miércoles, 19 de diciembre de 2012

LA CIUDAD DE LA MEMORIA.-

Cuando era muy chica, mi padre nos ponía a Lola y a mí de rodillas en el suelo con los codos sobre la cama y las manitas juntas, ¡a rezar antes de dormir! Con el cuello estirado hacia arriba, mirando ese cuadro de la Virgen del Perpetuo Socorro, le rezábamos al niño: "Jesusito de mi vida, eres el niño como yo..." Después: "Cuatro esquinita tiene mi cama..." para acabar con  el: "Angel de mi guarda, dulce compañía..." También nos daba de comer, nos bañaba, nos vestía, nos cortaba el flequillo, nos calzaba, nos sacaba de paseo, y además si me peleaba con mi hermana me obligaba a pedirle perdón y darle un beso en la cara... Nos cosió las orejas con aguja e hilo, y después de unos días nos puso unas bolitas de oro preciosas... Vacunó a todas las niñas del barrio y a nosotras dos también...
Una vez se presentó con una radio muy grande de color marrón con un par de botones, unas rayas y un metro de cordón y la colocó en lo alto del aparador, y cuando la enchufó, Lola y yo corriendo por el pasillo, ¡corre, corre que te pillo...! Con las cabezas pegadas aguantando la respiración la oíamos con una gran risotada pintada en los labios... "¡Pulgarcitooo...! ¿dónde estaaás?" ¡Cómo me gustaba ese cuento! Y "La Caperucita Roja" "Los Tres Cerditos" "La Ratita Presumida" No nos perdíamos ni los anuncios, sobre todo el de aquél negrito: "Es el Cola-cao, desayuno y merienda..." Me encantaba tararear ese estribillo y aquél otro: "Tengo una vaca lechera tolón, tolón..." Mi madre nos miraba a Lola y a mí cuando hacíamos hicapié en el tolón, tolón. A Trini le gustaba oír un programa muy bonito que se llamaba: "Matilde, Perico y Periquín" pero lo que nunca se perdían mis padres era: "El Zorro" A mí lo que más me gustaban eran las canciones de amor, no sé por qué, pero ya desde muy chiquitita, me encantaban las historias relacionadas con amores y desamores, ¡cómo me acuerdo de "Esperanza, Esperanza..." que cantaba Enrique Montoya, y a Nat King Cole, ¡qué voz! esa de "Ansiedad, por tenerte en mis brazos..." Antonio Machín con "Cachito, cachito, cachito mío..." "Los angelitos negros" Jamás olvidaré los momentos junto a la radio en compañía de mis padres y hermanos. Tengo tantos recuerdos de mi infancia, que incluso los olores de hoy en día me lleva hacia atrás, como por ejemplo el del café cuando lo molía en aquél molinillo que tenía una manivela que yo giraba y giraba, cayendo la molienda en un cajoncito, ¡qué aroma más rico! y mi madre pendiente de la leche de vaca que hervía en una gran olla y que hacía una nata exquisita que ella dulcificaba con aquella canción: "Hay que ver, hay que ver, las faldas que antiguamente llevaban la mujer, creo yo, cre yo, que con una de esas faldas salen lo menos dos..." ¡Cómo me gustaba estar con ella!  Otras veces la ayudaba con el mortero dando vueltas a un huevo que había cascado dentro del almirez, y cuando no me veía me relamía los dedos de mayonesa, ¡qué rica! Mientras seguía cantando: "Por la puerta de Alcalá, los turistas vienen y van..." Pero lo que realmente me gustaba era cuando se liaba a coser en su másquina Alfa, ¡me encantaba observar! No podía apartar los ojos de la rueda plateada, que a escondidas giraba.-¡Plaf!- ¡Ahí no se toca! Me decía con una cachetada.- Chacachá, chacachá, corría la aguja dejando caer la tela hacia atrás, y mamá pedaleando a la par. Chacachá, chacachá, puntada a puntada, seguía cosiendo mientras de su garaganta salían canciones bellas y apasionadas: ¿Dónde estarán nuestros mozos que a la cita no quieren venir...? ¡Dios mío! Hay que ver de cuántas cosas me estoy acordando ahora, debe ser que en la ciudad de la Memoria hay muchos recuerdos que como los presos van saliendo de la mazmorra dejándose caer por las sábanas que les he ido anudando, una a una, a través de éstas páginas que sin querer van engrosando éste libro, que ya no sé cómo llamarlo si cuento o novela, quizás es una larga historieta o un diario tal vez, no lo sé, pero las palabras salen jocosas y del llanto se ríen como si fuera un gran chiste...

No hay comentarios:

Publicar un comentario