lunes, 2 de junio de 2014

DESMADRE A LA ESPAÑOLA.- ( MICRORRELATO )




Y estos niños treinta y todos que les hablan a sus padres como si fueran los amos del puto cotarro… Si, si esos que ya casi rayan la cuarentena, y que no paran de dar órdenes a diestra y siniestra mandando a la madre o al padre callar, prohibiéndole esto y aquello como si fueran los más sabios del universo… Bofetón en los morros como decía mi santa madre. Si, si santa, ¡menuda era! Buenooo… ella y la de cualquiera de las vuestras, ¿o no? Que ya no hay educación ni respeto, ¡vamos hombre! que ahora son los hijos ya maduritos los que te manda a callar como si nosotros fuéramos los hijos de antes… pero… ¡esto que es…! ¿Hasta cuándo tiene que aguantar una mujer o un hombre de bien? Que lo único que ha hecho en la vida ha sido trabajar como un mulo para sacar a su familia adelante y ahora viene el niño imponiendo su ley y sus huevos, ¡si señor, sus huevos! y la pobre madre toda asustadita perdida haciendo lo que le da la gana a su hijo… y ¿qué me dicen de algunos nietos? Si, esos preadolescentes, como se dice ahora, ¡jolines! antes se decían chaval, o pavipollos, ni pavo ni pollos, o boquerón, y las chicas, bueno, esas si que estaban listas las pobres, todas calladitas… silenciosas… (se las mataban callando como todas las mosquitas muertas) bueno, pero al menos no te contestaban como ahora que te montan un pollo sólo porque a lo mejor tu madre te hace un comentario de esos que … Hija… ¿no vas enseñando el culo con esos vaqueritos que te llegan a las ingles…? ¿Queeé…? Le contesta la niña a toda potencia de voz… ¡Ahora se llevan mostrando cachetes y tu te callas so antigua, que estás desfasada! ¡Ay, ay, ayyy… cómo me acuerdo de mi madreee…! Me daba un bofetón que me ponía la cara mirando hacia el norte, ¡menuda madre que tenía! Bueno yo, y todas la vecinas, ja, ja, ja… enseguida le iba yo a contestar a la mía de esa manera, ¡no te lo crees ni tu! Me decía siempre… Si me contestas te pongo los morros a cuarta y yo ahora que soy bien crecidita, ¡que digo crecidita, toda una abuela, ja, ja, ja…! A cuarta, o sea como un mono ¿no? Yo pensaba que era una cosa así como de poquilla importancia, pero que ahora me doy cuenta de todo el percal, cuando pongo justo la cuarta en mi boca y, ¡tela marinera! Lo que me decía mi madre, no como ahora que están más calladas que en misa, sumisas perdidas y eso que estamos esclavizadas con los hijos, porque como hay tanto paro… dime tu a mi, ¿qué hacemos? Vamos y ese nieto mal educado viendo la tele todo el tiempo, o jugando con la maquinita o esa nieta con el guasa... ¡madre míaaa si levantaras la cabezaaa…! ¡derechitos como una vela! Porque las madres de antes eran tela marinera y los padres, ¡guau! ¡no se podía ni respirar delante de ellos! Bueno, no tanto, que estoy exagerando un poquillo, pero que hoy en día no tienen lo que hay que tener, ¡vergüenza deberían darle a más de uno! Si el otro día me encontré a una amiga, (no les voy a decir cual es) En fin, y me contó lo que no hay escrito, ¡madre mía lo que está aguantando desde que enviudó! Que si ahora vente a mi casa… no, no, a la mía no… que si ahora vete a la de la otra hermana… a la mía mamá, le dice la chica con cinco hijos, a la mía mamá, no te vayas a dormir sola, que aquí estarás más a gusto… ¡mentira cochina! Que lo único que quiere la hija es que le haga las camas, le limpie la casa y le planche las camisas a su marido, o sea al yernaco, hijo de puta, que no la soporta ni en pintura, ¡vamos que no la traga! ¿Para qué vamos a ser tan hipócritas? ¡No la traga, no la traga y no la traga! ¡Si eso no es maloooo! Eso es Patrimonio de la Humanidad. Y ese pantalón con la dichosa raya, toda derechita, ¡me cachis en la mar! Si, no te hagas la tonta que nosotras también se la hemos planchado a nuestro esposos, ja, ja, ja... ¡menuda retórica! Nosotras también hemos pasado por eso, vamos que tú eres de mi generación, ¿no? Si las que nos hacemos llamar las superwoman, las supervivientes, las que nos hemos educado, ¡solas! Si esas camisas y eso pantalones que tu y yo tanto odiamos… Mi madre tenía que estar viva que decía a todo trapo… ¡Yo no soy criada de nadie! Ja, ja, ja… y es que nos estamos desvirtuando del camino, no sé si es porque somos muy blandas o es que nuestros hijos nos están dando mucho por culo… O es que nos educaron a la antigua usanza de Ver, Oír y Callar y nosotras no hemos querido que siguieran nuestro camino, el caso es que ya no sabemos cómo actuar... ¿Quien lo hizo peor? Nuestros abuelos, nuestros padres o nuestros hijos, viniéndome al recuerdo aquél famoso refrán que tanto repetía mi santa madre, "Tires por donde tires te encuentras con Ramírez" Por lo que siento decir que estamos en medio de un desmadre total, y aquí ya no hay quien nos aguante, ja, ja, ja…


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