Y ahora de
nuevo en aquél tiempo de los sentimientos perdidos cuando me encontré contigo.
Si, cuando me mirabas con esos ojos que te delataban de una manera tan
descarada, como pidiendo fuego, ahora y de prisa. Fue cuando entonces me di
cuenta de que no parabas de cruzarte en mi camino. Me gustaba tanto que sin
darme cuenta empecé a desear que llegara el momento para verte. Me sentía como
una adolescente en sus primeros toques de amor, y por eso una mañana
traicionera te acorralé con mis maneras y te besé. Te quedaste como un niño
pequeño cuando se le da un juguete nuevo, ¡vaya que sí! que te aferraste a mi
cuello balbuciendo…Te quiero, te quiero…Y revolviéndome me acerqué a tu oreja exclamando
muy bajito…Mi niño, mi niño…Y ahí empezó la aventura interminable de nuestra
vida, que ya no hubo manera ni forma de echarte de mi vera, que con tal que me
veías me seguías y me decías…¡Guapa, qué bonita eres…! ¡Cómo me gustaba oírtelo
decir! Me dislocaba la cabeza de tal manera que te arrastraba hacia cualquier
escondijo para comerte la boca a mordisco…Y por eso aún te sigo por los
caminos…Recuerdo cuando te compraste el coche ese tan chico, y me viste por la
calle, me pitaste y luego te paraste y bajando la ventanilla me dijiste…¡Hola
nena! ¿Quieres dar un paseo? Y abriéndome la puerta me senté a tu lado de un
salto, ¡vaya que sí! que nada más tomar asiento me pusiste la zarpa en el muslo
y guiñándome un ojo me volviste a preguntar…¿Dónde quieres ir? Al fin del
mundo, llévame al fin del mundo, te dije, y pisando el acelerador, me llevaste
detrás del fin del mundo, ¡madre mía la que se lió…! Todo el trayecto con tu
mano rebuscando entre los arrabales de mis piernas, parecías un lobo hambriento
y yo a cada paso de cebra…Ten cuidado chiquillo, ten cuidado que la gente puede
vernos y el semáforo de rojo va a cambiar a verde…Y te sonreía picaronamente
con el verde, que te quiero verde…Y ya a lo lejos, donde aquél montículo que
limitaba con el cielo, empezaste a maniobrar y estando casi aparcando,
aparecieron unas cuantas ovejas, el pastor y un pedazo perro con toda la lengua
fuera y unos ojos, que cuando lo vi frente a mí, al lado de la puerta, casi se
me sale el corazón. Y tu mientras tanto, una mano en el volante y la otra no sé
donde la tenías pero que empecé a chillar como una energúmena, no sé si del
miedo que tenía o era de la misma risa, los dos sudando como pollos…Y cuando,
pastor, perro y ovejas desaparecieron del mapa, te atrapé por el cuello como
una loca besándote la boca, gritando tu nombre, ¡madre mía qué forma de
retorcernos en un coche tan pequeño! donde volante y manivela se interponían,
haciendo casi imposible el desenfrenado abrazo de dos cuerpos encendidos,
fundiéndose con las prisas de la agonía, hasta que mis piernas y tus rodillas
empezaron a esquivar los obstáculos danzando al ritmo del tango de dos locos
enamorados…Y por eso, en ese indefinido tiempo del equilibrista y la
contorsionista, me encuentro aquí…Desde un principio te di carta de libertad.
Te dije que a mí lo que me atraía eran los arrebatos locos y ese temor de la
inseguridad, así que no me tenías que engañar porque no había nada que perder,
ni preocuparse de nada, ya que esto es sólo una aventura más de la vida
pasional de las personas y punto pelota…Como siempre, ésta forma mía de tenerlo
todo controlado, poniendo orden, como si tu y yo fuéramos los muebles de una
casa, ¡qué ignorante pensar que en los sentimientos una puede mandar! Son ellos
los que te colocan ahí o aquí. Van al libre albedrío de las emociones y su
poderío…Yo no quería verlo porque no me gusta acomodarme, ni tampoco estar
sujeta a nadie como si fuéramos una pareja formal, y fíjate ahora en mí, que
cuanto más te tengo, más te quiero y te deseo, y lo mismo te ocurre a ti. Hay
algo misterioso en ésta extraña forma de querer, que nos ata y nos desata como
si de un hechizo maligno se tratara. Parece cosas de brujerías y por eso
estamos como estamos, con un tira y afloja, que lo mismo me quieres más que a
tu vida, que me rechazas, como si me odiaras a rabiar y cuando soy yo la que te
dejo tirado como un perro, me buscas, me encuentras y cuando te hartas de hacer
conmigo lo que se te antoja, te vuelves a alejar…Estoy cansada de éste mal
querer que nos tenemos, ¿te enteras? Me está trastornando la cabeza y mi estilo
de vida, pensando continuamente en ti como si estuvieras hilvanado a mis sueños
de alguna manera divina, que hasta por las noches te veo mirándome el rostro,
estirando tus brazos hacia mi cuello, buscando mis besos y con los ojos
llenitos de deseo y llamándome por mi nombre siempre, siempre…Presiento que te
quema en los labios...Y por eso me levanto pensando en ti. Estoy tan
esclavizada a ti, que no hago más que estar pendiente de si te veo o no te veo,
y se está convirtiendo en una auténtica pesadilla, y precisamente, esta mañana
te vi, ¿te enteras?...Quizás quise imponerme tanto a tu manera de quererme tan
para ti, que me perdí entre la locura del sin vivir y las dudas de la rutina…Y
por eso ya no aguanto más y ahora soy yo la que te dejaré marchar…
miércoles, 26 de noviembre de 2014
domingo, 23 de noviembre de 2014
DONDE ME CRUCÉ CONTIGO.- (MICRORRELATO)
Y estos
hombres que no saben lo que quieren, son los que más daños hacen a las mujeres,
porque viven en un pozo sin fondo donde te quieren arrastrar hasta lo más
hondo...Es un creído, malvado y lleno de vanidad, y ahora viene todo
desesperado porque se ha dado cuenta de que conmigo ya no puede seguir de esa
manera. Si, si, de esa manera tan problemática que tiene apareciendo y
despareciendo como si fuera un mago. A veces pienso que está loco por su forma
de actuar, escondiéndose cuando me ve salir para darme a entender que pasa de
mí, como la otra mañana que te metiste en la floristería, ¡qué ignorante eres!
Se creerá que no lo he visto darse la vuelta y meterse en esa tienda, pero me
hice la desentendida, como si no estuvieras y seguí mi camino tal cual, ¿qué te
creías que me iba a poner a buscarte o a entrar y preguntarte con la mirada del
por qué te escondes de mí? ¡Tú no me conoces bien! pero yo a ti sí, ¡y
bastante! Que aún sabiendo que venías andando detrás, me puse a tontear con un
amigo que me encontré en el camino, y le planté dos besazos en la cara. Luego
me puse a charlar animadamente con él y hasta solté una carcajada de la mías
para que sintieras celos, ¿te enteras? Después me fui moviendo las caderas para
marearte la mirada como yo quería que sintieras…Me imagino la rabia y el coraje
que te daría, sobre todo cuando me di la vuelta, y te miré a los ojos
fijamente. Me reí con toda la ironía de la que soy capaz cuando me salen los
demonios que tengo dentro, porque cuando me haces daño me transformo en la peor
de las víboras, ¡vaya que sí! Que me convierto en una serpiente venenosa. A
partir de ahora no pienso sufrir ni un día más por ti, pienso echarle a la vida
un pulso y sobrevivir y tu no me vas a parar…Y por eso ahora vienes a buscarme,
ahora lloras por mí, ahora recorres las calles y ahora ya sabes de mí existir.
Ahora que te has dado cuenta de que me has perdido, tú me quieres recuperar,
pero ya no te hago ni puñetero caso, me eres indiferente, ¿sabes? Te ignoro,
¡no te quiero! Me cansé de tus idas y venidas, me cansé de tanto esperar, me
cansé de inquietarme, me cansé de tu ausencia y mi penar…Ahora te quiero…ahora
no…ahora yo qué sé…ahora dame un beso por favor y ahora perdóname…pero…¿tú
quién te has creído que soy? ¿Una tonta y estúpida mujer a la que se la pueda
manejar como si tal cosa...? Quizás te hayas dado cuenta que voy en serio,
quizás pienses que ya nunca más tendrás mis besos, ni mis abrazos ni jamás te
diré te quiero pegadita a tu cuello. Ni tampoco esas frases lujuriosas que te
susurro en el oído cuando la pasión embarga mi carne y que te arranca las
pasiones de tu infierno…Ese infierno tuyo al que tu me quieres arrastrar,
sometiéndome a mil calderos sin fin y luego me dejas, te alejas y te vas…Estás
acostumbrado a hacer lo que te da la gana, eres el que siempre lleva la voz cantante
y me tratas como si fuera una arrastrada, una pobre mujer mendigando un poco de
amor, pero…¿en qué mundo vives tú? Me cansé, ya me cansé de tus arrebatos
machistas e irracional enamorado Donjuanesco. De ahora en adelante seré una
mujer fuerte y no te voy a permitir que me hagas llorar nunca más. No se puede
tratar a una persona como lo haces, ¡ahora me ves y ahora no me ves! Yo ya
estoy más que harta de tus tejemanejes... Y por eso voy por calles oscuras y me
vienen unos pensamientos verdaderamente pecaminosos…Tengo ganas de serte
infiel, ¡vaya que sí! Que me dan unos deseos irresistibles de pecar…No sé qué
es lo que está pasando por mi cabecita, puede ser que sea por la rabia, la
impotencia y el dolor que no puedo compartirlo con nadie, pero te juro que a
veces me entran ganas de irme con cualquier hombre y entregarme a sus brazos a
ver si de ésta manera se me va de la cabeza... pero no, estás ahí, siempre
ahí…Me gustaría preguntarle el por qué actúa así conmigo. A veces pienso que
tiene miedo a quererme tanto o es que no se atreve a seguir a mi lado atado
para siempre, hasta que la muerte nos separe. Yo creía que lo conocía mejor que
nadie, pero hay días que lo siento como un extraño cuando lo veo deambular por
las calles solitarias y me hace pensar que va como un perro callejero
husmeando, como rebuscando entre la gente…Puede ser que sea yo muy celosa, no
sé… Muchas veces le interrogo con la mirada, con los gestos y las palabras,
hasta lo he acusado de estar con otra y conmigo y me dice que me lo invento,
que sólo son celos…de pensarlo casi muero y nada más que por eso lo he dejado
tirado porque ya no puedo seguir su estilo de vida…Ya no te voy a querer, ni te
voy a mirar ni siquiera escuchar esta historia irreal…Tengo una rabia por
dentro que me corroe por todo el cuerpo y necesito decirte todo lo que
siento…No vales nada, no me gusta ni tu manera de caminar, siempre buscándome,
me encuentras y te vas…Eres un falso, eres la mentira sin piedad, no te
conformas con tu vida ni te sacia ésta romántica historia pasional. Eres un
caos del amor, eres pura ambigüedad…Jamás te importé, tan sólo te preocupa tu
triste orfandad, si tu no me quieres, menos te voy a querer yo. Y por eso voy a
rebobinar en el tiempo donde me crucé contigo para atrapar los sentimientos que
se quedaron en el camino…
sábado, 15 de noviembre de 2014
EN LA SOLEDAD DE MIS SENTIMIENTOS.- (MICRORRELATO)
Y
éste hombre que hace unos días me dijo que me quería, que me amaba y que sin mí
no vivía. Éste hombre que me dijo que iba a llenar el depósito de gasolina y
que me llevaría hasta que se acabara nuestra vida... Si, si, el mismo que en
cada encuentro parece un cohete ardiendo y me abraza el cuerpo entero. Arropa
mis sueños, me habla bonito por los caminos del infierno y me besa los labios con
la agonía del hambriento. Me llama por mi nombre en la cima del monte, y cuando
cierra lo ojos me arrastra hacia su pecho…Y yo que lo sé me aprovecho de su
entrega y su querer, le como la oreja con mil lentejuelas y le susurro junto al
oído palabras desnudas y sin piel…Y cuando escucha mi suspirar se deja hacer a
la merced de mi carne y mi sed. Y él que conoce mi entrega, mi arranque y mi
querer, me ama y me teme a la vez. Luego se aparta de mí unos días para que lo
tenga presente siempre, siempre. Y aquí estoy de nuevo sin saber qué pensar,
derrochando imágenes que grabadas en mi alma están. No comprendo su pesar, ni
tampoco entiendo por qué me busca tanto por todas partes y cuando me encuentra
se echa a mis brazos como un condenado y luego se va...Voy por la calle como
sonámbula, temerosa, extrañando cada paso que doy, parece que tenga quince años
cuando iba al instituto y las palomitas revoloteaban por mi pecho, temiendo
perder a mi chico…Se va, se aleja de mí y ya no me buscas más…Quizás tenga
miedo de esa gran necesidad que tiene de tenerme cada vez un poco más, o es que
tema ésta pasión tan fuerte que de mi no se pueda desatar...Te dije que no
debíamos seguir, que no estaba bien éste amor tan apasionado, pero tú
insististe y me ataste a tu abrazo y ahora soy yo la que te busca por todas
partes, porque sin ti no puedo vivir. Te necesito ¿sabes? Y si me dejas no me
quedará ni mi existir. Nada, no me quedará nada, tan sólo seré una mujer
descabellada. Y por eso me encuentro hablando sola por la calle del olvido a
ver si así se aleja tu recuerdo de mí, pero me persigue por todas partes,
¿sabes? Es como si tuviera de alguna manera extraña, su propia entidad, porque
siento hasta su pulso, incluso su aliento pegado a mi tez. Quizás sea la escena
del último encuentro que haya recobrado forma, o a lo mejor es de tanto como lo
deseo y se haya proyectado y sea como un espectro de mis recuerdos. Parece como
si se quisieran apoderar de mí, fíjate con la fuerza que me atrapas, ¡vaya que
sí! Como aquella vez que me abrazaste tan fuerte que casi se me atragantaron
las palabras en la garganta, y ahora casi me ahogan de lo que amontonadas
están dentro de mí. Te odio con todas las fuerzas de mi alma y de mi ser y más
porque no tengo…No, no te odio, sino que te amo. Siento una rabia desbordante y
ganas me dan de machacarte y de golpearte, hasta me vienen deseos asesinos por
todo el daño que me haces sin merecerlo, porque yo soy una mujer buena, ¿te
enteras? Creo que te angustia las ansias que siempre tienes de mí y por eso
mismo me rechazas, me aborreces y me odias. Quieres recobrar tu libertad, aún
sabiendo que ni vives ni dejas vivir, eres como el perro del hortelano y por
eso tengo el corazón roto. Se me parte el alma cada día cuando salgo y no
apareces para decirte con los ojos cuánto temo perderte. Me duelen hasta los
suspiros que se escapan de mi garganta. Es como si fueran los reclamos de mis
pertenencias que te exigen los besos y los abrazos que te entregué, son míos,
¿te enteras? Apenas puedo descifrar mis sentimientos. Se me amontonan los malos
pensamientos imaginando escenas variopintas donde te presiento indiferente
hacia mí…Creo que me espías, que lo sabes todo de mí y por eso te haces de
rogar, para que ahora sea yo la que te ronde, fíjate cómo te conozco que te has
vuelto un poco misterioso para que no se acabe nunca la aventura de amarte como
si fuera una joven locuela…Estás jugando conmigo, probándome, tanteando el
terreno, haciéndome padecer mil sensaciones sin equilibrio, es como si quisiera
que perdiera la razón y mis emociones están a punto de explotar…Y yo te espero,
siempre te espero, porque a medida que pasan los días siento que te quiero, que
nos queremos y volvemos de nuevo a nuestros abrazos compartiendo besos
apasionados. Y de nuevo, otra vez caigo rendida a tus pies, y luego es como si
te arrepintieras o tuvieras miedo de serme tan esclavo y desapareces. Ya no
tengo edad de estar como cuando era una jovencita toda asustada perdida tras
los cristales y preguntándome, ¿vendrá a recogerme o no vendrá? No puedo más
con esa manera tuya de amar, con esos altibajos, el corazón en un puño, el alma
rota…y un pálpito en el suspirar…Soy demasiado mayor para tanto desequilibrio
emocional. Se me descontrolan los sentidos y no puedo poner orden a mi vida, ni
calibrar mis prioridades…Siempre en la mente tú, atado a mis
sentimientos…Buscándote por todas partes voy con las letras desnudas de tu
nombre…¿Es un ángel o es un demonio? ¡Ahora me ves y ahora no me ves! Y ahora
resulta que tengo miedo, tengo miedo de volver a encontrarme contigo en el
camino, llevas tantos días desaparecidos que hasta me acostumbré a la soledad
de mis sentimientos…Y por eso voy a robarle al aire las frases que volaron
aquella tarde de invierno cuando me la arrancaste del pecho con tus besos…
lunes, 10 de noviembre de 2014
PALPÍTAME EL ALMA, PALPÍTAME POR DIOS.- (MICRORRELATO)
Perdiéndome
en la ciudad me hallo buscándome sin poderme encontrar, tan sólo los besos y
abrazos que imaginándome están a cada paso que doy. Es como si me quisieran
atrapar, será porque los siento tan dentro de mi que apenas puedo caminar,
fíjate de qué manera una puede llegar a amar, que hasta enloquecen los malos
pensamientos batallando entre ellos como si supieran más que yo misma, pues se
alojan en el lugar más recóndito de mi interior y ya no saben ni a donde ir.
Dicen que el pensamiento es libre, que no tienen ni orden ni control, ¡qué sé yo!
pero mi cabeza está a punto de estallar con tanto suspense y esa duda
misteriosa que apenas deja mi mente en libertad. Es una lucha continua donde te
veo entre tinieblas, como si ya no estuvieras tan loco por mí, y eso me
desquicia de tal manera que ganitas me dan de irme con el primero que se cruce
en mi camino…No me conformo que me quieras nada más, sino que me adores, ¡vaya
que sí! Soy tan redomadamente egoísta que necesito constantemente que me lo
demuestres a piel y canto. Qué estés siempre ahí, supeditado, a la orden de mis
devaneos, cuando quiero y me dé la gana. Reconozco que soy una caprichosa de la
vida y me encanta dominar la situación, y es todo lo contrario, que haces y
deshace usándome como una muñeca de trapo, y yo sumisamente caigo rendida y eso
me pone a parir…Siempre igual, no entiendo nada de esa forma de actuar que
tienes. Se me llena la cabeza de inquietudes y me pregunto el por qué cada vez
que tu quieres me arrojo a tus brazos como si no tuviera voluntad, porque yo no
mando en mí, ¿sabes? No tengo fuerzas para negarte un beso y se me revuelven
por dentro los entresijos de los malos pensamientos, y por eso me alejé de ti.
Estuve alejada más de lo que podía, hasta me decía que era lo mejor, pero
tantas veces como viniste pidiendo limosna de amor, al final cedía, porque yo
te quiero y te deseo, ¿te enteras? Sobre todo cuando veo esa cara de carnero
degollado que se te pone. Estoy tan enamorada de ti, que no tengo ni control ni
aparición, sino una maraña entre ceja y ceja, que no puedo comprender ni cómo
ni por qué. Mi corazón palpita y no quiero otra cosa más que besar tu boca. A
veces me gustaría seguirte para saber dónde estás y con quién, fíjate si serán
grandes mis celos y me da una rabia y un coraje, que ni te cuento, por eso ando
buscando tus besos, porque no quiero recuerdos, que quiero atraparlos en tu
cuerpo en los abrazos de nuestro aliento…Me digo una y mil veces que no, que no
debo ceder. Siempre me he dado a valer, porque yo valgo mucho, ¿te enteras?
Valgo un montón, así que vete. Aléjate de mí, ya está bien de tanto sufrir, me
tienes harta, no sabes ni lo que quieres. Creo que tienes miedo de tanto como
me piensas…Aléjate lo más posible, sólo me das malas influencias, ¿qué te
crees, que voy a ir detrás de ti? ¡Apañado estas! Valgo demasiado, y no me vas
a quitar el halo que me protege. Si, si, mi halo, ese que tenemos rodeándonos
por todos lados…Me dijiste que me querías, que no podías estar ni un solo día
sin verme, y hasta que me ibas a llevar al fin del mundo, ¡mentira cochina!
Pasas de mí o eso es lo que me quieres dar a entender y no paras de
enmarañarme. Lo único que te preocupa es que yo pierda los sesos por ti, y por
eso me haces tanto daño. Eres un incordio para tu ego y una mala influencia
para mi persona, y no puedo estar todo el tiempo pensando en ti como si fueras
mi dueño…Voy hablando sola, no sola no, hablo con las calles, con el aire y
conmigo y ya me cansé. Me cansé de esperarte, de tenerte paciencia, de amarte,
de tener miedo a perderte. Ahora no, ya me da igual y no te voy a buscar, no.
Soy una mujer fuerte, con personalidad y mucho carácter, ¡vaya que sí! para que
me tengas como si fuera una cosa, yo me quiero, ¿te enteras? Tengo dignidad y
te has creído que conmigo puedes jugar. No, lo siento, no es mi ego, no, es mi
halo lo que protejo, me protejo de ti ¿sabes? De ahora en adelante voy a ser
más fuerte que tú, porque mi vida es mía y no te la quiero ni prestar. Me
dominaste en un tiempo que las defensas del amor las tenía bajas, ¿sabes?
Estaba loca por ti, muy enamorada, lo mismo que cuando te besé la primera vez,
toda yo era pura pasión, no veía más que tu amor y me quedé sin nada, yo no era
yo, estaba tan loca que tus besos me absorbieron por completo. Aún los tengo
grabados en la piel cuando me mordiste dentro de la garganta. Si, esos besos
rebuscados y en cómplices de los míos, casi éramos una trenza de lo bien
acoplados que estábamos aquél día que me hiciste tuya y tu mío, pero una trenza
en rodete, ¿sabes? A veces me siento frustrada, es una sensación de soledad,
quizás es así como te gusta hacerme sentir…Las calles me llaman y me atrapan en
un revolucionario eco de pasión llenando mi cuerpo a besos…Los busco y los
deseo con tal frenesí que salgo a ciegas hacia tus brazos…Antes me daba
vergüenza decirlo y admitirlo, pero ahora pienso echar todas mis alas a volar
para atraparlos al viento…Palpítame el alma, palpítame el corazón, que no
quiero yo quedarme en la vida sin tu amor…Palpítame, palpítame por Dios…
Suscribirse a:
Entradas (Atom)