jueves, 31 de diciembre de 2015

BESOS RETRATADOS.- (MICRORRELATO)




Iba caminando solita por la calle y tenía una corazonada…Corre, corre, corre…Ven que te estoy esperando al lado de la pensión…Yo presentía que querías venir a verme pero estás un poco deprimido por toda la situación…Cuéntame tus penas corazón mío…Dime qué te pasa mi amor, mira que las penas compartidas pesan menos y son más llevaderas…Sabes que lo estoy pasando fatal porque no vienes…puede ser que no puedas…o quizás no quieras…Ven pronto, rápido, que necesito otro beso apasionado de tu boca…Dámelos todos mi amor, que tengo la boca seca y apenas me sale la voz…Son los suspiros que se estremecen de tanto como los deseo y me están martilleando las sienes desde aquél primer beso…Sé que estás tristes por estas fechas tan señaladas, es normal…Se añoran a los padres y a los hermanos…quizás un abuelo bueno que se llevó Dios al cielo…Son los recuerdos que permanecen dormidos y cuando llega Noche Buena se presentan reclamando un plato en la mesa…Demasiadas ausencias compartidas entre sillas vacías…sin el cabeza de familia bendiciendo la cena…Te comprendo, a mí me pasa lo mismo, pero si yo viviera contigo no echaría en falta nada, mi vida estaría llena y casi completa…Pero parece que no puede ser…Dímelo amor, cuéntame tus penas como lo hago yo, para que así podamos llorar los dos…Tengo tres retos, sí señor, tres retos…El primero lo llevo metido en la sangre, recorriéndome todo el cuerpo por las venas de mis sentimientos, herencia de mis padres, y por respeto hacia ellos, lo acepto, me lo trago y sigo adelante…El segundo reto lo tengo clavado en el corazón abierto, grabado a fuego lento con los besos del pecado, la lujuria y los locos pensamientos…Y el tercer reto, ¡madre mía el tercero…! El tercero es el que enamoró mi alma entera, desnudó mis letras y me arrebató hasta los más íntimos secretos con palabras de pasión y deseo…Y porque lo quiero para mis adentros…¡Vaya que sí! Pues resulta que me he enamorado como una perra de un hombre que me tiene toda la sesera loca, loquita, toda…No paro de pensar en él desde la primera vez que lo vi aparecer ante mí y en la manera de mirarme…Esa manera tan suspicaz que tuvo al posar sus azulencos ojos sobre mí, fue lo que desató todas las hormonas de mi interior disparándolas a mi alrededor…y hasta ahora…que cada vez que lo recuerdo me palpitan los latidos de todos mis sentidos y se avivan los rescoldos de aquél furtivo encuentro…y me chispean dentro de mi cuerpo…No fue una ojeada panorámica sin ton ni son, no, fue una mirada absorbente, como una radiografía de mis pensamientos…o…al menos así lo sentí yo y me quedé prendada de su sonrisa picarona…Parecía un niño haciendo travesuras y lo hubieran pillado in fraganti…Me cautivó, me hechizó, me embrujó…Y es tanto como lo llevo en mi corazón, que ya no sé si escaparme con él o pararme a pensar en mi bienestar. El caso es que me encuentro en un mar de dudas tan grande, que desde entonces no soy dueña de mis palabras ni de mis sentimientos. Se me llena la mente de escenas atrevidas y escandalosas, hasta tengo deseos muy primitivos…Casi temo cerrar los ojos por lo impúdicos que son, y el caso es que no me avergüenzo de ellos, es más, se lo he comentado y me he quedado tan fresca…Debe ser que me he convertido en una descarada porque esto es inaudito para mí…la verdad es que me desconozco. Pensaba que era modosita y puritana…Puede ser que en el fondo haya sido siempre así de macarra o como quiera llamarse la cosa esa, y estaba dormida y éste hombre me la ha despertado con la mirada tan profunda que me echó, pues no le encuentro otra explicación…Y además eso de que lo atracara a besos en la primera cita es lo más raro del mundo…y con unas ganas… parecía que estaba hipnotizada…Sí, sí, eso debió ser porque jamás en mi vida se me hubiera ocurrido, ¡para nada! Vamos, que me acerqué a su boca y le rocé los labios, más o menos un piquito, y luego lo repetí, pero al momento le eché la zarpa a la cabeza como si fuera una gata en celo, ¡por Dios! Arrimé su boca a la mía y no me veas el pedazo beso que le di, y él se dejó de una manera tan sutil…hasta me acarició la cintura con la palma de la mano…Parecía de terciopelo, ¡madre mía...! ¡qué suavidad más guapa! Se me pusieron los pelos de punta…¡Ay Dios mío, lo que me gustó a mí aquellos besos...! Estaban llenitos de deseos…muy llenos…rebosantes…Ya no los puedo olvidar, los tengo grabados en el alma…y se me escapan en palabras ardientes de pasión…Tengo las carnes desorbitadas y no sé qué debo hacer, sólo sé que no te puedo olvidar y que te pienso a todas horas, eso es lo único que sé…Estás metido dentro de mis pensamientos haciendo malabarismo…Me parece a mí que no fue buena idea el haberte conocido y besado, pues mis labios arden de pasión…Deben ser cosas de esos duendecillos traviesos que siempre la están liando…Quiero estar contigo de nuevo, verte, abrazarte, que me mires a los ojos como aquella vez, ¿te acuerdas? No parabas de sonreírme, sentí que eras el hombre más feliz del mundo…Y mis labios ardiendo por tu boca…Parece un hechizo…me gustas mucho, niño…Me atraes de una manera muy pecaminosa, esto no puede ser bueno, ¿verdad? Eres mi perdición, ¿te enteras? Había una pequeña pensión cerquita, con las paredes blanquitas, donde te dije adiós mi vida, y me fui caminando tres pasos…Y antes de darme cuenta, me giré y me colgué a tu cuello y se llenaron las paredes de besos encarnados…Y ahora cada vez que paso por el lado, me persiguen aquellos besos que quedaron en sus paredes retratados…


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