jueves, 1 de noviembre de 2012

ESOS MOLESTOS BICHITOS.-

¡Cómo me pica la cabeza! Seguro de que estaré llenita de piojos. Me los han pegado en el colegio, y mi hermana la mayor que ha venido a recogernos a Lola y a mí, nos está dando pellizcos y codazos disimuladamente cuando nos cruzamos con los demás chiquillos, por que según ella, nos llamarán piojosas y ya no se juntarán con nosotras. Nada más llegar a casa, le comenta a mi madre que estamos plagaditas, y sin venir a cuento, nos arrastra a las dos al baño, y en una palangana vacía, primero a Lola y luego a mí, nos coloca la cabeza en ella, mientras Trini, la mayor, nos vierte una olla de agua hirviendo, que casi nos deja como a los pollos desplumados. Luego mi madre se lía a gritar y a maldecir esto y lo otro, como si tuviéramos la culpa de que nos lo hallan  pegado. Así que temblequeando con una toalla sobre los hombros, me deja, y al momento vuelve con una peineta, le entrelaza una hebra de hilo entre las púas y se lía a peinarme con unas fuerzas y una rapidez, que casi me arranca media cabellera. Si me descuido me deja hasta sin orejas, pero como tiene que hacer la comida, llama a Trini para que siga hasta que no se quede ni uno vivo, ¡me cachis en la mar! Yo la temo, por que la muy fresca se sienta en una silla, y a mi me arrodilla en el suelo, me coloca la cabeza en sus faldas un tiempo interminable, en el cual tengo que estar más quieta que una estatua, asfixiaíta perdida, ¡me hace un daño horroroso! ¡más aburrida que una ostra! ¿Cuándo se acabará? Ni siquiera puedo ladear un poco la cabeza para respirar, por que si lo hago, me tira de los pelos con la peineta reliada entre ellos, y me da coscorrones. Después me echa un producto matapiojos, llamado "Zeta-zeta" que huele una peste de mil demonios, además me escuece el cuero cabelludo una barbaridad, irritándome de tal manera, que me pica la cabeza a rabiar, pero si estamos en la calle, tengo que aguantarme, por que está feísimo que las niñas se rasquen delante de la gente. Como los piojos no se van ni a tiro, a mi padre se le ha ocurrido echarnos a mi hermana Lola y a mí "Flix"  ¡Un matamoscas! Era tan potente, que casi nos mata a nosotras, y no sabéis la verguenza que nos dió, cuando los niños del colegio pasaron por nuestro lado tapándose la nariz, y viendo que no daba resultado, trajo a un soldado del cuartel y nos ha pelado a rape a las dos, y durante un tiempo que no quiero ni recordar, hemos sido el hazmerreir de toda la vecindad...

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