Al momento se retiró al fondo del escenario y los que
estaban alrededor de ella se liaron a teclear de manera que parecía una batalla
de sables y espadas, seguidas de puñetazos y silbidos. Atrás, en las últimas
filas, las trompetas soltaron al viento sus chirriantes sonidos de feriantes
callejeros como si fuera la fiesta típica de pueblos y aldeas de mucho antes de
la guerra. Aquello se convirtió en una plaza de toro, donde el animal lleno de
puntillazos era la señora Pluma que no sabía el porqué de tanto jaleo. De
repente empezó a ver claro dándose cuenta de que Facebook era un comecocos, un
arma de doble filo y que en los foros de algunas Páginas, sobre todo
deportivas, había que ser escueto y conciso. Escribir con monosílabos y ante
todo mantenerse al margen de cualquier polémica. No mojarse ni arriesgar, y
menos dar la cara por alguien que te cayera bien porque entonces te tachaban de
amiguismo o lo que es peor de oportunista, y si lo que pretendía era lucirse,
que se vistiera de bombilla, pues más de un listillo con mucha mala leche en lo
alto, lo había comentado por el foro escribiendo palabras lacerantes haciendo
gala de su mordaz literatura, y que precisamente en las Páginas éstas, donde se
supone que el deporte abre fronteras, es donde se cierran más las molleras.
Algunos jóvenes mediocres y apenas con cultura, ejercen de leguleyos haciendo
alarde de la sátira burlesca, ridiculizando al más fuerte, escultural y
guaperas del grupo, como si ellos fueran los líderes del grupo, y lo peor es
que el resto de la pandilla los siguen como si fueran ovejas desperdigadas por
éste universal mundo de Internet. Pero la cosa no paraba ahí, lo que
verdaderamente ocurría era que la señora Pluma había estado agregada en una
Página de deportistas de éstos novedosos y la habían eliminado por bocazas,
pero no por bocazas de meter la pata, no, si no porque era un romántica
empedernida, que vivía en el mundo de los sueños y pensaba que cuando salía a
hacer deporte, al comentarlo en los foros, tenía que hablar hasta de las
hormigas que se encontraba en el camino, las lindas margaritas y de los toques
de campana de la iglesia cuando llamaban a oír misa, de tal manera que en vez
de tres o cuatro renglones, se dedicaba a escribir largos y aburridos relatos,
según ellos, nada interesantes y que les importaban un comino, las nubes, el
sol, el aire y la melena al viento, ya que lo único que les interesaban eran el
recorrido, las horas y las múltiples fotos que colgaban para verse los super
chulos y guapos que estaban con la gorrilla de medio lado dando brincos y
saltos. En ese momento se dio cuenta de que había sido una pobre ignorante, el
hazmerreír de todos los contactos y que no podía seguir así, y menos en esa
Página tan fría, donde jamás había sido comprendida, y donde los sentimientos
que le nacen a una cuando escribe cualquier comentario, aquí no tenía cabida ni
razón de ser, cosa a la que jamás podría renunciar. Sabiéndose eliminada, y no
conforme con ese estilo de vida, quiso dejar constancia de que no estaba
dispuesta a ceder jamás a la forma de vida que había elegido para ser feliz.
Sin más preámbulos, se dejó de romanticismo y apareció de nuevo con un altavoz
que le cubría todo el rostro y con voz alta y clara se dispuso a vociferar como
una energúmena en el idioma que mejor entendían ellos. A lo bruto y a lo
bestia, o sea a bocajarro. La gente enmudeció al acto… Continuará…
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