jueves, 31 de agosto de 2017

EN LA DISTANCIA DEL CORAZÓN.- (MICRORRELATO) primera parte


Estaba un día conectada en internet y se me ocurrió entrar en el chat. Nunca pensé que iba a cambiar mi vida tanto, pues mi marido se tiraba horas y horas conectado mientras lo esperaba en la cama hasta que el sueño me vencía. Y eso es lo que daño mi matrimonio…Una noche entré y lo encontré alucinante. No sabía cómo actuaban las personas, me parecía todo tan real...El caso es que conocí a un hombre de cincuenta años muy correcto y educado. Entablamos amistad y empezamos a conversar. Las palabras fluían de nuestra alma como si nos conociéramos desde niños, contando cosas de nuestras vidas. Estaba separado de su mujer porque se fue con su mejor amigo, lo cual lo dejó bastante tocado. Tenía depresión. Nos hicimos amigos chateando diariamente, hasta que pasamos al Skype. Era más privado. Su hija mayor vivía con él. A veces conversábamos desde su casa y otras desde su trabajo. Todo iba muy bien. Nuestra amistad, cada vez era más placentera y agradable. Sin malicia. Nos reíamos mucho, hasta hablando de fútbol. Era del Barcelona, lo adoraba y viajaba donde sea con tal de verlo...Nos gustaba estar juntos, nos extrañábamos y lo veíamos a la par, cada en su casa y en su país. Él en España y yo en Chile… Poníamos la tele, y desde la cama disfrutábamos de lo goles como niños chicos. Me encantaba escucharlo cuando protestaba con los jugadores. Era de lo más gracioso verlo tan grande, un hombre de uno noventa disfrutar tanto de su fútbol. Otras veces chateábamos hablando de nuestros gustos por la comida, la fruta, en fin lo normal en una pareja de amigos que hablan a diario de las cosas cotidianas del hogar…Así pasaron los primeros cinco meses, hasta que tuvo un accidente grave y desapareció de mi vida. También me bloqueo. El tiempo pasaba y no sabía nada de él, así que decidí olvidarlo, pues llevaba más de un año ausente. Estando en Skype conversando con mi hija por vídeo, me llega un mensaje de una chica y la acepté por curiosidad. Me extrañó que me escribiera como si fuera un hombre, pero con perfil de mujerLe dije…Disculpa, ¿eres hombre tú? Al momento me contestó…Sí…¿Quién eres entonces? Busco una chica chilena que perdí contacto con ella, se llama Catalina, es de un pueblo chico…Se lió a describir los detalles de la chica…El corazón se me iba a salir del pechoSoy yo a quién buscas, ¿cómo te llamas? Soy Juan me dice…Hice como si no lo entendiera… ¿Qué Juan? De España, BarcelonaOk...Eres tú, el Juan que se fue sin un adiós, pero, ¡qué mal educado eres! Le dije sonriendo…Si me dejas, te cuento…Tuve un accidente grave, perdí el control de la furgoneta, y choqué con otro coche, me rompí la pierna izquierda y la cadera, tengo una platina, por eso te bloqueé, no quería que me vieras así, tuve que irme a vivir con mi madre más de tres mesesOk, lo siento mucho, ¿estás bien? Sí, estoy bien, siempre te recordé y te busque hace tiempo, no sabía cómo encontrarteEse día era su cumpleaños y desde entonces retomamos la amistad de tal manera que nos encantaba charlar. Nos gustamos más que antes. Nuestras conversaciones pasaron a mayores con deseos de estar juntos, de abrazarnos en las noches frías de invierno allí, y verano aquí… Todo opuesto. Hacíamos el amor imaginándonos desnudos, acariciándonos, besándonos, sintiendo nuestros cuerpos de estar unidos en uno. Cada día más y más. Nos amábamos día y noche. Mensajes iban y venían, todos apasionados, lujuriosos de placer, había de todo en los mensajes. No eran sólo de placer, también conversaciones de nuestros problemas, de estar tan distanciados el uno del otro. Me decía que me amaba con pasión, que deseaba venir a Chile, conocermeYo estaba enferma y tenía que operarme en navidad. Fue mi primera cirugía. Después en septiembre la otra. Quedé mal. En esas fechas Juan quería venir. Yo no podía recibirlo en mi casa, menos amarnos por mis cirugías. El viaje se detuvo hasta nuevo aviso. En marzo de ese año, Juan iba a venir. Me sentía la mujer más feliz del mundo porque me iba con él a España, y sin previo aviso, me salió otra cirugía, la más importante, por lo que tampoco pudimos vernos. Le dije… ¡Qué mala suerte tenemos! Estábamos desesperados de amor, de estar juntos…Continuará…








1 comentario:

  1. hola Felicita, vaya historia , me dejas con espera y suspenso a seguir como va, desarrollando el drama...saludos

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