Te quiero, te amo, grita mi nombre en tu boca llamándome loca, tú eres mi loca…Escúchame bien, pega tus oídos al grito apasionado de mi pecho y apiádate de éste loco corazón…Sal de ese caparazón que no te protege. Llora, muéstrate tal cual, no te avergüences de ser como un niño buscándome. Se valiente y di que estás enamorado de la loca, grítalo que eso no es malo, es bueno y libera toda boca reprimida…¿Dónde estarán aquellos besos ardientes y hermosos? Se quedaron en el rescate del amor quemándose con el fuego de tu pasión...¡pobre de mí! Ahora ni aguas mil... tan sólo mis lágrimas como lluvia de abril...Te colaste como un pasajero en mis sueños, una quimera, una ilusión…Una aventura más de la vida que me trae y me lleva en la armonía de cada día, cuando a la realidad sucumbe y despierta...¿dónde estarán aquellos besos prohibidos, lentos y revoltosos? Se quedaron en la oscuridad de la noche mientras dormías... ¡Besos del alma mía, cómo me gustan todavía! Dámelos todos antes de que amanezca el día… Sé que estás ahí, triste, apagado, solo y casi desnudo ante tu dolor, te encuentras en una tesitura que no te deja vivir. Te estás consumiendo poco a poco, pues lo único que quieres es tener tus besos, ¡los míos! Esos que nos damos a escondidas del mundo y que nos hace ser libres de todos los prejuicios que tenemos dentro de nuestra alma, que nos domina y nos atrapa en un espejismo de eterna juventud…Tienes tanto miedo al corazón que obedeces las órdenes de tu razonamiento para no rendirte ante mí…Lo único que quieres es tenerme bajo el yugo de tu voz y mando, reclamando tus caricias, las mías, aterciopelando todos los sentidos de tu cuerpo. Esas palabras ardientes y locas que traspasan tu pecho en un aire fresco de locura, y que tanto te gusta porque me entrego llena de deseo, ahogándome entre suspiros ansiosos de furia y frenesí, derrotada y rendida ante ti…Besos de contrabando, a escondidas del mundo, acelerados, palpitando a mil y que tenemos dentro de nuestra alma, que nos domina y nos atrapa en una encrucijada infernal…Pero no, tú sigues como si todo fuera viento en popa, ¡mientes! Mientes continuamente es un estado superfluo de desmedida risa pintada en la cara cuando por casualidad nos cruzamos sin querer, o es que tú sabías ya de antemano que me ibas a encontrar…Somos iguales, ya ves, siempre me lo has dicho, pero es tanto como me quieres retener para ti en el momento que te lo pide el cuerpo, que las mismas ansias te superan agónicamente dejándote el gesto de la cara maltrecha, fíjate cómo te conozco que aún sin verte te imagino en tu casa cómodamente sentado viendo la tele, pero con todas las facciones tensas de pena y dolor…Un vacío te recorre el estómago y apenas tienes apetito. Lo sé, me lo dice la mente, esta mente unida a la tuya que sin proponérmelo siquiera sé que estamos comunicado por ese hilo ardiente y lleno de loca pasión…Me llamas a voces gritando mi nombre en el silencio de la noche, me lo dicen esos duendecillos traviesos que pululan alrededor y me están susurrando al oído…Te quiero corazón…Así de tierno eres cuando ya no puedes con el deseo que te hierve la sangre por dentro, ahogándote con la soga de tus miedos…Temes perderme, como siempre temes, por mucho que quieras olvidarme ahí dentro me tienes, como la sangre que recorre tus venas y sin ella te mueres…Ya estoy harta de ti…Me cansé de fingir, me cansé de esperar, me cansé de ti…Es una lucha sin fin, donde no hay ni ganador ni perdedor, tan sólo ese tonto estilo tuyo de un sinvivir, como si luchar en la batalla interminable de tus sentimientos resolviera tus problemas…Tantos miedos, tantos besos reprimidos, tanto dolor en mi alma…Hombre que no me quiera bien, alas para tus pies…Vuela, eres libre, escapa, huye…No me escuchas, no me haces caso porque sabes que tu libertad será la prisión de tu alma. Estarás encadenado a tus dudas, a tus miedos y a tu incertidumbre. Tienes una olla a presión en tu pecho a punto de explotar. Aún no te has dado cuenta de lo fuerte que soy, y ese candado que le has echado a tu mente yo lo abriré con la llave de la fantasía, escribiendo la historia como me gustaría que fuera manejando las palabras al acomodo de mi alma, pues no es más feliz quien despierta a la realidad, sino el que sueña jugando con las letras…¡Vengan las palabras bellas a mi cabeza! Las quiero brillante como las estrellas y ardientes como el fuego que me abrasa, ese fuego del infierno que llevamos todos dentro… ¡Vengan las palabras a mi boca que yo le pintaré alas! Alas, alas para mi lapicero…Es una quimera, una ilusión…Me he acomodado a la armonía del sinvivir…Ya no sabes qué hacer. No sabes cómo llamar mi atención, dándome a entender que sin mí puedes vivir…¿a quién querrás engañar? Eres un títere de tus propias mentiras. Estás en un laberinto de pasiones donde la duda no te deja estar en paz y por eso te presentas cada día frente a mí para que vea la cara de felicidad que tienes, y aún no te has dado cuenta que en la mirada llevas arrastrada toda tu pena...Esa mirada que me enamoró desde un principio aún habla sin palabras...Mirada sangrante, mirada de hombre triste, mirada con la esclavitud de los suspiros reclamando mis ardientes besos, mis gritos y mi fuerza…Yo tengo la fuerza en los sentimientos, esos que te motivan a seguirme en cualquier momento...momentos peligrosos, dudosos, atrevidos y llenitos de lujuria...Eso lujuria que tanto te gusta cometer a mi lado cuando empiezas a manejar mis emociones de manera tan lasciva y yo que te conozco, te miro y de una ojeada mía te dejo caos al instante de intentarlo siquiera...y cuando menos te los esperas, siempre algo nuevo entre rejas...
lunes, 23 de marzo de 2015
EN LA PRISIÓN DE TU ALMA.- 2º (MICRORRELATO)
Te quiero, te amo, grita mi nombre en tu boca llamándome loca, tú eres mi loca…Escúchame bien, pega tus oídos al grito apasionado de mi pecho y apiádate de éste loco corazón…Sal de ese caparazón que no te protege. Llora, muéstrate tal cual, no te avergüences de ser como un niño buscándome. Se valiente y di que estás enamorado de la loca, grítalo que eso no es malo, es bueno y libera toda boca reprimida…¿Dónde estarán aquellos besos ardientes y hermosos? Se quedaron en el rescate del amor quemándose con el fuego de tu pasión...¡pobre de mí! Ahora ni aguas mil... tan sólo mis lágrimas como lluvia de abril...Te colaste como un pasajero en mis sueños, una quimera, una ilusión…Una aventura más de la vida que me trae y me lleva en la armonía de cada día, cuando a la realidad sucumbe y despierta...¿dónde estarán aquellos besos prohibidos, lentos y revoltosos? Se quedaron en la oscuridad de la noche mientras dormías... ¡Besos del alma mía, cómo me gustan todavía! Dámelos todos antes de que amanezca el día… Sé que estás ahí, triste, apagado, solo y casi desnudo ante tu dolor, te encuentras en una tesitura que no te deja vivir. Te estás consumiendo poco a poco, pues lo único que quieres es tener tus besos, ¡los míos! Esos que nos damos a escondidas del mundo y que nos hace ser libres de todos los prejuicios que tenemos dentro de nuestra alma, que nos domina y nos atrapa en un espejismo de eterna juventud…Tienes tanto miedo al corazón que obedeces las órdenes de tu razonamiento para no rendirte ante mí…Lo único que quieres es tenerme bajo el yugo de tu voz y mando, reclamando tus caricias, las mías, aterciopelando todos los sentidos de tu cuerpo. Esas palabras ardientes y locas que traspasan tu pecho en un aire fresco de locura, y que tanto te gusta porque me entrego llena de deseo, ahogándome entre suspiros ansiosos de furia y frenesí, derrotada y rendida ante ti…Besos de contrabando, a escondidas del mundo, acelerados, palpitando a mil y que tenemos dentro de nuestra alma, que nos domina y nos atrapa en una encrucijada infernal…Pero no, tú sigues como si todo fuera viento en popa, ¡mientes! Mientes continuamente es un estado superfluo de desmedida risa pintada en la cara cuando por casualidad nos cruzamos sin querer, o es que tú sabías ya de antemano que me ibas a encontrar…Somos iguales, ya ves, siempre me lo has dicho, pero es tanto como me quieres retener para ti en el momento que te lo pide el cuerpo, que las mismas ansias te superan agónicamente dejándote el gesto de la cara maltrecha, fíjate cómo te conozco que aún sin verte te imagino en tu casa cómodamente sentado viendo la tele, pero con todas las facciones tensas de pena y dolor…Un vacío te recorre el estómago y apenas tienes apetito. Lo sé, me lo dice la mente, esta mente unida a la tuya que sin proponérmelo siquiera sé que estamos comunicado por ese hilo ardiente y lleno de loca pasión…Me llamas a voces gritando mi nombre en el silencio de la noche, me lo dicen esos duendecillos traviesos que pululan alrededor y me están susurrando al oído…Te quiero corazón…Así de tierno eres cuando ya no puedes con el deseo que te hierve la sangre por dentro, ahogándote con la soga de tus miedos…Temes perderme, como siempre temes, por mucho que quieras olvidarme ahí dentro me tienes, como la sangre que recorre tus venas y sin ella te mueres…Ya estoy harta de ti…Me cansé de fingir, me cansé de esperar, me cansé de ti…Es una lucha sin fin, donde no hay ni ganador ni perdedor, tan sólo ese tonto estilo tuyo de un sinvivir, como si luchar en la batalla interminable de tus sentimientos resolviera tus problemas…Tantos miedos, tantos besos reprimidos, tanto dolor en mi alma…Hombre que no me quiera bien, alas para tus pies…Vuela, eres libre, escapa, huye…No me escuchas, no me haces caso porque sabes que tu libertad será la prisión de tu alma. Estarás encadenado a tus dudas, a tus miedos y a tu incertidumbre. Tienes una olla a presión en tu pecho a punto de explotar. Aún no te has dado cuenta de lo fuerte que soy, y ese candado que le has echado a tu mente yo lo abriré con la llave de la fantasía, escribiendo la historia como me gustaría que fuera manejando las palabras al acomodo de mi alma, pues no es más feliz quien despierta a la realidad, sino el que sueña jugando con las letras…¡Vengan las palabras bellas a mi cabeza! Las quiero brillante como las estrellas y ardientes como el fuego que me abrasa, ese fuego del infierno que llevamos todos dentro… ¡Vengan las palabras a mi boca que yo le pintaré alas! Alas, alas para mi lapicero…Es una quimera, una ilusión…Me he acomodado a la armonía del sinvivir…Ya no sabes qué hacer. No sabes cómo llamar mi atención, dándome a entender que sin mí puedes vivir…¿a quién querrás engañar? Eres un títere de tus propias mentiras. Estás en un laberinto de pasiones donde la duda no te deja estar en paz y por eso te presentas cada día frente a mí para que vea la cara de felicidad que tienes, y aún no te has dado cuenta que en la mirada llevas arrastrada toda tu pena...Esa mirada que me enamoró desde un principio aún habla sin palabras...Mirada sangrante, mirada de hombre triste, mirada con la esclavitud de los suspiros reclamando mis ardientes besos, mis gritos y mi fuerza…Yo tengo la fuerza en los sentimientos, esos que te motivan a seguirme en cualquier momento...momentos peligrosos, dudosos, atrevidos y llenitos de lujuria...Eso lujuria que tanto te gusta cometer a mi lado cuando empiezas a manejar mis emociones de manera tan lasciva y yo que te conozco, te miro y de una ojeada mía te dejo caos al instante de intentarlo siquiera...y cuando menos te los esperas, siempre algo nuevo entre rejas...
viernes, 20 de marzo de 2015
EN EL SILENCIO DE LA NOCHE.- 1º (MICRORRELATO)
Como gran poeta me veo en esos
momentos de sentimientos derramados en el tiempo... Demasiados sueños rotos,
demasiadas ilusiones puestas para escribir una novela de amor donde tan sólo tú
y yo nos entregamos con pasión… Fuiste tan sólo un sueño entre tantos que tengo
en el silencio de la noches pues como pluma de paloma mensajera me siento
cuando me pongo a escribir un relato, cuento o novela… ¿Dónde el amor? ¿Dónde
el recato? ¿Dónde el pundonor? Se
quedaron en el rescate del ardor quemándose con el fuego de tu pasión y ahora
ni aguas mil, ni lluvia de abril, tan sólo mis lágrimas para apagarlas y mi
sufrir… ¡Besos del alma mía...cómo me gustan todavía…! Dámelos sin prisas que
hoy tengo todo el día…Y ese pulso que estás echándome flirteando con esa otra mujer
tan ridículo y descarado, es lo peor que has podido hacer para darme celos
porque así si que me vas a perder, haciéndome creer que te gusta y que ya no te
intereso, que pasas de mí. Has cometido un error y por eso ahora estás que te
comen los demonios por dentro. Me conoces tan bien que sabes que me has hecho
daño y te has dejado ver bajo la piel, tan sólo para llamar mi atención, haciendo
el payaso fantasmón. No es lo mismo que un hombre mayor se ponga a tontear con
una señora mucho más joven que él, que una mujer de edad madura, que aunque le
doblara los años, jamás tendría que recurrir a tan patética estupidez, tan sólo
dejarse caer tal cual, llevándoselo a su terreno antes y con tiempo, ahora y
después. Eres como un niño perdido, un jovencito enamorado, fíjate mi amor,
cómo te conozco, que habiendo pasado de los cincuentas, te comportas con las
inseguridades de los adolescentes. Se que necesitas estar enamorado siempre,
llenar tu vida de emociones fuertes, lo sé, eres esa clase de hombre que en cada
momento tiene que tener un motivo para cada día de tu vida, donde las palabras
apasionadas estén cayendo de tus labios. No te gusta tu realidad, estás tan
aburrido que necesitas constantemente vibrar como un chaval…Vives en una
nebulosa de algodón, pero tan transparente que por mucho que te escondas te veo…Eres
un sueño, una esperanza, una ilusión, más o menos como yo. Dos auténticas
antorchas recorriendo a la par la aventura de la vida en una espiral
vertiginosa, llevando a límites insospechados las ansias insaciables de la
pasión, donde las emboscada nos arrastran a caer en las miserables debilidades
humanas…Te has jactado toda la vida diciéndome que somos iguales, idénticos…Dos
almas gemelas, solías decirme…¿te acuerdas? Para lo bueno y lo malo…Los mismos
celos, las mismas dudas, los mismos miedos…Pero hay algo que nos diferencia y
que está por encima de todo…Ese orgullo que te está matando porque no quieres
dejar tus temores al aire, ni mostrarte tal cual, y por eso te escondes tras
esa máscara de libertad. Caminas por la cuerda floja aguantando el equilibrio
hasta que ya no puedas más…Y yo aquí de espectadora te veo temblar y tú que lo
sabes, antes de ceder sigues amargado a pesar de tu estado emocional…Yo no
tengo orgullo, pero sí dignidad… Sabes que me encantan los retos y me
acostumbraste a tener paciencia, has sido mi mejor maestro y soy una alumna aventajada,
pues bien que me ceñí a tus desaires y luego a esa cara de perro apaleado, con
todas las miserias pintadas en tu cara, tus gestos, tus ojos, esa mirada triste
que te delata…Sé que esperarás hasta el final. Te estas dando la oportunidad de
alejarte de mí, aún sabiendo que vivo en ti. Estoy dentro de tu corazón, me
llevas pegado a tu carne, lo sé, lo presiento. Te veo sufrir cada vez que me
ves andando por ahí con la esbeltez de una tigresa, segura, valiente y descarada…Voy
clavando mi porte a cada paso alejando los miedos, dando trompazos a cada golpe
de desdicha, mostrando la elegancia en mis movimientos rápidos y alados. Sabes
que me valoro mucho y ya no pienso ceder ni un ápice más por ti, porque sé que
después me dejarás como siempre y yo no soy tu válvula de escape…Quiero que
vibres, quiero que abras tu pecho, sangre tu garganta con mi nombre enredado en
tus cuerdas vocales y me digas de nuevo en silencio…¡madre cómo te deseo! Quiero
que cuando me veas tus piernas tiemble, te falle el pulso, te lata el corazón y
explote tu pecho en mil suspiros de pasión, y cuando me arroje sobre ti con
desespero, te haga gritar de placer para tu cuerpo y te derrumbes todo entero…Que
caigas rendido y derrotado ante la fiera que hay en mi, y notes el abrazo de mi
alma…Sabes que siempre me han gustado los hombres fuertes, atrevidos,
valientes, esos que se pierden en la locura de la pasión. Hombres que arriesgan
toda su hombría y se quedan desnudos, como niños perdidos en alta mar y se
entregan al desconcierto de la vida sin causa y con riesgos…Yo quiero que me
quieras con la fuerza de un volcán en erupción, ya no me conformo con menos…Mi
vida es única y la quiero llena de tesoros que tengo en mi interior. No le
dilapides más, no juegues conmigo por Dios, ya sabes lo débil que es éste
corazón cuando ve como me pides limosna de amor…No llores por mí, no sufras más,
pero no me robes más la dignidad…Me acostumbraste a seguir los signos de tu
candil y eso me hizo ver que hay algo más dentro de ésta débil mujer. Si, soy una
mujer débil, y no me avergüenzo de lo que siento, porque lo que siento
pertenece a mi mente. Una mente libre y poderosa…Y un hombre que sepa
contemplar tal como soy, será un hombre digno de mi amor. Un hombre con
templanza que se preocupa de la tranquilidad de mi alma, que me escucha, me
pregunta, se preocupa, se interesa, que me ama apasionadamente buscando el
equilibrio emocional de mis sentimientos, acariciando la piel de mis oídos y
sueños con la mirada de la pasión…Continuará...
sábado, 14 de marzo de 2015
ATRAPADOS EN LA OSCURIDAD DE LA NOCHE.- (MICRORRELATO)
Y ese comportamiento que últimamente
tienes hacia mí no lo puedo corregir, pero si lo puedo ignorar, ¡vaya que sí!
Te fuiste alejando poco a poco de mí después de conocerme, y yo sigo aquí. Te
espero tranquila y con rabia sabiendo que aún sigues allí. No te decides, estás
perdido en una maraña de incertidumbre, echándole tiempo al tiempo, como si
quisieras que él resolviera tus problemas...No te quedes a la merced mi amor,
que la merced soy yo con toda la agonía de mi pasión…A la deriva de mis
emociones voy caminando, que yo no quiero tu cuerpo, sino tus pensamientos, ¡tu
mente! Tu alma, todas las cosas que se te pasan por la mirada cuando
pensándome, no me hablas, permaneces mudo, callado, impertérrito,
incuestionable, pero alerta a mi, siempre en mí. Te veo en mis sueños, fíjate
qué cosas. Sueños poderosos y luminosos, y es tanto lo que te pienso, que en
ellos te veo tal cual y por eso no me quieres conocer, porque te asusta de tu
imagen. Aún no te has enterado que a mí eso me importa un bledo, porque yo es
que ya te quiero…A veces me despierto hablando entre sueños donde te veo…Los
sueños me hablan, me advierten, me dicen cosas de ti y esta noche vi tu nombre
escrito en la pantalla de mi ordenador, ¡vaya que sí! Era una solicitud de
amistad. Enseguida te acepte... Le dije que estaba cansada y se convirtió en mi
almohada, le dije que lo quería y se adueñó de mi vida, le dije que me besara y
me llenó la boca de besos y cuando quise abrazarlo se despertó en mi
sueño…Había una fotografía tuya, era tu rostro, y ahora ya sé por qué no
quieres volver. Te alejaste porque te ves viejo, feo, gordo y arrugado y crees
que yo no estoy a tu alcance. Temes no gustarme, y eso te ocurre porque eres
tan superficial que sólo miras a las mujeres bellas, guapas, casi perfectas. No
te enamoras del interior, de sus sueños locos, ya ves mi amor, te equivocaste.
Yo soy diferente y no me fijo en tantas pamplinas, antes si, ahora no…Ahora me
siento fuerte, libre, dinámica y poderosa, por eso, cuando camino sola, me bebo
el aire de las calles recreando mi cuerpo por dentro, pues después de haberte
conocido ya no quiero a otro…Deben ser aquellas ansias que se arrebolaron por
tu cuerpo o quizás fueron los locos suspiros que me salieron del pecho cuando
me dijiste…¡Madre mía, cuánto te deseo! Y yo me perdí entre los ardientes besos
de tu boca con la mía…Libre y abrazada a la libertad de mis pasiones…Libre
caigo rendida en la emboscada de mis emociones siguiendo tus besos en la
euforia del momento, cuando a tus brazos me encadeno y te digo lo que
siento...¡Vida mía...cómo te quiero! Y tú esclavo de mis palabras te deja
llevar como títere manejado por las cuerdas de mis adentros…Y por eso te
asusta, tienes miedo de mí, porque lo que tú quieres es ser mi dueño, y aún no
te has enterado de que soy la esclava de tus besos…Y por eso estás de nuevo
como siempre, intentando hacerme daño alejándote de mí…Lo haces de una manera
tan descarada y despreciable que quisiera morir. No me entra en la cabeza que
nunca te acabes de decidir de enfrentarte a mí, con toda la verdad en la
frente, en la mirada, en el semblante…Será que no lo tienes claro y prefieres
que el tiempo haga tu trabajo…Ya ves, yo sigo aquí tranquila, dejándome mecer
por las olas del mar hasta que me lleven a la orilla de la playa…Si, a la misma
orilla para seguir caminando descalza, pues descalza te conocí y descalza voy a
seguir hacia otros mares. Hay muchos mares. Vivo rodeada de ellos, y volveré a
nadar en otras aguas. ¿Qué te creías que eres el único hombre que puedes entrar
y salir en el litoral de mi vida? ¡Te equivocas…! Y por eso me veo caminando y
hablando sola por las calles. La gente me mira como diciendo… ¡Ahí va la
loca! Si la loca, pero loca por ti…Toda
una vida esperando que te decidieras, pero no, estás demasiado ensimismado en
tu propia parsimonia, en una comodidad disfrazada de incertidumbres, por eso me
rastreas en la red, me encuentras y me dejas. Me tratas como si fuera una
muñeca de trapo, un títere a la que puedes manejar, ¡vaya que sí! Que como un
títere me sentí, cuando en tus brazos me rendí aquella noche oscura a las
órdenes de tu candil...Manejaste los hilos de mis emociones como buen
titiritero, sabiendo a cada momento que me abandonaría al ritmo del tango,
suspirando tu nombre en un alocado grito de pasión, y tú al oírme te
derrumbaste, derrotado todo tu poderío en ese grito mío que ya no te deja
descansar ni de noche, ni de día, y ahora quieres más…Es por eso que te alejas
de mí, asustado perdido, acobardado y lleno de temblores cada vez que imaginas
mis andares por la calle, pensando siempre que voy buscando guerra sin darte
cuenta que la única batalla que quiero es la de llevarte a mi terreno, comerte
la boca a besos y entregarme a tu cuerpo para que oigas mis gritos de
nuevo…Dime que me quieres, háblame por Dios, dime que todavía te acuerdas de
cuando nos quedamos atrapados en la oscuridad de la noche y tus besos y los
míos se encontraron en una batalla interminable de pasiones, donde la lujuria
se hizo la dueña de mis emociones arrastrándote a un abismo infernal…
miércoles, 4 de marzo de 2015
ATRAPANDO FRASES AL VIENTO.- (MICRORRELATO)
Me encantan las calles…A cada paso
que doy digo tu nombre, debe ser que tú me nombras y yo te escucho, ¿qué te
contesto? Dime, ¿qué quieres que te diga? ¿Qué quieres de mí? Acaso sea mi
juego, el juego del escondite, ¡vaya que sí! Necesito caminar para encontrarte
y tú mientras tanto buscándome…Debe ser que por eso te llamo para que me grites
con el silencio del eco, o son tus besos que se quedaron rezagados aquella
tarde cuando tú y yo nos encontramos con el fuego del pecado...Caminaba sola y
perdida, mi cabeza no paraba de buscarte, fíjate, sin conocerte ni nada, yo
sabía que tú me esperabas en alguna parte de la ciudad. Eras como un soplo de
aire puro en mis oídos, siempre alentándome que siguiera tus huellas, si, las
huellas que ibas dejando en el camino, y yo como sonámbula, seguía tu
palpitar…A veces me paraba en algún sitio deliberadamente como queriendo
descubrirte entre la gente, mientras mi cabeza no paraba de darte forma…Más de
una vez me sorprendí hablando sola, como si estuvieras junto a mí cogidos de
las manos...Otras me dejaba llevar por mis deseos más primitivos y apasionados,
casi las palabras ardían en mi garganta, hasta dejarlas volar...Cómo me
gustaría verte con tu camión y me dijeras, ¿subes nena? Anda que no, ¡ni me lo
pensaba! Nos iríamos a la montaña, y te entregaría todos los besos que me
salieran de las ansias...Aquellos besos desvergonzados, calladitos, si esos que
parecen que no han roto un plato, ¡son los peores! Llenitos de pecados,
verduleros por el color que representa y por lo ordinario de sus gritos
grotescos, barrocos, callejeros, barrio bajeros, pero no por los barrios bajos,
sino porque van por los bajos...Fíjate, qué pensamientos salen de mis adentros
que me queman hasta el mismísimo pensamiento y tengo que dejarlos salir por
ahí, de lo contrario me asfixiarían…Y esas palabras que venero y quiero, las
domino llevándolas a mi terreno, parafraseando al libre albedrío de mis
sentimientos…Ninguna mordaza a mis letras, al alba dejo suelta arrambladas con
los besos que nos dimos bajo el cielo, y de las veces que te dije te quiero, me
quedan todavía los suspiros de mis adentros...Me encantan las callejuelas
viejas y estrechas, esas que tienen las casitas con las paredes encaladas de
blanco, ¿qué cosas verdad? Acaso me traigan recuerdos, esos recuerdos lejanos
en los que tú y yo nos miramos...Estábamos caminando perdidos en medio de la
incertidumbre, si, en la duda de las pasiones ocultas, pues no sé por qué se me
ocurre pensar que en una de ellas tu y yo vivimos en otra vida, ¡qué cosas
Señor…! Son sensaciones, instantes que duran menos que el chispazo de una
fotografía…Escenas de la vida misma que siento en mi interior y tengo que salir
corriendo hacia las grandes avenidas, para no dejarme atrapar por mi propia
imaginación al darle tanta vida a las palabras, describiéndote como si fueras
real…Fue entonces cuando nuestros ojos se encontraron con la llamarada de la
pasión. Las chispas de fuego saltaron por los aires, cegándonos de tal manera,
que nuestras manos se buscaron en el cruce peatonal, y antes de llegar al otro
lado de la carretera, los dos nos giramos, sonriendo a la vez…Debe ser que
seamos el uno para el otro y ya no podamos deshacernos jamás…Es como una gran
necesidad de tenerte a mi lado siempre con ese corazón latiendo y latente,
ávido de sentirse plenamente amado y escuchado por una mujer tan soñadora como
yo, llena de ilusiones y esperanzas, eternamente joven en su espíritu y caminar
tal cual, que te hiciera sentir el corazón a mil, como las lluvias de abril…Es
por eso que ando buscando las palabras adecuadas a mi existir y como una
ladrona me siento, atrapando frases al viento, relatando historias de amores y
desamores. Aventuras que se quedaron reflejadas en esa paredes blancas,
impregnadas de cal…Quizás una mujer enamorada en ese mismo instante, llorando
gritaba tu nombre en silencio, y sus lágrimas huidizas se mezclaran con la cal
embadurnando la brocha, dejando las fachadas con la esencia de sus suspiros, y
yo como ratera callejera, las robo para mí…Serena y tranquila me siento vida
mía, pues es tanta la paz que me desborda esta alma mía que no quisiera abrir
los ojos...Como cuando era una niña despreocupada esperando el amanecer de un
nuevo día para jugar con mis amigas...Ahora lo hago con las letras que
seductoras se dejan mecer por las ansias de tu querer, prestándose al juego de
su melodía... Y así quisiera jugar siempre mientras viva, latiendo mis letras
al compás de mi cuerpo y el aroma de tus apasionados besos... Esta mañana te
volví a ver a lo lejos y despareciste al momento…Son las palabras que se me
escapan al momento, dime ¿dónde estás? ¿Por qué te escondes? Despierta a la
realidad la felicidad se me aleja y yo prefiero seguir jugando con mis
letras...No las voy a retener, no las voy a sujetar, no las voy a prender con
mis alas de libertad, tan sólo las dejaré marchar, dejándolas volar…
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