Hay que ver
Dios mío lo mal que me encuentro. Soy una desgraciada por fuera y por dentro y
ya no sé si soy yo la culpable o es la vida que me tocó vivir, el caso es estoy
aquí escribiendo mis penalidades, las penas que me afectan al alma, ¿sabes? Soy
muy desdichada, me estoy perdiendo en un laberinto de pasiones y odios. No sé
qué hacer ni a qué atenerme, pero me siento desesperada. Estoy desperdiciando
mi vida….Me casé sin estar enamorada y ahora el tiempo me está pasando factura.
Señor mío, yo no soy mala, tan sólo una mujer enamorada, fíjate qué cosas me
ocurren, como se suele decir, a la vejez viruela… Yo no lo busqué, me lo
encontré y a pesar de que es quince años más joven que yo, mi corazón late cada
vez que se cruza por los pasillos del centro donde trabajo…Estoy atemorizada,
para qué no vamos a engañar, por eso te cuento, para desahogarme porque no sé a
quién recurrir, además me da tanta vergüenza decirle a alguien que me he
enamorado a mi edad. Estoy experimentando unas sensaciones que me desbordan el
alma. Es la primera ver que me siento arrebatada de pasión, y por eso me
avergüenzo. Son emociones tan de adolescentes, tan bonitas…Me casé por quitarme
de en medio. Éramos tantos en casa de mis padres comiendo, además estaba harta,
quería salir de allí, quería vestir mejor, quería volar…Y me casé y nos fuimos
a tierras lejanas donde mi marido ganaba mucho, la verdad es que fue la mejor
época de mi vida matrimonial, además nació nuestro primer hijo y entre unas
cosas y otras pasé los primeros años pletóricos de confort, donde las amistades
y la juventud no me dejaba ver en la trama que poco a poco me iba
envolviendo…Después la cosa empeoró y tuvimos que regresar a casa de mis
suegros porque no teníamos ni para comer, para colmo me quedé embarazada de mi
segundo hijo, menos mal que se colocó enseguida en una joyería y se hinchó de
ganar dinero, tanto era que podíamos
despilfarrar sin pensar jamás que algún día volvería a estar parado…Llegó la
crisis y otro hijo más…Ya han pasado los años, mis hijos son mayores y mi
marido lleva parado tanto tiempo que ni me acuerdo…Y mis hijos también están
parados, los tres, bueno al chico de vez en cuando le sale algo, pero poco…No
sé cuando empezamos a discutir, ni cuando lo dejé de querer, no lo sé, a veces
creo que nunca lo quise, tan sólo me dejé querer…Y por eso estoy aquí
malviviendo, porque esto no es vida para mí…De repente, a los sesenta años
cumplidos me llaman de la bolsa de trabajo y me ofrecen una sustitución de
limpiadora en un instituto, que aunque no es lo que me hubiera gustado hacer,
pues bueno, me reporta unos dineros que bien falta que nos hace, ya que en casa
hace mucha falta, y en éste momento, si no fuera por mí, no sé qué habría sido
de la familia…Me casé en una época en que la mujer no trabajaban tanto como
ahora. Yo sólo era un ama de casa, ¿sabes? Además nos fuimos a tierras
catalanas y allí estaba como una señorona. Francamente, en casa de mis padres
no me faltó nunca de nada y para ser sincera he sido bastante vagota para los
estudios. No sé qué pasaría por mi cabeza, pero era una holgazana de verdad,
además siempre me he creído una condesa. Me educaron para casarme y yo era vaga
a reventar. Siempre esperando que alguien me mantuviera, y mírame ahora, estoy
de limpiadora en un centro de alumnos, donde la mayoría son simpáticos, lo
mismo que los profesores tan agradables conmigo, pero mis compañeras de trabajo
me han cogido una manía…Siempre me están cuestionando. Me llaman señoritinga,
quizás no me dé yo cuenta y no me comporte muy bien con ellas…¡Ay Dios
mío! ¿Por qué me diste esta cabeza? Creo
que tendría que ir a un psicólogo, porque me encuentro en un mar de dudas… No
sé cuando empezó a beber, antes sólo eran los sábados, llegaba con una
borrachera, había unos escándalos en casa, unos gritos… fue entonces cuando
empecé a alejarme de él…Sólo quiero estar fuera de mi casa, no soporto a verlo
comer, no quiero ni que se le ocurra tocarme, ni siquiera rozarme la mano. Hace
ya mucho tiempo que vivimos en la misma casa pero cada uno en su vida
particular. Somos como dos desconocidos. Estamos separados por el pasillo, él
siempre viendo la tele en el salón, yo en el cuarto de matrimonio, que por
cierto de matrimonio no tiene nada. Nos equivocamos los dos. Yo no soy la mujer
adecuada para él ni él es mi hombre, y por eso, como lo sabe, le ha dado por
beber y bebe a rabiar y echa una peste…somos tan diferentes... a mi me pega más
un caballero no éste mamarracho, no puedo ni mirarlo…Es un bruto, me da asco,
no soporto el olor de su boca, no quiero ni pensar que pudiera besarlo, siento
tal rechazo hacia él que ya me está superando…Tengo lástima de mí porque me
acechan los años y sé que me voy a morir sin haber saboreado el amor de verdad
de hombre. Si, si, ese amor de mujer enamorada y ya ves los años que tengo…Yo
no sabía que me iba a enamorar a esta edad, fíjate, que me siento como una
quinceañera y con ganas de abrazarlo, de besar su boca y que me diga cosas
hermosas, no como éste tío que vive en casa conmigo que lo único que hace es insultarme.
Por la mañana me acompaña al trabajo porque es de noche y tengo miedo, y
durante todo el trayecto no para de descalificarme. A voces me llama torpe,
inútil y que no sirvo ni para la cama, y yo muy bajito le contesto que no sirvo
con él… entonces se pone echo un animal y grita más diciéndome que si no me
conviene que ahí está la puerta porque él de casa no se mueve, que es suya y
que yo no he puesto ni un p…duro…Los dos nos aguantamos, yo por asustona y él
porque con lo que le dan de ayuda, madre mía… y encima mis hijos parados… Mi
casa es un verdadero infierno, no sé qué hacer, el caso es que llevo ya dos
años limpiando unas aulas enormes, de altos techos y las escaleras tremendas,
¿quien me lo iba a decir a mí? Con lo señoritinga que soy, y claro eso es lo
que envidian de mi las tres compañeras, me cuestionan todo, si me arreglo, si
voy moderna, si me pinto, me dicen que ya somos unas viejas, pero yo me veo tan
juvenil aún y en éste momento de mi vida me siento más joven que nunca… Es la
primera vez que estoy sintiendo éstas emociones… Hay que ver, de repente tengo
un trabajo muy bien pagado y encima me he enamorado… Yo creía que eso sólo le
ocurría a las jóvenes y no, a mí también pero tengo tanto miedo. Antes era muy
tímida, iba por la calle casi desapercibida, sentía vergüenza por todo y ahora
cuando voy caminando hasta me echan piropos y me dicen guapa y se me ha subido
la moral…Este hombre me habla bonito…Siempre me dice lo preciosa que llego, lo
linda que estoy y se dirige a mí con una
educación… Algunas mañanas me trae una flor y eso si que me llega al alma…Me
gustaría saborear sus besos y abrazos, aunque es mucho más joven que yo…Me
atrae mucho, me encantaría pasear de la mano, que me llevara a un hotel y
acostarme con él, pero tengo tanto miedo a no gustarle, porque una cosa es que
me vea vestida y arreglada y otra desnuda, además si mi marido se enterara me
mataría… por eso jamás lo podría hacer y sé que me moriré porque para colmo ni
siquiera me puedo separar de él porque, ¿a dónde me voy a ir? ¿Bajo un puente?
Y por eso estamos así en la casa, dos extraños que se cruzan en el pasillo, que
por interés vivimos bajo el mismo techo y mi vida desperdiciada…
lunes, 27 de octubre de 2014
martes, 21 de octubre de 2014
ÉCHAME DE MENOS.- (MICRORRELATO)
Y esos
besos atenazados que me diste el otro día, los llevo desgarrado en mi boca
desde que te desvelé mi secreto, porque me obligaste a ello, fíjate cómo me
mirarías que me lo sacaste sin decírtelo vida mía, que me lo arrancaste de las
lágrimas que rodaron por mis mejillas. Presentías que algo malo te contaría, y
ahora tengo el alma partida, destrozada…Y te lo conté, ¡vaya que sí! Y lo único
que escuchaste es que mis piernas rodearon su cintura, y que sintió el
triángulo de las bermudas. Y por eso ya ni me miras ni me buscas, como si no me
quisieras o es que tienes miedo de lo que he sido capaz de hacer, que te
imaginas los suspiros que salieron de mi pecho cuando me abrazaba rodeándome el
cuello…Y de sus besos…Los mismos besos que te di intercambiándose por los que
le he dado a él antes del alba…o quizás es que te has enfadado cuando me lo
callé por no hacerte más daño…Te dije que salí corriendo, que no hice nada,
pero tú sigues insistiendo y ahora te has atrincherado dentro de tus maltrechos
pensamientos. Te corroe la rabia por dentro y eso que no querías saberlo, menos
mal que sólo te he contado un tercio, pero no te conformas con eso, que quieres
saber hasta los mohines de mis gestos, la alegría de mi risa y la reacción de
su cuerpo cuando lo atrapé por la cintura, ¡vaya que sí! que me doy cuenta de
los entresijos de tu cerebro…Y esa mirada tuya que me habla sin palabras, esa
mirada de asombro cuando me ves pasar, esa mirada es la me trae y me lleva,
porque sin ni siquiera pronunciarla, me dice lo que encierras tras las
tinieblas de tus noches en vela...Que me deseas y que te encantaría besarme a
lo bestia, a lo salvaje y a lo que sea…No, a lo que sea no, sino a esa mujer de
los pies a la cabeza, toda llena de sensualidad, ardiente y fresca...o a la
vampiresa esa…esa que sacas de la esencia femenina cuando enloquece y coquetea
con tu pervertida elocuencia… Porque esa mirada tuya atrapa la pasión
desenfrenada de la mujer enamorada, si, esa loca aventurera que se atreve y se
arriesga…Si, la que se arriesga con cada tiento del camino cuando me encuentro
contigo, y ahora que no te veo tengo miedo, fíjate amor mío, cómo será éste
sentir ciego que te tengo, que a veces me asaltan las dudas de pensar que a
otra mujer le mires el trasero…Échame de menos, mi amor, échame de menos…No
vayas a pensar que la cosa está segura y hecha, porque la cosa hecha está
muerta. No me conformo con la seguridad de la pareja, sino, que quiero
despertar todavía y entretanto, esa susurrante agonía cuando me entrego loca
perdida…me muero, me muero...sin ti muero…y veo esa llama de fuego en tu
mirada, como si estuvieras hechizado, embrujado…y loco, siempre buscándome como
un loco, con los ojos fuera de órbitas, ¡vaya que sí! Que me gustan los hombres
enamorados y un poco celosos…Me gusta que estés pendiente de un hilo, en vilo,
latente, inseguro, con temor a perderme, porque si ya me tienes, si piensas que
la cosa ya está hecha, la pasión se pierde entre mares, y sería como si me
desearas menos. Me enamoré de ti por la pasión que emanaba de tu cuerpo. Ese
mirar interrogante, siempre a flor de piel… Así es como me gusta vivir cada
día, como si empezaras a conquistarme de nuevo y tuvieras que hacerme la ronda.
Si, como cuando me vistes por primera vez. No quiero la tranquilidad de la cosa
hecha, como si ya hubieras llegado a la meta, no, no, que la meta es el final
de todas las aventuras y aquí hay mucho que despertar todavía… Te dije que salí
pitando, que me reía y lo único que se te ha metido en la cabeza, es que lo
atenacé con mis piernas, y que me rozó con el pirineo aragonés ¿qué más te da
si no lo dejé entrar? Échame de menos y búscame por cada rincón del universo.
Reacciona mi amor y no te quedes quieto metido en tu encierro como mecha
ardiendo. No pienses, no digas nada, no me preguntes más y búscame por cada
rincón de la ciudad, no vaya a ser que se te revuelvan las tripas por dentro
del miedo de no saber dónde estoy, si cerca o lejos, fíjate de qué manera
quiero que me eches de menos. Toda una vida queriéndote ya es mucho querer para
no saber que te siento como serpiente a veneno, como agua a fuego y como
demonio a su infierno, ¡vaya que sí! porque yo a ti te deseo ¿sabes? ¡Pero con
deseo de comerte desde mis adentros! Échame de menos mi amor, no creas que vas
a tenerme a tu lado siempre, esperándote, y cuando se te antoje verme, ni que
la cosa ya está bien atada, segura y hecha, ¡ni siquiera eso! Que la cosa hecha
está ya muerta, y hasta los muertos que están bajo tierra se desgarran
aclamando…¡Ten cuidado con mis hijos, no me los dejes abandonados…! Y se
levantan gritando pidiendo justicia, que hay días que caminando por la calle
siento el aliento persiguiéndome por el aire, y se me sube por los hombros, y
me recorre las espaldas y en el oído me dice... ¡Ten cuidado de los míos... no
me lo dejes abandonado…! Y me entran unos escalofríos que hasta vuelvo la
cabeza mirando por todas partes y sólo siento que me soplan, me soplan la
melena porque se me va volando, volando…¡fíjate si no estará tan muerta esa cosa
hecha! Y salgo corriendo, como alma que lleva el diablo del miedo que me invade
la columna vertebral…No me dejes tirada, no me abandones a la tranquilidad de
lo seguro y atado, a la cosa hecha, que la cosa hecha está ya muerta… No te
duermas en los laureles como tantos hombres hacen con sus mujeres, que me
gustan los amores ciegos, vaya a ser que te olvide y me tire por la calle del
infierno…
lunes, 13 de octubre de 2014
EN EL VAIVÉN DE LAS OLAS.- (MICRORRELATO)
Y
ahora estoy aquí dándole mil vueltas a la cabeza, no sé ni cómo empezar, tengo
tanto miedo a tu reacción. Si, porque esto es muy fuerte, demasiado feo y
pecaminoso pero sé que tarde o temprano tendrás que saber. Para mí es un sin
vivir tenerlo tan guardado, no me gusta tener secretos contigo, fíjate, qué
tontería, siempre había pensado que a los hombres sólo había que contarles la
mitad de lo que nos sucede en la vida real…Hoy voy a confesarte algo que hice
mal, seguro que cuando lo sepas me dejarás tirada, lo sé, es muy grave pero
tarde o temprano te lo tendré que contar…Me dijiste que te había embrujado y
que no podías borrarme del pensamiento, y eso me asustó más pensando que tarde
o temprano tendría un final infernal, y por eso te dejé marchar como si fueran
las olas del mar, porque las olas no se las pueden sujetar, se van solas y sin
mirar atrás...Yo soy la ola…Si soy como una ola que se deja mecer en calma. Mis
sentimientos van a la deriva del vaivén que se pierden en alta mar, donde se
arremolinan en un torbellino de corrientes continuas, arrastrándome siempre a
la misma orilla. Si, allí donde tus besos acarician mi cuerpo como si fueran
los rayos del sol…Esos besos y abrazos que me diste ayer cuando nos encontramos
de nuevo…hacía tanto tiempo que no te veía… porque yo estaba huyendo de ti,
¿sabes? Tenía miedo de encontrarte mi amor…Tengo tanto miedo de confesarte lo
que he hecho, que no quiero ni mirarte a los ojos…Apenas puedo expresar tantos
sentimientos contradictorios que me llevan a cometer mil locuras, pues no
quisiera caer en la rutina que deterioran las relaciones esas tan bellas y
estrambóticas que se leen en las novelas de amor...Me siento como la
protagonista de un clásico, ¿te enteras? He leído tantos libros que mi cabeza
se ha llenado de mil pájaros volando y volando y ya de por sí rechaza todo lo
mediocre y cotidiano. No quisiera basar mi vida en algo común y corriente, sólo
en una interminable aventura romántica donde las pasiones siempre están a flor
de piel…Será que necesite continuamente esos besos apasionados y arrebatos de
locura para seguir viviendo…sin más…Quizás será la edad…A veces tengo tanto
miedo de descubrir hasta dónde soy capaz de llegar, es como un reto al azar que
siempre está ahí provocándome a ir más allá... Si, si, atravesar la línea de la
moralidad, del buen hacer, del recato, de la honestidad, porque, ¿cómo voy a
saber qué sería de mi si tu me dejaras ir? Si es un amor sincero y no un
rollete de primavera...o más bien de otoño…Te echaste a mi cuello como un
vampiro, ¡vaya que sí! que hasta me hincaste los dientes y de entusiasmo casi
muero, porque es verdad que te quiero como agua a fuego… Me apretaste tanto y
tan hacia tu pecho que temí perderme para tus adentros…como si te atravesara el
cuerpo… Hasta se me han quedado pegados a la piel cada soplo de tus besos, mi
amor, fíjate cómo serían de intensos que parece que aún los tengo susurrándome
por el cuello…Te llevo siempre en mis sentimientos, como si aún no te hubieras
ido nunca de mi lado, y por eso tengo tanto miedo de que llegue el momento de
que te cuente mi secreto y me digas adiós…Y por eso te dejé marchar…Me
encuentro de nuevo caminando por calles y avenidas, tranquila y feliz, ¡vaya
que sí! Que no te necesito para seguir mi vida tal cual amigo mío…Hace tanto
tiempo que no estoy contigo que me veo y me deseo para seguir viviendo cada
paso del camino… Y éste hombre que me sigue al lado, que no para de mirarme
como tu, con los ojos llenos de fuego… será eso por lo que vamos casi de las
manos rozando…En los lugares oscuros me atrae hacia sí y me acaricia la espalda
y me gusta, ¿sabes? me gusta bastante…me entra un cosquilleo por el cuerpo…Es
más joven que yo, le llevo casi veinte años, y aún no sé por qué me persigue, debe
ser que le atraen las mujeres mayores…Y por eso me lo llevé a la cama, ¡vaya
que sí! que me lo comí a besos antes de que le diera tiempo a reaccionar, y
cuando llegamos a la puerta de su casa, me agarró por la cintura y me encaramé
con mis piernas atenazándole la cintura, y empezó a darme vueltas por la sala,
lo mismo que en las películas de amor…¡Cómo me gusta a mí esos arrebatos locos
de pasión! ¡Me encantan! Me gustan a rabiar…Será que aún no he crecido lo
suficiente, me quedé en la adolescencia…debo parecer ridícula... pero al mismo
tiempo me sentía feliz y contenta…Luego empezó a desnudarse y con la prisa del
arrebato, casi se tropieza y se cae… parecía algo nervioso… mientras yo
indecisa, lo único que me preocupaba era que apagara la luz…Temía no gustarle,
pero por su expresión supe que aquello que veía sí que le gustó, y mucho porque
estaba loco por echarse en lo alto mía…entrecerró un poco las persianas y fue
cuando se dió la vuelta lo vi entero y entregado…Estaba delante de mi, desnudo,
guapo como ninguno, alto y ancho de espaldas, con unos brazos exagerados de
musculoso, era como un dios, todo rasurado perdido, ni una pelusa en ese
cuerpazo tan perfecto, ¡por Dios! Aquello parecía una mesa brillante de billar,
tan sólo faltaba que yo me pusiera a jugar con el taco y las bolas…No, lo
siento, no es que me gusten los hombres osos, ni gorilas, ni nada de eso, no,
pero donde esté un hombre con pelos en el pecho... ¡me encantan esos ricitos
asomando por ahí! Lo encuentro tan varonil… y éste muchacho tan lindo, tan
bello… ¡me cachis en la mar!…No sabía si darle un cachete en las nalgas o
ponerle un pañal en ese culito pelado, pero me dio una risa…tanto me reí que mi
joven amigo se descompuso de tal manera que se vino abajo como una gominola…
Recogí mis cosas y salí pitando de allí, ja, ja, ja…
jueves, 9 de octubre de 2014
TE DEJÉ MARCHAR.- (MICRORRELATO)
Me pierdo
por calles y callejuelas, sin mirar a nadie, tan sólo el recuerdo y la gran
avenida delante…Tenía que alejarme de ti y lo hice, aún sabiendo el dolor que
te causaría mi amor, hasta que te cansaste y me dejaste. Me abandonaste y ahora
soy yo la que te busco por todas partes sin encontrarte, fíjate, no hay quien
entienda ésta cabeza loca que tengo, siempre queriéndote llevar a mi terreno
como si fueras un perro. Reconozco que ya debes estar harto y te alejas, quizás
hasta te pierda…Caminando estoy por todo el centro de la ciudad, si, allí donde
me entremezclo con la gente para poderte olvidar…No quiero quedarme en casa encerrada entre cuatro paredes, comiéndome la cabeza pensando en ti, viendo las
horas pasar sin oír el teléfono ni el móvil, ni siquiera un guasá o como se
llame ese nuevo estilo de mensaje, con un simple hola nada más…Me niego a ser
la esclava de mis miedos. Me niego a espiarte asomada a la ventana, fumando
como una energúmena, tan sólo para ver si te veo o no te veo, mientras las
colillas de amontonan en el cenicero…Me niego a perder más tiempo entre éstas
teclas traicioneras, ni entrever cómo me acechan los celos... Serena y en paz,
me detengo ante escaparates y edificios preciosos. Mi vida se transforma en un
libre caminar, llegando el aire fresco a mis pulmones, dejando mi mente volar,
sintiéndome cada día más tranquila y libre. Me gusta mi libertad, no me quiero
atar a nadie que me obligue a estar siempre pendiente, como si ya no tuviera
voluntad… Por eso te dejé marchar. Ya no podía seguir queriéndote como la
última vez, esa tan desesperada y desencajada como cuando se tiene tanto miedo
del tiempo al acecho de cualquiera…En cambio me gusta a la par seguir
así…pendiente de un hilo…Me gusta perderme entre la gente, mezclarme entre
ellos por las grandes avenidas de la ciudad, que sin querer poco a poco voy
reconociendo algún rostro, caras desconocidas, hasta me sonríen al pasar… Los
hombres me miran con expresiones de admiración y eso me gusta, soy tan
coqueta…me encanta que me miren y me encanta gustar, ya lo ves, hasta los
jóvenes observan mis andares como diciendo…¡qué bella mujer! y me dan ganas de
irme con alguno, ¡vaya que sí! que a veces tengo ansiedad de saber cómo son
otros besos que no sean los tuyos y siento miedo…Una tarde un muchacho me miró
muy fijamente a los ojos y me dijo: ¡Guapa, qué guapa eres! Y al otro día
también sabes, y al tercero lo dejé caminar tras de mi como si fuera mi sombra
y cuando empezó a oscurecer se colocó a mi lado, y lo dejé estar… no le dije
nada… Quería besarlo, quería que me arrastrara hacia la oscuridad y perderme en
su abrazo… Deseaba sentir su cuerpo rozando el mío…tenía ganas de hacerte daño,
de vengarme de ti…Los semáforos me detienen y los automovilistas pasan
echándome una ojeada llenita de picardía, lo sé y me gusta demasiado… Si, sí,
me gusta despertar miradas apasionadas en los hombres, siempre me ha gustado,
quizás esa coquetería femenina que aún no se ha despegado de mí, como si
tuviera veinte años, fíjate qué cosas se me meten en la cabeza… Seguramente
sean fantasías mías, pero me atrae la idea y hasta me revolotean alitas de
mariposas en el estómago y me cosquillean por el pecho…Es una sensación tan
prodigiosa que me hace sentir poderosa, como si fuera la dueña del mundo, y una
risilla irónica asoma a mi cara, lo sé por la mirada de algunos jóvenes…casi me
incitan a pecar…a querer llevármelos a mi terreno y hacer lo que quiera con su
cuerpo…hay días que me siento irresistible…¡menuda paradoja! Los hombres de mi
edad soñando con estar con jovencitas y los jovencitos mirando a una mujer
madura como yo…y en éste momento de mi vida, sé que puedo tan sólo con un
pestañeo...Como aquél legionario…cada vez que me acuerdo… Reconozco que me
pirran los uniformes, me pierden…me gustan a rabiar…Me encanta ver desfilar a
los soldados, me ponen a cien…Es un secreto que nunca he desvelado a nadie, no
sé por qué, pensaba que tenía que ocultarlo para que nadie creyera que tenía
una mente libidinosa, que era una mujer mala, si esas de casas de
citas…¡fíjate, qué tontería…! Estoy segura que más de una se vuelve loca por un
uniforme…Hemos estado tan reprimidas las mujeres de mi generación, si, si,
incluso con nuestras propias parejas nos ha dado siempre un corte decirles los que
queremos, unas vergüenzas…a lo mejor a los hombres les haya sucedido lo mismo o
es que son algo torpes y no lo quieran reconocer, bueno, eso es lo que se
masculla entre dientes a través de los ecos de la sociedad…y fíjate en mí…creo
que soy una desvergonzada y más si te enteras de algo que siempre he tenido
mucho miedo de contarte…pero tarde o temprano tendré que confesarte…quizás
mañana…
domingo, 5 de octubre de 2014
HOY TENGO GANAS DE TI.- (MICRORRELATO)
Buscándote
me perdí y cuando te encontré te eché, ¡vaya que sí! Tenía miedo de ti, de que
algún día te cansaras de mí, ya ves, son éstos celos traicioneros que me
amargan la existencia cuando menos lo espero, y tan sólo de pensar que en algún
momento me dejaras de mirar con deseo, se me salen todos los demonios del
cuerpo. Tengo miedo que desaparezcan los besos que me entregas cada vez que te
veo desde lejos, si esos besos llenitos de malos pensamientos cuando me miras a
la boca, y me llamas loca, loca, eres mi loca…Quizás sea la coquetería o la
vanidad femenina la que me hace ver más allá de la realidad y tema perder toda
la pasión que se siente cuando una está enamorada... Te quise desde el primer
momento, fíjate, y aún te deseo, pero al mismo tiempo no quiero seguir con éste
juego. Me esperaste en la esquina de siempre y cuando me viste pasar, me
seguiste, lo sé porque te estuve observando de reojo, pero ya estaba dispuesta
a liquidarte, a quitarte de en medio y seguir mi camino. Me agobias demasiado y
me haces sentir prisionera de los sentimientos éstos tan contradictorios. Me
embargan de alguna manera, no ya de deseo hacia tu persona, sino como de
lástima y eso me hace muy desgraciada. Ya no quiero ser tu esclava, ni estar a
cada minuto que pasas pensando si te veo o no te veo, o si me voy contigo o me
quedo rumiando por dentro. Es como si no viviera mi tiempo, y mi tiempo es la
única vida que tengo. Lo sabes mi amor, sabes perfectamente que me gusta
disfrutar de mi libertad y estar contigo tan sólo cuando me lo pide el cuerpo,
ya ves, ahora soy yo la que decide, antes lo eras tu, si, si, tu, eras mi dueño y
a veces me hacías sentir como si te estuviera pidiendo limosna…¡cuánto he
aprendido contigo! Además de tener paciencia, fíjate en lo que te digo, que aún
sabiendo lo que me duele el no estar contigo, me siento afortunada de haber
vencido estos miedos míos…Me vistes pasar por la calle y corriste tras de mí
como un loco, con los ojos desorbitados y unas ojeras, pobrecito, seguramente
que llevabas días sin dormir tranquilo… ¿crees que no sé de qué hablo? ¡Vaya
que lo sé! Que me he tirado días y semanas así, ¡sin pegar ojo! Pensando unas
cosas horrorosas y con unos pinchazos entre el pecho y estómago que no podía ni
respirar, me ahogaba de dolor, como si quisiera morir…Y ahora, fíjate cómo han
cambiado las tornas…Te acercaste a mí y con la voz temblorosa me preguntaste.-
¿Ya no quieres saber de mí? - ¡Dios mío, claro que sí! - ¡Menuda hipócrita! –
Lo tenía todo planificado y calculado. Estaba decidida a abandonarte y dejarte
marchar. ¡Cuánto daño te he causado! Por el camino te dije que te quería con
toda mi alma pero que tenía mucho miedo. Te metí un royo… Sé que no me creíste,
nunca me crees, estás tan poseído de ti mismo y eres tan egoísta que mis
sentimientos te importan un bledo. Sólo piensas en que me quieres y que soy
tuya hasta la muerte, me lo dijiste una vez, ¿te acuerdas? También me dijiste
que si me vieras con otro me matarías…Y yo venga hablar sola, con la pared.-
Tengo miedo, compréndelo.- Y me seguiste
en el empeño de una confirmación para vernos. No eres hombre que se rinda a la
primera, ni a la última porque ahora sé que aún estás ahí, si, lo sé, lo que
ocurre es que estás dándole idea a otra forma de atraerme. Quieres llamar mi
atención y por eso te estás alejando cada día más, para que me duela éste no
estar contigo y no te vea…Ya me está doliendo el no verte. Al final siempre te
sales con la tuya y me da una rabia…El otro día te vi pasar y te hice señas para
poderte besar y saliste por piernas, ¡anda que no! Me di cuenta enseguida, que
te escondiste, fíjate si te ha dolido mi indiferencia, que ahora te estás
haciendo el interesante y tratas por todos los medios de darme celos, y los
tengo, ¡vaya que sí! que tengo unos celos tremendos, ¡qué tonta soy! Siempre
caigo en tus redes. Me haces pensar que estás con otra para que yo me revele y
actúe, que corra como una loca y me entregue a tus brazos, siempre deseando de
darme toda esa pasión que retienes en tu pecho para mí, siempre para mí… Sé que
soy una caprichosa y que ya te has hartado de mis juegos… ahora te quiero,
ahora no, ahora si…y tienes tu orgullo, lo sé…Y por eso estoy aquí meditando
sola, llorando palabras al viento sobre unas teclas que desesperan mis dedos,
tan acostumbradas como están a que las acaricie, a que les queme con el fuego
que me quema por dentro. Casi me avergüenzo de los pensamientos que tengo, que
arrasan por donde camino, provocándome a pecar con cualquier desconocido… Es de
la misma rabia que tengo tan solo al pensar que tus labios pudiera a otra
besar…Ganitas me dan hasta de matar, me salen unos demonios que las frases
salen de mi pensamiento como diciendo… Venga, no pasa nada, tan sólo es un
chute sin importancia…Ya lo ves mi amor, qué malas ideas me vienen a la cabeza
que necesito venganza…Hoy tengo ganas de ti, ¡vaya que sí! que tengo ganas de
comerte a besos, de hartarme de ellos y darme un atracón con tu cuerpo… Hoy
quería estar contigo de nuevo y sentir tus brazos rodearme el cuello… será que
echo de menos nuestros encuentros, esos que nosotros sabemos sin buscarnos
siquiera, tan sólo la impaciente espera de la que desespera…
Suscribirse a:
Entradas (Atom)