¡Madre mía lo que acabo de ver…!
Estaba tan
tranquilita comprando en el supermercado cuando
lo veo, si, si, a ese señor petardo… como se me
quedó mirando como esperando… me acerqué, lo
saludo y le digo con la más irónica de mis
sonrisas… ¡Hola Perico! De repente se da la
vuelta la que estaba de espalda a mí y frente a él
en esos momentos, me mira con sus ojuelos
pequeños… más fea que es la tía… el pelo todo
rizado, a lo feo y barato y se me queda como
diciendo... ¿y a mí...? Yo no sé qué es lo que pasó
por mi cuerpo y mis entretelas, no lo sé muy bien,
pero te juro por lo más sagrado que yo no era yo… si no… ella, ¡ella!…. Pasé justo frente de la fea,
despacio, tranquila y sosegada… como retándola
con la mirada, ojo con ojo, frente con frente, cara
con cara... como dos fieras salvajes que se tantean
a lo flojo y seguro, casi la rodeé toda entera de
arriba abajo, la observé desde la cabeza a los pies
con una ojeada de asco que me vino por las
venas... y pasé de su vera como si no existiera….
Se quedó traspuesta… ¡no se esperaba esa mirada
intimidatoria, instigadora, desafiante…! No, no,
mi mirada no... la de la otra, la mirada de la que
estuvo antes que ella, la que se suele decir, je, je,
tranquilita comprando en el supermercado cuando
lo veo, si, si, a ese señor petardo… como se me
quedó mirando como esperando… me acerqué, lo
saludo y le digo con la más irónica de mis
sonrisas… ¡Hola Perico! De repente se da la
vuelta la que estaba de espalda a mí y frente a él
en esos momentos, me mira con sus ojuelos
pequeños… más fea que es la tía… el pelo todo
rizado, a lo feo y barato y se me queda como
diciendo... ¿y a mí...? Yo no sé qué es lo que pasó
por mi cuerpo y mis entretelas, no lo sé muy bien,
pero te juro por lo más sagrado que yo no era yo… si no… ella, ¡ella!…. Pasé justo frente de la fea,
despacio, tranquila y sosegada… como retándola
con la mirada, ojo con ojo, frente con frente, cara
con cara... como dos fieras salvajes que se tantean
a lo flojo y seguro, casi la rodeé toda entera de
arriba abajo, la observé desde la cabeza a los pies
con una ojeada de asco que me vino por las
venas... y pasé de su vera como si no existiera….
Se quedó traspuesta… ¡no se esperaba esa mirada
intimidatoria, instigadora, desafiante…! No, no,
mi mirada no... la de la otra, la mirada de la que
estuvo antes que ella, la que se suele decir, je, je,
je... la escoba… creo que se metió dentro de mi
cuerpo… Era la muerta
porque no podía soportar
lo que estaba viendo tras la tapadera de la caja…
si…
la caja que todo lo tapa pero que todavía
sigue alerta tras ella… pero… ¡Hijo
de la gran
puta, si a mi me has dicho que me ganara la vida
con el coño…! ¡Si
me has dicho que valía menos
que una mierda de la calle… ¡ ¡Que no valía para
nada…! ¡Si me has insultado hasta la saciedad
durante más de veinte años…!
¡Maltratador! Que
sin cuchillo me has ido matando poquito a poco
con tus
palabras llenas de veneno hacia mí... ¡y
hacia mi familia…! que venían a casa a
verme
cuando tu no estabas… a escondidas… ¡como si
fueran unos ladrones…! Y
ahora la llevas a ella de
la manita… ¡so cabronazo de mierda! que me
están
saliendo los demonios tras mis rejas…. Las
rejas que todo lo tapa y lo calla,
pero yo, yo… ja,
ja, ja... yo te veo a través de los ojos de la pluma
de la
libertad, ¡so maricón! Que me has maltratado
toda ¡tu puta vida! y ahora la
llevas de viaje a las
islas, ja, ja, ja…. A las islas que yo quería ir y que
todavía estoy esperando que me lleves de luna de
miel ¡asqueroso, so guarro,
so… hijo de mala
madre! Te maldigo mil veces aunque estén vivos
mis hijos, si,
mis hijos, esos que yo he llevado en
mi vientre durante nueve meses y he
parido... y
cuando han nacido me he quedado hasta las tantas
de la noche
contándole un cuento, mientras tu te
quedabas en la tasca de la esquina
tomándote unos
cuantos cubas libres y llegabas pidiendo cena… y
guerra….
¡Maldita sea tu estampa! que ahora
después de muerta aún me quedan los demonios
que saco fuera a través de las letras de mis agallas
porque me da la santísima
gana… Dime, so
cabronazo de mierda, ¿desde cuando estabas liado
con ella? Si,
si… esa que decía que era mi
amiga… ¡Guarra! ¡Asquerosa! ¡So embustera!
que te
has hecho la tonta y la buena mientras yo
estaba enferma muriéndome de pena…
¡llenita de
dolores por todo mi cuerpo deformado! Y ese, ja,
ja, ja… ese que
decía ser mi esposo amado estaba
deseando de que me muriera para cogerte de la
mano y llevarte a las islas de afuera… y yo
mientras tanto, en la camita estaba
esperando que
la muerte me llevara hacia fuera de éste barrio…
pero no olvides
nunca que desde esta tapa que me
encierra en la caja, te veo… yo te veo aunque
sea
desde lejos…
firmado: La Escoba.
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