miércoles, 6 de mayo de 2020

EN EL SILENCIO DE MI CORAZÓN.- (MICRORRELATO)


 Pensaba que me querría siempre, que aguantaría todas mis locuras…me conoces bien y sabes que soy variable y coqueta, pero…Sé que le molesta, en el fondo se enfada y se tira varios días sin aparecer para que no lo vea…es su manera de demostrar lo que le duelen mis desaires, aunque…Es tanto lo que me quiere que me perdona, siempre me perdona y vuelve con una sonrisa en la cara para que piense que no le importa nada…como si tal cosa…es un juego…un juego de niños, más o menos como el gato y el ratón, el escondite, y ahora mismo estamos en la misma situación, pero acondicionados a no salir de aquí, y por eso…Escucho latir los sonidos de su voz en el silencio de mi corazón…Silencio, silencio…ya no oigo nada tan sólo ese silencio que me aturde y me adolece el alma…quiero llorar pero no me quedan lágrimas…me las robaste toda cuando me traicionaste por la espalda, pero…A pesar de todo seguí con tu juego por amor…y porque te deseaba…Alejada del mundanal ruido me encuentro pensando en ti como siempre, y no es que quiera tenerte en mi mente…No, no, para nada, pero…Hay un silencio a mi alrededor que me atrapa como si fuera la tela de la araña, esa que va tejiendo en su maraña una telita a través de tus suspiros que me oprimen el pecho…Es tal el silencio que mana desde tu interior que hasta aquí llega tu voz…Una voz muda que serpentea por las paredes de mi habitación y se atrinchera en mi corazón…Silencio…me dices, calla y escucha tu corazón…En él deposito toda mis lágrimas que salen huidizas del mío…Me encuentro solo y abandonado a lo que decidan tus brazos…tus sentimientos que ya no los tengo latiendo en mi pecho como antes, cuando sabía que me querías…Dime amor mío…¿Me quieres, me echas de menos…piensas en mí? Estoy llorando como un niño chico, perdido entre las dudas de mis pensamientos…Calla, no grites, no me llames…Un silencio mudo se debate entre los gemidos de su voz…¡Mientes, embustero! No quiero oírte más…déjame vivir en paz con la armonía de mi existir…Toda mi habitación se tambalea y me empuja hacia ti…tengo frío…arrópame…quiero perderme en tus brazos, esos brazos fuertes y llenos de templanza que acunan mi alma…El silencio se abate sobre mí…ese silencio que me aterra y me adolece las emociones que están continuamente en un vaivén de lujuria y placer…Toda yo quiero estar recluida entre las cuatro paredes de mi habitación, donde sólo se oye respirar el aire que me atraviesa la garganta…Me ahogo, no puedo respirar, su recuerdo quema mis labios…quiero salir de aquí, escaparme por las grietas de mi ventana…algo oprime mi pecho…mis manos te buscan por las rendijas de mi pensamiento…oigo voces en mi cerebro…me duele la cabeza de tantos gritos que salen de tu corazón, que no paran de latir en mi cerebro…Me zarandeas, me insultas, me gritas, me llamas mentirosa…Mujer vil y perversa, ¡te odio! Me tapo los oídos, no quiero escuchar más voces…son como aullidos de lobos buscando a la presa…tu presa…Yo, yo soy tu presa…fui su presa hasta ahora, ahora que lo soy de la candela que arde entre mis piernas de deseo que tengo de él…pues…Me provoca con los gritos de su silencio a pensar en los pasajes de los recuerdos, esos que quiero enterrar en el olvido, allá donde no pueda dar contigo…pues…Me he encontrado a mí misma, estaba prendida en la llama de su deseo, un deseo lleno de obstáculos y heridas donde tan sólo era su querida…su amante…Me dijiste te quiero, te amo, te necesito…Eso me dijiste aquél día cuando supe de tu vil traición y salí corriendo sin mirar a la gente…no las veía por las lágrimas que inundaban mis ojos…te odié tanto en esos momentos, y tú al sentir mi dolor…Cruzaste la carretera pidiéndome perdón…te arrodillaste ante mí y me abrazaste por las piernas, ¿te acuerdas? No pude dar un paso más…¿Qué iba a hacer yo? Apenas podía mirarte de la pena que me dabas…mi corazón estaba en una nube…sabes cómo me gustan las nubes, ¿verdad? No sé cómo, pero me desasí de ti y seguí caminando, y tú…Aligeraste el paso para que te pudiera oír cuánto me querías…siempre lo haces, sabes que es mi punto débil…pues…Si tú me dices eso me rompo…me derrumbo…me vengo abajo, te perdono y ya no soy la dueña de mis sentimientos, y por eso…Me perdí entre la gente…no quería besarte, ya sabes que eres mi debilidad y si dejo que me beses…me entrego a ti sin más…ni siquiera miré hacia atrás…no quería verte de frente, y menos a los ojos…te imagino llorando de dolor por mí…una vez te vi llorar y eso me mata…no lo soporto, en aquél momento volví a tus brazos y seguimos hasta que se nos agotaron los gemidos de placer…Quizás se humedecieron tus ojos para que volviera a ti…lo conseguiste, y ahora pienso que fue puro teatro…Me pregunto hasta cuánto puede un hombre actuar para conseguir el amor de una mujer, y ahora soy yo la que te pido perdón por querer seguir adelante sin ti…ha sido el encierro…éste encierro que me ha abierto las puertas del cielo…creo que ya me liberé de ti…no te tengo dentro de mi pecho…saliste fuera sin que nadie te echara…Es el impacto del confinamiento éste que nos ha separado de mente y de cuerpo presente…pues…Las cosas ocurren por un motivo determinado…algo surgió de ésta alarma social que en mi caso me benefició…Yo pensaba que me rompería de dolor, que no podría vivir sin verte tanto tiempo, y me ha pasado todo lo contrario…¡Qué contrariedad de sentimientos…! Será que ya era el momento de romper con los deseos libres y desorbitados…pues…Desorbitados estaban los míos que confabulados a los tuyos te deseaba en el silencio de mi corazón…

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