jueves, 6 de abril de 2017

EN LAS FRONTERAS DEL CONTRABANDO.- (MICRORRELATO)



Y ahora resulta que me he enamorado y no sé qué debo hacer…Mira que no quería aceptar esa solicitud de amistad…pues…algo en mi interior me hacía sospechar que me podría enamorar…Mira que lo quería evitar…Puse barreras, le hable un poco mal, hice todo lo posible por apartarlo de mí, hasta lo menosprecié, incluso lo acusé de que tenía algún interés…o…que sólo buscaba sexo puro y duro en mí para satisfacer su deseo de placer… No lo sé, el caso es que sigo chateando con él de una manera discreta y normal…Será por su forma de hablar, o porque siento en mi pecho el peso de su soledad…Tendré que eliminarlo de mis contactos o quizás hasta lo tenga que bloquear… pero…me gusta tanto…Me gustas como para pasar una noche loca contigo, aunque luego sigas tu camino… Yo no quería enamorarme porque tenía miedo de sufrir otro revés, pero no, éste hombre tiene un no sé qué, que me ha arrebatado el corazón…Yo no quería quererlo… y lo quiero…tampoco quería tenerlo en mis pensamientos por la mañana cuando despierto… y por las noches, ¡ay madre mía por las noches…! Por las noche siento sus besos recorriéndome todo el cuerpo con la avaricia del deseo…Es pura dinamita, demasiados encuentros entre sueños locos y carnavalescos…Cada amanecer lo espero con la ansiedad de verlo tras esa ventanita de los cristales ahumados…Se asoma con la timidez de un niño asustado, como si temiera molestarme, y lo que no sabe él es que me alegra la mirada para todo el día, y me lío a bailar por toda la casa canturreando como una quinceañera enamorada, descompuesta perdida, dando trompazos a los muebles como una gata en celo, barriendo y fregando con unos suspiros que me salen del alma como resoplidos a las castañas asadas…Y me visto mirándome al espejo para él, me pinto los labios de rojo fuego para él, y me siento como una diva pisando fuerte el asfalto, rompiendo moldes, flotando en una nube, volando por los aires como si tuviera dieciocho años, y en mi pecho bailotean mil mariposas a punto de comerse el mundo, como cuando de niña, me compraron los primeros zapatos de charol, ¡qué alegría más grande! Estaba loquita porque llegara el domingo para poderlos estrenar…Lo mismo que mi primer beso de amor, ¡Dios mío de mi vida! Ese beso que nunca se olvida, y que en éstos instantes me vuelve a brotar en el corazón con sus… Buenos días preciosa…o ese hola que me grita a lo lejos, tan bonito, tan bonito, que se me llena el alma de su eco, y salgo a la calle suspirando aires de amores, y miro a la gente sonriendo como si fuera una niña chica, más contenta que unas pascuas… pues…Había un pulso entre tú y yo que ya no lo podía sostener y me cansé… Me cansé de serte fiel, y por despecho me dejé querer, y qué cosas más milagrosas, que me enamoré de él, y me perdiste…Me perdiste, ¡vaya que sí! y lo sabes… que tonto no eres y te das cuenta de todo…Nunca volverás a tenerme…jamás me dejaré vencer, aunque te vea con esa cara de perro apaleado que sueles poner, cuando paso por tu lado sin hacerte caso…Demasiado daño en mis pensamientos y en mi corazón, que lo tengo hecho pedazo de tantos sufrimientos. He padecido con tus idas y venidas lo que no hay en los escritos… ¡Eres un veleta! como le decía mi madre a mi padre cada vez que se enfadaban… ¡Anda que no era peleona…! Una auténtica leona…Una guerrera de la vida, que estuvo batallando contra corriente y a la deriva de las olas…más o menos como he hecho yo mientras tú decías que me querías, ¡embustero traidor! ¡Falso, más que falso! Hay demasiadas heridas juntas a la vez en mi alma zurcida a base de perdón… demasiados desengaños…muchos desencuentros…pues… Me decepcionaste, ya ves, que sufrí un nuevo desengaño contigo y ya no hay marcha atrás… Y miro al dios de mi credo y le pido muy despacito para que no me oigan los demonios de mi cuerpo…Envíame un ángel del cielo para que me rescate de estos tenebrosos sentimientos, que tengo el semblante roto de tanto desencanto… Cierro mis ojos y me duermo... Sueño que corro por las calles con los brazos alzados al viento y grito pidiendo un milagro para mis desvelos…Vino a rescatarme de mis lágrimas de sangre... Vino de lejos montado en su moto y nada más verlo me lo quedé mirando como si fuera un ángel del cielo…Vino sonriendo, todo dispuesto a llevarme tras las montañas de hielo, allá donde no hay ni desierto, sólo un oasis, una palmera y sus brazos de fuego… Y abro los ojos y veo en el silencio del entresueño…Hay dos almas navegando en las fronteras de contrabando…Dos almas errantes perdidas somos tú y yo, vida mía…dos almas que se encuentran en la red vagando por aquí y por allá, y cada noche sueño que te tengo en mis brazos, y lo tengo, ¡vaya que sí! Que hay veces que  escucho de sus labios te quiero, y luego me acaricia con sus besos el alma y me riega los sentidos de mi cuerpo con sus frases llenas de pasión…

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