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Tengo un móvil muy lindo y bonito que me han regalado mis
hijos.
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¡Mira qué ricos!
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Voy por la calle feliz y contenta, y siempre lo llevo a
cuesta.
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¡No me digas! Y ¿lo entiendes?
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¡Vaya que lo entiendo Mercedes!
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Pues yo no lo quiero por que dicen que da cáncer.
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¡Anda y que se callen!
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¡Explícamelo Mari Carmen!
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Es fácil y sencillo, ¡escúchame bien!
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Soy toda oídos, u orejas, que para eso la tiene una puesta.
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¡Calla y no me entretengas!
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¡Pues empieza!
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Lo que más me molesta es que en mitad del camino se oye un
sonido muy fino, tantará, tarán,
tarantán.
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¡Me cachis en la mar!
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¿Te quieres callar y no interrumpirme más?
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Está bien, me callaré, pero ibas por tarantán.
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¡Ya lo sé! Tantán, tantán, pero, ¡no lo puedo encontrar!
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¿Qué haces entonces, Mari Carmen?
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¡Pues que me paro en la calle! Entro en un portal, vuelco el
bolso y La Pantera Rosa
no para de sonar, ¡la voy a machacar! El peine, el monedero, las fotos de mis
niños, la barra de labios, ¡al fin lo he cogido!
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¡Vaya usted a saber!
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Hijo, es una llamada de mi hijo
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¡Qué móvil más lindo y fino!
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¿Si? ¿Diga? ¿Si?
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¡Mamaaá, mamaaá, mamaaaaaá!
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¡Si, te oigo, no grites maaaaás!
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¡Que compres cerveza para papaaá, que la que había ya no
estaaá!
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¡Me cachis en la mar!
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