viernes, 20 de junio de 2014

AMOR PROHIBIDO.- (MICRORRELATO)




¡Ay Señor! Siempre te has jactado de tu buen hacer. Dices que eres perfecto y sabio, pues no, no lo creo para nada. Te dedicaste a crear un mundo maravilloso de seres fuertes pero no contaste con los más débiles. Ellos también entraban en el lote, que el que no enferma se muere. Se mueren de amor incluso, no sólo de enfermedades en su cuerpo llenito de carne y huesos, también fallecen los que tienen sano el cuerpo y la mente, porque los sentimientos están pululando dentro del espíritu y precisamente no son tan santos. Son unos pecadores libidinosos y que en lo único que están pensando es en cómo amarse sin hacer tanto daño… Si, si, amarse y quererse, puro sexo compartido de amor fiero y llenito de fuego, ese que te quema por dentro toda la carnaza como si fueras una llama ardiendo, como una vela encendida en el centro del corazón, ¡un volcán en erupción a punto de explotar! Pero…¿no te has dado cuenta Señor mío, que somos imprescindibles el uno con el otro? Aquí hay algo muy fuerte, algo que traspasa todas las fronteras razonable de la naturaleza…Y yo me pregunto… ¿acaso esos sentimientos tan bravos y tan ardientes son de verdaderos pecados? Entonces…¿por qué no les distes de lado cuando nos moldeaste con el barro? Y digo yo…si una persona toda hecha y dispuesta a esto y a lo de más allá, se enamora de quién no debe porque lo dicen la leyes legítima de la propiedad, como una casa, unas tierras, en fin, ya sabes a qué me refiero... Y por eso, precisamente por ésta angustiosa y terrible actualidad que me tocó vivir, hoy estoy triste escribiéndote. Si, llena de tristeza porque no he estado contigo, sintiendo tu amor, escuchando la manera de decirme lo loco que estás por mí, que soy tuya y que sin mí ya no puedes vivir. Lo sé, ¡qué rabia tengo! Te busqué, de verdad que te busqué, he estado de un lugar a otro buscándote, muerta de desazón al no hallarte mi amor, ni siquiera te he visto pasar por mi lado como haces cada día como si fuera simple coincidencia... Lo haces adrede, te haces el encontradizo y cuando me ves me sonríes con esa mirada de picardía…Dime cariño mío, ¿por qué te has enfadado conmigo? Ya no somos unos niños y sabemos de qué pie cojeamos, pero tú te empeñas en seguir siendo como un enamorado de primer grado. Es como si tuvieras miedo a perderme. No, ya sabes que eso es imposible, nos queremos y nos amamos y lo peor de todo, nos deseamos y nos necesitamos. He estado toda la mañana buscándote, te lo juro vida mía, desde que vi cómo me mirabas, ya sabes, esos signos y gestos que la fuerza de los años amándonos ya se nos han grabado en el alma como si fuera ley divina… ¡madre mía, no sabes cuánto te quiero…! Hoy tenía tantas ganas de ti. Necesitaba abrazarte con todas mis fuerzas y que me comieras la boca a besos... ¡Cómo me hubiera gustado sentarme a horcajadas sobre tus rodillas, y decirte al oído esas cosillas mías tan atrevidas ja, ja, ja…! Ya sabes cuales, esas picardías que te susurro cuando me aprietas por la cintura y me acercas cada vez más a tu cuerpo, y me dices muy flojito que te ponen a cien… Me imaginaba que estabas buscándome por todas partes como un loco, echando fuego por los ojos, recorriendo la ciudad entera pensando que estaba con otro…y yo caminando como alma que lleva el diablo, ¡te lo juro vida mía! descorazonada perdida, mirando cada rincón, ya sabes a qué me refiero, por todas partes. Si, si, esos lugares que tu y yo sabemos, y que tienen nuestros abrazos y besos guardados y en secreto…A veces siento miedo de mis sentimientos, son tan fieros y auténticos….No sé qué haré el día que no estemos el uno junto al otro, aunque vivamos separados por los vínculos del anillo, si del anillo de compromiso, ese que se pone en el dedo de los casados…La vida es una estúpida trampa que pone zancadillas a los más desastrados. Somos unos desastres de personas, ¿a quién se le ocurre tener un corazón tan débil? Mi amor, ¿estás muy enfadado conmigo? Yo sé que estás muy enfadado conmigo, lo sé, pero no es porque no nos hayamos encontrado, no, no es por eso, en el fondo es porque me conoces tan bien…Cariño, sé perfectamente qué es lo que tanto te asusta de mí, lo sé. Mi ego. Si, me ves superior en todos los aspectos de la vida. Sabes que soy libre como el viento, que nunca estaré supeditada a ti, lo sabes, ¿verdad? amor mío, es inevitable. Soy una mujer fuerte y auténtica y eso te asusta un poco, lo siento, tendrás que perdonarme. Tengo autonomía y aunque te quiero y por ti muero, podría seguir mi vida superando esa desdicha escribiendo al viento mi desgracia, echar las raíces lo más lejos posible de mí, es una manera de resurgir de las cenizas ¿sabes? Sería más o menos como si nunca te hubiera conocido, y todo esto tan sólo sería como un sueño... o una simple pesadilla…






No hay comentarios:

Publicar un comentario