AVATARES EN LA RED.-9º (LOS COMENTARIOS DE LA RED)
A partir
de entonces no volví a tener ninguna duda sobre Ernesto y seguimos con nuestra
relación a través de la red como sin nunca hubiera pasado nada entre nosotros.
Nos chateábamos diariamente, intercambiando impresiones sobre la circunstancia
en la cual nos habíamos cruzado en el Chat, pero siempre con gran cuidado de no
echarnos en cara nada y respetarnos mucho. De todas maneras yo seguía en mis
treces de que me gustaría que me llamara o ver su cara. Tanto era mi empeño en
averiguar cómo era su físico que empecé a recibir comentarios a través de las
redes sociales. Mil ojos estaban puestos en nuestra relación. El caso es que se
comentaba mucho sobre los motivos del porqué no se atrevía a llamarme. Una
señora de la otra punta del mundo me escribió en privado, advirtiéndome de que
había muchos hombres en el Face que se dedicaban a chatear con varias mujeres a
la vez, tanteándolas hasta que se quedaban con la más atrevidas para tener
relaciones indecorosas a través de la red. La verdad es que estos comentarios
me asustaban un poco, por que yo sentía que me estaba enamorando de verdad.
Otra persona dejó otro comentario diciendo que lo más seguro era, que estuviera
casado. Muchísimas me advertían de que era un sinvergüenza. Pero la mayoría
coincidían en que si no me enviaba una foto reciente, era porque estaría hecho
un fantoche. Yo ya no sabía ni qué pensar de todo esto. Me dejaba llevar por mi
corazón diciéndole cuánto lo quería. Necesitaba decírselo continuamente y no sabía
el porqué, pero mis sentimientos se aferraban cada vez más a la figura de un
personaje que sin ser guapo ni feo, tendría una personalidad tan arrolladora,
que me arrastraba hacia él como si fuera el hombre de mi vida. Ese hombre que
siempre había imaginado en mis sueños. Lo que no podía comprender era que
llegara a la edad madura de mi ser y a través de Internet. Realmente es que me
había enamorado como una quinceañera y no hacía más que enviarle fotos, para
que, cuando llegara el momento de la verdad, no se llevara ningún chasco
conmigo. Ante todo quería que se hiciera una idea de cómo estaba físicamente, y
mira por donde le mandé una corriendo con unos legis muy ceñidos donde se
notaba claramente mi silueta. Me dijo que estaba muy guapa y en muy buena forma.
Aproveché el momento y como la que no quiere la cosa, le pregunté qué haría si
me viera pasar por su lado en ese momento, y si creía que él a mi me gustaría
tanto como para lanzarme a sus brazos en forma de pantera. Me sonreí pensado
que lo había pillado desprevenido, que ya no tendría escapatoria y no le
quedaría más remedio que mandarme una foto actual. Me equivoqué. Me dejó
estupefacta.- Primero te admiraría. Escudriñaría tu cuerpo de arriba abajo,
disfrutaría de tu esbelta figura y luego me fundiría en un abrazo y sentir el
calor de tu cuerpo. Apretarte bien contra mí y perderme en tu boca,
saboreándote en un beso apasionado e interminable, sintiendo como me hierve la
sangre y deseando fundir nuestros cuerpos y sentirme dentro de ti. Se me erizan
los pelos solo de imaginármelo. No se si a primera te abalanzarías sobre mi,
pero estoy seguro que si me das la oportunidad de hacerte el amor, seguro que
ahí si que te volverás loca. Te haría vibrar de placer y no dejaría un solo
rinconcito de tu cuerpo sin explorar, besar...- Me quedé sin aliento, sin
palabras, no me lo esperaba y al momento le contesté.- ¡Madre mía qué atrevido
eres! Vas por buen camino, ¡no cambies nunca! - Enseguida me di cuenta de lo
inteligente que era. Se adelantó a mis intenciones. No se dejó pillar. Me dejó
caos. Era muy vivo, más listo que el hambre. Automáticamente pensé que cuando
un hombre le dice esas palabras a una mujer, tiene que estar muy poseído de sí
mismo, o es que conoce perfectamente a esa mujer ya y sabe de qué pie cojea, o
sea la menda lerenda. De repente sentí que todos los internautas seguían con
detalle nuestra relación. Facebook se colapsó bombardeándose entre likes y
comentarios puros y duros. La mayoría eran de señoras maduras como yo, opinando
que ese tal Ernesto era un pájaro de cuenta. Otras me alertaban de que tuviera
mucho cuidado porque eso de escudriñar tan sólo lo hacen los buitres oteando desde lo alto y se lanzan
en picado sobre las presas fáciles, y yo era una presa muy, pero que muy fácil.
Los jubilados se chateaban entre ellos escribiendo en las redes sociales que
ese tal Ernesto buscaba Tema, Tema, con mayúsculas y dejándola caer con
picardía. Las más jóvenes se reían comentando que no lo dejara escapar, que le
diera un buen revolcón y luego lo mandara a freír espárragos. Los adolescentes
hacían alarde de lo machote que era ese tío poniéndolo de ejemplo, y durante
una buena temporada la frase que más ruló entre las redes sociales, era.- Eso,
eso di que sí, con un buen Par.- Haciendo hincapié en el Par, de tal manera que
se inventaron hasta un Rap.- Oye brother mucho cuidado, se te vayan a quedar
enganchados, ¡uy, uy, uy!- Le coreaban los demás. No daba crédito a tantos
comentarios. Nunca pensé que esto iba a llegar tan lejos. No sabía qué hacer,
ni qué pensar. Cerré mis ojos y me puse en posición fetal mandando a mis
avatares al mundo exterior, donde cada cual buscara una razón que me
convenciera de que Ernesto, mi Ernesto, era el hombre de mi vida…
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