jueves, 15 de junio de 2017

ATRAPADA EN TUS BRAZOS.- (MICRORRELATO)



Hay un mundo interior en tu cuerpo que amenaza a unirse conmigo por esos caminos…Quiero atraparlo en tu sombra para grabarlo en mi memoria antes que caiga la tarde... pues...Por la noche se evade y esconde tras de mí…Me está suplicando que siga sus pasos cuando asoma despacio por aquí…y yo que estoy deseando salir de las tinieblas del hombre que aprieta la llave de mis cadenas…me doy la vuelta y veo sus ojos, negros y sin fondo…Eres ese esqueleto que corre deprisa con la máscara de la calavera…Sigo adelante buscando un baluarte donde protegerme de tus escombros...te odio y te quiero sabiendo que juntos caeremos rodando al fuego de los infiernos…Eres el hombre que me arrasa y me quema las carnes que rodean los músculos de tu osamenta…Y amanezco rendida a tus brazos que me sujetan entre las tinieblas, y te digo al oído...te quiero con todas mis fuerzas… Había sido sólo un sueño, una pesadilla maquiavélica en la que me perseguías…No te rindes fácilmente, y eso de que te dijera el día anterior que lo nuestro se había acabado, no entraba en tus expectativas... pues…Estás acostumbrado a salirte siempre con la tuya, y hasta que no me consigues no paras, y yo que carezco de voluntad, me someto al capricho de tu cuerpo con rabia y deseo. La impotencia me recorre por las venas, nada más que pensarlo, se me llena la cabeza de veneno y me entran ganas de decirte en toda la cara…vete al infierno… Todo el mundo tiene un límite y tú lo has traspasado tantas veces que ya no hay vuelta atrás…Aún así, sé que me sigues el rastro tras las huellas de mi sombra, y por eso estás buscándome por todas partes y no me ves…pero… Yo a ti sí, y lo sabes, ¡vaya que lo sabes! Te veo entre las canas de mi pelo al viento…Te huelo en el aire que respiro…Estás asustado…No te imaginas la vida sin mis suspiros y mis besos…Los besos que tú y yo conocemos y que nos alienta a seguir viviendo…Es como el agua que apaga el fuego…el fuego que está quemando tus pensamientos sabiendo que ya no te pertenezco…Mi corazón lo tiene atrapado ese hombre que está tras la sombra de los pasos que siguen latiendo en mi pecho… Me llama por las mañanas y me alienta a buscarlo entre las alas de mi encierro…Y por eso estoy aquí…Andando por los caminos de la perdición sin ti… pero contigo…No, contigo no, con él…pues… Antes de irme contigo, maldigo mil veces mi sino, si vuelvo a caer bajo tus pies… Enloquecida y perdida en un remolino de hielo fundido por el fuego del destino…Me quiebra y deshace las ansias sumida en un pozo sin fondo, oscuro y tenebroso con la chispa de sus pupilas embriagadas de ira…Salvaje y angustiada de furia malsana, arropado en el pensamiento de otros besos...que labios más ricos y hermosos en mi garganta, con el caramelo de su boca en el terciopelo, sedoso y hambriento... de mis rizos negros…Me tiemblan las piernas de su ira errante, buscándome con la saña de su mala entraña, que arrasa con mis secretos y pasiones ocultas encerrados en mis adentros... y me debilita los  sentimientos, aferrada a la orden de tu voz y mando, con la altanería que te vislumbra a los lejos… y de cerca me come las carnes como un pura sangre, sometida y domada con la fusta de la ira de mis carnes corrompidas…Atrapada me siento en un bucle infinito de argumentos, donde sólo priman los deseos del cuerpo…Pensaba que me amabas de verdad, que me querías con locura, y era tal mi ceguera que me lo creí, ¡fíjate! Hasta que me di cuenta de toda la realidad…No significaba nada para él, tan sólo era la escapada a la libertad, la alegría de su cuerpo y la agonía de sus canas blancas…Tengo el alma pendiente de un hilo…Quiero escapar, huir, evadirme de la amenaza de volver a caer otra vez a sus brazos… Las palabras se agolpan en mi pecho, me oprimen la garganta…tengo que pintarle alas para que salgan volando hasta el cielo…Hay un muro que se desploma ante mí, me llama por mi nombre y me grita…Tengo que hacerte mía aunque sea sólo por un día… Me pide un poco de atención…Me estás acosando de una manera sigilosa, en silencio…casi en un susurro de esos que parecen como si me desperezara antes del amanecer, y sintiera la suavidad de las sábanas de algodón rozando mis piernas y mis pies… Me estás despertando poquito a poco, haciéndome ronronear como una gatita mimosa…y tú que lo sabes me miras a los ojos con la duda latiendo entre nosotros…a lo lejos…Me gustas demasiado, ¿te enteras? Y tarde o temprano cederé al encanto de tu querer…pues…Me atraes, me enloqueces, me desata las emociones desequilibrándome en un frenesí de pasión, como cuando estaba en pleno apogeo de deseo carnal…Desatas ése instinto animal como si fuera una indecente y desvergonzada mujer fatal…Desbarata los sentimientos de mi espíritu frágil y pasional de una manera descomunal, y no deberías, ¿te enteras? Que se me agrietan las carnes y me deshace los sentimientos…Me acecha y persigue en la ventolera de mis pensamientos, que rauda y sigilosa me atrapan las letras de sus besos y se adueñan de mi boca como llama ardiendo…Lo siento, lo oigo desde el otro lado… ¡Oye tú! ¿Quién yo? Sí, sí tú… Dime por qué me pediste amistad, ¿debo suponer que te parezco tan bella?  Yo sólo quiero estar aquí y hablarte, me inspiraste confianza, naturalidad, sencillez, ternura… ¡Ah, vaya! Gracias, pues no sé qué decirte, porque tú a mí me desatas, me gustasNo deberíamosPues bloquéame… Te bloqueo entre mis brazos si te atrapoAtrapada en tus brazos estoy desde el primer momento que te acepté y tengo miedo hasta de mis sentimientosQué malos somos y traviesos…Pues sí, y ahora mismo te pones de rodillas hacia la pared… ¿Me vas a dar unos azotes? ¡Nunca! Me refiero a azotitos cariñosos…Me agachare por detrás, te rodearé el cuello y te dejarás caer sobre mis rodillas y te meceré entre mis brazos… luego me miraras el rostro, te besaré la cara y cerrarás ​los ojos… después te acariciaré la nuca con mi aliento diciéndote bajito…Me estás rescatando… ¿Dime de dónde? ¿De un castillo? No… ¿De dónde? No puedo decírtelo…Si puedes…No, todavía no…Venga, déjalo, olvídalo ya…que voy a ponerle alas a mi encierro para que las rescate el viento…

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