domingo, 25 de diciembre de 2016

COMO UNA RÁFAGA DE AIRE FRESCO.- (MICRORRELATO)



Amanece un nuevo día para mí y yo aquí triste y sola, ya ves mi amor, tantos momentos que hemos compartidos eufóricos de pasión, y ahora parecemos dos extraños, como si nunca nos hubiéramos conocido. Qué raro, ¿verdad? Como si jamás hubieran existido esos besos y abrazos que nos dábamos a escondidas de todo el mundo…Debe ser por esa mera insulsez que te envuelve y aprisiona de tal manera, que no te dejas ver del todo…esa pasta de la cual estás hecho, livianos sentimientos que te caracteriza en tus idas y venidas…Era uno de esos tipos que sólo buscaba en la mujer algo de placer para su propio beneficio y sostén…La pena me embargaba desde que supe que ya no lo vería jamás. Tenía el corazón destrozado de tantos embates que me estaba dando, unas veces me quería, otras me odiaba y lo peor fue que de tantos vaivenes me quedé indiferente…Tengo la vaga sensación de que pronto pasaremos el uno del otro…Era la superficialidad que emanaba de su interior, la que me alejó de él, cuando a través del tiempo compartiendo nuestra vida, me hizo ver la clase de persona de la que me creía enamorada…Más de veinte años juntos, y lo único que había hecho conmigo era maltratarme de la peor manera que se puede hacer con una mujer, que sin clavarme cuchillo, ni golpearme siquiera, me estaba matando poco a poco con sus cambios de personalidad, pues era un hombre de carácter bipolar, pero a pesar de todo, lo quería más que a mi vida, y pensar tan sólo que pudiera sufrir mi ausencia, en sus momentos de delirios pasionales, me dolía como si me estuvieran rajando las carnes...¡Oye tú! ¿Quién yo? Sí, sí, tú…Sé que estás sufriendo por mí, lo sé, y por mucho que te escondas y reprimas el llanto, las lágrimas derramarán tus gemidos en tu pecho y te ahogaras en su silencio…Sabes que lo has vuelto a hacer, que no es la primera vez, llevas toda una vida jugando con la suerte de olvidarme, quieres alejarte de mí y no puedes, por eso sé el dolor que te causa mi pena, ¡fíjate si te conozco bien! Que a pesar de haberte querido tanto, tengo el corazón limpio y sereno porque contigo siempre fui de frente y al fresco, y si algunas vez te hice daño, fue por defender mis besos y mis sentimientos...Me has roto tantas veces el corazón que ya ni lo siento, pero la pena y el dolor siguen alojados dentro…pues…a pesar de todo, soy capaz de pasar por tu lado con la sonrisa en mis labios...y te miro a los ojos con orgullo y descaro...No podía verlo llorar…hasta que me di cuenta de mi error…Me estaba arrancando los sentimientos a pedazos y me sentía morir...Tenía que enfrentarme a mis miedos de una vez por todas…y estando en éstos bravos pensamientos…Me lo encontré de frente, apenas podía mirarme a los ojos, de sobra sabía que estaba obrando mal conmigo, yo, la mujer que más lo había amado, la que lo dejó todo por él, la que le entregó los besos más ardientes que hubiera sentido jamás en su boca, ¡hasta el alma le di! No era dueña ni de mis emociones, ni de mis principios, ¡los que me habían enseñado mis padres! Dirigía mis más íntimos sentimientos, que allá donde él iba, lo seguía como un perrillo perdido buscando a su amo, pues amo era de mi cuerpo y de mis suspiros…no era nada sin él…Agachó la cabeza, tenía miedo de mirarme por la vergüenza que le daba enfrentarse a su cobardía…¿Qué pasa ahora? Le pregunté…Se quedó mudo, sin habla, apenas podía articular palabras…¡Siempre lo mismo, siempre la misma historia por Dios! ¡Qué aburrida me tienes…! Y seguí mi camino sin mirar atrás…Y por eso te encontré en medio de mis lágrimas, fue como una ráfaga de aire fresco acariciando mis cabellos, y dándome la vuelta vi una silueta entre las nubes…Quise correr y correr, no detenerme ante ese hombre que me miraba a los ojos, con el azul del cielo reflejado en ellos…Me estaba enamorando el alma con la brisa de su mirada…Ven, vuelve…no te vayas…escúchame…sé que puedes hacerlo…Oí su voz susurrándome…Alguien me está buscando…Sé que me quieres, que me llamas, que me buscas…lo sé mi amor, lo sé…Seguía hablándome el viento…Hay una especie de locura entre los sentimientos de mi amargura tan fuerte, que me llevó hasta ti…Estaba oscuro, no había nadie por ninguna parte y sin avisarle, me lancé a su cuello y le apasioné el cuerpo…Fueron tan sólo unos minutos mágicos, pues en el momento que se pudieran repetir por alguna extraña razón, la magia se esfumaría al instante, y sería como si no hubieran existido esos besos tan bellos y eufóricos que nos dimos tú y yo escondidos en aquel rincón…y ahora, fíjate cómo me has dejado…sola y sin tus abrazos…Me voy, necesito perderme por las calles, mezclarme entre la gente…me ahogo…siento una opresión en el pecho que no me deja respirar…quiero lanzarme al vacío y encontrarme con su libertad…Últimamente me sentía desanimada por los embates que me daba ese hombre lleno de complejos, temeroso de enfrentarse a su triste realidad, con inseguridades del mañana inmediato, puro artificio del mal…Ráfagas de viento, llanto de dolor, lágrimas de fuego...roto mi corazón…Te llevaste mis secretos ocultos, mis intimidades, mis sentimientos pecaminosos…no, pecaminosos no, que los sentidos que se entregan con amor son puros y limpios…Corre, corre y no te detengas...Y por eso se cruzó en mi camino con la fuerza del destino…Vino a visitarme en mitad de la noche y bailamos un tango lento y apasionado entre besos de pasión…Me enamoré al momento sin saber el porqué una mirada te llega a tocar el alma de esa manera tan sutil…Pura fantasía para la armonía de mi vida...Te agarraste a mi cintura con los deseos de la poesía, ¡vaya que sí! que sentí una caricia alrededor de mi cuerpo que ardieron hasta los versos…Eran tus manos las que me recorrían palmo a palmo entre sonetos y pareados…Cada pedacito de mí huelen a los caramelos de tus dulces besos que me diste y yo te di…Tengo los brazos impregnados con el aroma de ese tango lento…y apasionado...Nubes en el cielo, pompas de jabón… Sábanas al viento, azul azulete, almidón...



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