sábado, 3 de noviembre de 2012

EL CINE DE LOS DOMINGOS.-

Lo mejor de los domingos es cuando por la tarde nos lleva Trini al cine Avenida, ¡qué contentas vamos las tres! ¡Nos encantan las pelis de romanos y las del oeste, que entre vítores y aplausos chupeteamos un trozo de chocolate Maruja, que tiene almendras y está riquísimo. Nada más llegar nos ponemos en la cola, que a las tres de la tarde es interminable de larga, por que hoy echan una de Tarzán, y claro la ventanilla no la abren hasta la y media, pero cuando aparece la mujer, empiezan los empujones. Nosotras vamos a butaca por que en balconcillo sólo hay soldados y huelen rarísimo, además arman un jaleo tremendo, sobre todo cuando el muchachito intenta besar a la chica, que realmente nunca llega a besarla del todo, por que según mi hermana que es muy lista, dice que la escena está cortada. Yo de esas cosas no entiendo, por que a mí lo que me gusta es ver la pantalla esa tan grande y cuando apagan las luces, ¡bien, hurra! Todos los niños gritando de alegría, y cuando se abren las cortinas, ¡hala, a tocar las palmas! A mí me entra un cosquilleo por el estómago que no puedo aguantar la emoción. Creo que es la primera vez que voy al cine. ¡Qué sala tan grande! ¡Cuántas butacas! Hay un hombre con una linterna acomodando a los niños que van entrando por que no es numerada y se está armando un  jaleo tremendo, menos mal que todavía no ha empezado la película. Primero hay una serie de anuncios que a mi hermana Lola y a mí nos vuelve loca.- ¡Éste para tí y éste para mí! -¡Qué risa! Es de lo más emocionante. No me entero de nada.- Trini, que me meo.- ¿Otra vez? ¡Que sea la última vez! - ¡Niñaaa, agacha la cabeza! - Perdone usted.- ¡Quédate quietecita, que empieza la película!- ¡El Nodo!- La voz inconfundible de Matías Prats: " El caudillo, jefe del estado mayor, el generalísimo don Francisco Franco Bahamonde, en compañía de su excelentísima esposa, doña Carmen Polo de Franco, y demás ministros han inagurado un pantano en..." ¡Cómo me gusta el cine! Y si ganan los buenos, ¡aplausos y más aplausos!... Cuando la película es para mayores tenemos que irnos al cine Astoria que está un poco más lejos, cuesta arriba, hacia Hadú, donde casi toda la población es musulmana, aunque realmente viven en la barriada de El Príncipe. 

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