sábado, 3 de diciembre de 2016

AMOR DE MADRE Y AMANTE A LA VEZ.- (MICRORRELATO)




Me arrancaste la juventud de mi cuerpo…me llevaste por los caminos del infierno con tus palabras de fuego, me enamoraste los sentidos con las caricias de tus latidos, y poco a poco me aferré a tu cuello como serpiente a veneno…y ahora no puedo estar un solo día sin tus caricias, tus besos y que me digas…te quiero más que a mi vida… Y ahí empecé a navegar por caminos y senderos intransitables por mi pacata educación…quizás la generación aquella de esto no se hace, esto no se toca…mira que es pecado mortal y grave… Hoy me confieso ante ti, el Dios de mi credo, ese que está en el cielo, en el aire y en los árboles…Es la energía que me lleva a todas partes…He pecado contra la honra de mi generación, la disciplina, las normas establecidas por la sociedad…mis padres…hoy quiero plasmar aquí lo que hice, aunque jamás me arrepentiré,  pues todo fue por amor, hasta que me puso contra la espada y la pared…No me pongas a prueba mi amor, no me pidas tanto, mira que soy capaz de querer a dos hombres a la vez, pero no te conformas y quieres cada día más…Jamás sería feliz sabiendo del dolor de mis hijos, la madre es más fuerte que la mujer…Tampoco renunciaré a ti porque eres el motivo de mi vivir… Hay un vacío y unos desencuentros que me está corrompiendo por dentro, las espinas se me clavan hasta el mismísimo esternón y el pecho... quiero tener una cita contigo para que me aclares éste sentimiento... pues…Eres fuerte, lo sé, ¡vaya que lo sé! Estás disfrutando y sufriendo a la vez, sintiendo que me duele que no te pueda ver, eres así de mal nacido, ¡fíjate si te conozco! pero te digo una cosa, que luego no me pida explicaciones, que yo hago con mi vida lo que me da la gana, ¿te enteras? que para eso es mía…Siento que lloras mi ausencia, que estás tristes y decaído, lo sé, ¡vaya que lo sé! Que a mí tú no me engañas con ese porte de desinterés…pues…cada vez que te veo leo en tus ojos la duda pendiente de tus labios, que sin salir de tu garganta me habla…¿me quieres? Y yo que estoy tan dolida me hago la importante y desenvuelta mujer de mundo, te miro a los ojos con sorna y sigo adelante moviendo las caderas como una vampiresa…pero cuando no me ves…Siento un sonido en mi corazón que late al ritmo de mi dolor…dile que lo quieres, que lo extrañas, dile que aún no lo has olvidado, que tenga paciencia, que te espere, que ya mismo caerás rendida en sus brazos y le dirás…te quiero de aquí a la eternidad… Vengo toda rota de pena y el dolor me supera y ya no sé qué hacer para que vuelvas…pero que yo no voy a ir corriendo tras de ti como una mendiga, ¡eh! Que el amor no se mendiga…tú mismo me lo dijiste una vez, ¿te acuerdas? Que el amor se entrega con impaciencia, a deshoras y de cualquier manera…Esa manera tuya de apretarme la cintura con un brazo, mientras con el otro va escarbando por los bajos fondos…esa manera me descontrola los pensamientos, me descabella la melena, y me arrebata hasta los movimientos de las caderas…Apenas puedo llorar… no me quedan lágrimas…el sufrimiento ha hecho mella en mis ojos y los gestos de dolor se han adueñado de mi corazón…no quiero ser cómplice del llanto contenido ni me conformo en seguir esperando un milagro…tendré que buscar la manera de empezar de nuevo aunque me cueste lágrimas de sangre…Tengo rabia en mi cuerpo, los demonios me llevan a tu infierno, me has descontrolado los sentimientos, ¿por qué me tuviste que poner a prueba si sabes que te quería más que a mi vida? Soy así de controvertida, no puedo dejarlo como si fuera una desalmada, eso no va conmigo…No me pongas a prueba, por Dios, no me des a elegir, mira que yo puedo querer a dos personas a la vez…Él es mi marido y tú eres el arrope de mi ombligo, con él me acuesto todas las noches pensando en ti…contigo soy la mujer y se me desata la lengua, y con él la madre de sus hijos, y me escondo tras las palabras enmascaradas, pensando en tus manos entre las veredas de mi morada…Contigo me descarno al aire libre del sol…tu eres el sol que me calienta la desnudez de mi alma… pues…Me acostumbraste a escuchar tus susurros bajo la seda de mi tanga y sacaste a la luz a la hembra…desnudaste a la mujer que tenía escondida bajo llave y ahora quieres que te siga a todas partes…Esas partes ocultas tras los cristales de las redes sociales donde tú y yo nos conocimos por casualidad… Estaba casada…Él también…Somos dos almas perdidas entre las pasiones de los amantes, eternamente enamorados del amor en activo y presentes siempre, siempre…Somos maridos y mujer ante los ojos de Dios, y adúlteros ante la sociedad…y para ellos dos…Señor, hoy me postro ante ti y confieso mi verdad…tengo el corazón partido, lleno de dudas…a veces tranquilo y reposado…pues…Hay dos huecos en mi corazón lleno de amor…Amor de madre y amante a la vez que no se interfieren, cada uno va al latido de su son…no se tropiezan, no se molestan…son amores fuertes y muy diferentes…dame la clave para no hacer daño a nadie…pues…Me casé muy enamorada, y mientras los niños crecían se me iba la vida hasta que me di cuenta que ya no me decía palabras bonitas de amor…Sólo pensaba en trabajar y ganar mucho dinero, un rico empresario, y se olvidó de la mujer…y me enamoré…Lo mismo le pasaba a él…Estaba necesitado de pasión…la mía…Su mujer cayó enferma y siempre en silla de ruedas, sería injusto apartarlo de ella… Me acostumbraste a olvidarte, a perderte, ¡te odio! Te odio a muerte y ojalá te coman los celos por mí…y me fui caminando con las lágrimas en los ojos…Llevo más de dos años padeciendo, encerrada tras la puerta de mi casa, llorando como una magdalena y he decidido salir a la calle y encontrar un aliciente a mi vida…Tengo un amor escondido en mis sueños... y tengo que encontrarlo…tengo que atrapar en mis pensamientos aquellos besos que me gustaron tanto…pues…No quisiera pasarme la vida lamentándolo…para nada, que los amores traspasan laderas y montañas cuando son fuertes y enamorados…y yo te quiero, ¿te enteras? Te quiero como para estar contigo hasta que la muerte nos separe…o la vida…que la vida también separa a los amantes en el cuerpo…y en la carne…pero jamás en los suspiros…porque esos besos que tú y yo nos dimos, duraron lo que nuestras bocas se separaron en suspirar, que si no…nos hubiéramos hartado hasta la saciedad…y por eso sigo soñando con volverte a besar…y ahogarme contigo entre suspiros de ansiedad… Llegó tras de mí, me retuvo por la espalda, me rodeó el cuello con su abrazo sereno… me dejé caer sobre su pecho en silencio…sólo estábamos los dos en medio de la oscuridad de las escaleras y sin decir nada me volví y mirándolo a los ojos…lo besé con calma…como era él en su querer…callado, sin omitir palabras…no hacían faltas…tenía las manos llenas de fuego por acariciar mi cuerpo…y me abandoné echada sobre la pared…era su mirada triste…sus besos ardientes y suaves aterciopelaron mis caderas hasta que los suspiros salieron de mi pecho, y recorrieron sus latidos al momento…

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