TE QUIERO.- (MICRORRELATO)
Te quiero… ¡vaya que te quiero! Te
quiero con hambre y con sed… te quiero con toda la plenitud de la madurez… te
quiero ver aparecer entre las tinieblas de mi ser… te quiero cada día antes del
amanecer y mucho antes después… te quiero abrazar por dentro, agarrarme a tu cuello
y caminar por el desierto, si , ese que aparece cada día en nuestra ciudadanía
compartida, esa en la que habla la gente que no entiende de estos amores
fuertes, corrompidos y sin soluciones… sólo los pecados saben cómo resolverse
entre mordiscos y lengüetazos…esos son los que quiero entre mis abrazos
retorcidos a trompicones y desvergonzados… Ahí no hay pudores, ni inhibiciones…
ahí todo es auténtico y natural… siguiendo el acompasado ritmo del desesperado
momento, si, si, ja, ja, ja… sexo invertido del frenético acoplamiento… Te
quiero como hembra a hombre, como animales sueltos a la bravía del indecoroso
momento, ritual del mítico escándalo… Te quiero porque muero por tus besos, si
esos que dicen por ahí que son como uvas con queso, ¡mentira podrida! para mí es como comer cerezas, si cerezas rojas,
esas tan hermosas y frescas que como lentamente para que me dure el sabor dulce
en la boca, ¡qué ricas están! ¡Me encanta mirarlas y llevármelas a la boca
rozando mis labios! Una a una con toda la agonía del deseo urgente, parece que
te estoy acariciando el cuerpo con cada mordisco de mis labios perversos… ¡madre
mía cómo te quiero…! Te quiero hasta la muerte y después de eso, aún seguiré
queriendo tener tus brazos rodeándome la cintura… ¡cómo me gusta! Me encanta
sentir tus labios acariciando mi cuello y susurrándome en el oído… te quiero,
te quiero, te quiero, te necesito corazón mío, te deseo… eres la mujer de mi
vida, si me dejas no me quedará nada, sin ti no tengo nada amor mío… y… por eso
te quiero más todavía… Recuerdo cada trazo de piel en mis dedos apasionados… te
quiero como agua al fuego, ¡vaya! será que todavía estoy ardiendo desde aquél
dichoso encuentro… te quiero entre la gente, a escondidas y en rincones de
muerte, si, allí donde nos encontramos siempre, ja, ja, ja… en la madurez del
anhelo, no como cuando una adolescente temerosa de que la vea la gente, sus
padres, hermanos, los cotillas de siempre, no, yo te quiero de frente y en
caliente, como la buena gente, la sana y la decente pero llena de pecados
inconfesables ante el temor de lo exquisito e inalcanzable para éstos y los de
antes… yo te quiero con todas las miserias del sexo, si, esa que no avergüenza
al cotidiano y al moderno… Te quiero a pesar de los demonios que cada uno llevamos
dentro… te quiero ver siempre bajo el yugo de mi mando, con egoísmo y hasta
reclamo… Eres monopolio de mi cuerpo y de mi ego… te quiero para mí,
exclusivamente para mi cuerpo loco y serrano y si en algún momento tu quisieras
ir por otro lado, te juro por mi vida que te encierro entre la prosa narrativa
de mis apasionados versos…versos escritos con la pluma viperina de mis sentimientos…
ardientes y frescos…
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