobre la hierba verde, sintiendo la suave brisa de tus suspiros en mi oído, las
caricias de tus manos alrededor de mi cuello y las gotas de rocío fresco hasta
por dentro de mi cuerpo…¡Bésame, bésame…! No paraba de susurrarte al oído con
mis brazos abiertos al mundo, al mundo que era tu existencia, toda entera para
mí y yo para ti, desnuda mi piel y despierta mi carne llena de pasión…Para tu
boca, para tu alma y para mi cabeza loca…Loca, loca, loca…Que no quiero estar
cuerda, que sólo deseo estar todas las horas escribiendo como Federico García
Lorca…Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la
mar y el caballo en la montaña…Y de nuevo me hallo caminando por la calle,
reviviendo cada momento de ayer, tan rico y bueno para mi alma, que me
reconforta tanto el espíritu, llenando mi cuerpo de verdadera vida de pasión,
pues qué sería de mí sin ésta gran locura de vivir al libre albedrío de los
latidos de mi corazón…No quisiera yo entramparme en una moral llena de
obstáculos, cuando a cada paso que doy, mis sentimientos se enaltecen con tanto
amor que me desborda el alma entera, dejando mis letras volar al ritmo de mi
sentir, sabiendo de antemano que quizás traspase las fronteras de la moralidad,
como si fuera algo malo y pecaminoso
unos sentimientos anidados en lo más profundo y recóndito de mi ser,
resurgiendo sin saber, ni cómo ni cuando, ni por qué, tan sólo las letras
sabrán el motivo de salir pregonando con todas sus sílabas y vocablos, palabras
locas y atrevidas frases de pasión dejándolas caer por Internet, como si esto
fuera un patio de colegio donde los corrillos se forman para cotilleos de
grandes y pequeños, y yo aquí disfrutando del placer de escribir...Trocitos de
caramelos, látigos de acero…No quisiera yo dejar atrás éstas fantasías
eróticas, y desesperar a miles de mujeres entrampadas en mi alma inquieta, sin
echarlas a volar por la cruda realidad de su avatar, como si fueran parásitos a
seguir arrastrando sentimientos ocultos en una sociedad impuesta por el buen
hacer de la lógica civilización, tan sólo por creer que una nunca pudiera tener
pensamientos atrevidos y audaces, llevándolos a cabo en un fantástico viaje por
el interior de su corazón, expresando sin pudor una aventura más entre un
hombre y una mujer de edad madura, como si el amor y el sexo tan sólo fueran
cosas estipuladas por las leyes del razonamiento hormonal, en su más puro
apogeo de calenturas intravenosas, dejando de lado los sentimientos que nacen a
través del paso del tiempo y de los cambios naturales de nuestra mente y
corazón...Y por eso no paro de pensar en ti, haciéndome mil preguntas del
porqué ayer me comías a besos, dando un paseo por toda la calle tan a gusto,
los dos juntitos de la mano, parándonos a cada momento por lugares estratégicos
para abrazarnos como dos enamorados, ¡vaya que si! Como cuando nos conocimos,
¿te acuerdas? Hace ya tantos años que estamos juntos y separados que ya no sé
ni qué pensar, pero me cuesta creer que hoy me dieras de lado…No paro de pensar
en ti, tu mente y la mía, siempre estarán unidas por esa corriente de vida,
sexo y pasión compartida, aventuras y desdichadas locuras de amor…Verde que te
quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en
la montaña…
miércoles, 3 de diciembre de 2014
CAÍSTES A MIS PIES.- (MICRORRELATO)
Escarbando
entre palabras ardientes de amor, aquí me encuentro de nuevo dando rienda
suelta a las letras de mi imaginación, escribiendo aventuras y desventuras de
una mujer de edad madura, donde los sentimientos reprimidos se entremezclan con
pasiones ocultas, y las debilidades humanas las arrastra a emocionantes
momentos de ardor...Y por eso sigo aquí buscando la manera de que vuelvas a mí.
Voy a ser fuerte y aunque me acechen las dudas y los malos pensamientos, pienso
ganar esta batalla con las trampas del ingenio y de la fantasía. No me gusta tu
forma de actuar, me haces mucho daño y voy a utilizar todas las tretas y
artimañas que me pueda imaginar. A ver si te crees que me iba a quedar
encerrada en casa, esperando una señal tuya para lanzarme a tus brazos como una
mujer desesperada, ¡ni hablar! ¡Estaría bueno! Estoy tan harta de tu manera de
proceder que te juro por lo más sagrado que si no fuera porque te quiero tanto,
me liaba la manta a la cabeza y te ibas a enterar tú bien de lo que soy capaz
de hacer. Pienso mostrarte tu espejo para que te des cuenta de cómo eres
realmente, y sientas en tus propias carnes lo que duelen los celos y los malos
pensamientos cuando se está una temporada sin saber, ni qué hacer, ni cómo
actuar, porque yo sufro, ¿te enteras? ¡Y mucho! ¡Ahora me ves y ahora no ve
ves! Estoy hablando sola por la calle y mientras camino voy dándole forma a una historia para no dormir. Le iré
contando una sarta de mentiras ensambladas con verdades a medias y la voy a
enmascarar de tal manera que ni yo misma voy a desentrañar la realidad. Son las
triquiñuelas de mujer y jamás podrás descifrar la autenticidad porque la voy a
enmarañar bien. Estoy harta de sus artilugios, ya no lo soporto más ni lo
pienso tolerar, y por eso te paré en medio de la calle y te dije que no
podíamos seguir así y que estaba con la duda de volver con mi ex. Al momento te
pusiste las pilas, ¡vaya que sí! Reaccionaste y querías saber más del por qué de
mi cambio de actitud, que a qué venía esto si los dos estábamos tan bien así.-
Lo estarás tú alma de cántaro.- Me dije para mis adentros, porque realmente, en
el fondo nuestra relación se estaba convirtiendo en pura rutina y tal
comodidad, que te permitías el lujo de estar conmigo cuando te saliera del
peñón de Gibraltar, porque eso es lo que haces últimamente, ¿te enteras? sin
pararte a pensar que yo soy una romántica de la vida y que todavía me gusta que
me enamoren cada día como si fuera una jovencita, ya que por eso mismo me
separé de mi pareja anterior. Tú estabas fumándote un cigarro, con una mano en
el bolsillo y mirando hacia el cielo, como si estuvieras pasando de mí, cosa
que me horrorizaba, así que sin más preámbulos le solté la bomba. Te comenté
que me había visto con él para hablar y que una cosa llevó a otra y al final
nos liamos un poco. Reconozco que no hay quien me gane en tretas femeninas, y
llenita de maldad, te dije un poco casi entre comillas de manera insinuante,
¡fíjate hasta donde llega mi retórica vengativa! Y tú con los ojos abiertos
como platos me zarandeaste pidiéndome explicaciones y que te contara cómo
surgió, de qué manera y cuándo. Te dije que no deberías de saber más porque te
iba a doler mucho. Ahí me explayé toda enterita y con una risilla irónica y
burlona, más bien tirando a la sátira más mordaz que se pueda una imaginar. Hay
que ver Dios mío, la cantidad de malsana intención que a veces sé utilizar. La
verdad es que lo dejé caer como para que pensara hasta más allá. El caso es que
insististe tanto, que al final te dije que lo había besado como te beso a ti.-
¿Con lengua? Me preguntaste y te dije…Hasta la campanilla y como si estuviera
bailando un tango lento y modulado. Y me quedé tan tranquila. Al final me salí
con la mía porque lo que yo quería era hacerte daño, verdadero daño y del que
duele en los sentimientos. Y por eso ahora estoy buscándote vida mía, para
decirte que todo había sido una jugarreta de las mías para que me hicieras
sentir una mujer amada y deseada, porque eso es lo que me hace vibrar, vivir la
vida a tope, ¡nada de lo cotidiano y normal! Yo necesito amor, pasión, sexo,
aventura…Y ahora resulta que te escondes de mí me buscas y me sigues por ahí,
lo sé porque te vi. A veces me hago la ignorante para que te creas importante y
poderoso, pero cometes errores, ¿sabes? Que esta mañana te vi agachado tras de
las ramas. Estabas escondido y luego estuviste más de una hora esperándome en
la esquina donde suelo pasar, y pasé, ¡vaya que pasé! Que te quedaste mirándome
como un perro apaleado. Me puse ese pantalón vaquero ajustado con mis botas
altas de tacón y un jerséis azul celeste que me favorece tanto a la cara y me
hace guapa, guapa... Si, si, esos vaqueros que te excitan tanto y que cada vez
que me los pongo atraigo la mirada de los hombres, porque según tú, camino de
manera insinuante y provocativa y que te ponen a cien, y yo que lo sé, hasta
dejé caer el fular al pasar por tu lado para agacharme descaradamente delante
de tus narices, y después lentamente me alcé y crucé la carretera enseguida
para perderme por ahí, y antes que te dieras cuenta me metí en un portal y te
esperé, ¡vaya que te esperé! Que entraste como un loco y antes de darte cuenta
te arrastré hasta el fondo y como un niño caíste a mis pies…
miércoles, 26 de noviembre de 2014
ESA EXTRAÑA FORMA DE QUERER.- (MICRORRELATO)
Y ahora de
nuevo en aquél tiempo de los sentimientos perdidos cuando me encontré contigo.
Si, cuando me mirabas con esos ojos que te delataban de una manera tan
descarada, como pidiendo fuego, ahora y de prisa. Fue cuando entonces me di
cuenta de que no parabas de cruzarte en mi camino. Me gustaba tanto que sin
darme cuenta empecé a desear que llegara el momento para verte. Me sentía como
una adolescente en sus primeros toques de amor, y por eso una mañana
traicionera te acorralé con mis maneras y te besé. Te quedaste como un niño
pequeño cuando se le da un juguete nuevo, ¡vaya que sí! que te aferraste a mi
cuello balbuciendo…Te quiero, te quiero…Y revolviéndome me acerqué a tu oreja exclamando
muy bajito…Mi niño, mi niño…Y ahí empezó la aventura interminable de nuestra
vida, que ya no hubo manera ni forma de echarte de mi vera, que con tal que me
veías me seguías y me decías…¡Guapa, qué bonita eres…! ¡Cómo me gustaba oírtelo
decir! Me dislocaba la cabeza de tal manera que te arrastraba hacia cualquier
escondijo para comerte la boca a mordisco…Y por eso aún te sigo por los
caminos…Recuerdo cuando te compraste el coche ese tan chico, y me viste por la
calle, me pitaste y luego te paraste y bajando la ventanilla me dijiste…¡Hola
nena! ¿Quieres dar un paseo? Y abriéndome la puerta me senté a tu lado de un
salto, ¡vaya que sí! que nada más tomar asiento me pusiste la zarpa en el muslo
y guiñándome un ojo me volviste a preguntar…¿Dónde quieres ir? Al fin del
mundo, llévame al fin del mundo, te dije, y pisando el acelerador, me llevaste
detrás del fin del mundo, ¡madre mía la que se lió…! Todo el trayecto con tu
mano rebuscando entre los arrabales de mis piernas, parecías un lobo hambriento
y yo a cada paso de cebra…Ten cuidado chiquillo, ten cuidado que la gente puede
vernos y el semáforo de rojo va a cambiar a verde…Y te sonreía picaronamente
con el verde, que te quiero verde…Y ya a lo lejos, donde aquél montículo que
limitaba con el cielo, empezaste a maniobrar y estando casi aparcando,
aparecieron unas cuantas ovejas, el pastor y un pedazo perro con toda la lengua
fuera y unos ojos, que cuando lo vi frente a mí, al lado de la puerta, casi se
me sale el corazón. Y tu mientras tanto, una mano en el volante y la otra no sé
donde la tenías pero que empecé a chillar como una energúmena, no sé si del
miedo que tenía o era de la misma risa, los dos sudando como pollos…Y cuando,
pastor, perro y ovejas desaparecieron del mapa, te atrapé por el cuello como
una loca besándote la boca, gritando tu nombre, ¡madre mía qué forma de
retorcernos en un coche tan pequeño! donde volante y manivela se interponían,
haciendo casi imposible el desenfrenado abrazo de dos cuerpos encendidos,
fundiéndose con las prisas de la agonía, hasta que mis piernas y tus rodillas
empezaron a esquivar los obstáculos danzando al ritmo del tango de dos locos
enamorados…Y por eso, en ese indefinido tiempo del equilibrista y la
contorsionista, me encuentro aquí…Desde un principio te di carta de libertad.
Te dije que a mí lo que me atraía eran los arrebatos locos y ese temor de la
inseguridad, así que no me tenías que engañar porque no había nada que perder,
ni preocuparse de nada, ya que esto es sólo una aventura más de la vida
pasional de las personas y punto pelota…Como siempre, ésta forma mía de tenerlo
todo controlado, poniendo orden, como si tu y yo fuéramos los muebles de una
casa, ¡qué ignorante pensar que en los sentimientos una puede mandar! Son ellos
los que te colocan ahí o aquí. Van al libre albedrío de las emociones y su
poderío…Yo no quería verlo porque no me gusta acomodarme, ni tampoco estar
sujeta a nadie como si fuéramos una pareja formal, y fíjate ahora en mí, que
cuanto más te tengo, más te quiero y te deseo, y lo mismo te ocurre a ti. Hay
algo misterioso en ésta extraña forma de querer, que nos ata y nos desata como
si de un hechizo maligno se tratara. Parece cosas de brujerías y por eso
estamos como estamos, con un tira y afloja, que lo mismo me quieres más que a
tu vida, que me rechazas, como si me odiaras a rabiar y cuando soy yo la que te
dejo tirado como un perro, me buscas, me encuentras y cuando te hartas de hacer
conmigo lo que se te antoja, te vuelves a alejar…Estoy cansada de éste mal
querer que nos tenemos, ¿te enteras? Me está trastornando la cabeza y mi estilo
de vida, pensando continuamente en ti como si estuvieras hilvanado a mis sueños
de alguna manera divina, que hasta por las noches te veo mirándome el rostro,
estirando tus brazos hacia mi cuello, buscando mis besos y con los ojos
llenitos de deseo y llamándome por mi nombre siempre, siempre…Presiento que te
quema en los labios...Y por eso me levanto pensando en ti. Estoy tan
esclavizada a ti, que no hago más que estar pendiente de si te veo o no te veo,
y se está convirtiendo en una auténtica pesadilla, y precisamente, esta mañana
te vi, ¿te enteras?...Quizás quise imponerme tanto a tu manera de quererme tan
para ti, que me perdí entre la locura del sin vivir y las dudas de la rutina…Y
por eso ya no aguanto más y ahora soy yo la que te dejaré marchar…
domingo, 23 de noviembre de 2014
DONDE ME CRUCÉ CONTIGO.- (MICRORRELATO)
Y estos
hombres que no saben lo que quieren, son los que más daños hacen a las mujeres,
porque viven en un pozo sin fondo donde te quieren arrastrar hasta lo más
hondo...Es un creído, malvado y lleno de vanidad, y ahora viene todo
desesperado porque se ha dado cuenta de que conmigo ya no puede seguir de esa
manera. Si, si, de esa manera tan problemática que tiene apareciendo y
despareciendo como si fuera un mago. A veces pienso que está loco por su forma
de actuar, escondiéndose cuando me ve salir para darme a entender que pasa de
mí, como la otra mañana que te metiste en la floristería, ¡qué ignorante eres!
Se creerá que no lo he visto darse la vuelta y meterse en esa tienda, pero me
hice la desentendida, como si no estuvieras y seguí mi camino tal cual, ¿qué te
creías que me iba a poner a buscarte o a entrar y preguntarte con la mirada del
por qué te escondes de mí? ¡Tú no me conoces bien! pero yo a ti sí, ¡y
bastante! Que aún sabiendo que venías andando detrás, me puse a tontear con un
amigo que me encontré en el camino, y le planté dos besazos en la cara. Luego
me puse a charlar animadamente con él y hasta solté una carcajada de la mías
para que sintieras celos, ¿te enteras? Después me fui moviendo las caderas para
marearte la mirada como yo quería que sintieras…Me imagino la rabia y el coraje
que te daría, sobre todo cuando me di la vuelta, y te miré a los ojos
fijamente. Me reí con toda la ironía de la que soy capaz cuando me salen los
demonios que tengo dentro, porque cuando me haces daño me transformo en la peor
de las víboras, ¡vaya que sí! Que me convierto en una serpiente venenosa. A
partir de ahora no pienso sufrir ni un día más por ti, pienso echarle a la vida
un pulso y sobrevivir y tu no me vas a parar…Y por eso ahora vienes a buscarme,
ahora lloras por mí, ahora recorres las calles y ahora ya sabes de mí existir.
Ahora que te has dado cuenta de que me has perdido, tú me quieres recuperar,
pero ya no te hago ni puñetero caso, me eres indiferente, ¿sabes? Te ignoro,
¡no te quiero! Me cansé de tus idas y venidas, me cansé de tanto esperar, me
cansé de inquietarme, me cansé de tu ausencia y mi penar…Ahora te quiero…ahora
no…ahora yo qué sé…ahora dame un beso por favor y ahora perdóname…pero…¿tú
quién te has creído que soy? ¿Una tonta y estúpida mujer a la que se la pueda
manejar como si tal cosa...? Quizás te hayas dado cuenta que voy en serio,
quizás pienses que ya nunca más tendrás mis besos, ni mis abrazos ni jamás te
diré te quiero pegadita a tu cuello. Ni tampoco esas frases lujuriosas que te
susurro en el oído cuando la pasión embarga mi carne y que te arranca las
pasiones de tu infierno…Ese infierno tuyo al que tu me quieres arrastrar,
sometiéndome a mil calderos sin fin y luego me dejas, te alejas y te vas…Estás
acostumbrado a hacer lo que te da la gana, eres el que siempre lleva la voz cantante
y me tratas como si fuera una arrastrada, una pobre mujer mendigando un poco de
amor, pero…¿en qué mundo vives tú? Me cansé, ya me cansé de tus arrebatos
machistas e irracional enamorado Donjuanesco. De ahora en adelante seré una
mujer fuerte y no te voy a permitir que me hagas llorar nunca más. No se puede
tratar a una persona como lo haces, ¡ahora me ves y ahora no me ves! Yo ya
estoy más que harta de tus tejemanejes... Y por eso voy por calles oscuras y me
vienen unos pensamientos verdaderamente pecaminosos…Tengo ganas de serte
infiel, ¡vaya que sí! Que me dan unos deseos irresistibles de pecar…No sé qué
es lo que está pasando por mi cabecita, puede ser que sea por la rabia, la
impotencia y el dolor que no puedo compartirlo con nadie, pero te juro que a
veces me entran ganas de irme con cualquier hombre y entregarme a sus brazos a
ver si de ésta manera se me va de la cabeza... pero no, estás ahí, siempre
ahí…Me gustaría preguntarle el por qué actúa así conmigo. A veces pienso que
tiene miedo a quererme tanto o es que no se atreve a seguir a mi lado atado
para siempre, hasta que la muerte nos separe. Yo creía que lo conocía mejor que
nadie, pero hay días que lo siento como un extraño cuando lo veo deambular por
las calles solitarias y me hace pensar que va como un perro callejero
husmeando, como rebuscando entre la gente…Puede ser que sea yo muy celosa, no
sé… Muchas veces le interrogo con la mirada, con los gestos y las palabras,
hasta lo he acusado de estar con otra y conmigo y me dice que me lo invento,
que sólo son celos…de pensarlo casi muero y nada más que por eso lo he dejado
tirado porque ya no puedo seguir su estilo de vida…Ya no te voy a querer, ni te
voy a mirar ni siquiera escuchar esta historia irreal…Tengo una rabia por
dentro que me corroe por todo el cuerpo y necesito decirte todo lo que
siento…No vales nada, no me gusta ni tu manera de caminar, siempre buscándome,
me encuentras y te vas…Eres un falso, eres la mentira sin piedad, no te
conformas con tu vida ni te sacia ésta romántica historia pasional. Eres un
caos del amor, eres pura ambigüedad…Jamás te importé, tan sólo te preocupa tu
triste orfandad, si tu no me quieres, menos te voy a querer yo. Y por eso voy a
rebobinar en el tiempo donde me crucé contigo para atrapar los sentimientos que
se quedaron en el camino…
sábado, 15 de noviembre de 2014
EN LA SOLEDAD DE MIS SENTIMIENTOS.- (MICRORRELATO)
Y
éste hombre que hace unos días me dijo que me quería, que me amaba y que sin mí
no vivía. Éste hombre que me dijo que iba a llenar el depósito de gasolina y
que me llevaría hasta que se acabara nuestra vida... Si, si, el mismo que en
cada encuentro parece un cohete ardiendo y me abraza el cuerpo entero. Arropa
mis sueños, me habla bonito por los caminos del infierno y me besa los labios con
la agonía del hambriento. Me llama por mi nombre en la cima del monte, y cuando
cierra lo ojos me arrastra hacia su pecho…Y yo que lo sé me aprovecho de su
entrega y su querer, le como la oreja con mil lentejuelas y le susurro junto al
oído palabras desnudas y sin piel…Y cuando escucha mi suspirar se deja hacer a
la merced de mi carne y mi sed. Y él que conoce mi entrega, mi arranque y mi
querer, me ama y me teme a la vez. Luego se aparta de mí unos días para que lo
tenga presente siempre, siempre. Y aquí estoy de nuevo sin saber qué pensar,
derrochando imágenes que grabadas en mi alma están. No comprendo su pesar, ni
tampoco entiendo por qué me busca tanto por todas partes y cuando me encuentra
se echa a mis brazos como un condenado y luego se va...Voy por la calle como
sonámbula, temerosa, extrañando cada paso que doy, parece que tenga quince años
cuando iba al instituto y las palomitas revoloteaban por mi pecho, temiendo
perder a mi chico…Se va, se aleja de mí y ya no me buscas más…Quizás tenga
miedo de esa gran necesidad que tiene de tenerme cada vez un poco más, o es que
tema ésta pasión tan fuerte que de mi no se pueda desatar...Te dije que no
debíamos seguir, que no estaba bien éste amor tan apasionado, pero tú
insististe y me ataste a tu abrazo y ahora soy yo la que te busca por todas
partes, porque sin ti no puedo vivir. Te necesito ¿sabes? Y si me dejas no me
quedará ni mi existir. Nada, no me quedará nada, tan sólo seré una mujer
descabellada. Y por eso me encuentro hablando sola por la calle del olvido a
ver si así se aleja tu recuerdo de mí, pero me persigue por todas partes,
¿sabes? Es como si tuviera de alguna manera extraña, su propia entidad, porque
siento hasta su pulso, incluso su aliento pegado a mi tez. Quizás sea la escena
del último encuentro que haya recobrado forma, o a lo mejor es de tanto como lo
deseo y se haya proyectado y sea como un espectro de mis recuerdos. Parece como
si se quisieran apoderar de mí, fíjate con la fuerza que me atrapas, ¡vaya que
sí! Como aquella vez que me abrazaste tan fuerte que casi se me atragantaron
las palabras en la garganta, y ahora casi me ahogan de lo que amontonadas
están dentro de mí. Te odio con todas las fuerzas de mi alma y de mi ser y más
porque no tengo…No, no te odio, sino que te amo. Siento una rabia desbordante y
ganas me dan de machacarte y de golpearte, hasta me vienen deseos asesinos por
todo el daño que me haces sin merecerlo, porque yo soy una mujer buena, ¿te
enteras? Creo que te angustia las ansias que siempre tienes de mí y por eso
mismo me rechazas, me aborreces y me odias. Quieres recobrar tu libertad, aún
sabiendo que ni vives ni dejas vivir, eres como el perro del hortelano y por
eso tengo el corazón roto. Se me parte el alma cada día cuando salgo y no
apareces para decirte con los ojos cuánto temo perderte. Me duelen hasta los
suspiros que se escapan de mi garganta. Es como si fueran los reclamos de mis
pertenencias que te exigen los besos y los abrazos que te entregué, son míos,
¿te enteras? Apenas puedo descifrar mis sentimientos. Se me amontonan los malos
pensamientos imaginando escenas variopintas donde te presiento indiferente
hacia mí…Creo que me espías, que lo sabes todo de mí y por eso te haces de
rogar, para que ahora sea yo la que te ronde, fíjate cómo te conozco que te has
vuelto un poco misterioso para que no se acabe nunca la aventura de amarte como
si fuera una joven locuela…Estás jugando conmigo, probándome, tanteando el
terreno, haciéndome padecer mil sensaciones sin equilibrio, es como si quisiera
que perdiera la razón y mis emociones están a punto de explotar…Y yo te espero,
siempre te espero, porque a medida que pasan los días siento que te quiero, que
nos queremos y volvemos de nuevo a nuestros abrazos compartiendo besos
apasionados. Y de nuevo, otra vez caigo rendida a tus pies, y luego es como si
te arrepintieras o tuvieras miedo de serme tan esclavo y desapareces. Ya no
tengo edad de estar como cuando era una jovencita toda asustada perdida tras
los cristales y preguntándome, ¿vendrá a recogerme o no vendrá? No puedo más
con esa manera tuya de amar, con esos altibajos, el corazón en un puño, el alma
rota…y un pálpito en el suspirar…Soy demasiado mayor para tanto desequilibrio
emocional. Se me descontrolan los sentidos y no puedo poner orden a mi vida, ni
calibrar mis prioridades…Siempre en la mente tú, atado a mis
sentimientos…Buscándote por todas partes voy con las letras desnudas de tu
nombre…¿Es un ángel o es un demonio? ¡Ahora me ves y ahora no me ves! Y ahora
resulta que tengo miedo, tengo miedo de volver a encontrarme contigo en el
camino, llevas tantos días desaparecidos que hasta me acostumbré a la soledad
de mis sentimientos…Y por eso voy a robarle al aire las frases que volaron
aquella tarde de invierno cuando me la arrancaste del pecho con tus besos…
lunes, 10 de noviembre de 2014
PALPÍTAME EL ALMA, PALPÍTAME POR DIOS.- (MICRORRELATO)
Perdiéndome
en la ciudad me hallo buscándome sin poderme encontrar, tan sólo los besos y
abrazos que imaginándome están a cada paso que doy. Es como si me quisieran
atrapar, será porque los siento tan dentro de mi que apenas puedo caminar,
fíjate de qué manera una puede llegar a amar, que hasta enloquecen los malos
pensamientos batallando entre ellos como si supieran más que yo misma, pues se
alojan en el lugar más recóndito de mi interior y ya no saben ni a donde ir.
Dicen que el pensamiento es libre, que no tienen ni orden ni control, ¡qué sé yo!
pero mi cabeza está a punto de estallar con tanto suspense y esa duda
misteriosa que apenas deja mi mente en libertad. Es una lucha continua donde te
veo entre tinieblas, como si ya no estuvieras tan loco por mí, y eso me
desquicia de tal manera que ganitas me dan de irme con el primero que se cruce
en mi camino…No me conformo que me quieras nada más, sino que me adores, ¡vaya
que sí! Soy tan redomadamente egoísta que necesito constantemente que me lo
demuestres a piel y canto. Qué estés siempre ahí, supeditado, a la orden de mis
devaneos, cuando quiero y me dé la gana. Reconozco que soy una caprichosa de la
vida y me encanta dominar la situación, y es todo lo contrario, que haces y
deshace usándome como una muñeca de trapo, y yo sumisamente caigo rendida y eso
me pone a parir…Siempre igual, no entiendo nada de esa forma de actuar que
tienes. Se me llena la cabeza de inquietudes y me pregunto el por qué cada vez
que tu quieres me arrojo a tus brazos como si no tuviera voluntad, porque yo no
mando en mí, ¿sabes? No tengo fuerzas para negarte un beso y se me revuelven
por dentro los entresijos de los malos pensamientos, y por eso me alejé de ti.
Estuve alejada más de lo que podía, hasta me decía que era lo mejor, pero
tantas veces como viniste pidiendo limosna de amor, al final cedía, porque yo
te quiero y te deseo, ¿te enteras? Sobre todo cuando veo esa cara de carnero
degollado que se te pone. Estoy tan enamorada de ti, que no tengo ni control ni
aparición, sino una maraña entre ceja y ceja, que no puedo comprender ni cómo
ni por qué. Mi corazón palpita y no quiero otra cosa más que besar tu boca. A
veces me gustaría seguirte para saber dónde estás y con quién, fíjate si serán
grandes mis celos y me da una rabia y un coraje, que ni te cuento, por eso ando
buscando tus besos, porque no quiero recuerdos, que quiero atraparlos en tu
cuerpo en los abrazos de nuestro aliento…Me digo una y mil veces que no, que no
debo ceder. Siempre me he dado a valer, porque yo valgo mucho, ¿te enteras?
Valgo un montón, así que vete. Aléjate de mí, ya está bien de tanto sufrir, me
tienes harta, no sabes ni lo que quieres. Creo que tienes miedo de tanto como
me piensas…Aléjate lo más posible, sólo me das malas influencias, ¿qué te
crees, que voy a ir detrás de ti? ¡Apañado estas! Valgo demasiado, y no me vas
a quitar el halo que me protege. Si, si, mi halo, ese que tenemos rodeándonos
por todos lados…Me dijiste que me querías, que no podías estar ni un solo día
sin verme, y hasta que me ibas a llevar al fin del mundo, ¡mentira cochina!
Pasas de mí o eso es lo que me quieres dar a entender y no paras de
enmarañarme. Lo único que te preocupa es que yo pierda los sesos por ti, y por
eso me haces tanto daño. Eres un incordio para tu ego y una mala influencia
para mi persona, y no puedo estar todo el tiempo pensando en ti como si fueras
mi dueño…Voy hablando sola, no sola no, hablo con las calles, con el aire y
conmigo y ya me cansé. Me cansé de esperarte, de tenerte paciencia, de amarte,
de tener miedo a perderte. Ahora no, ya me da igual y no te voy a buscar, no.
Soy una mujer fuerte, con personalidad y mucho carácter, ¡vaya que sí! para que
me tengas como si fuera una cosa, yo me quiero, ¿te enteras? Tengo dignidad y
te has creído que conmigo puedes jugar. No, lo siento, no es mi ego, no, es mi
halo lo que protejo, me protejo de ti ¿sabes? De ahora en adelante voy a ser
más fuerte que tú, porque mi vida es mía y no te la quiero ni prestar. Me
dominaste en un tiempo que las defensas del amor las tenía bajas, ¿sabes?
Estaba loca por ti, muy enamorada, lo mismo que cuando te besé la primera vez,
toda yo era pura pasión, no veía más que tu amor y me quedé sin nada, yo no era
yo, estaba tan loca que tus besos me absorbieron por completo. Aún los tengo
grabados en la piel cuando me mordiste dentro de la garganta. Si, esos besos
rebuscados y en cómplices de los míos, casi éramos una trenza de lo bien
acoplados que estábamos aquél día que me hiciste tuya y tu mío, pero una trenza
en rodete, ¿sabes? A veces me siento frustrada, es una sensación de soledad,
quizás es así como te gusta hacerme sentir…Las calles me llaman y me atrapan en
un revolucionario eco de pasión llenando mi cuerpo a besos…Los busco y los
deseo con tal frenesí que salgo a ciegas hacia tus brazos…Antes me daba
vergüenza decirlo y admitirlo, pero ahora pienso echar todas mis alas a volar
para atraparlos al viento…Palpítame el alma, palpítame el corazón, que no
quiero yo quedarme en la vida sin tu amor…Palpítame, palpítame por Dios…
lunes, 27 de octubre de 2014
CONFESIONES ÍNTIMAS.- (MICRORRELATO)
Hay que ver
Dios mío lo mal que me encuentro. Soy una desgraciada por fuera y por dentro y
ya no sé si soy yo la culpable o es la vida que me tocó vivir, el caso es estoy
aquí escribiendo mis penalidades, las penas que me afectan al alma, ¿sabes? Soy
muy desdichada, me estoy perdiendo en un laberinto de pasiones y odios. No sé
qué hacer ni a qué atenerme, pero me siento desesperada. Estoy desperdiciando
mi vida….Me casé sin estar enamorada y ahora el tiempo me está pasando factura.
Señor mío, yo no soy mala, tan sólo una mujer enamorada, fíjate qué cosas me
ocurren, como se suele decir, a la vejez viruela… Yo no lo busqué, me lo
encontré y a pesar de que es quince años más joven que yo, mi corazón late cada
vez que se cruza por los pasillos del centro donde trabajo…Estoy atemorizada,
para qué no vamos a engañar, por eso te cuento, para desahogarme porque no sé a
quién recurrir, además me da tanta vergüenza decirle a alguien que me he
enamorado a mi edad. Estoy experimentando unas sensaciones que me desbordan el
alma. Es la primera ver que me siento arrebatada de pasión, y por eso me
avergüenzo. Son emociones tan de adolescentes, tan bonitas…Me casé por quitarme
de en medio. Éramos tantos en casa de mis padres comiendo, además estaba harta,
quería salir de allí, quería vestir mejor, quería volar…Y me casé y nos fuimos
a tierras lejanas donde mi marido ganaba mucho, la verdad es que fue la mejor
época de mi vida matrimonial, además nació nuestro primer hijo y entre unas
cosas y otras pasé los primeros años pletóricos de confort, donde las amistades
y la juventud no me dejaba ver en la trama que poco a poco me iba
envolviendo…Después la cosa empeoró y tuvimos que regresar a casa de mis
suegros porque no teníamos ni para comer, para colmo me quedé embarazada de mi
segundo hijo, menos mal que se colocó enseguida en una joyería y se hinchó de
ganar dinero, tanto era que podíamos
despilfarrar sin pensar jamás que algún día volvería a estar parado…Llegó la
crisis y otro hijo más…Ya han pasado los años, mis hijos son mayores y mi
marido lleva parado tanto tiempo que ni me acuerdo…Y mis hijos también están
parados, los tres, bueno al chico de vez en cuando le sale algo, pero poco…No
sé cuando empezamos a discutir, ni cuando lo dejé de querer, no lo sé, a veces
creo que nunca lo quise, tan sólo me dejé querer…Y por eso estoy aquí
malviviendo, porque esto no es vida para mí…De repente, a los sesenta años
cumplidos me llaman de la bolsa de trabajo y me ofrecen una sustitución de
limpiadora en un instituto, que aunque no es lo que me hubiera gustado hacer,
pues bueno, me reporta unos dineros que bien falta que nos hace, ya que en casa
hace mucha falta, y en éste momento, si no fuera por mí, no sé qué habría sido
de la familia…Me casé en una época en que la mujer no trabajaban tanto como
ahora. Yo sólo era un ama de casa, ¿sabes? Además nos fuimos a tierras
catalanas y allí estaba como una señorona. Francamente, en casa de mis padres
no me faltó nunca de nada y para ser sincera he sido bastante vagota para los
estudios. No sé qué pasaría por mi cabeza, pero era una holgazana de verdad,
además siempre me he creído una condesa. Me educaron para casarme y yo era vaga
a reventar. Siempre esperando que alguien me mantuviera, y mírame ahora, estoy
de limpiadora en un centro de alumnos, donde la mayoría son simpáticos, lo
mismo que los profesores tan agradables conmigo, pero mis compañeras de trabajo
me han cogido una manía…Siempre me están cuestionando. Me llaman señoritinga,
quizás no me dé yo cuenta y no me comporte muy bien con ellas…¡Ay Dios
mío! ¿Por qué me diste esta cabeza? Creo
que tendría que ir a un psicólogo, porque me encuentro en un mar de dudas… No
sé cuando empezó a beber, antes sólo eran los sábados, llegaba con una
borrachera, había unos escándalos en casa, unos gritos… fue entonces cuando
empecé a alejarme de él…Sólo quiero estar fuera de mi casa, no soporto a verlo
comer, no quiero ni que se le ocurra tocarme, ni siquiera rozarme la mano. Hace
ya mucho tiempo que vivimos en la misma casa pero cada uno en su vida
particular. Somos como dos desconocidos. Estamos separados por el pasillo, él
siempre viendo la tele en el salón, yo en el cuarto de matrimonio, que por
cierto de matrimonio no tiene nada. Nos equivocamos los dos. Yo no soy la mujer
adecuada para él ni él es mi hombre, y por eso, como lo sabe, le ha dado por
beber y bebe a rabiar y echa una peste…somos tan diferentes... a mi me pega más
un caballero no éste mamarracho, no puedo ni mirarlo…Es un bruto, me da asco,
no soporto el olor de su boca, no quiero ni pensar que pudiera besarlo, siento
tal rechazo hacia él que ya me está superando…Tengo lástima de mí porque me
acechan los años y sé que me voy a morir sin haber saboreado el amor de verdad
de hombre. Si, si, ese amor de mujer enamorada y ya ves los años que tengo…Yo
no sabía que me iba a enamorar a esta edad, fíjate, que me siento como una
quinceañera y con ganas de abrazarlo, de besar su boca y que me diga cosas
hermosas, no como éste tío que vive en casa conmigo que lo único que hace es insultarme.
Por la mañana me acompaña al trabajo porque es de noche y tengo miedo, y
durante todo el trayecto no para de descalificarme. A voces me llama torpe,
inútil y que no sirvo ni para la cama, y yo muy bajito le contesto que no sirvo
con él… entonces se pone echo un animal y grita más diciéndome que si no me
conviene que ahí está la puerta porque él de casa no se mueve, que es suya y
que yo no he puesto ni un p…duro…Los dos nos aguantamos, yo por asustona y él
porque con lo que le dan de ayuda, madre mía… y encima mis hijos parados… Mi
casa es un verdadero infierno, no sé qué hacer, el caso es que llevo ya dos
años limpiando unas aulas enormes, de altos techos y las escaleras tremendas,
¿quien me lo iba a decir a mí? Con lo señoritinga que soy, y claro eso es lo
que envidian de mi las tres compañeras, me cuestionan todo, si me arreglo, si
voy moderna, si me pinto, me dicen que ya somos unas viejas, pero yo me veo tan
juvenil aún y en éste momento de mi vida me siento más joven que nunca… Es la
primera vez que estoy sintiendo éstas emociones… Hay que ver, de repente tengo
un trabajo muy bien pagado y encima me he enamorado… Yo creía que eso sólo le
ocurría a las jóvenes y no, a mí también pero tengo tanto miedo. Antes era muy
tímida, iba por la calle casi desapercibida, sentía vergüenza por todo y ahora
cuando voy caminando hasta me echan piropos y me dicen guapa y se me ha subido
la moral…Este hombre me habla bonito…Siempre me dice lo preciosa que llego, lo
linda que estoy y se dirige a mí con una
educación… Algunas mañanas me trae una flor y eso si que me llega al alma…Me
gustaría saborear sus besos y abrazos, aunque es mucho más joven que yo…Me
atrae mucho, me encantaría pasear de la mano, que me llevara a un hotel y
acostarme con él, pero tengo tanto miedo a no gustarle, porque una cosa es que
me vea vestida y arreglada y otra desnuda, además si mi marido se enterara me
mataría… por eso jamás lo podría hacer y sé que me moriré porque para colmo ni
siquiera me puedo separar de él porque, ¿a dónde me voy a ir? ¿Bajo un puente?
Y por eso estamos así en la casa, dos extraños que se cruzan en el pasillo, que
por interés vivimos bajo el mismo techo y mi vida desperdiciada…
martes, 21 de octubre de 2014
ÉCHAME DE MENOS.- (MICRORRELATO)
Y esos
besos atenazados que me diste el otro día, los llevo desgarrado en mi boca
desde que te desvelé mi secreto, porque me obligaste a ello, fíjate cómo me
mirarías que me lo sacaste sin decírtelo vida mía, que me lo arrancaste de las
lágrimas que rodaron por mis mejillas. Presentías que algo malo te contaría, y
ahora tengo el alma partida, destrozada…Y te lo conté, ¡vaya que sí! Y lo único
que escuchaste es que mis piernas rodearon su cintura, y que sintió el
triángulo de las bermudas. Y por eso ya ni me miras ni me buscas, como si no me
quisieras o es que tienes miedo de lo que he sido capaz de hacer, que te
imaginas los suspiros que salieron de mi pecho cuando me abrazaba rodeándome el
cuello…Y de sus besos…Los mismos besos que te di intercambiándose por los que
le he dado a él antes del alba…o quizás es que te has enfadado cuando me lo
callé por no hacerte más daño…Te dije que salí corriendo, que no hice nada,
pero tú sigues insistiendo y ahora te has atrincherado dentro de tus maltrechos
pensamientos. Te corroe la rabia por dentro y eso que no querías saberlo, menos
mal que sólo te he contado un tercio, pero no te conformas con eso, que quieres
saber hasta los mohines de mis gestos, la alegría de mi risa y la reacción de
su cuerpo cuando lo atrapé por la cintura, ¡vaya que sí! que me doy cuenta de
los entresijos de tu cerebro…Y esa mirada tuya que me habla sin palabras, esa
mirada de asombro cuando me ves pasar, esa mirada es la me trae y me lleva,
porque sin ni siquiera pronunciarla, me dice lo que encierras tras las
tinieblas de tus noches en vela...Que me deseas y que te encantaría besarme a
lo bestia, a lo salvaje y a lo que sea…No, a lo que sea no, sino a esa mujer de
los pies a la cabeza, toda llena de sensualidad, ardiente y fresca...o a la
vampiresa esa…esa que sacas de la esencia femenina cuando enloquece y coquetea
con tu pervertida elocuencia… Porque esa mirada tuya atrapa la pasión
desenfrenada de la mujer enamorada, si, esa loca aventurera que se atreve y se
arriesga…Si, la que se arriesga con cada tiento del camino cuando me encuentro
contigo, y ahora que no te veo tengo miedo, fíjate amor mío, cómo será éste
sentir ciego que te tengo, que a veces me asaltan las dudas de pensar que a
otra mujer le mires el trasero…Échame de menos, mi amor, échame de menos…No
vayas a pensar que la cosa está segura y hecha, porque la cosa hecha está
muerta. No me conformo con la seguridad de la pareja, sino, que quiero
despertar todavía y entretanto, esa susurrante agonía cuando me entrego loca
perdida…me muero, me muero...sin ti muero…y veo esa llama de fuego en tu
mirada, como si estuvieras hechizado, embrujado…y loco, siempre buscándome como
un loco, con los ojos fuera de órbitas, ¡vaya que sí! Que me gustan los hombres
enamorados y un poco celosos…Me gusta que estés pendiente de un hilo, en vilo,
latente, inseguro, con temor a perderme, porque si ya me tienes, si piensas que
la cosa ya está hecha, la pasión se pierde entre mares, y sería como si me
desearas menos. Me enamoré de ti por la pasión que emanaba de tu cuerpo. Ese
mirar interrogante, siempre a flor de piel… Así es como me gusta vivir cada
día, como si empezaras a conquistarme de nuevo y tuvieras que hacerme la ronda.
Si, como cuando me vistes por primera vez. No quiero la tranquilidad de la cosa
hecha, como si ya hubieras llegado a la meta, no, no, que la meta es el final
de todas las aventuras y aquí hay mucho que despertar todavía… Te dije que salí
pitando, que me reía y lo único que se te ha metido en la cabeza, es que lo
atenacé con mis piernas, y que me rozó con el pirineo aragonés ¿qué más te da
si no lo dejé entrar? Échame de menos y búscame por cada rincón del universo.
Reacciona mi amor y no te quedes quieto metido en tu encierro como mecha
ardiendo. No pienses, no digas nada, no me preguntes más y búscame por cada
rincón de la ciudad, no vaya a ser que se te revuelvan las tripas por dentro
del miedo de no saber dónde estoy, si cerca o lejos, fíjate de qué manera
quiero que me eches de menos. Toda una vida queriéndote ya es mucho querer para
no saber que te siento como serpiente a veneno, como agua a fuego y como
demonio a su infierno, ¡vaya que sí! porque yo a ti te deseo ¿sabes? ¡Pero con
deseo de comerte desde mis adentros! Échame de menos mi amor, no creas que vas
a tenerme a tu lado siempre, esperándote, y cuando se te antoje verme, ni que
la cosa ya está bien atada, segura y hecha, ¡ni siquiera eso! Que la cosa hecha
está ya muerta, y hasta los muertos que están bajo tierra se desgarran
aclamando…¡Ten cuidado con mis hijos, no me los dejes abandonados…! Y se
levantan gritando pidiendo justicia, que hay días que caminando por la calle
siento el aliento persiguiéndome por el aire, y se me sube por los hombros, y
me recorre las espaldas y en el oído me dice... ¡Ten cuidado de los míos... no
me lo dejes abandonado…! Y me entran unos escalofríos que hasta vuelvo la
cabeza mirando por todas partes y sólo siento que me soplan, me soplan la
melena porque se me va volando, volando…¡fíjate si no estará tan muerta esa cosa
hecha! Y salgo corriendo, como alma que lleva el diablo del miedo que me invade
la columna vertebral…No me dejes tirada, no me abandones a la tranquilidad de
lo seguro y atado, a la cosa hecha, que la cosa hecha está ya muerta… No te
duermas en los laureles como tantos hombres hacen con sus mujeres, que me
gustan los amores ciegos, vaya a ser que te olvide y me tire por la calle del
infierno…
lunes, 13 de octubre de 2014
EN EL VAIVÉN DE LAS OLAS.- (MICRORRELATO)
Y
ahora estoy aquí dándole mil vueltas a la cabeza, no sé ni cómo empezar, tengo
tanto miedo a tu reacción. Si, porque esto es muy fuerte, demasiado feo y
pecaminoso pero sé que tarde o temprano tendrás que saber. Para mí es un sin
vivir tenerlo tan guardado, no me gusta tener secretos contigo, fíjate, qué
tontería, siempre había pensado que a los hombres sólo había que contarles la
mitad de lo que nos sucede en la vida real…Hoy voy a confesarte algo que hice
mal, seguro que cuando lo sepas me dejarás tirada, lo sé, es muy grave pero
tarde o temprano te lo tendré que contar…Me dijiste que te había embrujado y
que no podías borrarme del pensamiento, y eso me asustó más pensando que tarde
o temprano tendría un final infernal, y por eso te dejé marchar como si fueran
las olas del mar, porque las olas no se las pueden sujetar, se van solas y sin
mirar atrás...Yo soy la ola…Si soy como una ola que se deja mecer en calma. Mis
sentimientos van a la deriva del vaivén que se pierden en alta mar, donde se
arremolinan en un torbellino de corrientes continuas, arrastrándome siempre a
la misma orilla. Si, allí donde tus besos acarician mi cuerpo como si fueran
los rayos del sol…Esos besos y abrazos que me diste ayer cuando nos encontramos
de nuevo…hacía tanto tiempo que no te veía… porque yo estaba huyendo de ti,
¿sabes? Tenía miedo de encontrarte mi amor…Tengo tanto miedo de confesarte lo
que he hecho, que no quiero ni mirarte a los ojos…Apenas puedo expresar tantos
sentimientos contradictorios que me llevan a cometer mil locuras, pues no
quisiera caer en la rutina que deterioran las relaciones esas tan bellas y
estrambóticas que se leen en las novelas de amor...Me siento como la
protagonista de un clásico, ¿te enteras? He leído tantos libros que mi cabeza
se ha llenado de mil pájaros volando y volando y ya de por sí rechaza todo lo
mediocre y cotidiano. No quisiera basar mi vida en algo común y corriente, sólo
en una interminable aventura romántica donde las pasiones siempre están a flor
de piel…Será que necesite continuamente esos besos apasionados y arrebatos de
locura para seguir viviendo…sin más…Quizás será la edad…A veces tengo tanto
miedo de descubrir hasta dónde soy capaz de llegar, es como un reto al azar que
siempre está ahí provocándome a ir más allá... Si, si, atravesar la línea de la
moralidad, del buen hacer, del recato, de la honestidad, porque, ¿cómo voy a
saber qué sería de mi si tu me dejaras ir? Si es un amor sincero y no un
rollete de primavera...o más bien de otoño…Te echaste a mi cuello como un
vampiro, ¡vaya que sí! que hasta me hincaste los dientes y de entusiasmo casi
muero, porque es verdad que te quiero como agua a fuego… Me apretaste tanto y
tan hacia tu pecho que temí perderme para tus adentros…como si te atravesara el
cuerpo… Hasta se me han quedado pegados a la piel cada soplo de tus besos, mi
amor, fíjate cómo serían de intensos que parece que aún los tengo susurrándome
por el cuello…Te llevo siempre en mis sentimientos, como si aún no te hubieras
ido nunca de mi lado, y por eso tengo tanto miedo de que llegue el momento de
que te cuente mi secreto y me digas adiós…Y por eso te dejé marchar…Me
encuentro de nuevo caminando por calles y avenidas, tranquila y feliz, ¡vaya
que sí! Que no te necesito para seguir mi vida tal cual amigo mío…Hace tanto
tiempo que no estoy contigo que me veo y me deseo para seguir viviendo cada
paso del camino… Y éste hombre que me sigue al lado, que no para de mirarme
como tu, con los ojos llenos de fuego… será eso por lo que vamos casi de las
manos rozando…En los lugares oscuros me atrae hacia sí y me acaricia la espalda
y me gusta, ¿sabes? me gusta bastante…me entra un cosquilleo por el cuerpo…Es
más joven que yo, le llevo casi veinte años, y aún no sé por qué me persigue, debe
ser que le atraen las mujeres mayores…Y por eso me lo llevé a la cama, ¡vaya
que sí! que me lo comí a besos antes de que le diera tiempo a reaccionar, y
cuando llegamos a la puerta de su casa, me agarró por la cintura y me encaramé
con mis piernas atenazándole la cintura, y empezó a darme vueltas por la sala,
lo mismo que en las películas de amor…¡Cómo me gusta a mí esos arrebatos locos
de pasión! ¡Me encantan! Me gustan a rabiar…Será que aún no he crecido lo
suficiente, me quedé en la adolescencia…debo parecer ridícula... pero al mismo
tiempo me sentía feliz y contenta…Luego empezó a desnudarse y con la prisa del
arrebato, casi se tropieza y se cae… parecía algo nervioso… mientras yo
indecisa, lo único que me preocupaba era que apagara la luz…Temía no gustarle,
pero por su expresión supe que aquello que veía sí que le gustó, y mucho porque
estaba loco por echarse en lo alto mía…entrecerró un poco las persianas y fue
cuando se dió la vuelta lo vi entero y entregado…Estaba delante de mi, desnudo,
guapo como ninguno, alto y ancho de espaldas, con unos brazos exagerados de
musculoso, era como un dios, todo rasurado perdido, ni una pelusa en ese
cuerpazo tan perfecto, ¡por Dios! Aquello parecía una mesa brillante de billar,
tan sólo faltaba que yo me pusiera a jugar con el taco y las bolas…No, lo
siento, no es que me gusten los hombres osos, ni gorilas, ni nada de eso, no,
pero donde esté un hombre con pelos en el pecho... ¡me encantan esos ricitos
asomando por ahí! Lo encuentro tan varonil… y éste muchacho tan lindo, tan
bello… ¡me cachis en la mar!…No sabía si darle un cachete en las nalgas o
ponerle un pañal en ese culito pelado, pero me dio una risa…tanto me reí que mi
joven amigo se descompuso de tal manera que se vino abajo como una gominola…
Recogí mis cosas y salí pitando de allí, ja, ja, ja…
jueves, 9 de octubre de 2014
TE DEJÉ MARCHAR.- (MICRORRELATO)
Me pierdo
por calles y callejuelas, sin mirar a nadie, tan sólo el recuerdo y la gran
avenida delante…Tenía que alejarme de ti y lo hice, aún sabiendo el dolor que
te causaría mi amor, hasta que te cansaste y me dejaste. Me abandonaste y ahora
soy yo la que te busco por todas partes sin encontrarte, fíjate, no hay quien
entienda ésta cabeza loca que tengo, siempre queriéndote llevar a mi terreno
como si fueras un perro. Reconozco que ya debes estar harto y te alejas, quizás
hasta te pierda…Caminando estoy por todo el centro de la ciudad, si, allí donde
me entremezclo con la gente para poderte olvidar…No quiero quedarme en casa encerrada entre cuatro paredes, comiéndome la cabeza pensando en ti, viendo las
horas pasar sin oír el teléfono ni el móvil, ni siquiera un guasá o como se
llame ese nuevo estilo de mensaje, con un simple hola nada más…Me niego a ser
la esclava de mis miedos. Me niego a espiarte asomada a la ventana, fumando
como una energúmena, tan sólo para ver si te veo o no te veo, mientras las
colillas de amontonan en el cenicero…Me niego a perder más tiempo entre éstas
teclas traicioneras, ni entrever cómo me acechan los celos... Serena y en paz,
me detengo ante escaparates y edificios preciosos. Mi vida se transforma en un
libre caminar, llegando el aire fresco a mis pulmones, dejando mi mente volar,
sintiéndome cada día más tranquila y libre. Me gusta mi libertad, no me quiero
atar a nadie que me obligue a estar siempre pendiente, como si ya no tuviera
voluntad… Por eso te dejé marchar. Ya no podía seguir queriéndote como la
última vez, esa tan desesperada y desencajada como cuando se tiene tanto miedo
del tiempo al acecho de cualquiera…En cambio me gusta a la par seguir
así…pendiente de un hilo…Me gusta perderme entre la gente, mezclarme entre
ellos por las grandes avenidas de la ciudad, que sin querer poco a poco voy
reconociendo algún rostro, caras desconocidas, hasta me sonríen al pasar… Los
hombres me miran con expresiones de admiración y eso me gusta, soy tan
coqueta…me encanta que me miren y me encanta gustar, ya lo ves, hasta los
jóvenes observan mis andares como diciendo…¡qué bella mujer! y me dan ganas de
irme con alguno, ¡vaya que sí! que a veces tengo ansiedad de saber cómo son
otros besos que no sean los tuyos y siento miedo…Una tarde un muchacho me miró
muy fijamente a los ojos y me dijo: ¡Guapa, qué guapa eres! Y al otro día
también sabes, y al tercero lo dejé caminar tras de mi como si fuera mi sombra
y cuando empezó a oscurecer se colocó a mi lado, y lo dejé estar… no le dije
nada… Quería besarlo, quería que me arrastrara hacia la oscuridad y perderme en
su abrazo… Deseaba sentir su cuerpo rozando el mío…tenía ganas de hacerte daño,
de vengarme de ti…Los semáforos me detienen y los automovilistas pasan
echándome una ojeada llenita de picardía, lo sé y me gusta demasiado… Si, sí,
me gusta despertar miradas apasionadas en los hombres, siempre me ha gustado,
quizás esa coquetería femenina que aún no se ha despegado de mí, como si
tuviera veinte años, fíjate qué cosas se me meten en la cabeza… Seguramente
sean fantasías mías, pero me atrae la idea y hasta me revolotean alitas de
mariposas en el estómago y me cosquillean por el pecho…Es una sensación tan
prodigiosa que me hace sentir poderosa, como si fuera la dueña del mundo, y una
risilla irónica asoma a mi cara, lo sé por la mirada de algunos jóvenes…casi me
incitan a pecar…a querer llevármelos a mi terreno y hacer lo que quiera con su
cuerpo…hay días que me siento irresistible…¡menuda paradoja! Los hombres de mi
edad soñando con estar con jovencitas y los jovencitos mirando a una mujer
madura como yo…y en éste momento de mi vida, sé que puedo tan sólo con un
pestañeo...Como aquél legionario…cada vez que me acuerdo… Reconozco que me
pirran los uniformes, me pierden…me gustan a rabiar…Me encanta ver desfilar a
los soldados, me ponen a cien…Es un secreto que nunca he desvelado a nadie, no
sé por qué, pensaba que tenía que ocultarlo para que nadie creyera que tenía
una mente libidinosa, que era una mujer mala, si esas de casas de
citas…¡fíjate, qué tontería…! Estoy segura que más de una se vuelve loca por un
uniforme…Hemos estado tan reprimidas las mujeres de mi generación, si, si,
incluso con nuestras propias parejas nos ha dado siempre un corte decirles los que
queremos, unas vergüenzas…a lo mejor a los hombres les haya sucedido lo mismo o
es que son algo torpes y no lo quieran reconocer, bueno, eso es lo que se
masculla entre dientes a través de los ecos de la sociedad…y fíjate en mí…creo
que soy una desvergonzada y más si te enteras de algo que siempre he tenido
mucho miedo de contarte…pero tarde o temprano tendré que confesarte…quizás
mañana…
domingo, 5 de octubre de 2014
HOY TENGO GANAS DE TI.- (MICRORRELATO)
Buscándote
me perdí y cuando te encontré te eché, ¡vaya que sí! Tenía miedo de ti, de que
algún día te cansaras de mí, ya ves, son éstos celos traicioneros que me
amargan la existencia cuando menos lo espero, y tan sólo de pensar que en algún
momento me dejaras de mirar con deseo, se me salen todos los demonios del
cuerpo. Tengo miedo que desaparezcan los besos que me entregas cada vez que te
veo desde lejos, si esos besos llenitos de malos pensamientos cuando me miras a
la boca, y me llamas loca, loca, eres mi loca…Quizás sea la coquetería o la
vanidad femenina la que me hace ver más allá de la realidad y tema perder toda
la pasión que se siente cuando una está enamorada... Te quise desde el primer
momento, fíjate, y aún te deseo, pero al mismo tiempo no quiero seguir con éste
juego. Me esperaste en la esquina de siempre y cuando me viste pasar, me
seguiste, lo sé porque te estuve observando de reojo, pero ya estaba dispuesta
a liquidarte, a quitarte de en medio y seguir mi camino. Me agobias demasiado y
me haces sentir prisionera de los sentimientos éstos tan contradictorios. Me
embargan de alguna manera, no ya de deseo hacia tu persona, sino como de
lástima y eso me hace muy desgraciada. Ya no quiero ser tu esclava, ni estar a
cada minuto que pasas pensando si te veo o no te veo, o si me voy contigo o me
quedo rumiando por dentro. Es como si no viviera mi tiempo, y mi tiempo es la
única vida que tengo. Lo sabes mi amor, sabes perfectamente que me gusta
disfrutar de mi libertad y estar contigo tan sólo cuando me lo pide el cuerpo,
ya ves, ahora soy yo la que decide, antes lo eras tu, si, si, tu, eras mi dueño y
a veces me hacías sentir como si te estuviera pidiendo limosna…¡cuánto he
aprendido contigo! Además de tener paciencia, fíjate en lo que te digo, que aún
sabiendo lo que me duele el no estar contigo, me siento afortunada de haber
vencido estos miedos míos…Me vistes pasar por la calle y corriste tras de mí
como un loco, con los ojos desorbitados y unas ojeras, pobrecito, seguramente
que llevabas días sin dormir tranquilo… ¿crees que no sé de qué hablo? ¡Vaya
que lo sé! Que me he tirado días y semanas así, ¡sin pegar ojo! Pensando unas
cosas horrorosas y con unos pinchazos entre el pecho y estómago que no podía ni
respirar, me ahogaba de dolor, como si quisiera morir…Y ahora, fíjate cómo han
cambiado las tornas…Te acercaste a mí y con la voz temblorosa me preguntaste.-
¿Ya no quieres saber de mí? - ¡Dios mío, claro que sí! - ¡Menuda hipócrita! –
Lo tenía todo planificado y calculado. Estaba decidida a abandonarte y dejarte
marchar. ¡Cuánto daño te he causado! Por el camino te dije que te quería con
toda mi alma pero que tenía mucho miedo. Te metí un royo… Sé que no me creíste,
nunca me crees, estás tan poseído de ti mismo y eres tan egoísta que mis
sentimientos te importan un bledo. Sólo piensas en que me quieres y que soy
tuya hasta la muerte, me lo dijiste una vez, ¿te acuerdas? También me dijiste
que si me vieras con otro me matarías…Y yo venga hablar sola, con la pared.-
Tengo miedo, compréndelo.- Y me seguiste
en el empeño de una confirmación para vernos. No eres hombre que se rinda a la
primera, ni a la última porque ahora sé que aún estás ahí, si, lo sé, lo que
ocurre es que estás dándole idea a otra forma de atraerme. Quieres llamar mi
atención y por eso te estás alejando cada día más, para que me duela éste no
estar contigo y no te vea…Ya me está doliendo el no verte. Al final siempre te
sales con la tuya y me da una rabia…El otro día te vi pasar y te hice señas para
poderte besar y saliste por piernas, ¡anda que no! Me di cuenta enseguida, que
te escondiste, fíjate si te ha dolido mi indiferencia, que ahora te estás
haciendo el interesante y tratas por todos los medios de darme celos, y los
tengo, ¡vaya que sí! que tengo unos celos tremendos, ¡qué tonta soy! Siempre
caigo en tus redes. Me haces pensar que estás con otra para que yo me revele y
actúe, que corra como una loca y me entregue a tus brazos, siempre deseando de
darme toda esa pasión que retienes en tu pecho para mí, siempre para mí… Sé que
soy una caprichosa y que ya te has hartado de mis juegos… ahora te quiero,
ahora no, ahora si…y tienes tu orgullo, lo sé…Y por eso estoy aquí meditando
sola, llorando palabras al viento sobre unas teclas que desesperan mis dedos,
tan acostumbradas como están a que las acaricie, a que les queme con el fuego
que me quema por dentro. Casi me avergüenzo de los pensamientos que tengo, que
arrasan por donde camino, provocándome a pecar con cualquier desconocido… Es de
la misma rabia que tengo tan solo al pensar que tus labios pudiera a otra
besar…Ganitas me dan hasta de matar, me salen unos demonios que las frases
salen de mi pensamiento como diciendo… Venga, no pasa nada, tan sólo es un
chute sin importancia…Ya lo ves mi amor, qué malas ideas me vienen a la cabeza
que necesito venganza…Hoy tengo ganas de ti, ¡vaya que sí! que tengo ganas de
comerte a besos, de hartarme de ellos y darme un atracón con tu cuerpo… Hoy
quería estar contigo de nuevo y sentir tus brazos rodearme el cuello… será que
echo de menos nuestros encuentros, esos que nosotros sabemos sin buscarnos
siquiera, tan sólo la impaciente espera de la que desespera…
sábado, 27 de septiembre de 2014
LA PRESA FÁCIL.- (MICRORRELATO)
No sufras
por mi, no me busques más, no me esperes mi amor, que cada vez que te veo se me
sale el corazón… Si, se me salía cada vez que te veía pasar, ya ves, qué
tontería, quizás me ocurriera lo mismo que a ti, y fíjate cómo estamos, perdidos,
en medio de una encrucijada de la cual ya no sabemos qué hacer, ni adonde ir,
pero de la cual no sabemos salir ilesos…La vida nos puso a prueba y como niños
caímos en la trampa de la edad madura. Caímos en una red llena fuegos
ratifícales, de mentiras a medias y verdades camufladas con leves trazos de
amor. Estábamos muertos de hambre, ¡vaya que sí! Esa hambre insaciable que mata
por dentro a las personas cuando carecen de pasiones, y nosotros teníamos
tanta…Estábamos locos por entregar lo que llevábamos dentro de nuestro corazón,
todo llenitos de deseo. Esos que se tienen cuando se es joven, si, si, ese que
es el más fuerte y traicionero. Queríamos saciarlo a golpes de pasión
desenfrenada y ahora ni siquiera distinguimos la fantasía de la realidad, pero
en la que ya es imposible salir...Esos cruces de caminos, ese destino
insospechable, esa encrucijada de marcha forzada sobre la eterna mirada de la
juventud, ¡madre mía! Eso es lo que nos arrastró a éste infierno, a la pena y
al dolor…Y ese hombre engreído que no para de provocar una sonrisa y un deseo
en mi alma…Ese hombre que busca lo imposible por calles solitarias y jardines
entre matas…Ese hombre medio desnudo, taciturno, apático, de andar lento y como
pensando…Ese hombre triste, que apenas sabe distinguir los pasos del camino que
le traza el destino…Ese hombre de mirada perdida, de rostro casi mudo, con la
pena temblando en sus labios…Ese hombre tan serio y aplicado, que parece que
está siempre de duelo buscando y buscando algo que le falta a su vida apagada,
ya en el límite de la madurez al alba…Ese es el hombre de mi vida…Ese hombre es
el que hace y deshace cada vez que salgo a la calle. Me busca por todas partes,
me espera por las esquinas, se hace el encontradizo y me persigue como gato felino
buscando su presa, ¡vaya que sí! La presa fácil que hay en mí y a la que no
quiero renunciar jamás…Esa que sigue caminando por los senderos revueltos de
los juegos prohibidos, deseos carnales, pecaminosos, sexo compartido entre
infieles…Y ese hombre que yo un día seduje con mis besos lascivos y burlescos,
ese hombre ya no me deja vivir ni un momento, y yo que lo sé, me aprovecho de
sus ansias de apagar el fuego que lo quema por dentro… Si, ese fuego que echa
su mirada cuando se sumerge en la coquetería de mis andanzas…Cuando ve como me
miran los otros hombres que estaban en su misma balanza, si, esa balanza que
sopesa entre la familia unida y la muerte anunciada del desamor y la felicidad
ensañada…Hasta los pensamientos se le escapan con cada movimiento de mi cuerpo,
y yo, vampiresa perdida que lo sé, lo provoco con la mirada de mis deseos,
balanceo mis caderas de manera descarada y sabiendo el mareo de sus pupilas
dilatadas, me detengo frente a él con los brazos en jarra, le sonrío, le guiño
un ojo y le tiro un beso y me lo llevo a mi terreno perdiéndonos en los
jardines del deseo…Y enamorado como lo tengo, lo zarandeo por el cuello, me lo
como a besos y hace lo que quiere con la picaresca de mi cuerpo. Nos entregamos
a los caminos del infierno, donde tan sólo las paredes y el asfalto son los
testigos de sus miedos y mis atrevidos movimientos…Y cuando menos se lo espera
lo arrebato con el ansia de su entrega y mis locas maneras...Y entre medias me
dice muy bajito en el oído que me quiere, que soy la mitad de su vida y que si
lo dejo ya no le quedará nada…que su vida no tendrá sentido…y yo que lo miro a
los ojos tan sólo un poco, se lía a besarme como un loco y me abraza de manera
apasionada, me ahoga casi en el grito de sus latidos y luego me dice en un susurro
que me necesita como el aire que respira… Apenas puedo pensar sin estar él
dentro de mis pensamientos, ni puedo ya vivir sin su existir y si no lo veo un
momento casi me muero de deseo y de celos…Y ese hombre que antes caminaba
triste y apagado, ahora brinca como un galgo, y yo perra salvaje, lo sigo como
si fuera el guardián de mi embalaje…
martes, 16 de septiembre de 2014
NO ME HAGAS DE LLORAR.- (MICRORRELATO)
Y aquí estoy yo de nuevo otra vez
dejándome llevar por ese vaivén tuyo… Esa manera fácil tuya de quererme siempre
en tu presente, ¡vaya que sí! Como si nunca hubiera existido un pasado en el
cual los dos jugamos a la última carta, si, esa que tenemos escondida bajo la
manga. Esa carta traidora, vengativa y auténtica de todas maneras, pero en la
que ni tu ni yo arriesgamos nada, fíjate, ¡qué cobardía la mía! que aún
sabiéndolo te seguía como si fueras mi último aliento…Yo no quería enamorarme y
me enamoré. Te seguí por caminos tortuosos, donde la curiosidad era la dueña de
mi entrepierna, esclavizándome a tus apasionadas maneras de amarme, arrancando
de mi boca palabras ardientes de amor, casi cayendo en la vulgaridad, como si
hubiera estado acostumbrada toda la vida a ese lenguaje soez. Hasta me gustaba
y me regodeaba sonriendo para mis adentros con su recuerdo, imaginando mil
bellaquerías más que hacer en la próxima cita, porque habría más. Muchas citas
sin sospechar siquiera que me estabas arrastrando a tu propio infierno, donde
prendías la chispa de mi deseo, con la llamarada de cada encuentro ardiente y
rocambolesco. Me abrazabas como si quisieras coronarme como la reina de los
infiernos... tu infierno. Nunca pude imaginar lo que me empezó a gustar eso de
reinar, que hasta la vanidad femenina se hizo la dueña de mi vida, sin
importarme nada ni nadie. Tan sólo era yo la protagonista de mi propia
película, ya lo ves mi amor, qué banalidad… Me mostraste el camino a seguir con
tus inquietas manos y revoltosa lengua, mientras mi cuerpo se retorcía con la
boca llena de frases ansiosas…Y aprendí, ¡vaya que aprendí! Despertaste a la
hembra dormida. Me convertí en la más descarada de las mujeres, de forma que
empezó a nacer en mí una auténtica fiera en el querer. Empecé a usar el látigo
con la lengua viperina de la vehemencia, donde cada día te dejaba completamente
desarmado. Era una auténtica amazona dominando la situación. Poco a poco
descubrí la certeza y el poderío de verte bajo el yugo de mi pasión, y te lo
hice saber, ¡vaya que sí! Que cada vez que querías besarme, te sometía a las
intensas órdenes de mi voz, apasionándote la boca con suaves besos en
retroceso, y soplándote en el oído… te deseo, te deseo y te deseo… acompañada
del vals de mi cuerpo…Si ese baile que tú me habías enseñado y mostrado cada
giro a seguir, sólo que ahora la alumna había adelantado al maestro, ese
maestro que antes tenía las llaves de la cárcel de mi cuerpo. Ahora era yo la
dueña del candado y la que tenía el mando de tus pensamientos. De repente
empecé a tener miedo del poder que ejercía sobre tus sentimientos…Y te dio por
espiar cada expresión de mi rostro. Cada palabra, cada gesto nuevo, te hacía
pensar que ya lo había practicado con otro, hasta lo dabas por hecho y
empezaste a dudar de mi lealtad. No podías imaginar que una aprende rápido y se
espabila pronto. Ni siquiera te paraste a pensar que cualquier mujer conoce
cada recoveco de su esqueleto, ¡ignorante de ti! Eso es lo que te llevó a la perdición
y por eso me hacías preguntas comprometedoras, poniéndome entre la espada y la
pared. Casi me ahogabas con insistentes interrogatorios, siempre preparados
como para caer en alguna trampa. Estabas obsesionado con absurdos comentarios.
Seguías cualquier gesto de mi mirada, pensando que podría hacer lo mismo con
cualquier otro…Tienes razón mi amor, sé que puedo estar con cualquiera… No, con
cualquiera no, sino con el que yo elija. Ahora ya sé quien soy, cómo soy y
hasta dónde soy capaz de llegar. Tenía miedo de mí misma, un miedo tremendo. Me
superaba tanto poder en mi alma. Era como si hubiera encontrado la piedra
filosofal. Y por eso te dejé marchar. Ya no hay vuelta atrás…Y de nuevo aquí
estoy yo sin ti, y tú no dejándome ir... Siempre ahí esperando una mirada
complaciente, una sonrisa para volver a mis brazos, para decirme que me quieres
y que sin mi te mueres… No me digas que estoy con otro y por eso te he dejado,
no me humilles tanto… No me digas que estás triste y apenado… No me mires con
lágrimas en los ojos… No me hagas de llorar, no me hagas de sufrir y no me
busques más… No me digas que te duele el corazón, no me lo digas más por Dios,
que son demasiados juegos peligrosos y nos estarán viendo desde el cielo…
Suscribirse a:
Entradas (Atom)