miércoles, 16 de enero de 2013

LA ADOLESCENTE.- 1966



Una vez se creyó una estrella, de esas que brillan por sí misma cuando está ardiente y fresca. La más linda y bella de todas, ¡anda que no era creída la niña!
Ignorante e ilusa, un poco locuela, algo atrevidilla diría en aquella época de la vida… ¡Mediaban los años sesentas! Con el minipu entallado, y la falda corta, muy corta, mostraban unas piernotas, la mar de hermosas… ¡Mary Quann estaba de moda! ¡Menudas cachas! Le decían los chicos de la panda cuando por la calle pasaba. Tenía una cintura de avispa que descaraba enseñaba, cuando le daba la gana… ¡Parecía una artista! Y en la cabeza una boina negra, que feliz y coqueta daba rienda suelta a su cabellera brillante y espesa...

¡Qué guapa y qué buena! Le decían los chicos, cuando por la calle pasaba, mientras ella se contoneaba feliz y resuelta… ¡Qué creída y qué tonta! Le decían las otras, y ella andaba con la cabeza alta… ¡Orgullosa! Le dijo uno muy tuno, y se encendió como una rosa… Sin volver la mirada, se alejó cuesta arriba, mientras los chicos de la panda codeándose sonreían…


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