Dicen las malas lenguas
que el ladrón cree que todos son de su condición y verdad debe ser, cuando,
pensando que estaba con otro, hoy te vieron abrazado a otra mujer…y por eso te
escondes ahora de mí, para que no te pueda encontrar…pues…aléjate ya de una vez
y deja que viva en armonía y en paz…Deja que repliegue mis alas al viento y las
pueda echar a volar, que hay un hombre que me quita el sueño y me hace latir el
corazón a mil…Somos dos almas libres vagando de aquí para allá, no podemos
vivir juntos, pero siento tanto su abrazo apasionado que cada mañana lo espero
con alegría y entusiasmo…pues…Esos buenos días que tú me dedicas cada nuevo
amanecer, es como el agua de lluvia que calman mis ansias y mi sed...Ese
corazón que tú dejas caer, es como un beso roto que acaricia mi alma y mi piel…Iba
caminando sola, apenas podía ver, las lágrimas me impedían ver las caras de la
gente, pensando mil cosas diferentes…¡Dios mío…! ¿Por qué no me ayudas? Si
en éste momento muriera…casi me daría igual, fíjate qué cosas pienso, que ya no
tengo miedo…pues…llevo tres noches seguidas sin dormir… Mi
vida es como un laberinto de espejos, donde lo único que veo claro, son
las imágenes distorsionadas de mi alma… Un alma que no se resigna a la realidad… la
rebeldía me subleva y atosiga…Demasiados secretos
inconfesables pululan por ahí…Un mar de dudas se cierne
sobre mi…Me siento perdida en una vida llena de
obstáculos…Mi corazón es un auténtico desastre, no se pone de acuerdo con la razón de mi existencia…camina a
golpes de latidos, abriéndose paso a puñetazos contra el viento…No comprende ni atiende a razones y necesita escapar…Me lo dijeron las lenguas de doble filo, que te arrojaste a los
brazos de otra mujer, ¡vaya que sí! Que se me puso el corazón en un puño y en
el estómago sentí como si tuviera rescoldos de picón, que no he pegado ojo en
toda la noche, ¡madre mía de mi vida, qué nochecita más larga…! Después de
haber estado todo un fin de semana contigo, ¡juntos en la playa los dos!
Andando descalzos por la arena, retozando como niños en la misma orilla y
jugando con las olas del mar, dejándonos mecer en su vaivén, que era como si
estuviéramos bailando un tengo lento y arrimados, que con cada sacudida mi
cuerpo iba y venía de una manera tan sensual…Después salíamos corriendo como si
fuéramos niños haciendo travesuras, tronchados de la risa ante las miradas de
la gente que nos observaban escandalizados, como si no tuviéramos derecho a besarnos
como cualquier pareja normal y corriente…bueno, no, muy normal no es que a
nuestra edad nos exhibamos de esa manera…Lo mismo que en la cafetería aquella
del hotel, donde desayunaba churros con café…ya sabes cuánto me gustan…te decía
con la ironía de la doble intención… Mira que soy picarona, ¡eh! Y tú ahí, observando
cada gesto de mi sonrisa…Te ponía loco y nos subíamos otra vez a la
habitación…Y ahora ya ves cómo me encuentro, toda abatida de tristeza,
destrozado el corazón, que cada vez que lo recuerdo se me parte el alma a
pedazos y se me frunce el entrecejo en un grito ronco de dolor, como si
estuviera viviendo una película de terror… aún no me lo puedo creer…Y por eso
esta mañana te busqué por todas partes y no te encontré…Estaba dispuesta a
liársela… ¡Oye tú! ¿Quién yo? Sí, sí, tú…Te voy a decir una cosa…Yo sé que
somos dos almas libres, pero siempre te he guardado la cara, pero tú ya me
estás haciendo dudar…El caso es que no sé por qué lo niegas tanto…quizás tengas
miedo de algo… ¡tú sabrás a qué! Pero bueno, si lo que buscas es tu propia libertad…ahí
la tienes, no seré yo quien te la coarte, no, no…para nada, que para eso tengo mucho
temperamento… y lo sabes…Me conoces perfectamente, así que si quieres espacio,
ahí lo tienes, ¡tú mismo! Pero jamás pienses que actúo igual, para nada, que
nunca estaría con cualquier tío así por así, ¡eh! Que me guardo muchísimo porque
me precio demasiado, ¿te enteras? Que mis besos y abrazos son sagrados,
¿me entiendes? Después recapacitaba diciéndome que no debería
ni mirarle a la cara, y menos preguntarle…pues…Sería de lo más bajo y rastrero que
una mujer debe hacer, ¡denigrante! Eso es de no tener dignidad y todas esas
normas y leyes establecidas por la sociedad del año de las catacumbas de Tutankamón…hasta
que lo vi frente a mí…No lo pensé ni un instante. Lo paré en medio de la calle. Quería saberlo
de su propia voz…Me han dicho que ayer te vieron agarrado a la cintura de una
mujer por la avenida principal… ¡Eso es una mentira que te has inventado tú! Me
contestaste…¡No! Me lo ha dicho una
amiga… ¡Mentira! Te han engañado…cualquiera te puede engañar, te lo crees
todo…Cualquiera no, sólo tú…Le dije desafiante…Y dándome la vuelta seguí
caminando llorando, sin saber a quién creer, si a esa amiga o a él…Quisiera
tener paciencia contigo y saber comprender esa extraña manera que tienes de
actuar conmigo…no la entiendo y aunque me empeñe, sigo sin comprenderte...No sé
por qué no te creo, no lo sé…Es como si me lo dijera ese hilo mental que nos
une…A veces pienso que buscas algo en mí que no te atreves a decir, como si
hubiera un muro…Otras veces pienso que temes herirme porque sabes que me
dolería, y tú no podrías dormir de remordimientos, porque no tengo maldad. Sólo
soy una romántica de la vida…una mujer llena de
fantasías que vive como siente, y tú te guardas de mí, cuidas mucho tus
palabras, esperando siempre mi reacción para saber por dónde seguir…No quieres
adelantarte porque sabes que las cazo al vuelo…pues… Tengo un instinto animal
que me avisa y me protege… ¡Ay mi amor! ¿Qué daría por tenerte en mis
brazos? ¡Ay Señor! ¿Qué daría por estar contigo
toda la vida? No sé por qué siento tanta incertidumbre…una
zozobra cae en mí, como temiendo perderte…te quiero tanto…tengo miedo…no
quisiera ser el despojo de mi dolor y tu olvido… Toda una farsa, una
burla…me siento morir… Cuantas dudas
en mi corazón, cuantas… Son las palabras que me persiguen por la espalda y se
colocan en mí…Parecen pajaritos piando…Salen solas como
si tuvieran vida propia…No quieren estar encerradas…
apenas me dejan caminar…Y por eso…Voy a aprender a
confiar en ti al margen de mis emociones, porque si no, las malas influencias
de las dudas razonables, se apoderarán de mi alma y me dejarán el corazón hecho
jirones… pues… Cada suspiro de tu boca en mis labios,
son como pétalos en flor bañados por los rayos del sol…y sin tus besos y
abrazos ya no podría vivir sin tu amor...
domingo, 26 de marzo de 2017
miércoles, 22 de marzo de 2017
HASTA MI ÚLTIMO ALIENTO.- (MICRORRELATO)
Llevaba más de un mes sin saber nada
de él, pensando las peores cosas del mundo, toda yo era un demonio
maldiciéndolo una y mil veces…quería verlo arrastrado a mis pies, rogándome de
rodillas una nueva oportunidad... No podía comprender por qué aparecía de
repente, y desparecía después durante varios días seguidos, aunque otras veces
me decía a mí misma, que algo muy fuerte y poderoso lo retenía. Sea lo que sea,
me desesperaba y siempre llegaba a la misma conclusión. Que ya no me quería,
que se había cansado de mí, y que tenía una amante. Era como si me echaran cal
viva en las entrañas y me transformaba en una serpiente venenosa con ganas de enredarme
por su cuerpo y devorarlo todo entero… ¡Hala, que se vaya a tomar viento
fresco! No estaba dispuesta a dejarme avasallar por mis propias conjeturas.
Tenía que salir de compras, y me puse una falda muy cortita, por encima de las
rodillas, de esas estrechas que marcan la silueta de manera muy sugerente, y una
camiseta roja que estaba de escándalo de guapa y atractiva, pues a pesar de mi
edad, todavía hacía estragos entre los hombres, y no es por nada, pero eso que
me digan piropos por la calle, me entusiasma y me sube la moral… hasta que lo
vi caminando frente a mí… Se quedó boquiabierto, parado, mirándome de arriba
abajo, comiéndome con los ojos, esperando un gesto cariñoso, una palabra
amistosa…un suave beso y en soplo diciéndole te quiero, ¡como si yo fuera una
santita y sumisa mujer! Me ponía de los nervios, no lo podía soportar, pero él
nada, ahí quieto, sabiendo lo que me gustaba esa forma de mirar…Lo miré
desafiante, y con los brazos en jarras, sacando pecho y con los labios apretados
le dije gritando en silencio…¡Te odio…te odio…! Me di la vuelta con un tortazo
de melena al viento, así, como si fuera un latigazo en el aire que iba directo
a su cara…Al momento cerré la puerta con un golpetazo, que hasta retumbaron las
paredes y los cristales de las ventanas temblequearon con unos restadillos, que
por poco no saltan por los aires hechos añicos…tal era la furia que me
embargaba…¡Se acabó, se acabó! Me dije para mis adentros…Estaba dispuesta a
empezar de nuevo, cerrar el libro para siempre, pasar página y punto… Tengo que
retomar las riendas de mi vida y decirle adiós a ese hombre que me tiene las
horas malditas y empezar de nuevo a vivir…pues…me estaba oprimiendo el
corazón…Ya no podía más, era una batalla donde sólo podía ganar yo y para eso
me tenía que alejar… pues…Esto de estar tan enamorada de un hombre como lo
estaba yo, desde el año la nana, era de lo más devastador para mi alma. Mi
corazón latía a la velocidad del trueno cada vez que lo veía aparecer, y si no
lo veía me sentía desfallecer…Era mi amante, mi esposo, mi fiel hombre al que
conocí cuando era una jovencita tierna y recatada…No paraba de tirarme los
tejos y de decirme lo bonita que estaba, me esperaba a todas las horas del día
hasta que me encontraba…Era tan atractivo y guapo que me enamoré desde el
primer día que lo conocí, no me lo podía quitar de la cabeza…Joven, alto, ancho
de hombros…tenía un aspecto de lo más varonil, un morenazo de aquí te espero,
además le asomaban unos ricitos negros por el pecho que me volvieron loca de
pasión…¡madre mía de mi vida…! Me encandiló los ojos y el cuerpo…Desde el
primer beso quedé prendida de su boca y su piel…Toda una vida queriéndonos, y
mira qué locura la mía, después de tantos años juntos, a la vejez viruela…¡Ay por
Dios! Me he vuelto celosa y posesiva…pues…Tengo miedo que ya no me mire como
antes, como cuando era una jovencita…hay tantas chicas guapas por ahí…Y por eso
no paro de coquetear y tontear con otros hombres delante de él, para que nunca
me pierda interés… Al otro día, ya valiente y respirando hondo, me fui a
caminar sola por ahí, quería encontrar mi libertad… estaba harta de ser esclava
de su amor…pero… Como se lo imaginó, vino corriendo hacia mi encuentro con sus
brazos de fuego… Míralo, ahí está, como siempre, sonriéndome con esa mirada
diabólica que me vuelve loca, loca… ¡qué paciencia tiene conmigo! No lo hagas,
por Dios, no lo hagas que me rindo…no puedo con éste hombre, no puedo…Me
enamora con sus gestos de pasión y las manos extendidas hacia mi cuerpo…el corazón
se me sale del pecho…se me desboca y ya no atino, no sé qué hacer…Lo miré a los
ojos, de frente y sentí todo el peso de la soledad de su llamada que emanaba
por cada poro de su piel, y me aferré a su cuerpo como si se me fuera la vida
en ello...Te quiero, te quiero…No paraba de repetir…Sé que estás con otro
aunque jamás me lo dirás…No puedo dormir por las noches siempre pensando en ti,
las veinticuatro horas del día te tengo metida en mi cabeza…Me dijo que me
amaba, que vivía junto a mí cada segundo de su existencia…Tenía la voz
entrecortada, parecían lágrimas a punto de salir, quizás un llanto contenido
roto en mil suspiros ansiosos por escapar del alma…su alma… Era una voz triste,
apagada, como si fueran los quejidos de su padecer…apenas un susurro aleteando
alrededor de mis cabellos me hizo pensar el gran vacío que habitaba en su
interior…Lo miré sonriendo… Qué bonita eres, me dice… qué preciosidad de mujer…Me
quiere a reventar… No me canso de mirarlo, es el más guapo del mundo para mí...Ya
no tiene el pelo tan negro, ni el cuerpo tan esbelto…ya le platean las sienes y
ya no anda tan ligero, pero cuando lo miro, veo a ese jovenzuelo que me enamoró
con sus besos de fuego… Y por eso temo perderlo, porque para mí es como si
nunca hubieran pasado los años, quedándose el tiempo parado en aquél beso que
unió nuestros labios, sellándolo de por vida como una poesía escrita con sus
horas y sus días… Y juntos caminamos de la mano,
sintiéndome más suya que nunca, lo mismo que aquél lejano día del pasado, ahora
presente siempre, siempre…sabiéndole mío hasta la eternidad, y entre pinares me
abrazó todo el cuerpo, con fuerzas y con ansias, como si tuviera miedo a
perderme…Le llené la boca de besos locos y hambrientos, todos sedientos por
hartarse de mí, como si estuviera poseída por esa agonía insaciable por
morder…Bésame siempre como un loco…ya sabes…como me gusta a mí, de esos
retorcidos con lengua…le decía cada vez que podía respirar...y se me quedaba
mirando todo enardecido de pasión… Dámelos todos vida mía que los necesito
todavía…Empezó a besarme con lujuria y me entregué a su cuerpo con rabia y
furia, sin testigos…solos nosotros dos… Si tú supieras lo que te quiero…venga
sigue…no pares, que no se resistan ni tu boca ni la mía…Si tú supieras que eres
el único hombre que quiero con hambre y con fuego…si tú supieras que desde
aquél dichoso día no soy la dueña de mi vida…desde que éramos jóvenes, y a
pesar de los años, aún te veo tan guapo vida mía, aunque andes lento y hasta un
poco encorvado…aunque tengas el pecho bajo, como tú sueles decir…¡Ay esa
barriguita…! Le digo siempre acariciándola…Estoy tan locamente enamorada de ti
amor mío, es tanto lo que te amo que apenas la noto cuando me abrazas, incluso
cuando me alzas hacia arriba para sentirme toda entera toda… demasiado tiempo juntos,
padeciendo y queriéndonos, y a pesar de la
edad de los encantos, cuando besa mis labios es igualito que ese muchacho joven
al que conocí hace más de cuarenta años…Y por eso tan sólo le pido al Dios de
mi credo, que en mi último aliento, tus brazos rodeen mis hombros, con mi
cabeza pegada a tu pecho, y mis labios besando tu cuello, mis ojos mirando tu
rostro, y que me beses el pelo y me digas junto a la oreja…Tú eres mi reina…tú
eres mi reina...
domingo, 19 de marzo de 2017
CON EL ESPÍRITU LIBRE DE MI LIBERTAD.- (MICRORRELATO)
Yo creía que era celosa,
y lo soy, no lo voy a negar, que sufría por ello lo indecible…pues…Eran como
puñaladas de acero en mi alma, hasta que decidí enfrentarme a mis miedos y
pasar de ellos…pero…siempre la duda latiendo sobre mí me hacía sospechar…no sé
por qué…Algo en mi interior me avisaba de que no era la única mujer de sus
citas amorosas. Me reconcomían los celos por dentro, creando en mi cuerpo un
malestar y unas inseguridades que no me dejaban vivir en paz. Llegó un momento
que ya no sabía qué hacer, ni tenía ganas de comer, ni de limpiar la casa. Toda
yo era como un títere sin cabeza ni pies, tan sólo una débil y enferma mujer
metida en mí misma, caminando por la calle como una autómata, sin meta ni
reloj, perdiendo el tiempo con sospechas inútiles que no llegaban a ninguna parte,
pero cada vez que no lo veía me hacían dudar…Eran indicios, simples indicios…quizás
fantasías mías...hasta que lo vi merodeando por los alrededores de su casa y
por cada lugar donde trabajaba, y a partir de entonces abrí los ojos y desperté…Me
enfrenté a mis miedos y a él…¡Oye tú! ¿Quién yo? Sí, sí tú…si a ti te gusta esa
que tiene la cara más blanca que la nieve, me lo dices y en paz… Me dijo que era
libre de irme o seguir tal como estábamos, que nunca estuvimos casados y que si
aceptaba estar viviendo con él era porque quería. Que nunca me puso una pistola
en el pecho, y que eso era lo que había, sí o sí…y que si no me convenía, que
ahí tenía la puerta para entrar o salir…Yo era una mujer de espíritu libre, hasta
que lo conocí y me lo arrebató con los besos diabólicos de su enardecida pasión…era
de lo más excitante…pues…Me encadenó para siempre a su abrazo de fuego con la
llave de su deseo…Yo estaba enamorada como nunca lo estuve jamás en mi vida…tan
sólo veía por sus ojos…lo tenía en un pedestal…lo era todo para mí…Yo creía que
era verdad todo lo que me decía, que me amaba, que era la mujer de su vida y
que si lo dejaba , ya no le quedaría nada... era el hombre de mis sueños… mi
fiel amante…hasta que me di cuenta de que no era hombre de una sola mujer, sino
que le gustaban todas, y cuando se fijaba en una, le seguía la pista hasta dar
con ella en cualquier esquina con tal de dejarse ver…Es el típico merodeador, uno
más del montón de los insaciables, esos que van a pico y pala, y cuando por fin
lo consigue, la saluda como si la conociera de toda la vida…pues…Así fue como
me conquistó y me enamoró por completo, de tal manera, que empezamos una
relación al libre albedrío de nuestros sentimientos, viviendo juntos en una
casa en mitad del campo, lejos de mundanal ruido, bajo la sospecha de vivir en
pecado ante los ojos de la sociedad, teniendo a Dios por testigo nada más…No
hubo sacerdote que bendijera nuestro matrimonio, ni anillo de boda de marido y
esposa, tampoco asistieron familiares ni amigos que gritaran vivan los novios a
lo largo del pasillo… Ni siquiera hubo baile de salón, ni comilona, ni orquesta,
ni banda de música callejera para
seguirnos hasta las afueras…tampoco nos echaron arroz…ni pisamos los pétalos en
flor, ni cantaron los vecinos una canción de amor…Tan sólo trinaron los pájaros
del cielo, y las palomas que estaban correteando por la plaza alzaron enseguida
el vuelo…Y en la oscuridad de la noche nos abrazábamos en los montes, rodeado
de margaritas y amapolas y unos cuantos yerbajos que nos arropaban de las
miradas curiosas, ocultos bajo la luz de la luna y de las estrellas…y antes del
alba amanecíamos mecidos por los rayos del sol y el canto de los grillos…Jamás
hubo en la vida una historia más apasionada y escandalosa que la nuestra…hasta
que desperté a la cruda realidad…Y por eso decidí escribirle una nota de
despedida, levantándome temprano…Abracé el primer árbol del camino de espalda
para llenarme de sus energías, y en sus hojas derramé estas lágrimas…Hola mi
amor, por supuesto que soy libre como las gaviotas que vuelan sobre el mar. Te
seguí haciendo lo que me daba la gana, sin hacer caso a nadie, siguiendo los
latidos de mi corazón, ¡fíjate si te amaba! Pero si tú te permites hacer y
deshacer, venir a mi encuentro cuando te lo pide el cuerpo… ¡aire y vuelo para
tus pies! Si tanto te duelen mis quejas y mis celos, no me hagas pensar que
estás con otra mujer, porque más me duele esa manera que tienes de comportarte
conmigo, que sin usar cuchillo para matarme, es como si lo hicieras…pues… Con
cada escapada que haces con ella, es como si me clavaras un puñal por la
espalda, y para justificarte, no tienes que decirme que no hay anillo ni vínculos
que nos une, ni estamos casados ante Dios ni la sociedad, ni somos pareja, así
que déjate de contarme tantos rollos, ni cuentos, porque sigue estando mal el
que te alejes de mí sin avisar y sin darme una explicación para decirme que
todo se acabó. Estás tan acostumbrado a hacerme daño y luego pedirme perdón y
que jamás volverás a hacerlo, que ya todo vale, pero hay un límite. Y te diré
una cosa, a la gente le importa un rábano que estemos viviendo juntos sin estar
casados, lo mismo que si entro o salgo con uno u otro, lo único que a ti te ha molestado,
es que al final he sido capaz de recuperar mi espíritu de libertad, haciendo lo
mismo que tú. Eso es lo que más te ha
dolido, quedar mal ante tus amigos, porque lo que más rabia te da es ser el
hazmerreir de la sociedad ésta machista en la cual vivimos. Escúchame bien, con
el corazón en la mano, te diré que yo sé que para nada tengo derecho sobre ti, lo
sé, pero si es verdad que me quieres, ¿porqué actúas de esta manera tan cruel
hacia mi persona y me tratas como si no tuviera sentimientos? Sabes
perfectamente que siempre fui fiel a tu amor, que soy luchadora, una guerrera
de la vida, una superviviente de mi generación, que me he hecho a mí misma y
sobre todo, jamás he cuestionado si podías venir o no, seguir conmigo o cortar,
incluso si te enamoraras de otra, aunque me doliera, lo entendería, pero al
menos ten la valentía de decírmelo en la cara y no desaparecer a hurtadillas
como una rata de alcantarilla. No te enfades conmigo por lo que te voy a decir,
porque comprendo que pudieras estar con otra, al fin y al cabo, ¿quién soy yo
para ti? Nadie, nadie…tan sólo soy una mujer enamorada que lleva toda una vida amándote,
solo a ti, pues cuando me enamoré, ya nadie podía besar mi boca ni abrazar mi
cuerpo, aunque a veces me he dejado querer por rabia hacia tus escapadas, pero
jamás he sentido la pasión y el amor que contigo sentí, por eso te pido perdón
si con mis palabras pueda herir tu ego masculino, de verdad te lo digo, pero
jamás sellaré mi boca a los gestos e indicios que dañen mi vista y mi corazón,
con todos mis respetos hacia tu persona, pues en la libertad de exponerte está
la opción de decirte lo que pienso, lo mismo que me iré de tu lado cuando yo
quiera, no cuando tú me lo pidas, pero aceptaré el que no me quieras ver más, pues
gracias a Dios que tengo dos manos y dos piernas y una cabeza llena de letras,
pero lo mejor que tengo es un espíritu libre para vagar por dónde quieran ellas…pues…
Yo nací para escribir, para contar las penas de las
mujeres maltratadas psicológicamente por sus amantes, novios o maridos, incluso
si tan sólo es un amigo con derecho a roce, ¿te enteras? Nací para acariciar el
sentido de la mente y el alma espiritual de los quejidos del amor, para enamorar
el secreto de las palabras, esas palabras que nacen en el corazón y salen
bailoteando al ritmo de sus latidos...Sí, estoy segura de que nací para ello,
porque amo las palabras y ellas me buscan, y si no me encuentran me esperan
hasta que se colocan en mi cabeza, pasan por mi alma y salen volando sin alas con
el espíritu libre de mi libertad…
jueves, 16 de marzo de 2017
TRAS LOS CRISTALES DE MIS AMANECERES.- (MICRORRELATO)
Lo conocí por casualidad
por medio de facebook, donde últimamente no paraban de enviarme solicitudes de
amistad. La mayoría eran hombres de edad madura, viudos casi todos, guapos y
muy sonrientes, cosa que me hacían dudar, así que los eliminaba al momento,
pues hablando con mis amigas virtuales comentándoselo, me decían que a ellas
les ocurría lo mismo, ¡qué casualidad! Nos mondábamos de risa…Otras veces eran
demasiado jóvenes y lo único que querían era sexo puro y duro. Pasaba de ellos
por completo…hasta que lo acepté… pues…Ni era mayor, ni joven, ni viudo, ni
casado…Era uno más, pero algo en mi interior latió… Me sentía perdida en alta mar, a la deriva de las olas, cuando de
pronto vi acercarse un velero remando al viento. Era mi amado, mi príncipe
encantado, el hombre de mis sueños, que como yo, estaba buscando su caracola.
Desde la misma cresta me divisó entre el vaivén de las embravecidas aguas,
cuando oyó la voz de mi llamada gritando con todas las fuerzas de mi alma, que
si no me ayudaba ese mismo día me ahogaba y echándome el remo, me agarré a su
cuello. Nos dejamos mecer por las olas como gaviotas al barlovento, encallando
en la isla de los últimos románticos del siglo, donde más de mil besos le di.
Después lo abracé como si fuera un niño perdido y lo arropé con mi cálido
cuerpo alejándolo del frío, y para que no temiera la noche oscura le conté
todas mis aventuras, le canté una nana y le dije cuánto lo quería, y cuando
llegó la mañana me desperté sola y abandonada…Y ahora resulta que tengo
miedo. Tengo miedo de volver a enamorarme de nuevo, porque seguro que me está seduciendo los sentimientos poquito a
poco, y ya pasé por eso, y no quiero…Perdóname por no querer volver a ello,
aunque sé que caeré de nuevo rendida a tus pies…pues…Tienes un no sé qué, que
me enloquece el corazón y me haces
perder la razón... Lo sé positivamente y me cuesta tener que reconocerlo, ya ve
que soy una cobarde, es uno de mis peores defectos, por eso lo escribo con
todas las letras que existen en el diccionario del miedo, y es que, verdaderamente,
tengo mucho miedo. Ya me enamoré antes y pasé por los peores momentos cuando se
alejó de mi lado sin despedirse ni darme un abrazo… ni siquiera me dijo hasta
luego…Éramos una pareja de amantes sin vínculos, ni cadenas que nos atasen…solamente
unidos por los besos que nos salían de las carnes…y porque éramos adictos al
sexo…Y ahora temo conocerlo en persona, me mire a los ojos y vea las marcas de
la edad en mi cuerpo… y en mi cara… A pesar de todo, pienso aprovechar cada
momento que pueda estar con él, aunque luego se vaya por donde ha venido, y le
daré gracias a la vida por haberlo conocido, que sin ser ni mi amante, ni mi novio,
ni mi marido, ha llenado mis días con
los besos que me envía tras la ventana de mis amaneceres y mis atardeceres, y
por las noches, entre sueños me entrego a su cuerpo con todas las llamas
encendidas de pasión…Tiene diez años menos que yo y con sus palabras me ha acariciado
el alma y enamorado el corazón… pues…Estuviste de prestado conmigo…nunca fuiste
mío del todo…te guardabas de mí…jamás te entregaste a mi querer…te
asustabas…tenías miedo…siempre recelando de mi amor…y cuando te dije que te
amaba más que a mi vida, me miraste a los ojos y te echaste a reír pensando que
era un capricho de mujer…y por eso ahora te escondes de mí… para que no te lo vuelva
a decir…pues…No eres hombre que se quiera encadenar a ninguna, te encanta
picotear de aquí para allá, sea señora, señorita o sepa usted bien qué…hasta
que me conociste… que desde el primer beso que te di te quedaste prendado de
mí…y ahora soy yo la que se aparta de ti, para seguir revoloteando alrededor de
tu ser... Tenía un rostro afable, con una medio sonrisa en sus labios que
parecían pedir permiso...Quizás su timidez le impedían derramar en mi boca todos
esos besos que los guardaba para mí y le quemaban la garganta, siempre deseosa
de gritarme al oído…¡Ay señora mía…ay señora…! ¡Cómo me gustaría pasar una
noche contigo…a solas…! Y yo que lo sabía le mostraba el camino a seguir con
leves toques de esperanza e ilusión…Me estaba insinuando tras los cristales de
éste amplio escenario, como es el chatear en privado con la locura de mis
emociones siempre a flor de piel…Me encantaba coquetear con frases juguetonas
al azar y con intención…Nos convertimos en amantes en la lejanía de nuestras
fantasías eróticas, atreviéndome a traspasar las barreras de ir más allá de la
realidad, sintiendo las caricias de sus manos alrededor de mi cuerpo como si lo
estuviera viviendo… Tenía esa misteriosa manera de abrazarme por detrás, rodeándome
el cuello hacia su pecho que me desarmaba por completo, dejándome a la merced
de sus apasionados besos… me enamoraban el alma y me llenaba la boca de deseo…Y
antes de despertar le dije al oído…te quiero…te quiero en éste momento, aunque
después desaparezcas tras los cristales de mis amaneceres…
Suscribirse a:
Entradas (Atom)