domingo, 11 de mayo de 2014

SU ÚLTIMO ADIÓS.-


Y ahora estoy aquí llorando sin fin… no sé porqué he tenido que ver esas imágenes tan crudas que dan en las noticias… Señor, qué penita siento cuando todavía recuerdo su mirada, su último adiós… estaba con aquella mascarilla o máscara en su cara y recuerdo sus ojos, cómo me miraban diciéndome, ¡hasta mañana, no me faltes… ven por Dios…! y me acosté pensando en ella... que la vea, que la vea…tengo que verla y decirle cuánto la quiero y que no tenga miedo… ¡Dios mío! no paro de llorar, apenas veo el teclado, te ruego que perdones mis faltas…  ya no sé qué debo hacer, … recuerdo su última noche, cuando me despedí de ella y le dije hasta mañana no se te ocurra irte a tu casa hasta que yo no venga y me sonrió… sé que me sonrió… con la mirada perdida… había estado todo el día con ella en aquella habitación… me dijo que el médico vendría a operarla para poder comer porque entonces no podía… y llegó el médico y al momento la subieron, la subieron con aquella mascarilla y me miraba…. Me miraba con los ojos dudosos, preguntando qué era lo que pasaba… estaba perdida, tenía miedo y yo la entendía…. Vino mi marido y le dije… déjame otro ratito con ella… adiós hermana mía, no se te ocurra irte antes de que venga…. Y me fui a mi casa y por la noche no paraba de pensar en aquella mirada perdida y lejana… a media noche un gran golpe irrumpió en mi casa, me desperté toda desconcertada… duérmete, me dijo mi marido, habrá sido el vecino de arriba que se habrá caído de la cama… y llamaron a las siete de la mañana y me dijeron que mi hermana se había muerto, que ya no estaba… ¿cuando ha sido ese horrible acontecimiento…? A las cinco y media de la mañana, lo mismo que el golpetazo…. Me fui a verla enseguida, estaba metidita en aquella caja con la cara destapada, tenía la boca medio torcida, como sonriendo… y los ojitos cerrados, se fue pensando que yo iría al otro día y se quedó esperando… no se dio ni cuenta, estaba dormidita, dopada con morfina pero ella no lo sabía… se habrá creído que dormía…Ella me regaló una muñequita con los brazos estirados hacia arriba y una sonrisa que le pillaba la cara de lado a lado, me dijo que me la había comprado porque era como yo, era yo… me dijo que era otra Fifita siempre alegre y contenta, me decía que era igualita que yo… pobrecita mi hermana… era tan auténtica… y ese batacazo que yo oí a las cinco y media de la mañana, fue el de la muñequita que se cayó y se rompió, se le rompieron los brazos que tenía estirados…se agarró a ellos como suplicando... Cuando pregunté la hora que murió, era el mismo que la muñequita se cayó…. Me quedé con el alma en vilo, se aferró a mí en su último aliento, sé que fue ella, lo sé, me lo dice el corazón… se despidió de mí, ese fue su último adiós… Lo siento, lo siento, pero hoy es Domingo de Resurrección y no paro de pensar que todavía no se ha dado cuenta de que ya no está aquí y aún me sigue esperando… Todos los domingos cuando limpio sus angelitos, si, esos angelitos que le regaló a mis hijos cuando eran pequeñitos, todos los domingos me acuerdo de ella porque desde el cielo me guarda aún, ella es mi Ángel de la Guarda y por eso yo soy feliz y me encuentro contenta aunque ya no la vea… cada angelito que le regaló a mis niños, los tengo detrás de sus fotos, de cuando eran chicos, ella me dijo que así los pusiera para que los guardara siempre, siempre… esta mañana muy tempranito, sentí como si estuviera aquí… a mi lado… es como si nunca se hubiera ido del todo porque la siento cerca, muy cerca de mí… por eso yo estoy contenta y feliz... necesito contarlo para poder compartirlo con todos vosotros, mis amigos…los que me escucháis con el alma, los que entendéis de qué va el tema, sólo vosotros estáis capacitados para comprenderme, porque habrá alguna hermana por ahí como la mía…por favor, escuchad a vuestro corazón y sentiréis todo su amor…


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