miércoles, 2 de agosto de 2017

LA GIRA POR LA VIDA.-



¡Oye tú! ¿Quién yo? Sí, sí tú…. ¿Quién te has creído que eres para utilizar la palabra abuela de manera despectiva?…¿Sabes que te digo? Que soy abuela porque tengo niet@s y a mucha honra, ¿te enteras? que no lo voy a negar…pero, ¿sabes que las abuelas de hoy en día están cuidando a sus niet@s para que sus hij@s estén trabajando mientras son pequeños? ¿Acaso te piensas que aparte de sus padres, los que más los quieren son sus abue@s? ¿Qué pasa? Que te creías que porque seamos abuelas ya estamos desahuciadas para las pasiones desbocadas…pues te equivocas tía, porque para mí, no te mereces que te llame señora…que tú misma te has descalificado diciendo abuela de manera despectiva, porque esta abuela tiene las manos llenas de dolores y sufrimientos…¡y muchas penas que me he tragado para aparentar que soy fuerte! Una actriz de primera actuando en éste escenario donde una ha de estar siempre dando el dos de pecho para que nadie se venga abajo…Yo también fui joven, ¿te enteras? pero antes de eso era una niña alegre y divertida que vivía despreocupada de la vida como todas las chiquillas del barrio, y una adolescente que se creía una princesita… luego me convertí en esa joven y hermosa que traía a los chicos por el valle de la amargura… en una palabra, una mujer pasando por todas las etapas de la vida…hija, hermana, tía madre y abuela aquí presente…Y si tú sigues caminando por los senderos de la tierra, serás abuela en vida, no como otras que se fueron al cielo antes de tiempo y no sintieron en su pecho el abrazo de l@s niet@s... Yo fui una madre joven, sí señor, me casé muy jovencita, apenas tenía veinte años, y tuve una hija preciosa y muy hermosa, pues cuatro kilos eran demasiado para mi vientre que se quedó llenito de estrías transparentes…era como la piel de cebolla, rojas y amoratadas de color…me sentía como un saco roto y viejo, incapaz de mostrar mi desnudez hasta delante de mi marido y en la playa me tapaba, ¡fíjate qué cosa! estaba acomplejada perdida…me avergonzaba de mi cuerpo que con veinte años era como una piltrafa…era lo peor del mundo en aquellos momentos porque no le daba importancia nada más que al físico, pero con el tiempo aprendí, ¡vaya que aprendí! Lo mismo que cualquier mujer de mi edad, no te vayas a creer que soy la única, no, no, para nada, que aquí hay toda clase de personas que han sufrido y padecido en sus carnes pérdidas de seres queridos y lloran en silencio gotas de sangre…Aprendí cuando mecí en mis brazos a mi madre en su último aliento, ¿te enteras? que no derramé ni una lágrima para que no sintiera miedo de la oscuridad, y le canté todas sus canciones, lo mismo que ella hizo conmigo cuando era una niña y me daba miedo quedarme solita…Después cuidé a mis hermanas que se fueron las dos juntitas al cielo…y a mi padre hasta que sus piernas no pudieron sostener su cuerpo y en su sillita de ruedas lo paseé por todas las calles de su amada tierra…¡los brazos se me pusieron fuertes y se me llenaron las manos de sentimientos! Mis ojos están llenos de lágrimas que derramo en mis palabras rotas de tanto llorar, y tú me vas a decir abuela como si fuera un desahucio de la sociedad…tienes la desfachatez de poner asco en esa palabra tan grande…Acaso tú, si sigues viviendo no te convertirías en algún momento una abuela… En cambio mi pobrecita hermana no ha tenido la suerte de conocer a sus niet@s…Hazte un favor a ti misma, lávate la boca cuando hables de las abuelas, porque todas, la que más y la que menos, tenemos las manos llenas de bondad…Yo tuve la suerte de haber colaborado en la crianza de mis tesoros, porque para l@s abuel@s, l@s niet@s son los mayores tesoros de la tierra, que han sacado de mi corazón los sentimientos más bellos…Pero tú sólo miras el exterior, te crees que una mujer de mi edad, porque sea abuela ya no inspira pasiones desenfrenadas en los hombres…¡qué superficial eres…! No te puedes imaginar las noches de locuras…estás tan equivocada…pues…Antes era esclava de mis temores, mis complejos, mis defectos físicos, mis estrías…las marcas de la edad en mi rostro…mi desnudez…y…¿sabes que te digo? Que ahora soy la dueña de mi vida… pues…la vida es como una gira por el monte cuando asombrada me quede admirando el paisaje invitándome a subir por la cuesta, y como un caminante me he sentido andando, parándome en alguna sombra a descansar. Otras veces me he perdido sin saber por dónde tirar, ¡menos mal que había muchos carteles indicando el camino! Pero yo sólo seguía los que tenían forma de corazón, después cuando llegaba a algún desfiladero, miraba hacia abajo, no sé por qué, y me metía en un follaje que no sabía ni cómo salir de él. Desanduve mis pasos, y unas veces tiraba a la izquierda, otra a la derecha, haciéndome unos líos tan grandes, que sin darme cuenta, caí rodando a una especie de jardín, era como un laberinto de fantasía, donde me tumbé en la tierra para sentirme un poco aliviada, y mirando hacia arriba he visto como si hubiera un espejo, resplandecía y mientras subía y subía, he llegado casi hasta la cima, al lado de una mirador donde está lo que tanto brillaba…era una estrella, la que creía inalcanzable, la que siempre tenía en las manos sin saberlo hasta ahora…ahora que me acepto tal cual…Y con mi estrella a cuesta, como una mochila, pienso bajar la montaña cantando, con cuidado de no caer rodando, despacio, tranquilamente, saboreando cada rincón del camino, admirando el paisaje, bebiendo agua cuando tenga sed, y comer cuando tenga hambre. Sentarme cuando este cansada, y jugar con todos los luceritos que me encuentre por el sendero. Mientras tanto esperaré a que el buen Dios se decida a mantener siempre viva la llama de la esperanza y de la ilusión…pues he vencido al tiempo, dueño del destino, mensajero de calamidades, que hace y deshace a su antojo, que va arrasando todo lo que pilla en su camino, ¡masculino tenía que ser! que como un niño travieso se ha dejado atrapar por la curiosidad, dueña de la sabiduría que con tanta coquetería le ha detenido, pues con mis niet@s, he sido capaz de recordar la infancia, dueña de la esperanza y de la ilusión y juntas de la mano recorremos el camino ignorando al destino…



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