domingo, 11 de mayo de 2014

DESDE ULTRATUMBA.-



¡Madre mía lo que acabo de ver…! Estaba tan 

tranquilita comprando en el supermercado cuando 

lo veo, si, si, a ese señor petardo… como se me 

quedó mirando como esperando… me acerqué, lo 

saludo y le digo con la más irónica de mis 

sonrisas… ¡Hola Perico! De repente se da la 

vuelta la que estaba de espalda a mí y frente a él 

en esos momentos, me mira con sus ojuelos 

pequeños… más fea que es la tía… el pelo todo 

rizado, a lo feo y barato y se me queda como 

diciendo... ¿y a mí...? Yo no sé qué es lo que pasó 

por mi cuerpo y mis entretelas, no lo sé muy bien, 

pero te juro por lo más sagrado que yo no era yo… si no… ella, ¡ella!…. Pasé justo frente de la fea, 

despacio, tranquila y sosegada… como retándola 

con la mirada, ojo con ojo, frente con frente, cara 

con cara... como dos fieras salvajes que se tantean 

a lo flojo y seguro, casi la rodeé toda entera de 

arriba abajo, la observé desde la cabeza a los pies 

con una ojeada de asco que me vino por las 

venas... y pasé de su vera como si no existiera…. 

Se quedó traspuesta… ¡no se esperaba esa mirada 

intimidatoria, instigadora, desafiante…! No, no, 

mi mirada no... la de la otra, la mirada de la que 

estuvo antes que ella, la que se suele decir, je, je, 
 
je... la escoba… creo que se metió dentro de mi 
 
cuerpo… Era la muerta porque no podía soportar 
 
lo que estaba viendo tras la tapadera de la caja… 
 
si… la caja que todo lo tapa pero que todavía 
 
sigue alerta tras ella… pero… ¡Hijo de la gran 
 
puta, si a mi me has dicho que me ganara la vida 
 
con el coño…! ¡Si me has dicho que valía menos 
 
que una mierda de la calle… ¡ ¡Que no valía para 
 
nada…! ¡Si me has insultado hasta la saciedad 
 
durante más de veinte años…! ¡Maltratador! Que 
 
sin cuchillo me has ido matando poquito a poco 
 
con tus palabras llenas de veneno hacia mí... ¡y 
 
hacia mi familia…! que venían a casa a verme 
 
cuando tu no estabas… a escondidas… ¡como si 
 
fueran unos ladrones…! Y ahora la llevas a ella de 
 
la manita… ¡so cabronazo de mierda! que me 
 
están saliendo los demonios tras mis rejas…. Las 
 
rejas que todo lo tapa y lo calla, pero yo, yo… ja, 
 
ja, ja... yo te veo a través de los ojos de la pluma 
 
de la libertad, ¡so maricón! Que me has maltratado 
 
toda ¡tu puta vida! y ahora la llevas de viaje a las 
 
islas, ja, ja, ja…. A las islas que yo quería ir y que 
 
todavía estoy esperando que me lleves de luna de 
 
miel ¡asqueroso, so guarro, so… hijo de mala 
 
madre! Te maldigo mil veces aunque estén vivos 
 
mis hijos, si, mis hijos, esos que yo he llevado en 
 
mi vientre durante nueve meses y he parido... y 
 
cuando han nacido me he quedado hasta las tantas 
 
de la noche contándole un cuento, mientras tu te 
 
quedabas en la tasca de la esquina tomándote unos 
 
cuantos cubas libres y llegabas pidiendo cena… y 
 
guerra…. ¡Maldita sea tu estampa! que ahora 
 
después de muerta aún me quedan los demonios 
 
que saco fuera a través de las letras de mis agallas 
 
porque me da la santísima gana… Dime, so 
 
cabronazo de mierda, ¿desde cuando estabas liado 
 
con ella? Si, si… esa que decía que era mi 
 
amiga… ¡Guarra! ¡Asquerosa! ¡So embustera! 
 
que te has hecho la tonta y la buena mientras yo 
 
estaba enferma muriéndome de pena… ¡llenita de 
 
dolores por todo mi cuerpo deformado! Y ese, ja, 
 
ja, ja… ese que decía ser mi esposo amado estaba 
 
deseando de que me muriera para cogerte de la 
 
mano y llevarte a las islas de afuera… y yo 
 
mientras tanto, en la camita estaba esperando que 
 
la muerte me llevara hacia fuera de éste barrio… 
 
pero no olvides nunca que desde esta tapa que me 
 
encierra en la caja, te veo… yo te veo aunque sea 
 
desde lejos…
 
firmado: La Escoba.

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