jueves, 13 de diciembre de 2012

DESFILE MILITAR.-

Una vez se presentó mi madre con tres sombreros de paja, al estilo japonés. Rojo para Trini, azul para Lola y verde para mí, ¡qué contenta estábamos las tres camino de las playas de Benzú! Recuerdo que en la camioneta, la gente no paraban de mirarnos, entonces era una novedad, pero mi madre siempre fué una mujer moderna, y pasaba de comentarios jocosos...
La camioneta iba bordeando toda la costa, justo al lado de las rocas, donde las gaviotas correteaban sin parar de graznar. Algunas se echaban a la mar zambullendo sus cabecitas en el agua, y al rato salían con un pez coleteando entre sus picos sin poder escapar... A veces pasábamos tan cerca del agua, que las olas casi rozaban las ruedas, sobre todo, cuando el conductor subía despacio por las curvas. Yo no paraba de saborear cada rincón del paisaje, y entre vueltas y revueltas, nos adentramos en un bosque lleno de pinares donde el follaje era tan frondoso, que el día espléndido de sol se convirtió en una oscuridad como si la noche me hubiera sorprendido de repente, y llegando a lo alto de la montaña, Gracía Aldave, como en una atalaya, Dios creó la luz, hechizándome, apareció toda la ciudad desparramada, cautivándome la  mirada...
¡Qué bella es mi tierra! ¡Del Mediterráneo una perla!
Benzú está a las afueras de Ceuta y allí está la legión, ¡llenita de legionarios! No sabéis lo bien que desfilan, por que en mi tierra hay muchos desfiles, y cuando era pequeña, mi padre siempre nos llevaba a verlos...
¡Ay, qué alegría! ¡Pán, parapám! ¡Porróm, porrompóm! ¡Tí, tararí! ¡Tá, tarará! Y los platillos, ¡Chiás, chiás, chiás! a lo lejos un redoble de tambores, rápidamente, con fuerzas, parece que se va a romper el tambor. todo el mundo en silencio. No se oye ni una mosca. Un solitario con su trompeta al viento... ¡Tí, tirirí, titiií, tiririií...! El pobre con los mofletes hinchados, a punto de estallar, colorado como un tomate, ¡morado! ¡Dios mío, se les va a reventar...! ¡Miles y miles de soldados desfilando al ritmo del tambor! Ahora los de Regulares tres con el fajín verde, los de Artillería y los de Infantería. Todos amontonados, ¡qué multitud! Callados, esperando la comitiva... ¡Ya llegan, corre, que vienen...! Los altos mando se acercan. En el centro un soldado muy alto con el estandarte al hombro. De vez en cuando se lo cambia agitándolo de un lado para otro, y la bandera ondeando al viento, el pobre tiene que hacer un esfuerzo sobrehumano...
En el borde de la acera, Inma, Lola y yo, las tres sentaditas. A veces miro hacia a trás para cerciorarme que mi padre sigue allí con José montado a hombrillo. Mi hermana Trini tiene a Marién en brazos, la pobre con la cabecita echada sobre su hombro y los ojitos entrecerrados... Mi madre se había quedado en casa con Afriquita, la más pequeña, es un bebé, ¡más bonita! Además, estaba haciendo una enorme tortilla de patatas, que a la vuelta nos la comemos a la velocidad del trueno...
Los soldados perfectamente alineados, con la frente alta y los ojos clavados al cogote del que esta delante y ¡un, dos, tres! ¡Y un, dos, tres! El brazo derecho lo doblan hacia el pecho y el izquierdo dándos en la pierna. ¡Hay que ver, que no se equivocan nunca! ¡Pom, porompóm, cataplóm, pompóm! De repente todas las gorras al aire...¡Bien, bravo, hurra! La gente clamando al cielo... Y la Marina, ¡qué blanco sus uniformes! Con una rayita negra a lo largo de la pernera, ¡van perfecto! todos los pies a la vez...¡Alto! ¡Firme! ¡Ar! Y derecha, izquierda, un, dos, tres, un, dos..." Soy el novio de la muerteee..." "Cara al sol con la camisa nuevaaa..."

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