EL DESPERTAR DE MI ALMA.- (MICRORRELATO)
Había llegado el momento de pasar página, decir adiós a toda nuestra historia
de amor…bueno, no, nuestra no, sino mía, porque justo en éste momento y
rebobinando hacia atrás me doy cuenta que aquí la que más ha querido he sido
yo…pues…Te entregué mi cuerpo, mis sentimientos, la vida entera te entregué,
que había días que pensaba que yo no era yo, sino tú…No era dueña de mi vida,
siempre pendiente de ti desde que abría los ojos al amanecer, ¡fíjate si te
quería…! Hasta ahora, que me he dado cuenta de que todo ha sido una película de
amor entre un poquito de ti y toda entera yo…Lo vi pasar delante de mí, él no
se dio cuenta pero yo sí, ¡vaya que sí! Que estaba andando rezagado para verla
pasar, y yo que estaba recelosa me quedé esperando para ver si todas mis
sospechas eran víctimas de los celos o no…A veces me aturdían, no lo voy a
negar…Reconozco que soy muy celosa y con tal que pasan unos días sin verlo se
me ahogan los sentimientos…pues…Tengo celos hasta de sus pensamientos que me
consumen por dentro, además de ser egoísta y posesiva…no sé por qué me he
vuelto así…debe ser cosas de la edad…A veces sufro ataques de celos y me vuelvo
insufrible y demoníaca…Es pura obsesión lo que tengo con mi novio, que no
paramos de discutir por culpa de mis dichosos celos, y tengo miedo…Tengo miedo
cuando no te veo, y cuando te veo cerca de alguna mujer también…pues…Pienso que
algo hay entre los dos…¡Malditos celos! Son los causantes de todos mis
errores..Quizás esa extraña y repentina manera de actuar que tenía conmigo
últimamente me dio lugar a pensar mal…no lo sé…Podría ser que estuviera
equivocada, y todo fuera producto de mis persistentes celos, pero algo en mi
interior me advertía de que ya no sentía ningún interés en estar conmigo…No es
que quiera que estés las veinticuatro horas del día diciéndome te quiero, te
amo y qué bonita eres…No, no para nada…Miento, miento descaradamente…Necesito
que me lo digas y que me lo demuestre, ya ves cómo soy de cansina y petarda, no
lo puedo remediar, y aunque sepa que es agotador, me gusta escuchártelo decir…y
cerca, muy cerquita, aquí en el oído mientras me acaricias…No estaba dispuesta
a seguir supeditada al capricho de su querer, ni a estar toda la santa noche
sin pegar ojo por culpa de los malos pensamientos…Vagas imágenes de ellos
juntos se paseaban por mi cabeza, de tal manera que las veía como si fueran
verdadera. Me desesperaba estar siempre pendiente de él, sin atreverme a dar un
paso en falso, metida en casa viendo las horas pasar malhumorada y amargada
perdida, rumiando imágenes de cualquier mujer junto a él…pues…A éstas alturas
de nuestra relación, todas las que veía hablar con mi novio o simplemente
saludarlas, ya pensaba que estaban liados…Tenía que tomar una determinación
pronto y rápido, porque me estaba superando. Tampoco quería que estuviera
conmigo por lástima, ¡menuda soy yo! Que si alguien no me quiere, tardo un
segundo en salir de su vida, que para orgullo y dignidad me basto solita,
aunque reconozca que aquí lo que prevalecía eran mis obsesivos celos…Sin más
dilación, me acerqué y le solté a bocajarro…¡Qué casualidad verte aquí y a esa
tía también! Ante todo deseaba destapar la caja de pandora, así que ni me lo
pensé y enfrentándome a mis miedos y a sus ojos le planté en el mismo rostro
qué era lo que había entre ellos, y si quería terminar conmigo, que me lo
dijera…Al fin y al cabo no tienes nada que perder, somos novios bien mayorcitos
y sin obligaciones…Se me quedó mirando sonriendo a medias sin decir nada…Si ya
no me quieres, dímelo de una dichosa vez, y no que estás ahí sin atreverte a
decirme la verdad como si tuvieras miedo, ¡dímelo de una vez por todas y cada
uno su camino y punto!…A ti te pierdo…Me dijo al momento…Y por mucho que te
diga no me vas a creer por culpa de tus dichosos celos, imaginando siempre que
estoy con unas y con otras…Me quedé sorprendida, no esperaba esa respuesta, me
pilló desprevenida, aún así le dije…Tú sabes bien como soy…Me fui enseguida a
casa y me eché sobre la cama llorando como una magdalena, haciéndome mil
preguntas del porqué me estaba pasando esto a mí…¡Dichosos celos del demonio
que no me dejan ver más allá que mujeres besándose contigo en cualquier lugar!
Le daba vida y aliento a todas las visiones que se instalaban en mi mente tan
reales, que me acechaban a muerte…Quizás por eso de su alejamiento…Estaba
sumida en tantas lamentaciones que las lágrimas no me dejaban ver más allá que
mi propio llanto, sin pensar siquiera que tú también eras víctima de mis
obsesivos celos, por lo que te estaban apartando de mí…No sabía distinguir
entre lo falso y la realidad…Y estando en éstas lágrimas, una escena del
pasado, la misma que estaba reviviendo en éstos momentos me hizo sentir en mis
propias carnes, cuando a los quince años mi primer novio me engañó con una
compañera del instituto…Fue el primer desengaño amoroso, el más grande de mi
vida, marcándome para siempre una herida mortal…Aquella herida mortal que había
sufrido en la más tierna edad de mi juventud, jamás cicatrizó creando en mi
alma absurdas conjeturas y ataques de celos…Me quedé dormida y soñé…Soñé
bonito, soñé hermoso, soñé contigo…soñé con él…Soñé que el bálsamo de sus besos
cicatrizarían las heridas de mi pecho…Un nuevo amanecer se abrió ante el
despertar de mi alma, comprendiendo al fin que yo no estaba hecha para ti…ni tú
para mí…
No hay comentarios:
Publicar un comentario