Cuando
el Teatro Apolo cerró sus puertas, muchos se volvieron con el gesto fruncido.
Desde que salió la noticia por Internet, los internautas no dejaron de chatear,
ya que esta obra iba a dar mucho que hablar. Por lo visto era un debate que le
daba un buen repaso a toda clase de comentaristas, y un buen revolcón a los
administradores de las páginas, poniendo de vuelta y media a todos los Foros,
ya sea del mundo deportivo, como de juegos entre amigos, cineastas o grupos de
recreo. Al igual que a toda esa buena gente de un mismo pueblo, que en sus
añoranzas y recuerdos compartieron los mismos juegos y colegios, dejando sus
huellas en la misma tierra, calles y tabernas. Una serie de cosas que cuando se
chatean por medio del Facebook, los llenan de placer y alegría haciéndoles la
rutina diaria más llevadera, acercándolos en la lejanía de la distancia, en una
palabra, como si estuvieran todos juntos alrededor de la mesa camilla. Así que sin
más preámbulos, que empiece el juego, ja, ja, ja….El aforo estaba al completo y
el silencio se debatía entre toses y suspiros. De repente se apagaron las luces
y unas manos gigantescas abrieron el telón con la fuerza de un ciclón. Se
oyeron varios ¡OooH! Exclamatorios de admiración. En escena, una silueta
femenina misteriosa aparecía arrodillada. Muy lentamente se irguió con una
máscara en la cara que le tapaba los ojos, tan sólo se le marcaba una boca
exagerada pintada de rojo chillón. Llevaba un vestido completamente pegado al
cuerpo, tanto que parecía una segunda piel. Al momento empezó a caminar por
medio del escenario con pasos lentos y sinuosos, como pidiendo guerra ahora y
enseguida, de tal manera, que en las butacas del fondo se dejó caer un murmullo
susurrante, seguido de un largo chiflillo con la letrilla de.- ¡Tía buena!-
Silencio.- Gritó la mujer a todo pulmón, imponiéndose ante todos enérgicamente,
con fuerza, orden y mandato. Ni una voz en toda la sala.- Y alzando sus manos
hacia los de arriba, las plumas de sus mangas empezaron a desplegarse de sus
brazos como si de un momento a otro quisiera echarse a volar. Unas risillas
bailotearon entre medio de la sala como el aleteo de una mosca, tan suave, que
apenas se percibió. Rápidamente se dirigió a todos con la mirada justo enfrente
de cada uno, como si solamente existieran ellos dos en ese momento. Era tal la
fuerza de su mirada, que hasta traspasaban los sesos y el alma…Quería
transmitir en su voz la dinámica del debate. Que comprendieran el significado
de todo el alegato a debatir. Una tamborilada de aporreamiento rápido y ligero empezó
a retumbar entre bastidores, debatiéndose entre la penumbra cuando, la mujer
alzando la voz se presentó como la señora Pluma. Al momento varios focos de
luces se encendieron a la vez. Detrás de ella aparecieron los demás personajes
sentados en cómodos butacones, con una especie de mesita frente a ellos para
poder manejar el portátil. Cada uno vestía según su perfil y la idea que
representaba. De esta manera todos los espectadores podían ver mejor desde su
asiento, además del grupo al que pertenecían y la idea. Estaban colocados en
forma de un gran arco para poderse entre ellos debatirse, como si no hubiera
ningún espectador, de tal manera que pudieran dejarse oír, mientras sus dedos
pulsaban las teclas, pues cada vez que uno opinaba, automáticamente empezaban a
recibir comentarios y más comentarios... Continuará...
No hay comentarios:
Publicar un comentario