domingo, 18 de mayo de 2014

EL FORO A DEBATE.- (Segundo Acto)





En total eran diez personajes los que rodeaban a la presentadora, la señora Pluma, la cuál alzando los brazos hacia arriba dijo alto y claro.- Señoras y señores, aquí detrás de mí están los representantes de las Páginas creadas por los administradores. Las mismas Páginas que vosotros habéis elegido como agregados y en las cuales escribís según vuestra opinión y que podréis seguir comentando desde sus asientos y a través de sus móviles. Para cualquier duda, sólo tendréis que levantar los brazos. Les ruego la menor brevedad posible para que todo el mundo pueda intervenir con sus dudas y por favor absténganse de comentarios relacionados con  la política, religión y asuntos personales de dinero. Por favor, sean respetuosos con los demás contactos y que empiece la función.- Acto seguido se esfumó como humo de cigarrillo. Al momento el ruido de las teclas no paró de sonar, cayendo estrepitosamente sobre el escenario, como granizada en los tejados de chapa. Parecía una orquesta infernal de cuchillos entrechocando, klis-klas, klis-klas… No se oía ni una voz en todo el teatro. Un silencio sepulcral invadía la sala. De vez en cuando una tos seguida de un Chisss… mandando callar, hacía que los espectadores se removieran en sus asientos girando la cabeza hacía atrás. De repente uno de los que estaba sentado en la última fila hizo una exclamación en voz alta.- ¡Que se metan el gol por el ojete! – El representante deportivo empezó a aporrear frenéticamente el teclado al mismo tiempo que gritaba.- ¡Ha sido penalti! – Una señorita muy finolis se levantó.- ¡Qué vulgaridad por Dios! Me voy ahora mismo de aquí, ¡menuda palabra más fea y grosera! ¡Ojete, qué vergüenza! – Automáticamente se levantó a empellones, pisoteando a todos los que estaban en su fila, armando tal revuelo de palabras ininteligibles, que más de un palmetazo rebotó en su espléndido y respingón trasero, de manera que se lió a propinar guantazos a todo el que se cruzaba en su camino, dándole el primero a un tímido e inocente chico, que para no parecer ridículo tuvo que soportar las risas de las jovencitas. El acomodador en su afán de protección se puso tras ella tan pegadito, que con el rozamiento pasó las de Caín, y ella creyendo que era la linterna lo que tenía pegado a su culo, se la cogió de tal manera, que el pobre tuvo que sentarse ante el bochorno de la señorita finolis que se cayó al suelo desplomada. No se sabe si de vergüenza o se tiró al suelo adrede, el caso es que la escena era de lo más burlesca posible. Algunos jóvenes que observaron tal situación, no pararon de reír, contagiando hasta a los representantes, que tenían que hacer esfuerzos sobrehumanos para guardar la compostura, ya que de antemano se les habían advertidos que permanecieran al margen. Hubo momentos que el caos era demencial. Los espectadores de la página deportiva que iban siguiendo todo el tinglado a través de sus móviles empezaron a despotricar, insultándose lo unos a los otros, liándose a puñetazos limpios de tal manera que tuvieron a llamar a la policía para que expulsaran a los fanáticos del fútbol. Una vez restablecido el orden, siguieron comentando de esto y aquello. Algunos se quejaban que habían tenido problemas con muchos contactos, creyendo que eran verdaderos amigos, pero que cuando llegaba la hora de la verdad, los dejaban con el culo al aire. Hubo más alzamientos de manos sin demasiada importancia ya que las demás Páginas eran divertidas y amenas… Continuará…









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