jueves, 27 de octubre de 2022

EN LA HOGUERA DE LOS INFIERNOS.- (MICRORRELATO)

 No sé porqué lo añoro tanto, si fui yo la que decidió acabar con la relación. Una relación que no tenía por donde cogerla, y después de estar disfrutando de la libertad de mis emociones, de repente me encuentro debatiendo con la propia naturaleza, del porqué no se va de mi cabeza, y por eso…La ira corrompe mis propios sentimientos como si ellos fueran culpables de tanta controversia…Vivo en una constante lucha entre la moralidad del alma y el libertinaje de mi cuerpo, que desesperado está, por…Esa caricia sexual que alienta el desenfreno carnal, y…Ahora que no te tengo pegado a mis huesos, te echo de menos, pero…No sufro por ello aunque persista su recuerdo…Pensativa y concluyente, me paro a beber agua de la fuente, auto convenciéndome de que había optado por la mejor solución, ya que demasiado sexo compartido dispara los sentidos, y tú que todavía no te has enterado, me llamas suplicante con las voces de los amantes…Siento la ausencia de tus besos en mis labios, que enojados añoran tiempos lejanos, donde como dos ladronzuelos ebrios de rebeldía, un día se entregaron a los juegos prohibidos de los caprichos del destino…Apenas puedo seguir con esta vida que me tocó vivir…Las fuerzas me flaquean pensando en ti…Las caricias del pasado vuelven a resurgir con tus gritos reclamando mis gemidos, que aferrado a tu cuerpo, te retorcías de pasión, y noche tras noche me atrapan en los sueños avivando el fuego de los recuerdos, como si fueran las garras de una fiera enjaulada…En la jaula de su mente vivo sin alas para volar, y como un demonio rugue en su interior sabiéndome libre sin su amor…Sé que sufres cuando ves pasar el tiempo sin saber de mí…Sé de tu pena y sé que en la soledad de tu cama, me buscas abrazado a tu almohada, y yo mientras tanto…Muerdo mi lengua acallando tu nombre para que no se me quiebre la voz cuando te recuerdo, y por eso…Vivo en una constante incertidumbre pensando si echándote de mi vida hice mal o hice bien, y tú sólo preguntas al aire…¿Porqué, porqué, porqué? Quizás me precipité…Quizás me dejé llevar por el deseo de doblegar los sentimientos al mundo real, donde sólo existía la fantasía sexual…pues…Eran dos aventureros viajando en un tren sin rumbo directo al infierno…Un infierno que arde dentro de mi cabeza luchando contra ese demonio que dejaste olvidado entre mis piernas, donde un día eché el candado para que no puedas avivar el fuego que prendiste en ellas, y…Ahora ese fuego te arde en la cabeza buscando la llave para entrar de nuevo en ellas, y yo que sigo escuchando tu llanto airado, me pierdo por rincones oscuros para que no encuentres el candado…Tanto sexo compartido con la llama de tus besos naufragaron en la lumbre de los versos regalados…Hay un tormento buscando aliento en las huellas de los recuerdos…Susurros escondidos suspiran entre sábanas gritando su nombre con lágrimas y gemidos, y…Tú que estás poseído por la fuerza huracanada de tus apasionadas caricias, regresas con la mirada furtiva y la boca encendida, sabiendo que jamás podré arrancarte de mi vida, porque…Nunca desaparecí del todo, tan sólo te aparté de mi camino para despojarme de los tientos que tuvieron los caprichos del destino, que sin poderlo evitar, se aferraron a mi cuerpo con la delicia de la carne, esclavizándome de por vida a los juegos prohibidos, que adicta a tus besos, avivaron el fuego en la hoguera de los infiernos

martes, 4 de octubre de 2022

COMO UNA PARODIA DEL DESTINO.- (MICRORRELATO)

Había quedado que nos veríamos al día siguiente, pero…Algo en mi interior me impedía acudir a la cita…Era como si un ánima errante se dedicara a esparcir los temores del alba alrededor de mi cuerpo, y desde entonces no vivo, si no que muero de amor por ti…¿Qué está pasando conmigo? ¿Quién anda ahí? ¿Por qué me hago tantas preguntas? Hay una lágrima huidiza que grita tu nombre que no te ha olvidado…Quizás fueron los besos que me diste de improviso y se quedaron prendidos en mis labios…pues...Una vez oí decir por ahí que lo que enamora a una mujer son los hombres que besan bien, y tú, ¡madre mía de mi vida…! Tú eres un profesional en el arte del besar, pero…Hace tiempo que me siento como una intrusa en su vida, y por eso…Le dije que ya no quería volver…Se quedó sin palabras, no se esperaba mi reacción...Se marchó, aunque en el fondo sabía que jamás se daría por vencido…Mientras me alejaba, no paraba de cavilar buscando la verdadera causa de dicha determinación…Nunca me hizo partícipe de su entorno familiar, no sabía donde trabajaba, jamás me hablaba de sus planes…Eso era terreno vetado para mí, y cuando le preguntaba alguna cosilla, la única frase que salía de su boca era que me amaba y no había más que añadir, y yo…Como una autómata lo seguía hasta las mismísimas puertas del infierno…Ese infierno en el cual vivía encerrada en su pecho…De repente algo inexplicable ocurrió, y una mañana como por encanto reaccioné…Era él o yo, no estaba dispuesta a seguirle el juego…pues…Cada vez que lo veía de frente, se me aceleraba el corazón aturdiéndome la razón, de tal manera, que no sabía qué hacer...Opté por ignorarlo para que no me llevara a su terreno, no sé si por mi culpa que no quería enfrentarme a la realidad, o porque nunca se daba por vencido…Quizás lo llamaba con el pensamiento, porque en aquellos momentos de mi vida era como una inyección de adrenalina para mis sentimientos…Una euforia permanente e inmortal me envanecía…Podría ser ese egocentrismo natural que tenemos algunas mujeres inmaduras para seguir soñando con príncipes azules…pues…A veces sentía añoranza de aquellos maravillosos años donde me creía la reina del mambo, y por eso…Lo deseaba con tal intensidad, que sin poderlo evitar, acudía a mi encuentro para poderme besar, y yo…No oponía resistencia cuando se acercaba como lobo hambriento en busca de carnaza, hasta que en una mordida sangrante, algo rebotó dentro de la razón…Fue justo, cuando en un encuentro furtivo, me abrazó con fuerzas susurrándome al oído…Jamás renunciaré a ti…Una vida entre tinieblas se cernió sobre mí, imaginando un futuro lleno de incertidumbres…Tenemos que dejar de vernos, respondí…¡Eso nunca! Dime y contéstame la verdad, ¿tan mal ves nuestra relación? ¿Tan fea la ves? Apenas podía hablar, por lo que siguió…Si tan horrorosa te parecía, ¿por qué has estado tanto tiempo conmigo? ¿Qué pasa, que te remuerde la conciencia ahora? Lo miré a los ojos segura y decidida…Antes no me daba cuenta de nada, ni me hacía a la idea de perderte, pero…Ahora he sentido en mis propias carnes que…No se pierde lo que nunca se ha tenido…Fui una pasajera del tiempo lidiando con las inquietudes de la vida, dejándome arrastrar por las solicitudes de la ansiedad en una aventura carnal…pues…Aquella aventura fue como una parodia del destino con la que no me quisiera enfrentar…