lunes, 5 de febrero de 2018

LA FUENTE DE LOS SUSPIROS.- (MICRORRELATO)



Sé que te has enamorado de mis palabras apasionadas, que me quieres y me amas… Espérame por favor, déjame un tiempo tranquila para que me encuentre con mi verdadero yo…pues…Tengo el corazón relajado, mi alma está en calma y vivo casi en paz, pero aun no estoy preparada para tener una nueva relación…Nunca tuvo compromiso conmigo, tampoco fue mi marido, ni mi amante, ni mi amigo, tan solo fue uno que pasó por delante…Fueron muchos años junto a él y aunque nuestra historia fue muy tortuosa, cuando lo veo todavía me palpita el corazón…Quizás me vuelva a enamorar, quien sabe, nunca pierdo la esperanza y aunque ahora he cerrado puertas, tengo las ventanas abiertas para que el amor llegue a mi casa… Me miro, lo mire y me pregunto… ¿Dónde va usted? Estoy buscando el camino para salir de éste entramado de callejuelas sin salida, que me he perdido y no paro de dar más que vueltas…No se preocupe usted que yo se lo indicaré… Y ahí comenzó esta bonita historia de amor… Empezamos a andar tranquilamente, y aunque al principio me sentía dubitativa, había algo en él que me incitaba a seguirle…Una sensación de libertina complicidad nos unía. Debe ser ese hilo rojo de pasión que fluye entre las personas… Cada vez sentía más su esencia en mi piel, como si lo conociera…Quizás en una vida anterior ajena a mí, no lo sé…pues…A veces presiento entes extraños a mi alrededor, sombras…Ánimas errantes que no conforme con su estado ingrávido, muestran su apego a la tierra por una asignatura pendiente que dejaron a medio hacer, y quieren llevarlas a cabo a través de mí... Me sentía bajo su hechizo mental… De la cercanía de su presencia fluía tal atracción física y espiritual, que al momento me giré hacia él sonriendo…Sus ojos me miraban suplicando…Necesito besar tus labios…Nuestras manos se chocaron levemente, y al notar la suavidad de su roce, una tibia sonrisa se escondió en mis comisuras, y él sabiendo que lo había escuchado me invitó a subir en su coche y accedí…Apenas me había sentado, ya estaba arrepentida, pero algo en mi interior me impedía echar marcha atrás…Tenía el corazón acelerado, alertándome de mi atrevimiento y osadía…Dos mujeres dentro de mi cuerpo discutían a la par. Una hablaba de sentimientos, la otra de libertad…De repente llegó una tercera intermediando entre el bien y el mal dejando de lado la razón…Una sensación de libertinaje recorría mi pecho de manera que ya no podía parar… ¡Señor, Señor! Pensaba para mis adentros…Yo no soy así, te ruego que me perdones, ¡qué vergüenza por Dios! ¡Ay si mis padres levantaran la cabeza! Yo, una señora de edad madura, ¿qué hago aquí sentada al lado de un desconocido? Además, seguro que tiene quince años menos que yo, ¡qué atrevimiento el mío! ¿Qué pensará de mí? Yo no soy así…Siempre he sido mujer de un solo hombre…recatada, honesta, vergonzosa, más bien timorata… ¿Qué está pasando conmigo? De niña me educaron en el cristianismo, rezando el rosario diariamente…Esto no me pega, soy una mujer decente…Iba a oír misa todos los domingos, confesaba y comulgaba al cura ese que cuando iba por la calle, todas las niñas de la vecindad le besábamos la mano como si fuera un santo…Esto no está hecho para mí, ¿qué me está ocurriendo? Al mismo tiempo empecé a abrazarlo con todas las fuerzas de mi ser…Me dio un ataque de locura y lo besé hasta hartarme, incluso me oía gemir…Era como si no fuera yo… ¡Ay Dios mío de mi vida, qué vergüenza! Jamás he perdido la compostura y tengo unos pensamientos lujuriosos que no me atrevo ni a nombrar, pero me siento como una fiera salvaje. Desde que vi a éste hombre uniformado pasar por mi lado, despertó en mí unas sensaciones más morbosas…Una extraña mujer brotó desde lo más profundo de mi interior…Quizás ya estaba ahí y la rescataste con tu forma de mirar…Era una pasión pasajera y letal que me envolvió para echar fuera toda la agonía de mi padecer…pues…Hacía más de un año que no sentía en mi boca besos tan ricos y ardientes y llenos de pasión…Un nudo de piernas y brazos ardían por seguir avanzando en ésta carrera de fuego, cuando de repente me di cuenta de que aquello era como puro veneno para mi cuerpo…y…¿ahora qué? Pensaba mientras sentía las caricias de sus besos y abrazos…Una sonrisa lúdica renació de mis entrañas…Debe ser el uniforme que lleva, que aunque me da un poco de vergüenza, reconozco que me encantan y me pierden los hombres vestidos con uniforme, no lo puedo remediar, me arden los pensamientos de una manera, que siento gritar los placeres de mi cuerpo a través del cristal y otras cosas que me callo por recato y por respeto a mis padres, además, ¿qué pensarán mis amigas? Seguro que si se enteran de lo que estoy haciendo me pondrían como hojita de perejil, y la verdad es que tienen razón, porque si yo me enterara que una de ellas hace los mismos malabarismos con un desconocido en su coche, no la miraría más a la cara, porque son cosas de gente joven…Esta aventura loca que no tiene ni pies ni cabeza, no es nada más que una necesidad imperiosa de amar y sentirnos amados. Los dos somos adultos y nos deseamos…No sé qué pasaba por mi cabeza en aquellos momentos en los cuales me encontraba toda entregada a sus besos…Quizás tenía prisa por empezar de nuevo para olvidarte…pues…Te escapaste de mi vida de estampida, sin decirme nada, dejándome con la palabra en la boca, pero… ¿sabes que te digo? Que ya no me importa porque pienso seguir las pautas que me marquen los hilos de mis gemidos, bebiendo de la fuente de los suspiros…

No hay comentarios:

Publicar un comentario