Cuando la vieron aparecer de esa forma con el altavoz
cubriéndole toda la cara, se quedaron observando cada movimiento de sus andares
tan parsimoniosos, como provocando al espectador a una lucha cuerpo a cuerpo.
No se oía ni una mosca en toda la sala. El silencio era sepulcral. Un halo
misterioso se instaló en todas las mentes. No se esperaban tales gritos de una
señora que se las daba de fina y educada. Alertas y expectantes permanecían
tensos en sus asientos, más callados que en misa. Tan sólo les guiaba la
curiosidad morbosa de verla caer en el más grande de los ridículos para reírse
a carcajadas limpias. Últimamente los foros de la mayoría de las Páginas eran
muy parecidos, además de aburridos. De repente del altavoz salieron estas
voces.- Dicen que las palabras tienen mucho poder, es verdad, son poderosas y
aplastantes. Las mías tienen alas, alas de libertad, como las palomas, las
urracas y hasta los mismos águilas. Mis palabras tienen fuerza en el contenido.
Mis palabras no tienen nada que ver con asuntos bucólicos y llenos de sin
sentidos, torpes y putrefactos.- Se calló unos segundos mientras observaba a
las personas que permanecían en la primera fila. Tenían los ojos abiertos y
redondos como platos.- Señoras y señores, a nadie le interesa una persona que
señala con el dedo al dictador de la
Página, si, ese que con sus leyes y normas no hace más que
prohibir lo que se pasa por el forro de la entre pierna, haciendo lo que le da
la gana como si tuviera derecho a todo.- En ese momento alguien desde el fondo
aclamó a viva voz.- ¿Qué forro ni ocho cuarto? ¡Huevos, se llaman huevos! -
¡Silencio en la sala! – Gritó otro al instante por lo que ella reanudó la
charla.- Señoras y señores a nadie le interesa tener una persona en el foro que
comenta sus errores y escriba cositas de amores, de sentimientos del corazón.
No, no les interesa que una persona destaque tanto con las mil flores que se
pierden en el camino de lo deportivamente hablando.- En ese preciso instante
sonó una risotada en medio del escenario que todos los representantes se
volvieron hacia el que se estaba destornillando de risa. El pobre hombre empezó
a toser convulsivamente de tanto reír, casi se ahogaba, por lo que tuvo que
abandonar su butacón ya que la tos no lo dejaba comunicarles a las personas de la Página deportiva, que en el
foro no paraban de abuchear a la señora Pluma con signos, caricaturas grotescas
de gallos y gallinas en posturas ridículas y hasta palabras malsonantes. Uno de
los espectadores que le seguía levantó la mano para comunicarles a todo el
mundo que la última frase de las flores no la había comprendido nadie. Se
habían perdido en ese argot tan peculiar que utilizaba dicha señora. De nuevo
tuvieron que llamar al orden y el representante de la Página de su tierra se armó
de valor imponiéndose a todos con su elevada estatura y alzando los brazos al
cielo, les suplicó que se callaran. Se hizo el silencio y ella siguió
hablando.- Ellos, la mayoría, bueno no, la mayoría no, sólo los mandamases de
siempre y ese que está a la sombra.- En ese momento los espectadores empezaron
a mirarse unos a otros como buscando sombras en la sala.- De nuevo el bullicio
y los pitidos sonaron por todas partes y el acomodador cansado ya de tanto
jaleo llamó a un guarda jurado para que impusiera el orden… Continuará...
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