jueves, 12 de diciembre de 2013

AVATARES EN LA RED.-9º (LOS COMENTARIOS DE LA RED)




A partir de entonces no volví a tener ninguna duda sobre Ernesto y seguimos con nuestra relación a través de la red como sin nunca hubiera pasado nada entre nosotros. Nos chateábamos diariamente, intercambiando impresiones sobre la circunstancia en la cual nos habíamos cruzado en el Chat, pero siempre con gran cuidado de no echarnos en cara nada y respetarnos mucho. De todas maneras yo seguía en mis treces de que me gustaría que me llamara o ver su cara. Tanto era mi empeño en averiguar cómo era su físico que empecé a recibir comentarios a través de las redes sociales. Mil ojos estaban puestos en nuestra relación. El caso es que se comentaba mucho sobre los motivos del porqué no se atrevía a llamarme. Una señora de la otra punta del mundo me escribió en privado, advirtiéndome de que había muchos hombres en el Face que se dedicaban a chatear con varias mujeres a la vez, tanteándolas hasta que se quedaban con la más atrevidas para tener relaciones indecorosas a través de la red. La verdad es que estos comentarios me asustaban un poco, por que yo sentía que me estaba enamorando de verdad. Otra persona dejó otro comentario diciendo que lo más seguro era, que estuviera casado. Muchísimas me advertían de que era un sinvergüenza. Pero la mayoría coincidían en que si no me enviaba una foto reciente, era porque estaría hecho un fantoche. Yo ya no sabía ni qué pensar de todo esto. Me dejaba llevar por mi corazón diciéndole cuánto lo quería. Necesitaba decírselo continuamente y no sabía el porqué, pero mis sentimientos se aferraban cada vez más a la figura de un personaje que sin ser guapo ni feo, tendría una personalidad tan arrolladora, que me arrastraba hacia él como si fuera el hombre de mi vida. Ese hombre que siempre había imaginado en mis sueños. Lo que no podía comprender era que llegara a la edad madura de mi ser y a través de Internet. Realmente es que me había enamorado como una quinceañera y no hacía más que enviarle fotos, para que, cuando llegara el momento de la verdad, no se llevara ningún chasco conmigo. Ante todo quería que se hiciera una idea de cómo estaba físicamente, y mira por donde le mandé una corriendo con unos legis muy ceñidos donde se notaba claramente mi silueta. Me dijo que estaba muy guapa y en muy buena forma. Aproveché el momento y como la que no quiere la cosa, le pregunté qué haría si me viera pasar por su lado en ese momento, y si creía que él a mi me gustaría tanto como para lanzarme a sus brazos en forma de pantera. Me sonreí pensado que lo había pillado desprevenido, que ya no tendría escapatoria y no le quedaría más remedio que mandarme una foto actual. Me equivoqué. Me dejó estupefacta.- Primero te admiraría. Escudriñaría tu cuerpo de arriba abajo, disfrutaría de tu esbelta figura y luego me fundiría en un abrazo y sentir el calor de tu cuerpo. Apretarte bien contra mí y perderme en tu boca, saboreándote en un beso apasionado e interminable, sintiendo como me hierve la sangre y deseando fundir nuestros cuerpos y sentirme dentro de ti. Se me erizan los pelos solo de imaginármelo. No se si a primera te abalanzarías sobre mi, pero estoy seguro que si me das la oportunidad de hacerte el amor, seguro que ahí si que te volverás loca. Te haría vibrar de placer y no dejaría un solo rinconcito de tu cuerpo sin explorar, besar...- Me quedé sin aliento, sin palabras, no me lo esperaba y al momento le contesté.- ¡Madre mía qué atrevido eres! Vas por buen camino, ¡no cambies nunca! - Enseguida me di cuenta de lo inteligente que era. Se adelantó a mis intenciones. No se dejó pillar. Me dejó caos. Era muy vivo, más listo que el hambre. Automáticamente pensé que cuando un hombre le dice esas palabras a una mujer, tiene que estar muy poseído de sí mismo, o es que conoce perfectamente a esa mujer ya y sabe de qué pie cojea, o sea la menda lerenda. De repente sentí que todos los internautas seguían con detalle nuestra relación. Facebook se colapsó bombardeándose entre likes y comentarios puros y duros. La mayoría eran de señoras maduras como yo, opinando que ese tal Ernesto era un pájaro de cuenta. Otras me alertaban de que tuviera mucho cuidado porque eso de escudriñar tan sólo lo hacen  los buitres oteando desde lo alto y se lanzan en picado sobre las presas fáciles, y yo era una presa muy, pero que muy fácil. Los jubilados se chateaban entre ellos escribiendo en las redes sociales que ese tal Ernesto buscaba Tema, Tema, con mayúsculas y dejándola caer con picardía. Las más jóvenes se reían comentando que no lo dejara escapar, que le diera un buen revolcón y luego lo mandara a freír espárragos. Los adolescentes hacían alarde de lo machote que era ese tío poniéndolo de ejemplo, y durante una buena temporada la frase que más ruló entre las redes sociales, era.- Eso, eso di que sí, con un buen Par.- Haciendo hincapié en el Par, de tal manera que se inventaron hasta un Rap.- Oye brother mucho cuidado, se te vayan a quedar enganchados, ¡uy, uy, uy!- Le coreaban los demás. No daba crédito a tantos comentarios. Nunca pensé que esto iba a llegar tan lejos. No sabía qué hacer, ni qué pensar. Cerré mis ojos y me puse en posición fetal mandando a mis avatares al mundo exterior, donde cada cual buscara una razón que me convenciera de que Ernesto, mi Ernesto, era el hombre de mi vida…

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