Y
éste hombre que hace unos días me dijo que me quería, que me amaba y que sin mí
no vivía. Éste hombre que me dijo que iba a llenar el depósito de gasolina y
que me llevaría hasta que se acabara nuestra vida... Si, si, el mismo que en
cada encuentro parece un cohete ardiendo y me abraza el cuerpo entero. Arropa
mis sueños, me habla bonito por los caminos del infierno y me besa los labios con
la agonía del hambriento. Me llama por mi nombre en la cima del monte, y cuando
cierra lo ojos me arrastra hacia su pecho…Y yo que lo sé me aprovecho de su
entrega y su querer, le como la oreja con mil lentejuelas y le susurro junto al
oído palabras desnudas y sin piel…Y cuando escucha mi suspirar se deja hacer a
la merced de mi carne y mi sed. Y él que conoce mi entrega, mi arranque y mi
querer, me ama y me teme a la vez. Luego se aparta de mí unos días para que lo
tenga presente siempre, siempre. Y aquí estoy de nuevo sin saber qué pensar,
derrochando imágenes que grabadas en mi alma están. No comprendo su pesar, ni
tampoco entiendo por qué me busca tanto por todas partes y cuando me encuentra
se echa a mis brazos como un condenado y luego se va...Voy por la calle como
sonámbula, temerosa, extrañando cada paso que doy, parece que tenga quince años
cuando iba al instituto y las palomitas revoloteaban por mi pecho, temiendo
perder a mi chico…Se va, se aleja de mí y ya no me buscas más…Quizás tenga
miedo de esa gran necesidad que tiene de tenerme cada vez un poco más, o es que
tema ésta pasión tan fuerte que de mi no se pueda desatar...Te dije que no
debíamos seguir, que no estaba bien éste amor tan apasionado, pero tú
insististe y me ataste a tu abrazo y ahora soy yo la que te busca por todas
partes, porque sin ti no puedo vivir. Te necesito ¿sabes? Y si me dejas no me
quedará ni mi existir. Nada, no me quedará nada, tan sólo seré una mujer
descabellada. Y por eso me encuentro hablando sola por la calle del olvido a
ver si así se aleja tu recuerdo de mí, pero me persigue por todas partes,
¿sabes? Es como si tuviera de alguna manera extraña, su propia entidad, porque
siento hasta su pulso, incluso su aliento pegado a mi tez. Quizás sea la escena
del último encuentro que haya recobrado forma, o a lo mejor es de tanto como lo
deseo y se haya proyectado y sea como un espectro de mis recuerdos. Parece como
si se quisieran apoderar de mí, fíjate con la fuerza que me atrapas, ¡vaya que
sí! Como aquella vez que me abrazaste tan fuerte que casi se me atragantaron
las palabras en la garganta, y ahora casi me ahogan de lo que amontonadas
están dentro de mí. Te odio con todas las fuerzas de mi alma y de mi ser y más
porque no tengo…No, no te odio, sino que te amo. Siento una rabia desbordante y
ganas me dan de machacarte y de golpearte, hasta me vienen deseos asesinos por
todo el daño que me haces sin merecerlo, porque yo soy una mujer buena, ¿te
enteras? Creo que te angustia las ansias que siempre tienes de mí y por eso
mismo me rechazas, me aborreces y me odias. Quieres recobrar tu libertad, aún
sabiendo que ni vives ni dejas vivir, eres como el perro del hortelano y por
eso tengo el corazón roto. Se me parte el alma cada día cuando salgo y no
apareces para decirte con los ojos cuánto temo perderte. Me duelen hasta los
suspiros que se escapan de mi garganta. Es como si fueran los reclamos de mis
pertenencias que te exigen los besos y los abrazos que te entregué, son míos,
¿te enteras? Apenas puedo descifrar mis sentimientos. Se me amontonan los malos
pensamientos imaginando escenas variopintas donde te presiento indiferente
hacia mí…Creo que me espías, que lo sabes todo de mí y por eso te haces de
rogar, para que ahora sea yo la que te ronde, fíjate cómo te conozco que te has
vuelto un poco misterioso para que no se acabe nunca la aventura de amarte como
si fuera una joven locuela…Estás jugando conmigo, probándome, tanteando el
terreno, haciéndome padecer mil sensaciones sin equilibrio, es como si quisiera
que perdiera la razón y mis emociones están a punto de explotar…Y yo te espero,
siempre te espero, porque a medida que pasan los días siento que te quiero, que
nos queremos y volvemos de nuevo a nuestros abrazos compartiendo besos
apasionados. Y de nuevo, otra vez caigo rendida a tus pies, y luego es como si
te arrepintieras o tuvieras miedo de serme tan esclavo y desapareces. Ya no
tengo edad de estar como cuando era una jovencita toda asustada perdida tras
los cristales y preguntándome, ¿vendrá a recogerme o no vendrá? No puedo más
con esa manera tuya de amar, con esos altibajos, el corazón en un puño, el alma
rota…y un pálpito en el suspirar…Soy demasiado mayor para tanto desequilibrio
emocional. Se me descontrolan los sentidos y no puedo poner orden a mi vida, ni
calibrar mis prioridades…Siempre en la mente tú, atado a mis
sentimientos…Buscándote por todas partes voy con las letras desnudas de tu
nombre…¿Es un ángel o es un demonio? ¡Ahora me ves y ahora no me ves! Y ahora
resulta que tengo miedo, tengo miedo de volver a encontrarme contigo en el
camino, llevas tantos días desaparecidos que hasta me acostumbré a la soledad
de mis sentimientos…Y por eso voy a robarle al aire las frases que volaron
aquella tarde de invierno cuando me la arrancaste del pecho con tus besos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario