domingo, 25 de junio de 2017

LA PERRA VIDA.- (MICRORRELATO)



Como un extraño pasaste por mi lado…pues…te desconozco, no sé quién eres…Era como si jamás hubiéramos tenido una relación, como si nunca hubiéramos paseado juntos de las manos… ¡qué sensación más rara…! Después de haber pasado por tantas vicisitudes, luchando siempre a la contra, y aunque no vivíamos juntos en la misma casa, sí que más de una vez nos íbamos por ahí a pasar cortas temporadas como amantes de una noche de verano…Caíamos unos en brazos del otro con la ansiedad de los amores locos…y ahora, fíjate, ¡qué cosas por Dios…! Sola y abatida de dolor me encuentro llorando mis penas a los cuatro vientos la perra vida que tengo. He sido una ilusa e ignorante desde el mismo momento que te conocí. De nada me ha servido luchar tanto por ti, de nada…Cuántas veces te lo repetí, que lo mejor era dejarlo y cada uno por su lado, pero tú siempre insistías que nuestro amor merecía la pena… No parabas de venir a la caza y captura de mi cuerpo y mi alma, que cada vez que te veía venir, caía rendida a tus pies toda desarmada perdida…te amaba tanto que antes de darme cuenta ya me tenías enlazada por la cintura, comiéndome la boca como un lobo hambriento…y yo tu ovejita sumisa… Lo único que he conseguido es haberme hecho daño por haberte seguido por esos caminos…los más abruptos e insondables de la tierra…No sabía cómo era su manera de ser realmente hasta que lo vi con mis propios ojos…Hacía tiempo que intuía algo diferente en él…Sus largas ausencias, sus excusas para no llegar a la cita que teníamos concertada una vez por semana en el mismo lugar y a la misma hora de siempre…Muchas veces lo acusé de que estaba liado con alguna mujer y aunque siempre lo negaba, llegué a la conclusión de que se veían a escondidas…Más de una vez lo vi rondando alrededor de su calle, haciéndose el encontradizo, lo mismo que hizo conmigo, que de tanto pasar por mi lado me enamoré como una estúpida e ignorante…Pobre mujer, tarde o temprano se dará cuenta de su verdadera manera de ser…Ya me lo advirtió mi amiga, la única que he tenido en toda mi vida, que más que amiga parecíamos hermanas de lo que nos queríamos…le contaba todos mis secretos inconfesables con pelos y señales…A éste tío le gustan todas las que se le pongan a tiro, me decía, lo conozco desde hace años y es un hombre sin escrúpulos, le da igual estar con cualquier tía con tal de acostarse con ellas…No la creí, incluso pensé que eran los celos de verme tan feliz y enamorada…Y por eso le di de lado y dejamos de hablar durante mucho tiempo…El caso es que me he tirado varios años con él…lo idolatraba, lo tenía en un altar y lo que decía, para mí era sagrado…Estaba completamente ciega de amor…pues…Me quedé viuda a los treinta y cinco años con una niña y dos chicos varones, y antes de los cuarenta lo conocí…Me dijo que estaba en trámites de separación. Tenía dos hijos…Empezamos a salir y poco a poco nos emparejamos, pero tanto sus hijos como los míos no aceptaban nuestra relación por lo que nunca pudimos convivir juntos, tan sólo compartíamos la misma vivienda cuando los chicos no estaban. Teníamos que vernos siempre a escondidas, como si fuéramos ladrones. Mis hijos  no lo podían ni ver y los suyos fingían un poco una falsa cortesía que detectaba al minuto cero, pero como me convenía, me callaba y les seguía el juego… Su ex mujer me odiaba a muerte y si las miradas mataran estaría más muerta que viva porque sus ojos eran puñales venenosos…Jamás me perdonó, además estaba compinchada con la suegra y entre las dos me hicieron la vida imposible, y cuando me veían por la calle me insultaban a voces llamándome de zorra para arriba… Lo que no sabía era que su marido fue quien me buscó porque nunca estuvo enamorado de ella…Aparte de que cuando empecé a salir con él, ya estaban separados, pero siempre tuvo la esperanza de volverlo a atraer…Después de varios años batallando contra viento y marea, los chicos se independizaron dándonos la oportunidad de vivir juntos…Hasta que su madre anciana se cayó por la escalera rompiéndose las caderas y como era hijo único, tuvo que hacerse cargo de ella por amor y por pena… El caso es que se mudó a su casa, y como en realidad le venía bien económicamente,  me quede esperándolo cada día más sola que la una, porque si su ex me odiaba, ésta no me podía ni ver, según ella, había sido la ruina de su hijo y sus nietos, ya que su nuera era santa y perfecta…¡Qué vida más perra madre mía! Pensaba yo…La pobre no podía andar y tenía que depender de una silla de ruedas y de una señora que iba dos veces por semana a hacerle la limpieza…Y es ahí cuando empezó el calvario para mí, llenando mi cabeza de celos…pues…Algo vi entre ellos que me hizo dudar…Una mirada cómplice, cierta sonrisa llena de picardía…Era diez años menor que yo, casada también y con dos hijos, y un marido que seguramente la ignoraba…Y éste hombre al que yo le di los mejores años de mi vida, le empezó a interesar… Esos ojos luminosos de mujer encandilada que le cruzaban la cara, esos gestos de coquetería…Ese nerviosismo cuando los miraba a hurtadillas fue lo que me alertó de que algo había entre los dos, cuando una mañana los vi hablando de una manera muy sospechosa…No pude contenerme y sin pensármelo dos veces, le grité en toda su cara, alto y fuerte… ¡Ahí la tienes! Y me he dado la vuelta…Y temiendo que por despecho lo airee a los cuatro vientos y llegue a oídos de su marido, se ha defendido diciéndome que por culpa de mis celos teníamos que dejarlo, que no había otra, pero que si le gustara alguna, eso se llevaría para su cuerpo…Ese era el quid de la cuestión, lo que abrió los ojos de la mente y mi corazón…Había estado tan enamorada de él, que nunca pude ver la realidad, creyéndolo bueno y fiel, pensando que no miraba a otra, ni deseaba a nadie más que a mí…pues…No era tal hombre, sino uno más del montón de los humanoides de la viña del Señor, que llegando a cierta edad y varios años comiendo en el mismo plato y montando la misma yegua…se cansa y basta…¡Oye, tú! ¿Quién yo? Sí, sí tú…Escúchame porque esto que te voy a decir jamás lo volveré a repetir… Te llevaste los besos más ardientes y apasionados de mi vida, y ¿sabes que te digo? Al fin he visto en tu rostro lo que mi amiga del alma veía… y que yo negaba… Vas por la calle arrastrando la perra vida que me hiciste padecer, acechando a las mujeres con los ojos inyectados en sangre de deseo carnal, como si estuvieras a falta de ello…Será que la que comparte ahora contigo tus canas, no te da lo que necesita tu cuerpo y que yo te daba con furia… y con ganas…

No hay comentarios:

Publicar un comentario