viernes, 16 de febrero de 2018

CUANDO TÚ ME MIRAS.- (MICRORRELATO)



Tengo las carnes vacías, hambrientas…Necesito tenerte pronto junto a mí, observar tus ojos mirando mi cuerpo que yace expuesto con llamas ardiendo siempre por ti…tus manos en mi pecho, mis piernas rodeando tu cuello, besos y abrazos ansío sin fin…No tardes mi vida, que quiero saborear tus labios que clama placeres de suaves caricias bordeando mi piel…Si te quisiera más me estallaría el corazón de amor…Ya no cabía más querer en mi pecho, en mis carnes, mi alma…Lo era todo para mí, todo…Lo amé desde la primera vez que lo besé, sintiendo en mi interior que jamás habría en mi vida otro hombre…Sólo tú eres el dueño de mis noches y mis días…mis horas…pues…Cada latido de mi corazón es por ti…por tus andares, tus idas y venidas…tus prisas…Así de simple y sencillo era lo que sentía en mis adentros, en mis sueños y en mis ojos abiertos…Sé que a veces me vuelvo insoportable, ¡vaya que lo sé! Lo siento, tendrás que perdonarme, es que soy muy posesiva y celosa, ¿comprendes? Los celos me pierden, ya ve, soy así de infantil, no tengo remedio, debe ser que te veo tan irresistiblemente atractivo, tan guapo y esbelto que pienso que si alguna otra mujer te prestara la misma atención que yo…porque yo estoy pendiente de ti, ¿te enteras? Tú te dejarías arrastrar por la debilidad de la carne, simplemente para experimentar nuevas sensaciones, y eso me atormenta, ¿sabes? Te ruego que me perdones por tantas desconfianzas…La verdad es que no sé qué me pasa últimamente contigo…Debe ser que me estoy haciendo mayor y veo tantas jovencitas lindas y guapas a mi alrededor, que temo que te fijes más en ellas…pues...De sobra sé cuánto te gustan las mujeres…Hace tanto tiempo que llevamos juntos que quizás te hayas cansado ya de mí…No me quiero ni imaginar que beses y abraces a otra mujer…Tan sólo pensarlo se me envenenan las sierpes de mis infiernos, y me entran unas malas entrañas que no sé de qué sería yo capaz…de matar no, pero de desearte a ti y a ella todo el mal…quizás…Por eso te pido perdón de nuevo…A veces me siento luchando contra mis propios miedos cuando me miro al espejo…pues…Mis carnes ya no son tan prietas como antes…Como cuando me vistes desnuda por primera vez…Tampoco tengo los pechos turgentes y en mi rostro se pueden ver las marcas de la edad…hasta la melena esa morena que lucía en la juventud…no cae sobre mis hombros espesa y sedosa…con la brillantez de la pubertad…leves hilaturas blancas sobresalen entre ellas…por eso a veces me siento morir…La tristeza empaña la mirada de mi alma pensando que ya no me encuentres atractiva y deseable…pues…Temo que decaiga la ansiedad por tenerme en tus brazos hasta que el desgano se instale en tus labios...Es como si me sintiera rodeada de rivales, las cuales pelean contra mí para ganarte a ti, ¡madre mía de mi vida cómo tengo la cabeza! Da la sensación de que somos gallinas en un corral y tú eres el gallo real…El caso es que cuando camino sola entre la gente, observo las miradas que me echan los chicos, hasta me piropean los más jóvenes…y los mayores…vayas a creer que paso desapercibida…No, no para nada, que todavía levanto pasiones entre los hombres, ¡fíjate qué cosas me pasan! Y eso me gusta mucho, ¡para qué te voy a engañar! Pero de eso a irme con alguno hay una gran diferencia…aunque para serte sincera…confieso que he sentido la tentación de besar otra boca, saborear otros labios que no sean los tuyos…Por eso creo que a ti te pueda ocurrir lo mismo que a mí…pues…Probar otros besos diferentes ha de ser una sensación exquisita para el cuerpo y los sentidos de amor…bueno del amor, no…pues…Tendría que existir sentimientos entre los dos…sentirme enamorada…y enamorada tan sólo lo estoy de ti…y lo sabes, ¿verdad que lo sabes? Por eso estás tan poseído y seguro de mí y viene y vas al libre albedrío de tu tranquilidad, mientras yo dándole que te pego a la cabeza cuando no te veo llegar, pensando que estás con otra mujer, airada mi expresión corporal, recriminándote entre dientes esto y lo otro, siempre por culpa de mis malos pensamientos…Y tú que me conoces tan bien y me lees la mente, llegas a la velocidad del trueno para acallar mis dudas y aplacar las iras de mi alma…y mis miedos…que fue tan sólo verte frente a mí, y echarme a tus brazos como una perra en celo, porque estoy enamorada de ti como una perra, ¡no me da vergüenza decirlo! Lo digo con toda mi boca y mis anhelos, que te comí todo el cuerpo con tal desesperación que te quedaste sin voz…Dime mi amor, ¿quién te besa como yo? ¡Dímelo, dímelo! Te pregunto con la exigencia de mi pasión…Y tú ahí, sin poderte mover por la fuerza de mi querer…Nadie…nadie…Y recriminándote con la voracidad de mi lengua melosa me alejo de tu rostro provocándote a seguir…Nadie más que tú…Balbucías con las manos perdidas en el triángulo de las bermudas…¡Mírame a los ojos y repítemelo otra vez! ¿Quién te besa como yo? Y tú sonriendo socarronamente te dejas hacer mirándome a la vez…pues…Cuando tú me miras se me olvidan mis miedos y lo que se refleja en el espejo…

No hay comentarios:

Publicar un comentario