miércoles, 30 de julio de 2014

ME GUIÑASTE.- (MICRORRELATO)



Me guiñaste un ojo al pasar junto a mí y yo te sonreí, ¡vaya que sí! que me dio una risa… Me guiñaste y me perdí entre dos mares cuando de niña, los chicos les guiñaban a las chicas y ellas les sonreía... y esa sonrisa que yo percibí en un instante de mi vida, quedó en el aire dormida y latente, pero viva… Era como si estuviera alerta a un despertar lejano, donde sólo la complicidad y la picardía se daban la mano. No lo pensé ni un instante y seguí sonriendo tras ese guiño como una chicuela adolescente. Estaba poseída por una fuerza interior que me empujaba a ir tras de ti… y tu sabiéndote ganador me llevaste por sendas inconfesables, donde la curiosidad se apoderó de las emociones más atrevidas de mi ser. No había nadie en aquel portal. Tan sólo tu y yo, y me dejé abatir por la aventura de traspasar los límites estipulados por la sociedad. No sentía nada de vergüenza. Era como si nos conociéramos de toda la vida. Nuestras manos batallaron en una lucha infinita escarbando por lugares recónditos, mientras boca con boca se liaron a batallar contra besos distorsionados de deseos, enganchándose las piernas en un abrazo interminable de tirabuzón y cuando estábamos casi culminando el baile del apasionado encuentro, se oyeron pasos bajando los escalones… Salimos pitando de allí como dos chiquillos haciendo travesuras, como cuando llamaba a todas las puertas de los pisos,  ja, ja, ja… y te seguí, te seguí como un galgo por la calle, toda llenita de gente desconocida, algunos conocidos por mí. Me escabullí entre ellos corriendo, corriendo tras de ti, ja, ja, ja… Parecía que estábamos jugando al Rol en vivo y en directo, donde cada miembro del grupo lleva un instrumento con poderes para ir ganando. Tu llevabas una espada, si la espada de Damocles, esa que pende de un hilo, si, si, como diciendo… ten cuidado, ten cuidado… que hay mil ojos diferente acechando por las esquinas, espiando cada movimiento, pero ¿qué me importaba a mí la gente si aquella aventura era de lo más emocionante? Estaba hechizada, como poseída por una fuerza interior que me arrastraba a no detenerme jamás. Corrí, corrí y corrí tras de ti guiada por ese guiño atrevido y sugerente a la vez. Yo llevaba una caja llena de sorpresas, ¡vaya que sí! que cuando la abrí hasta yo misma me sorprendí al ver lo que contenía. Estaba llena de máscaras, y en cada una de ella había escrita una palabra: niñez, infancia, inocencia, pudor, curiosidad, sueño, ilusión, esperanza. Un sinfín de adjetivos y apelativos referentes a las distintas etapas de la vida personal, de los cuales, yo sabía por propia experiencia, además contenía también varios uniformes femeninos, donde la niña, la hija, la colegiala, la hermana, la novia, la esposa y la madre se llevaban la palma. Me quedé patidifusa, sin reaccionar y seguí adelante, siempre tras de ti, sabiendo, que tu espada pendía sobre mi cabeza. De repente llegamos a un callejón, y en la curva, justo en la mitad, en un arrebato de ardor, nos besamos apasionadamente mientras me susurrabas al oído frases atrevidas y llenas de picardía seguida de ese guiño… Imagínate que estamos en un pajar los dos solos, revolcándonos como animales… y yo sonriendo te sugería… no, mejor sentados en la butaca de un cine, viendo una película, si, con las manos empeñadas en disfrutar del paquete vacío de palomitas, ja, ja, ja… y tú guiñándome… no, no, en un autobús repleto de gente, y yo tras de ti, respirando fuerte, para que escuches bien cuánto te deseo… y yo te miraba y me reía…ja, ja, ja… Hasta que se nos acabaron las palabras y los besos… Y seguimos nuestras andanzas caminando de la mano, como si fuéramos novios de verdad hasta un jardín oscuro, oscuro y lleno de árboles altos y frondosos. No había nadie, tan sólo tu y yo y ahí fue donde descubrí otra máscara, la que llevaba puesta en la cara, ja, ja, ja… La que te sonreía cuando tu me besabas y me abrazabas. Me apoyé sobre ese árbol y me dejé querer, si me dejé querer como nunca, me abandoné a la oscuridad de la noche y a tus ardientes manos de pasión, sin importarme nada, pasando del mundo y de los ecos lejanos. Me daba igual, como si nadie existiera tan sólo tú y yo… me arrodillé ante ti y besé todo lo que mi boca alcanzaba… Me sentí fuerte y poderosa, como si fuera la dueña de mis emociones y de mis pensamientos, ¡vaya que sí! Que tenía el universo en mis manos y a mis pies… Estaba toda eufórica, como si tuviera alas…Era el momento más emocionante de mi vida… No sabía yo que tras ese guiño y aquella sonrisa se escondiera la euforia de la vida…


NO ME DEJES DE QUERER.- (MICRORRELATO)


No me dejes de querer, por Dios, no me dejes de querer que moriré. Te quise desde el primer momento que supe de ti, de cómo me mirabas, ¡madre mía qué mirada tan profunda! Si, si, fue eso lo que me enamoró de ti, esa fuerza chispeante que echabas por los ojos, porque echabas fuego de pasión, ¿sabes? Después no pasaba un día que no me tropezara contigo en el camino, creo que te hacías el encontradizo, si lo sé, ahora estoy más segura que nunca, ¡vaya que lo sé! Eres tan pertinaz, no te cansabas nunca de abordarme, ¡cuanta paciencia madre mía! Mira que eras pesado, siempre esperando una señal mía, una sonrisa, cualquier gesto de la cara para continuar al acecho…No me pude contener, no pude aguantar tanta presión diabólica por parte de los dos, era como si jugáramos al gato y al ratón, perdón a la gata, ja, ja, ja…porque cuando quise darme cuenta te lancé la zarpa al cuello y te comí la boca a besos…te desarmé enterito, casi te comí vivo, ja, ja, ja... y caíste en mis brazos como un niño y cuando pudiste desasirte de mi, balbuciste te quiero, te quiero y te quiero…Lo mismo que ahora…¡Mira que fui atrevida…! Me dejo llevar por mis impulsos y ya no tengo manera de parar, apenas puedo sujetarme y eso que quiero olvidarte, pero no, tu no me dejas que lo haga, siempre estás ahí, y ahora ya es imposible porque te quiero…Ya no sé vivir sin verte aunque sea un momento, pero al menos cuando te veo sé lo que sientes por la fuerza de tu deseo, lo leo en tus ojos, si en la mirada que me echas desde lejos y aunque no estés cerca, te presiento en los adentros de mi alma…Si amor mío, como el otro día que caminabas delante de mí y yo con la mente te dije, vuelve la cabeza, vuélvete y ven hacia mí, y lo hiciste, fíjate qué poder tengo sobre ti, ¿por qué será? ¡Qué cosa más extrañas…! Me ocurren unas cosas más raras...A veces creo que es la fuerza del amor, no, del amor, no, porque éste sentimiento mío traspasa las fronteras de la naturaleza, si, si, es demasiado carnal y sólo las personas muy enamoradas lo presienten. Creo que a ti te pasas lo mismo, pero no me lo dices porque te guardas, siempre te guardas, no te abres a mi del todo porque temes que yo me lo crea demasiado y tienes como un caparazón, me da una rabia…yo que me descarno ante ti sin vergüenza alguna, que te abro el corazón y te cuento todos mis temores, mis secretos más íntimos, ja, ja, ja…. Y tu me escuchas como alelado, como diciendo…¡menuda mujer, qué atrevida es! ¿Qué más da mi amor? No tiene ninguna importancia, ya sabes como soy y por eso, porque me conoces demasiado me temes cada día más y no confías en mí…Reconócelo, ¿verdad? O quizás es que no tienes seguridad en ti mismo, ¡qué tontería! Yo en cambio tengo tanta seguridad en mis sentimientos, en mi proceder, no tengo miedo de nada porque me tengo a mí misma, me conozco y me acepto tal cual… ya no podría echar marcha atrás…No me cambies nunca tu mirar, porque esa mirada tuya es la que me hace avanzar en la vida con éste bello caminar, si, me vuelve loca todos los sentidos y me quedo sin razón, ¡vaya que sí! que me quedo toda tontita perdida, ja, ja, ja…¿para qué sirve la razón? Para nada, sólo es un obstáculo más para no dar rienda suelta al amor, aunque sea bajo la sospecha del pecado…¿pecado? No, no, que las cosas del querer saben muy bien y es sagrado…

miércoles, 9 de julio de 2014

FUEGO EN EL CUERPO.- (MICRORRELATO)





Hay que ver esta calentura que tengo por todo el cuerpo, me está quemando por dentro, todo el pecho ardiendo. No duermo ni de noche ni de día, ¡maldita sea su estampa! que quiere acabar conmigo, te juro que cuando acabe con esta agonía me voy corriendo a la calle a recuperar cada momento perdido en éste pedazo cuerpo que tengo… Menudas nochecitas que estoy pasando, dando vueltas de derecha a izquierda, con unos dolores… Parecen mordiscos de perro, clavándoseme los dientes como puñaladas en el pecho, no paraba de pensar pero… ¡Dios mío! ¿Por qué me martirizas tanto? ¿Será la edad? ¡Seguro! Tengo una edad muy peligrosa y dicen las malas lenguas que con los años una se vuelve recelosa y duda de todas, si, si de todas ellas, es como si se estuvieran ensañando conmigo, porque vamos que ya llevo unas pocas noches sin pegar ojo ¡eh! Anteanoche era como si me abrieran las costillas de la parte derecha, así, como si me las arrancaran de cuajo, tirando unas manos de mis caderas hacia abajo, ¡ay madre mía de mi vida! Hacia abajo es por donde más me quemaba el cuerpo, unas calenturas… eran como tijeretazos en toda la carne y en la misma barriga unas garras con uñas atravesándome las vísceras, ¡no sabía ni qué postura poner! Mira que he dado vueltas esta noche, bueno, y por las mañanas ni te cuento… Llevo más de cuatro días que no paro de pensar locuras y dicen que esto con la edad es peor porque se pone una ardiendo como una olla Express, vamos que estoy escocida y me pica a rabiar, y yo aquí más sola que la una conteniendo las ganas de rascarme, porque ganas me dan de coger algún objeto por ahí y ponerme como una moto, me hincharía, lo juro que me rascaría como una verdadera energúmena, pero a ver, no puedo, eso sería peor todavía, porque me ha dicho mi marido que no lo haga, que ya soy muy mayor para hacer tantas tonterías y que debo contener esos impulsos, pero es que no se pueden imaginar los escozores que tengo, llevo toda la tarde como abrasada viva, me siento carbón en llamas, ¡por Dios de mi vida! Hasta cuando voy a aguantar, me escuece una barbaridad, me picotean como si yo fuera un alfiletero, siento que de un momento a otro voy a reventar porque hasta me siento arder, tengo un volcán dentro de mi cuerpo que de un momento a otro va a entrar en erupción y voy a armar una… la fogata de San Juan no se puede comparar, la madre que me parió, mira que pasarme a mí estas cosas tan raras… pero esto, qué es por Dios, que ya soy muy mayor y que estoy muy sensible, que ya no me pega a mí estar tantos días aguantando éstos irresistibles picores por delante y por detrás, y encima ahora me ha brotado como unas ampollitas pequeñas en medio de los senos que parezco una sandía abierta en canal, y me ha dicho la doctora que éste Herpes Zoster da mucho qué hablar, que hay una invasión ahora en Córdoba y me ha tocado la más dolorosa de toda la ciudad, ¡me cachis en la mar!    

viernes, 4 de julio de 2014

CELOS.- (MICRORRELATO)



¡Ay malditos celos! Esos celos que se están adueñando hasta de mi pensamiento, devorándome por dentro toda el alma…llevo unos días que no te veo. Siempre me haces lo mismo, parece que te gusta jugar conmigo, hasta que me harte. No puedes ni imaginarte las ganas que tengo de darte una paliza, ¡hincharte a palos! Porque de hostias me callo por lo divino y sagrado, y porque me educaron que decirlo era pecado… Tengo la cabeza llenita de clavos. Me siento como un brasero de carbón, si, si, ¡igualito! Esos antiguos braseros que después de medios apagados, mantenían los rescoldos en llama viva. Es como si me picotearan mil abejas, ¡madre mía qué celos más encarnizados me has dejado antes de irte al otro barrio! Si, si, no te enfades conmigo, bien sabes que es verdad lo que digo, que no son cosas de mujer fantasiosa ni nada por el estilo, esto es obra de la ley disconforme del más allá, porque antes yo no era así de celosa… era normal, tranquila, pacífica, pero tuviste que mirarme antes de tu último aliento y te metiste dentro de mi cuerpo, soplándome tus malditos celos dándole forma como si de verdad estuviera sucediendo. Parecen cosas de brujería, encantamientos, pura hechicería que atraviesa las leyes de la naturaleza divinas o demoníacas las que a veces se trasladan con tanta suspicacia en las personas. Lo digo con toda coherencia. Son los duendecillos del más allá, esos duendecillos traviesos y malintencionados que habitan por ultratumba que se han colado por mis pelambreras. Me invaden y me transforman en una mala persona, haciéndome ver más allá de la realidad, y le doy forma y vida, ¡Dios mío bendito, con qué malas ideas me desnudo y me visto! Parece que lo estoy viendo con otra y eso me muerde las vísceras y los intestinos. Me siento como una herida abierta y ensangrentada y me echaran alcohol. Se me está repartiendo todo el veneno de los celos por los brazos y a lo largo de mi cuerpo. Me está subiendo por las entrañas unos ardores hasta el mismo centro de mi pecho. Te juro por mi vida que como te pille te voy a estrangular con mis propias manos apretándote el cuello hasta que te ahogue, ¡maldita sea tu estampa! y cuando estés amoratado perdido aflojaré para que vuelvas al sentido de los aires y nada más que te llenes un poco, con la palma abierta, pím-pám, pím-pám, guantazos vienen y guantazos van hasta que te bambolee la cabeza de derecha a izquierda, ¡como un títere! y cuando te sangre la nariz, entonces te dejaré vivir, ¡hijo de mala madre! ¿tú qué te has creído que soy? Una tonta del culo o estúpida. Estoy harta ya de tanto pasotismo, ¿dónde estás? No te veo pasar y cuando me ves te escondes, ¿qué pretendes? No quiero pensar que me vayas a dejar, no quiero pensarlo porque muero en el intento. Me dijiste que me querías, que me amabas y que sin mí morías. Me preguntaste si dejaba todo por ti... No, cariño mío, eso no lo haría nunca, jamás le haría daño a terceros y tu sin embargo me dijiste, todo lo dejo por ti…Lo sé. Sé perfectamente que lo harías, pero yo no puedo, lo siento, eso sería matarlos de sufrimiento, ¿qué más te da seguir así? Si así estamos bien. Nadie sufre, nadie llora. Si al menos lo hubieras decidido antes, cuando era una jovencita, pero ahora soy mayor. Lo siento pero no, y por eso me quieres abandonar para siempre, para que me lo piense y te siga. Jamás lo conseguirás porque ante todo soy leal, aunque peque de infidelidad. No por haberme equivocado tengo que seguir toda una vida malviviendo, arrastrando una rutina llena de aburrimiento como tu, porque sé que te aburres una eternidad. Estás siempre buscando por las calles a ver quién te hace caso, porque lo que tienes en casa, es todo un fracaso. Quizás te atan los años compartidos o temes a la vejez, será porque te sientas ya un anciano y te preguntes, ya, ¿para qué? ¡Falso, más que falso! que aún te revienta el orgasmo en tus manos. Eres un desdichado y lo sabes. Sabes perfectamente que conmigo ya no hay trato, tan sólo seguir el ritmo del latido y del innovado. Si, si, lo sabes muy bien. Sabes perfectamente que soy una mujer sin contrato, que sólo busco el amor infinito y descarnado. Estoy a lo que venga, preparada para cualquier arenga y tú sin embargo te conformas con la rutina diaria del mirón. Estás amorosamente arruinado. Hace tiempo que estamos atados por los bajos fondos. Te quiero amor mío, ya sabes cómo y de qué manera te quiero, y aunque sufra de celos, arremeto contra ellos con palabras de fuego. Te quiero sin recompensa, sin derechos y hasta con ausencias… Me gusta la vida que elegí sin consecuencias, porque la que decidió por mí, fue la generación que me tocó vivir. Quizás fueran la palabras represión, religión y eso no se toca y eso no se dice las que guían a las personas en su caminar, pero tu te cruzaste en mi camino, me miraste y te eché el lazo y ya no me soltaste y ahora te escondes de mí, quieres alejarte de mí dándome a entender que estás con otra, sabiendo de antemano que te estás engañando. Me ves fuerte y segura aún siendo una mujer madura. Te asustan mis entretelas, esas que tejo al caminar como una vampiresa por calles y callejuelas. Sé que te asusta lo que ves, sobre todo cuando los hombres vuelven la mirada en mi andar, ja, ja, ja… ¡qué rabia y coraje te da que aun levante pasiones! ¿Cómo no? Si a cada paso que doy muestro lo guerrera que soy, una mujer convencida y aunque ni guapa ni fea por fuera, ellos sientan que por dentro sea grande y fresca… y por eso te alejas y te escondes por los mismos celos…