viernes, 9 de febrero de 2018

EL DESPERTAR DE MI ALMA.- (MICRORRELATO)




Había llegado el momento de pasar página, decir adiós a toda nuestra historia de amor…bueno, no, nuestra no, sino mía, porque justo en éste momento y rebobinando hacia atrás me doy cuenta que aquí la que más ha querido he sido yo…pues…Te entregué mi cuerpo, mis sentimientos, la vida entera te entregué, que había días que pensaba que yo no era yo, sino tú…No era dueña de mi vida, siempre pendiente de ti desde que abría los ojos al amanecer, ¡fíjate si te quería…! Hasta ahora, que me he dado cuenta de que todo ha sido una película de amor entre un poquito de ti y toda entera yo…Lo vi pasar delante de mí, él no se dio cuenta pero yo sí, ¡vaya que sí! Que estaba andando rezagado para verla pasar, y yo que estaba recelosa me quedé esperando para ver si todas mis sospechas eran víctimas de los celos o no…A veces me aturdían, no lo voy a negar…Reconozco que soy muy celosa y con tal que pasan unos días sin verlo se me ahogan los sentimientos…pues…Tengo celos hasta de sus pensamientos que me consumen por dentro, además de ser egoísta y posesiva…no sé por qué me he vuelto así…debe ser cosas de la edad…A veces sufro ataques de celos y me vuelvo insufrible y demoníaca…Es pura obsesión lo que tengo con mi novio, que no paramos de discutir por culpa de mis dichosos celos, y tengo miedo…Tengo miedo cuando no te veo, y cuando te veo cerca de alguna mujer también…pues…Pienso que algo hay entre los dos…¡Malditos celos! Son los causantes de todos mis errores..Quizás esa extraña y repentina manera de actuar que tenía conmigo últimamente me dio lugar a pensar mal…no lo sé…Podría ser que estuviera equivocada, y todo fuera producto de mis persistentes celos, pero algo en mi interior me advertía de que ya no sentía ningún interés en estar conmigo…No es que quiera que estés las veinticuatro horas del día diciéndome te quiero, te amo y qué bonita eres…No, no para nada…Miento, miento descaradamente…Necesito que me lo digas y que me lo demuestre, ya ves cómo soy de cansina y petarda, no lo puedo remediar, y aunque sepa que es agotador, me gusta escuchártelo decir…y cerca, muy cerquita, aquí en el oído mientras me acaricias…No estaba dispuesta a seguir supeditada al capricho de su querer, ni a estar toda la santa noche sin pegar ojo por culpa de los malos pensamientos…Vagas imágenes de ellos juntos se paseaban por mi cabeza, de tal manera que las veía como si fueran verdadera. Me desesperaba estar siempre pendiente de él, sin atreverme a dar un paso en falso, metida en casa viendo las horas pasar malhumorada y amargada perdida, rumiando imágenes de cualquier mujer junto a él…pues…A éstas alturas de nuestra relación, todas las que veía hablar con mi novio o simplemente saludarlas, ya pensaba que estaban liados…Tenía que tomar una determinación pronto y rápido, porque me estaba superando. Tampoco quería que estuviera conmigo por lástima, ¡menuda soy yo! Que si alguien no me quiere, tardo un segundo en salir de su vida, que para orgullo y dignidad me basto solita, aunque reconozca que aquí lo que prevalecía eran mis obsesivos celos…Sin más dilación, me acerqué y le solté a bocajarro…¡Qué casualidad verte aquí y a esa tía también! Ante todo deseaba destapar la caja de pandora, así que ni me lo pensé y enfrentándome a mis miedos y a sus ojos le planté en el mismo rostro qué era lo que había entre ellos, y si quería terminar conmigo, que me lo dijera…Al fin y al cabo no tienes nada que perder, somos novios bien mayorcitos y sin obligaciones…Se me quedó mirando sonriendo a medias sin decir nada…Si ya no me quieres, dímelo de una dichosa vez, y no que estás ahí sin atreverte a decirme la verdad como si tuvieras miedo, ¡dímelo de una vez por todas y cada uno su camino y punto!…A ti te pierdo…Me dijo al momento…Y por mucho que te diga no me vas a creer por culpa de tus dichosos celos, imaginando siempre que estoy con unas y con otras…Me quedé sorprendida, no esperaba esa respuesta, me pilló desprevenida, aún así le dije…Tú sabes bien como soy…Me fui enseguida a casa y me eché sobre la cama llorando como una magdalena, haciéndome mil preguntas del porqué me estaba pasando esto a mí…¡Dichosos celos del demonio que no me dejan ver más allá que mujeres besándose contigo en cualquier lugar! Le daba vida y aliento a todas las visiones que se instalaban en mi mente tan reales, que me acechaban a muerte…Quizás por eso de su alejamiento…Estaba sumida en tantas lamentaciones que las lágrimas no me dejaban ver más allá que mi propio llanto, sin pensar siquiera que tú también eras víctima de mis obsesivos celos, por lo que te estaban apartando de mí…No sabía distinguir entre lo falso y la realidad…Y estando en éstas lágrimas, una escena del pasado, la misma que estaba reviviendo en éstos momentos me hizo sentir en mis propias carnes, cuando a los quince años mi primer novio me engañó con una compañera del instituto…Fue el primer desengaño amoroso, el más grande de mi vida, marcándome para siempre una herida mortal…Aquella herida mortal que había sufrido en la más tierna edad de mi juventud, jamás cicatrizó creando en mi alma absurdas conjeturas y ataques de celos…Me quedé dormida y soñé…Soñé bonito, soñé hermoso, soñé contigo…soñé con él…Soñé que el bálsamo de sus besos cicatrizarían las heridas de mi pecho…Un nuevo amanecer se abrió ante el despertar de mi alma, comprendiendo al fin que yo no estaba hecha para ti…ni tú para mí…












No hay comentarios:

Publicar un comentario