sábado, 15 de abril de 2017

CON LA FURIA CIEGA DE LA PASIÓN.- (MICRORRELATO)



Yo no sabía que lo podía extrañar…ni tampoco que lo podría necesitar tanto…creía que era un capricho más de mi alocada juventud…pues…Siempre fui por la vida a golpes de latidos, sin pensar en las consecuencias que en un futuro me podría acarrear aquél beso que, sin saber cómo, se escapó de mis labios y a los tuyos aterrizó…y tú, que lo estabas deseando, lo estuviste saboreando en tu boca hasta que me dejaste sin respiración…y antes de darme cuenta, sucumbiste a mis encantos de rodillas y con prisas… y yo al sentir las primeras caricias escondida tras los setos del jardín, quedé prendida a tu vida hasta que la muerte lo decida…pues… Me amarraste a tu abrazo, a tu fuego…y a tus prisas…Y por eso estoy que no vivo, que nada más que pensar que algún día me pudieras dejar de amar, o simplemente que pasaras de mí, como si nunca me hubieras conocido, me entran unos nervios y una incertidumbre que no lo puedo soportar, y a ti que te encanta que muera por tus besos y abrazos, no haces más que darme celos y hacerme rabiar para tenerme siempre en vilo, y lo que no sabes, es que estamos hechos el uno para el otro…pues…Antes de nacer, ya nos estaban modelando con la misma pasta de barro, y por mucho que hagas por deshacerte de mí, jamás podrás conseguirlo, porque si tú adivinas mis sentimientos, yo ya me adelanté a ellos, ¡fíjate si te conozco bien! Que hasta oigo tus palabras inconclusas a media voz cuando duermes mirándome entre tus cejas, y pestañeando me llevas en el pensamiento hablándote de esa manera que desearía que te dijera…Agonizante amor mío, me encuentro ante ti…pues…No me imagino la vida si tú no estás a mi lado, ni sabría vivirla sin tus besos y abrazos, ni sé qué hacer si tú te vas de mi, si me dejas o desapareces… pues…No querría vivir más…tan sólo la muerte se haría la dueña de mi suerte, y aún así, me aferraría a ella pensando que tú estás tras esa puerta que separa el cielo de la tierra…Eres única, eres única… La mujer de mi vida…me decía a media voz, entre susurros ​entrecortados por la entrega total de mi cuerpo y mi corazón a punto de gritar con la cal viva de la pasión…Son en éstos sueños donde tú y yo disfrutamos de pedacitos de besos tan placenteros, que olvidamos los largos días sin vernos… pues… Son como pompas jabonosas que se volatilizan antes de caer al suelo, más o menos como esos encuentros, tan fugaces e intensos a la vez, que dejan marcadas en mi piel cada trocito de tu alma salvaje, expuesta a ser devorada por mis deseos carnales, cada vez más exigentes por los tuyos, dispuesta como estoy a traspasar las normas establecidas por guardar la compostura, dejándome desnudar, sin temor ni reparo, ante miles de ojos curiosos que pudieran observar éstos besos tan hermosos y apasionados…mordiscos y lengüetazos…Ese vocablo pueril y soez que sacude cada recoveco de la piel…Mis sentimientos, antes refugiados y reprimidos en la educación de antaño, ahora expuestos a ser robados entre matas y yerbajos, bajo la luz del sol que ilumina cada suspiro, acallándolo con el sonido de los pájaros, y algunos perros que se acercan para husmear el aliento de los deseos… Atrapados en el aire los movimientos del abrazo incondicional de nuestro encuentro infernal…bajo un cielo azul, gris… cargado de agua donde tú y yo nos mezclamos en la misma pasta de barro de la cual fuimos moldeados… Y por eso estoy aquí…Salgo de prisa y corriendo a buscarte al oír gritar mi nombre en la oscuridad de la noche…Eres tú, que me llamas clamando… ¡Date prisa, ven enseguida que necesito sentir que eres mía de nuevo! Míralo, ahí está al acecho, esperando verme llegar, ¡lo sabía! Y es que hay un no sé qué entre su mente y mi corazón que me arrastra hasta él…Deben ser cosas de esos duendecillos traviesos que me perturban cada noche susurrándome tus sentimientos debajo de la cama, que si me asomo, seguro que los veo reunidos en círculos, como si fuera un cónclave de obispos, dando órdenes aquí y allí, inyectando tus deseos alrededor de mis instintos olfativos… Y como un perro, vas marcando camino para que te siga hasta que te huelo…pues…Nada más levantarme se refugian en mi sangre, y como en un aquelarre de brujas, van impregnando mi cuerpo de ansiedad hacia ti, emanando besos libres y sedientos por cada paso que doy, y tú que estás a la caza y captura, vas husmeando por todas las huellas que marcan mis piernas hambrientas, buscándome por todos los caminos, alerta a cualquier ruido…Hasta que te encontré…y tú nada más verme te lanzas cuesta abajo donde tus labios se tropiezan en mi boca jugosa, presta a lamerte siempre, desde la cabeza a los pies, bajo la sombra del árbol aquél… Eres  única…eres única…Toda yo era pura fantasía ante la presencia de su atención hacia los​ pasos ​que me encaminaban hasta él…Y como un ser inmundo me siento mostrando la perra que llevo dentro, que como ella me entremezclo tras los matorrales, donde me espera todo preparado, orgulloso, altivo, prepotente y furtivo, sabiendo que me atrapa y provoca a ser su esclava, amarrada siempre a su cayado… fuerte y poderoso ante mí, con la virilidad a flor de piel llameante, y yo como hembra infiel desvanezco, toda entregada a la sensualidad que me debilita y presiona…Abatida caigo rendida, sacando de mí los más bajos instintos animales, que me inspiran a pecar como una mujerzuela, arrastrándome por el barro donde camina sus pies…Y él que me conoce y lo sabe, me enlaza por detrás, asido mi cuello por su abrazo prieto, sometiéndome a restregarme contra su cuerpo hambriento de mi boca ansiosa…y como una víbora le lanzo mi lengua viperina a sus labios sedientos… y me mordisquea los cabellos, que se me erizan con la cercanía de su agonía a mis espaldas en un vaivén lujurioso, que me envilece a seguir el ritmo al sonido de sus palabras susurrantes, rotas… casi agonizantes en frases prosaicas y lasciva…Como poeta de los infiernos me lanzo al reto en un frenesí infinito de pasión, dispuesta a rebatirlas en un duelo de plumas salvajes y feroz…Y en el aire una lucha de versos roncos, se evaporan con los suspiros que salen del más allá del placer, donde mis piernas y las suyas se retuercen en un  grito arrebatado y sin voz, con la furia ciega de la pasión…

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