viernes, 1 de febrero de 2013

A LA MERCED.-



Y ahora resulta que estoy llorando,
No sé por qué me preocupa tanto…
Si soy fuerte como un álamo,
Quizás esté equivocada…
Señor mío…
Yo no soy mala,
Tan sólo una mujer enamorada…
De los libros…
De los hombres buenos…
Y de los ángeles del cielo…
Esos que cada niño,
De guardián tenemos…
Señor mío…
No me dejes a la merced,
De las garras del cruento,
Y líbrame de todos los demonios,
Que llevo dentro…
¡Aléjame de ellos!
Dame paz y cordura,
Y llena mi vida,
De amores secretos…
Esos que tengo dentro,
Los que alimenta mi alma,
Y dejo a la merced del viento…



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