Esa agonía que tenías para hacerme tuya,
es la que apasionó mi desnudez, y ya no quiero otros placeres de mi entrega que
no sean para tu querer…Esas manos curiosas y tramposas son las que enamoraron
la piel de mi cuerpo, y ya no quiero otras que se escondan en las cercanías de
mis adentros…Esos ojos de mirar travieso y chispeante enamoró el paladar de mi pecho,
y ya no quiero amanecer en otros brazos que no sean para reflejarme en ellos… Esos labios carnosos y hambrientos, son los que acariciaron mi boca con
embeleso, y ya no quiero otros besos que no sean los de la seda de tu
terciopelo… Y por eso hoy me encuentro abatida, rota de dolor…deshecha por tu
olvido y el mío…Hay algo extraño en tu proceder que no logro entender…me da
mucho que pensar…Quizás te hayas enamoriscado de otra mujer, y no sepas qué
hacer conmigo por temor a perderme…Será porque nos deseas a las dos, aunque yo
sea la dueña de tu corazón…o… Te gustaría echar una canita al aire para poder
degustar otra manera de amar…Podría ser que sintieras esa atracción fatal por
alguna señora del mercado tradicional, de todo hay en la viña del Señor…o… Necesites
disfrutar de tu libertad para salir y entrar como tu madre te parió…pues… Eso
de estar atado a una mujer de por vida te ahoga y te asfixia…y… ¿sabes qué te
digo? Que te comprendo, que a mí también me ocurre lo mismo…pues…A veces me
encantaría poder deleitarme con otros besos y otros abrazos para saber a qué
saben… Llevas toda la vida queriéndote ir y cuánto más te alejas de mi, más
cerca te siento, que hasta oigo las quejas de tu lamento... esas lágrimas que
te salen del pecho, me las trae el aire del viento, y me cae como lluvia de
mayo sobre mi cuerpo enamorado...Me estás suplicando de rodillas un poco de
amor, preguntándome… ¿Por qué te quiero tanto vida mía...? ¿Qué es lo que me
has dado que te llevo conmigo a todos lados...? Y yo que te pienso, que no te
olvido y que te llevo en el sentimiento desde que me levanto hasta que me
acuesto, le pregunto al cielo suspirando… ¡Ay niño mío…! Estoy tan solita
andando por los caminos, ¿por qué no vienes a buscarme? Mira que te necesito,
que te quiero y ansío besar tus labios con mi boca de contrabando…pues…Estás
desafiando a la muerte del amor con esa manera de resurgir cuando me alejo de
ti…Los demonios de mi cuerpo me empujan a entregar mis besos a ese hombre, que
desde lejos, grita mi nombre con ansia y anhelo…Lo estoy leyendo en sus pensamientos
que se dejan caer por los rincones de mis desvelos… Tarde o temprano me
entregaré a él porque está loquito por mí y eso, amor mío, eso es lo que desata
todas las quimeras de mi apasionado corazón…A veces me confunden los
sentimientos, pues ni tú apareces y yo desaparezco, y como en un remolino de
intrigas y misterio me pierdo, pensando... ¿dónde estará ese perro que ni come
ni deja comer? De nuevo me encuentro sola, triste y apesadumbrada, sin saber qué
hacer ni qué pensar…Las dudas me acechan y me asaltan pensando que ya no me
quieres…que estás con otra…Casi me pervierten a serte infiel con cualquier tipo
que me mire bonito, me sonría alegre y camine junto a mí…pues…Necesito abrazo
ardiente de hombre enamorado que bese mis labios, y permanezca embelesado por
mis encantos…Que no mire a otra, que sienta deseo de mi cuerpo hasta que me
quede sin huesos…Con las canas al viento y surcada mi cara de arrugas por la
alegría de verlo…No me importará su andar lento, ni cansado su rostro si
permanece siempre agarrado de mis manos…Arranca ésta sensación amarga de mi
pecho viniendo a mi encuentro, amor mío, que tengo miedo de caer en la tentación
de tirar tus besos tras el acecho de los celos, y encontrarlos en otros labios…
Mira que se me agota la paciencia y se me acaban las disculpas hacia tu forma
de proceder…Mira que ya son muchas veces las que me están desquiciando tus escapadas
hacia otros lugares, donde no quisiera encontrarte con otra mujer…pues…Nada más
que pensarlo me entran ganas de irme con ese hombre, para que sepas lo que
duelen los malos pensamientos…Y por eso me hallo perdida entre precipicios y
barrancos, con la tormenta barruntando por todas partes, atronándome los oídos,
enturbiando mis sentimientos con la intensidad de los celos…Rayos y relámpagos
descargan sobre mí dudas y miedos, resplandeciendo en el cielo las iras de mi
veneno...¿Qué gané permaneciendo a tu lado? Dímelo, sí, sí, dímelo tú ya que me
amarraste a tu abrazo…o mejor tendría que preguntar… ¿Qué perdí? No me
escucha, no me comprende, no le interesa prestar atención a mis preguntas sin
responder…No le interesa, soy un misterio para él, sólo quiere robarme las
delicias de mis emociones para sentirlas en la piel de sus latidos… Tengo las
caricias de tus manos marcadas alrededor de mi cuerpo y me gané tu encierro… Gane
tus besos de fuego grabados en mi boca y en mi pecho… Me perdí tus noches de
velas porque me pensabas con el entrecejo maltrecho…Me perdí tus horas
desesperadas contando las horas para nuestro encuentro… Preso de mis deseos,
esclavo de mis delirios, ven pronto a mis brazos para enredarme entre ellos…que
si no llegas pronto me iré de estraperlo… Sabes que soy mujer de abrazo
compartido, de besos ardientes de hombre enamorado, caprichosa por naturaleza, romántica
empedernida de noches envueltas de pasión…y amante de aventuras locas sin
retorno ni regresión…infinitas…sin acabar… Y tú que me conoces tan bien, vienes
a por mis besos con el gesto descompuesto y lleno de miedo, reclamándolos con
urgencia y descaro…temiendo que mis gritos de placer los oiga ese hombre que me
espera tras la pared… y por eso…Cuando me ves, te lanzas con la mirada
descontrolada, me agarras y me arrastras hasta el infierno que envuelve tus ansias
desenfrenadas… y me comes la boca con la lengua desbaratada, despertando en mí
una agonía tan fuerte y tan viva, que caigo de rodillas al pajar de tu vida, y me
enredo en tus piernas como una serpiente, recorriendo cada tramo de tu piel con
el veneno de mi lengua viperina, desde los pies hasta tu boca…pero… Antes de
llegar a ella me quedo merodeando por cada recoveco de tu cuerpo, arrasando
contigo como si fueras mi enemigo, saboreando tu carne hasta que se atraviesa
la rabia de la perra que llevo escondida entre las piernas, y nos amamos con la
fuerza de los deseos…
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