lunes, 10 de abril de 2017

ESTA DEBILIDAD MÍA.- (MICRORRELATO)




Llegaste a mi vida como una ráfaga de aire fresco, y antes de darme cuenta estaba colgada de su cuello comiéndomelo a besos, y ya no lo pienso soltar…tiene los ojos azules como dos luceros y me dice…¡Hola corazón! Te quiero, mi niña…no sabes cuánto te quiero…Me tiene el pensamiento arrebatado, el alma en una constante alegría, y el cuerpo, ¡madre mía cómo me tiene el cuerpo! Como si fuera magia lo que siento dentro de mis sentimientos…y es que me ha enamorado de tal manera que no pienso en nadie más que en él…Tengo sus besos grabados alrededor de mis cabellos, y cada vez que me los peino me entra un cosquilleo, que voy por toda la calle riéndome de tantos besuqueos…la gente me mira extrañada y miro al cielo y le digo…¡Madre mía qué feliz me siento…! Espérame en el camino con tus brazos de fuego, que quiero compartir contigo aquellos besos que nos dimos hacia ese lugar donde no hay regreso…Ven de nuevo a mi lado que te necesito aunque sea mientras duermo…Mira que ya no puedo seguir viviendo en éste estado de tristeza, cuando miro hacia atrás y te veo con ese pelo negro azabache, esos ojos risueños y esa sonrisa que te delata de don Juan…mi hombre…El único hombre que me supo amar con los sentimientos del querer…Si tú supieras las ganas que tengo de estar contigo, los dos juntos de las manos, siempre abrazados como los primeros días de los enamorados, esos que están continuamente acaramelados perdidos…Si tú supieras cuánto te quiero y lo que me duele verte pasar por mi lado como si fuera un extraño…Si tú supieras de mi sufrimiento, entonces te darías cuenta de cómo te quiero…pues…Cuanto más te acercabas caminando, más lejos te sentía de mí, debe ser por esa prisa de venir a hurtadillas y por eso te descubrí…Descubrí la romántica e ilusa mujer que hay en mí, la atrevida y descarada, la salvaje y la sensual…La que nunca te olvida, la que siempre está ahí por ti, la que jamás podrá darse por vencida…La que una mañana besó tu boca con el fuego de tu pasión… Como un relámpago te adentraste en mi vida cuando supiste la clase de mujer que era, toda llena de romanticismo y de esperanzas nuevas, con las ilusiones a flor de piel, y te enamoraste de mi ser, ¡vaya que sí! y tal como llegaste, te fuiste como el rayo llevándote la carga de tu osadía…pues…El tiempo es sabio…me dijiste aquella vez cuando te taché de hombre infiel, ¿te acuerdas? Y verdad debe ser cuando la razón me dio al pensar mal de usted, que al dejar caer cuatro frases de mis gustos salvajes, te quedaste prendado de la seda de mis enaguas, la blonda de mi tanga y el roce de mi piel…y por eso, nada más que por eso te pillé con las ganas que tenías de arrancarme los encajes con tus besos de satén… Y ahora estoy aquí desolada pensando en ti…Quisiera acariciarte el cuerpo, sentir tus abrazos y llenarte la boca de besos…soy tan débil…Esta debilidad mía que me mata y me domina, cada vez que lo veo pasar por mi lado, como si jamás me hubiera tenido en sus brazos…como si una fuera un trapo flojo tirado en el suelo, un desecho…Un simple desliz de tu boca en la mía tus besos prendí…Ésta fuerza de la naturaleza que emana de mis más bajos instintos, evidencia la resistencia de mis flaquezas haciéndola crecer con una maldad dispuesta siempre a matar…Y como un ser feroz e inhumano me convierto, en la peor de las serpientes llena de odio, rencor, veneno hiriente y mortal…Ya no sé qué será más fuerte y real, si la furia de los demonios de mi cuerpo o mostrar mis más débiles sentimientos…Son los impulsos del silencio que gritan te quiero de una manera cruel y desgarrada…Nacen en las emociones de mi pecho, en las entrañas mías, y se ramifican en espinas finas y aceradas como puñales, directas y seguras a tu corazón dispuestas a matar…Estos impulsos irrefrenables que me carcomen la carne, regándome la sangre y como un chorro putrefacto sale de mi garganta, gritándote a la cara una invasión de escaras debilitadas por la angustia… y la ansiedad de tenerte siempre sometido al capricho de mi sino como si fueras mío…por y para siempre mío…cada vez que te veo por mi lado pasar…y destrozada me siento por dentro sabiendo que me quieres a rabiar…Y tú qué lo sabes te aprovechas de mí, creciéndote en tu maldito ego que te hace fuerte y altanero…y por eso me haces sufrir… Y yo que muero por ti, me rebelo contra los arrebatos e impulsos incontrolables, débiles en insalvables de ésta fuerza viva, la que me somete y tiraniza a decirte te quiero, con la rabia y el odio que me entran cada vez que te veo enfrentándote con firmeza y sin miedo, a los retos que tengo por dejarte de querer…Y tú que no puedes vivir sin mí, te enfrentas a esa lucha constante e interna, del poder de la resistencia de ésta debilidad mía que nos tiene amarrados y nos esclaviza, sometiéndonos a querernos hasta el fin de nuestros días…sin tregua ni armonía, en la loca y apasionada aventura de éste amor infinito e infernal…

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