sábado, 27 de junio de 2015

CUANDO CIERRO LOS OJOS.- (MICRORRELATO)



Vacía y perdida me encuentro hoy, buscándote por todas partes como una loca, loca mujer llena de celos que me consumen tan sólo de pensar que estuvieras con otra, ¡pobre de mí…! Ahora me doy cuenta de lo que sienten ellas… ¿Qué me importan ellas si yo te quiero a ti? ¡Yo, yo, yo! Soy una egoísta egocéntrica y estúpida mujer que se cree la única en tu vida. Tengo una rabia por dentro que me consume y de buenas ganas te estamparía contra la pared de ver que no me has esperado. Si, ya sé que llevas toda la vida buscándome y estás harto de mí, pero sabes que a veces mis obligaciones me lo impiden, ¿qué más quisiera yo que estar todo el día contigo? Pero entonces se acabaría ésta alegría que sentimos cuando nos encontramos al libre albedrío de nuestros actos y nuestros instintos carnavalescos, ¡vaya que sí! ¡Que me encanta! ¿Para qué nos vamos a engañar? Y aunque reconozca que esto no es vida, al menos si lo es para mí…Yo sé que me quieres a rabiar…Me dijiste que me querías, que me amabas pero que no podías seguir a mi lado... y dando media vuelta te dejé con la duda en los labios. Aún no te has enterado de que yo me precio demasiado, que si tú no me quieres, ¡alas a tus piernas y a tus pensamientos! Que yo tengo mis amores secretos y tú no me lo vas a romper de nuevo…Te creías que iba a decirte te quiero, y por supuesto que te quiero, pero es que me ocurre lo mismo que a ti, que no puedo seguir… ¡Qué mala soy! Reconozco que las dejo caer bien dobladas, y esto de darles celos y ponerlo a cien, al borde de la locura me encanta… Soy muy morbosa, sádica diría yo… Y esta fuerza misteriosa me que me atrapa el alma desde las primeras luces del alba hasta la noche oscura...me arrastra hasta tus brazos con la agonía de tu mirada, y el deseo de mi boca loca por besar tus labios que me buscan con rabia y con furia...Que extraña sensación verte de nuevo ahí…Parecía que venías a buscarme o es que me pareció que te parabas frente a mí para que te pudiera ver bien y luego despareciste otra vez. Quizás es que vuelves a jugar con ésta relación que no tiene ni principio ni fin…Por eso me encuentro de nuevo aquí haciéndome la eterna pregunta de siempre, ¿por qué quieres seguir si me dijiste que me quieres pero que no puedes vivir conmigo? Claro que no te esperaba mi contestación, la misma que la tuya, porque lo que tú quieres es me ponga a llorar y me arrastre hasta ti implorándote que no me abandones, ¿pero qué te has creído tú? Que tengo quince años, no, que ya soy mayor y dueña de mis palabras y de mis actos. Estás que te mueres porque me conoces tan bien que sabes de lo que soy capaz de hacer. Eso de estar todo el tiempo pensando en ti como si no tuviera otra cosa que hacer se acabó amiguito. Una está ya de vuelta de tanta tropelía y descabello, y ahora me pongo mis zapatillas de deporte y me pierdo por esos montes donde tú y yo una vez nos revolcamos cuesta abajo. Si, si, por los yerbajos esos que casi me desollan enterita el otro día. Ahí anudados por las piernas y brazos como si fuéramos dos perrillos retozando, y es que no tenemos remedio, mira que nos gusta tirarnos al barro, ¡por Dios! Como si fuéramos dos chiquillos…Y qué suerte la mía sentir tanta alegría con el recuerdo de aquél día cuando me dijiste, ¡eres la mujer de mi vida! Y después de tanto tiempo abrazando mi cuerpo me lo sigues diciendo…Y yo que te espero con los brazos abiertos, te sonrío y te entrego mis besos y mi cuerpo…Si que es verdad que me siento una mujer afortunada al tener tantos recuerdos siempre tan bellos y llenos de amor, amor apasionado… Amores y desamores secretos que entremezclo enredando las redes sociales con la pluma mágica de mis sueños…Sueños revoltosos e indiscretos, que a veces sorprenden por lo falso y verdadero, y otras abruman por el fuego que pongo en ellos…Hasta pueden asustar un poco…Son letras que se identifican solas como chimeneas en los tejados y la humareda alcanza a todas las partes de mi cuerpo…Y por eso me empeño en seguir las señales de humo con las palabras que arrastran el viento hasta mis sueños… Toda la noche pensando en ti, puede ser que te ocurra lo mismo, que estemos metidos el uno en la mente del otro. A veces me pregunto si no seremos una persona tan sólo, porque presiento que me llevas dentro de tu corazón, lo mismo que yo a ti mi amor, que no he dejado de pensar en ti ni siquiera un segundo. Siempre en mi alma metido como si vivieras en el recorrido de mis venas, las que lleva la sangre al corazón y lo hace latir a horas mil…No debería quererte y te quiero, no debería pensarte y te pienso, no debería amarte y te tengo cada vez que quiero, pues eso de que pasas de mí es la mentira más grande que me puedas decir, y ni me miras porque sabes que te adivino hasta los pensamientos…Te cruzaste en mi camino y te colocaste a tiro… Tres veces te busqué, tres veces fui a la cita de siempre, ya sabes mi amor, allí donde tú y yo quedamos con todo el descaro de verme convertida en tus brazos en una perdida y carnívora mujer, ¡vaya que sí! Que me pierdo entre tus labios cuando me besan de esa manera que parece que vas a devorarme toda enterita, ¡mira que me gusta eh! Me encanta provocarte y despertar deseos inconfesables en ti, ¡me enardecen! Y por eso hoy me vestí para ti. Me puse esa falda estrecha de tubo negra que marca silueta, y que cuando pasé por tu lado por primera vez te quedaste mirándome con la boca abierta. Luego me dijiste en el oído que parecía que iba pidiendo guerra…No te equivocaste mi amor, pues a esa guerra sigo yendo yo y tú eres el blanco…Y justo tiré mis dardos a tu corazón…Y por eso me pinté los labios de color rojo para ti y una fina línea en los ojos que parecía un gata salvaje…Tu gata…Me fui corriendo a por ti, pero no te encontré y algo en mi interior se puso a cavilar de nuevo como si tuviera miedo a perderte…A veces me asaltan las dudas porque de verdad es que te quiero…Yo no sabía que existiera esta forma tan brutal de querer hasta que te conocí y mira que llevamos años amándonos…Se ve que no nos cansamos de encontrarnos…Son los golpes bajos de la edad madura donde impera la inmadurez de una forma letal como es ésta eterna juventud pasional…Como cuando era una adolescente que suspiraba de amor por todos los chicos del instituto…y ahora mis suspiros van hacia tu cuello, tus brazos y tu boca llena de hambre…y la sed insaciable de la mía…Y aquí estoy sola sin ti, mi amor, buscándote con la mente y el corazón, sabiendo que me tienes en el pensamiento con todos tus demonios dentro, con la arrogancia de hacerme tuya cuando se le antoja a mi boca loca…Pasión misteriosa es lo que te provoca la desenvoltura de mis movimientos cuando paso por tu lado, y te adivino el pensamiento con la presencia de un sueño…Sueño aventurero donde tus ojos se abren con cada suspiro que me trae el aire cuando cierro los míos y te duermes en mi regazo…Paso a paso mis manos recorren tu cuerpo lentamente como si temiera despertar en la mitad de tu sueño…Te tengo en mi pensamiento cada instante de mi vida y cuando cierro los ojos te me apareces en mis sueños acariciándome el cuerpo, besando mi boca y diciéndome te quiero…y yo que te siento tan vivo, te digo al oído...No te despiertes todavía que aún no ha llegado el día…



domingo, 21 de junio de 2015

A LA MERCED DE LOS LATIDOS.- (MICRORRELATO)



Ese hombre que me enamoró era un mujeriego empedernido que se liaba con cualquier mujer que se le pusiera a tiro, y mira por dónde entré en su vida como un ciclón, le entregué mis besos y abrazos y hasta el corazón, y por eso él ha seguido durante tantos años, debe ser que somos iguales…Y por eso tienes miedo de verme en tu espejo, que te adivino los pensamientos antes de salir de tu cerebro…Pensativa y cabizbaja caminaba sin rumbo, dejándome mecer por el vaivén de mis propias caderas, casi sonámbula…Una lágrima huidiza resbalaba por mi rostro al mismo tiempo que me compadecía de mí misma, pensando en cómo me había podido dejar llevar por esas ansias de abrazarlo, tan sólo para saciar sus ardientes besos de pasión...No aguanto más, me tiene harta tanta hipocresía barata y de mal gusto…Me ahogo, me asfixio, estoy a punto del colapso, me va a explotar la sangre por dentro…Me siento vapuleada por mis propios sentimientos que se me desbordan por los cuatro costados, y es que ha llegado un momento que ya no aguanto más y tarde o temprano tendré que enfrentarme a la realidad. Esto de vivir al borde del abismo es como andar por la cuerda floja y ya no tengo ni tiempo ni edad para ir dando tropezones porque llegará un momento que me caeré y nunca me podré levantar…Sus palabras devoradoras de hombre a mujer me recorren el cuerpo por dentro de tal manera, que me arrastran y tiran de mi alma hacia sus brazos…Me llama a voces, me grita desde lo más profundo de su corazón, son sus cinco sentidos los que pone en cada encuentro…Es la esencia misma del amor cuando me tiene sobre sus rodillas abanicando cada suspiro con los besos de su entrecortada respiración…Y me mira a los ojos mientras una sonrisa cómplice se adueña de su boca y la mía, cuando me hace suya con la obediencia de mis latidos, siempre puesto en las exigencias de su cuerpo que se tambalea ante el ritmo de mi loca pasión…Estoy cansada de tanto batallar…Se lo tendré que decir, pues es demasiado peso para mí…Se lo diré de frente, mirándolo a los ojos y con toda mi boca…Eso de que ahora si y luego no, ¡ni hablar! Valgo demasiado como mujer, sobre todo como persona y no tiene derecho a mentirme como si fuera una chiquilla, ¡vamos hombre! Ni que estuviera con la edad del pavo…pero… ¿Qué se habrá creído ese hombre? Eso era lo que sentía cada dos por tres, pero siempre que me llamaba caía rendida a sus pies…No debería quererte y te quiero, no debería pensarte y te pienso, no debería desearte y te tengo antes del intento...Mira que me lo avisaron desde un principio, que ese tipo no era trigo limpio, que era un mujeriego y se liaba con la primera que se le cruzara en el camino, pero seguí con él…No me importaba nada, me daba igual todo, tenía una venda en los ojos que no me dejaban ver, tan sólo pensaba que yo podría ser la última mujer de su vida…La vida mía…Triste corazón, apenas puede latir tan sólo como está en la mentira de mi existir…Y ahí que estabas tú, buscándome como un loco por toda la ciudad, salí corriendo y juntos de las manos nos fuimos a pasear por lugares alejados de la gente donde podernos abrazar y besarnos como dos enamorados, amantes de nuestros labios, siempre tan llenos de deseo…Te dije que te quería, me dijiste que algún día sería tuya, te dije que me gustaría caminar siempre juntos por jardines, calles y visitar otras capitales, me dijiste que te encantaría estar conmigo en la playa de noche y tumbados en la arena, te dije que mejor estaría en el mástil de tu barco velero como vela ondeando al viento…Mira que cambio de opinión, no sé para qué tantas mentiras que me digo a mí misma, es verlo y me rindo, ¡qué ilusa soy! Dios mío dame fortaleza…Me dijiste que me sentara en un banco del jardín más cercano y me senté a horcajadas, te besé la boca y te conté todos mis deseos y cuando te dije te quiero, me llenaste el cuerpo de fuego…Soy muy débil, lo sé, pero es que me gusta tanto su querer…Y después me contaste las tardes que pasas solito y muerto de miedo…Miedo de perderme, miedo de quererme tanto y miedo de no saber qué es lo que estoy haciendo cuando no me ves ni yo te veo…Un mar de dudas me invadía por dentro de tal manera que no sabía si seguir caminando a tu lado o salir huyendo de ti o de mis propios sentimientos…No puedo seguir mi vida sin ti, ya es una realidad y no me hago a la idea de perderte…Y mientras me besabas en ese banco del jardín escondido entre ramas y árboles, me miraste a la cara y me dijiste te quiero de nuevo vida mía…Te quiero, te necesito y te deseo…Tres palabras metidas en una frase maldita para mi alma y mi corazón que aún martillean mis descontrolados sentimientos, lo mismo que un caballo galopando al viento…Desde el primer día que te ví caminando, hace ya tanto tiempo que hasta esas cuántas líneas que tienes en la cara te hacen cada día más bonita, chiquilla mía…Voy a morir de amor por ti…Me preguntaste si te quería como eras tan mayor y tan arrugado y te besé la boca lo mismo que el primer día de nuestra vida…Y ahora estoy aquí tratando de adivinar y descifrar aquella frase al caminar, preguntándome a la vez qué había en el trasfondo…Me dijiste que me tenías cada vez que querías...Aún sonaban tus palabras en mis oídos cuando de repente pude prestar atención a esos dardos venenosos que fueron los que me abrieron los ojos para siempre…Y por eso llevo días sin quererte ver…Ojos que no ven corazón que no siente…Eso dice la gente…Lo que tú no sabes es que me tienes cuando quiero que me busques para que me tengas y me quieras, porque el trasfondo de todo, es que somos dos almas gemelas a la merced de los latidos del corazón y de nuestro cuerpo…

jueves, 11 de junio de 2015

EN EL FUEGO DE LOS INFIERNOS.- (MICRORRELATO)




Esa romántica de la vida, inocente mujer, que se cree todo lo que le dicen a su vez, se enamoró de aquél mujeriego engatusador, malvado y manipulador que cuando bien la conoció, se quedó enganchado en la trampa de su pasión…Me dijo que yo era su princesita, su amada, la que estaba buscando con toda el alma y hasta le entregué mi corazón. Le llené la boca de besos, apasionados y lentos y le conté todos mis secretos a oscuras y bajo el mismo techo, y cuando supo de todos ellos abrió la puerta y escapó corriendo…Pobre infeliz, se enamoró de mi desliz…Sé que me piensas, que me tienes dentro de tu cabeza, lo sé porque vivo dentro de ella, somos como una vela encendida y la llama nuestros sentimientos, mi amor y aunque quiera no puedo apagarla, quizás cuando te deje de querer, me vaya hacia los infiernos y me olvides de una vez…No, a los infiernos, no pues estoy viviendo en ellos, condenada a quererte siempre, y por eso cuando desaparezco me encuentras y te sigo como si fuera la esclava de las llamaradas que salen de tu cabeza, pues tengo la llave escondida entre mis piernas y tú que lo sabes, te cuelas por ellas con palabras tiernas de amor que enamoran mi alma y me arrebatan el corazón…Estaba como loco buscándome por todas partes y cuando me vio se quedó mirándome, como siempre, a la expectativa, a ver cómo reaccionaba. Yo estaba dispuesta a decirle todo lo que tenía dentro de mi cabeza, estaba harta de todas sus artimañas y tejemanejes y tal como lo vi, le lancé una mirada de…Te vas a enterar tú bien de lo que vale una mujer…Sin más preámbulos me enfrenté a él con todo mi poderío, fuerte y segura, y él que presume que me conoce más que nadie en éste mundo, se queda alerta, preparado, como gato encrespando el lomo, siempre con el parapeto puesto…Se niega a escucharme, nunca quiere, sólo le gusta ir al grano y lanzarse en picado, pero esta vez no iba a dejarme vencer, aunque reconozca que eso es que me atrae y me vuelve loca…Me arrebata el corazón y caigo rendida a sus pies como una quinceañera, pero no. Estaba decidida a poner fin a todas esas dudas que enmarañaban mi alma, así que tenía que ser fuerte, pues soy demasiado blanda...Le puse las palmas de las manos en los hombros y le dije…¡Alto ahí! ¡Hoy me vas escuchar! Tienes que contestarme a todas estas preguntas y sacarme de dudas, porque sabes que las cazo al vuelo y cosa que se me pone entre cejas, tú di que no me equivoco, así que dime…¿Porqué siempre vas a la misma hora y al mismo lugar? ¡Lo pillé in fraganti! No se lo esperaba. Se quedó alucinando en colores, haciéndose el tonto, el inocente, como para dejar bien claro que no tenía ni idea de lo que quería decir...Es muy listo, pero a mí ya no me la da y toda tu treta era hacerme pensar que estaba equivocada. No, que no me equivoco, pero él como siempre, poniendo esa cara de borrego degollado. Tan sólo pensaba en eso que una tiene entre penumbras, besarme y abrazarme para desarmarme…Reconozco que casi lo consigue, pues a mí es que me atraen los hombres ansiosos y con deseos desenfrenados... Lo llevé a un lugar apartado donde poder expresarme libremente y con autoridad, que se diera cuenta de que iba en serio la cosa, porque últimamente se me estaba yendo de las manos y me sentía utilizada, y es que éste hombre tiene una paciencia…¡No se cansa nunca de esperar a que caiga rendida a sus brazos y me entregue como una gata en celo! Y lo peor es que siempre lo consigue, ¡vaya que sí! ¡Me encanta! ¿Para qué nos vamos a engañar? Estaba decidida a poner fin a todas sus estrategias. Nos sentamos en una roca entre ramas y en pendiente donde no nos veía la gente…Se le abrieron los ojos como platos, lo mismo que los de la nariz, parecía un lince observando aquí y allí como diciendo…Me la zampo de un bocado…Podía oír su respiración olisqueando la silueta de mis caderas…¡Me encantaba! Sólo pensaba en cómo llevarme a su terreno...No estaba dispuesta a ceder ni un ápice y me encerré en lo alto de la torre, amurallando cada resquicio de mi castillo, hasta eché las cadenas al candado que accedía al foso, donde dos dragones se entrelazaron por el cuello como si fuera un nudo marinero…No paraba de mirarme la cara, los ojos, la boca, los labios…Me estaba poniendo a prueba…Reconozco que soy coqueta e insinuante, no lo puedo remediar, me encanta jugar con el deseo y eso de avivar el fuego me va un montón…Pobre infeliz, al final caeré en la trampa del desliz…¿Tú te crees que me puedes tener cuando quieres? ¡Pues no, amigo mío, que no soy tonta! Que las cazo al vuelo y me dejo llevar por mi intuición, y mi intuición me dice que quieres ir a verla, porque para ti no existe la casualidad, y buscas la hora y el momento para cruzarte con ella...¡Así empezaste conmigo amigo…! Era desesperante esa manera de mirarme...Parecía el alma del deseo interrogándome, como si de mí dependiera esas ardientes ansias de cogerme por el cuello y arrebatarme el cuerpo comiéndoselo todo, todo…De repente, sentí una hormiga caminar por mis rodillas, parecía una hoja caída del árbol que nos hacía sombra, y al mirar hacia arriba me bloqueó con la zarpa del amor…Y yo que lo sabía me puse a jugar con esas locas ganas de besarme, provocándole de una manera descarada, retándole a seguir en ese apasionado y rebelde juego, donde cada beso era como robarle aliento a aquella lejana juventud…Y él que me conoce tan bien se dejó llevar por la chispa picarona de mis ojos, volviéndome loca, loca…Éramos como dos llamas incandescentes en el fuego de los infiernos…Y sin previo aviso elevó el puente hacia el castillo con la espada de los deseos, enfrentándose a los dragones que guardaban la fortaleza con la furia de un ciclón y de un sablazo arremetió contra ellos cortándole la cabeza de cuajo y se llevó las llaves del candado a la boca, y entró en el foso de los condenados con la agonía de mi pasión…