sábado, 22 de diciembre de 2012

LLANTO DE DOLOR:-

Mamá murió en mis brazos, mirándome, y yo le canté todas sus canciones por que me habían dicho que el oído era lo último que se perdía, así que no lloré nada y cuando mi hermano Carlos llegó y se puso a llorar lo eché disimuladamente de la habitación. Le dije que se fuera con mi padre a tomar café, pues ella no se murío hasta que él llegó. Creo que lo estaba esperando para decirle el último adiós... Después le canté y no lloré nada de nada... La amortajé y no lloré nada y a escondidas le abrí los ojos para ver si me veía por que a lo mejor estaba dormida, y no lloré nada de nada... Llamé a todos mis hermanos para decirle que mamá había muerto y no lloré nada de nada, ¡qué frialdad! ¿de dónde saqué las fuerzas? Antes de morir le dije que le diera la mano a sus padres que estaban en el cielo... No sé por qué se me ocurrió eso...
Cuando llegué a casa pensé que ya no la volvería a ver más... ¡Dios mío, es verdad! No me había dado cuenta de ese detalle, yo creí que morir era como dormir... De repente lo comprendí y no lloré nada, ¡dí alaridos! Verdaderos alaridos de dolor... ¡Grité y grité hasta más no poder! ¡Yo no era yo! Era una garganta gritando... Llamé a mi madre a voces... Grité mamaíta de mi vida con todas las fuerzas de mi ser... Me caí al suelo rotita por dentro... Todo mi cuerpo se derrumbó en un llanto desgarrado con madrecita de mi alma rompiéndose en mis labios... ¡Mamá, mamíta mía...mamá, mamaíta de mi vida...!
Bañada en lágrimas, alguien me levantó... Luego me dormí. Dormí hasta el amanecer y después lloré, lloré y lloré...

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