sábado, 27 de septiembre de 2014

LA PRESA FÁCIL.- (MICRORRELATO)




No sufras por mi, no me busques más, no me esperes mi amor, que cada vez que te veo se me sale el corazón… Si, se me salía cada vez que te veía pasar, ya ves, qué tontería, quizás me ocurriera lo mismo que a ti, y fíjate cómo estamos, perdidos, en medio de una encrucijada de la cual ya no sabemos qué hacer, ni adonde ir, pero de la cual no sabemos salir ilesos…La vida nos puso a prueba y como niños caímos en la trampa de la edad madura. Caímos en una red llena fuegos ratifícales, de mentiras a medias y verdades camufladas con leves trazos de amor. Estábamos muertos de hambre, ¡vaya que sí! Esa hambre insaciable que mata por dentro a las personas cuando carecen de pasiones, y nosotros teníamos tanta…Estábamos locos por entregar lo que llevábamos dentro de nuestro corazón, todo llenitos de deseo. Esos que se tienen cuando se es joven, si, si, ese que es el más fuerte y traicionero. Queríamos saciarlo a golpes de pasión desenfrenada y ahora ni siquiera distinguimos la fantasía de la realidad, pero en la que ya es imposible salir...Esos cruces de caminos, ese destino insospechable, esa encrucijada de marcha forzada sobre la eterna mirada de la juventud, ¡madre mía! Eso es lo que nos arrastró a éste infierno, a la pena y al dolor…Y ese hombre engreído que no para de provocar una sonrisa y un deseo en mi alma…Ese hombre que busca lo imposible por calles solitarias y jardines entre matas…Ese hombre medio desnudo, taciturno, apático, de andar lento y como pensando…Ese hombre triste, que apenas sabe distinguir los pasos del camino que le traza el destino…Ese hombre de mirada perdida, de rostro casi mudo, con la pena temblando en sus labios…Ese hombre tan serio y aplicado, que parece que está siempre de duelo buscando y buscando algo que le falta a su vida apagada, ya en el límite de la madurez al alba…Ese es el hombre de mi vida…Ese hombre es el que hace y deshace cada vez que salgo a la calle. Me busca por todas partes, me espera por las esquinas, se hace el encontradizo y me persigue como gato felino buscando su presa, ¡vaya que sí! La presa fácil que hay en mí y a la que no quiero renunciar jamás…Esa que sigue caminando por los senderos revueltos de los juegos prohibidos, deseos carnales, pecaminosos, sexo compartido entre infieles…Y ese hombre que yo un día seduje con mis besos lascivos y burlescos, ese hombre ya no me deja vivir ni un momento, y yo que lo sé, me aprovecho de sus ansias de apagar el fuego que lo quema por dentro… Si, ese fuego que echa su mirada cuando se sumerge en la coquetería de mis andanzas…Cuando ve como me miran los otros hombres que estaban en su misma balanza, si, esa balanza que sopesa entre la familia unida y la muerte anunciada del desamor y la felicidad ensañada…Hasta los pensamientos se le escapan con cada movimiento de mi cuerpo, y yo, vampiresa perdida que lo sé, lo provoco con la mirada de mis deseos, balanceo mis caderas de manera descarada y sabiendo el mareo de sus pupilas dilatadas, me detengo frente a él con los brazos en jarra, le sonrío, le guiño un ojo y le tiro un beso y me lo llevo a mi terreno perdiéndonos en los jardines del deseo…Y enamorado como lo tengo, lo zarandeo por el cuello, me lo como a besos y hace lo que quiere con la picaresca de mi cuerpo. Nos entregamos a los caminos del infierno, donde tan sólo las paredes y el asfalto son los testigos de sus miedos y mis atrevidos movimientos…Y cuando menos se lo espera lo arrebato con el ansia de su entrega y mis locas maneras...Y entre medias me dice muy bajito en el oído que me quiere, que soy la mitad de su vida y que si lo dejo ya no le quedará nada…que su vida no tendrá sentido…y yo que lo miro a los ojos tan sólo un poco, se lía a besarme como un loco y me abraza de manera apasionada, me ahoga casi en el grito de sus latidos y luego me dice en un susurro que me necesita como el aire que respira… Apenas puedo pensar sin estar él dentro de mis pensamientos, ni puedo ya vivir sin su existir y si no lo veo un momento casi me muero de deseo y de celos…Y ese hombre que antes caminaba triste y apagado, ahora brinca como un galgo, y yo perra salvaje, lo sigo como si fuera el guardián de mi embalaje…

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