Una morbosa curiosidad pendía sobre mi cabeza como si fuera
la espada de Damocles…No lo dudé un instante y resuelta me encamine hacia la
otra punta de la ciudad decidida a averiguar qué era lo que se traía ese tipo
conmigo…pues…No paraba de dejarme en el chat mensajes llenos de palabras
amistosas, pero entre líneas podía observar que me estaba tirando los tejos con
tal descaro, que me hizo sospechar lo peor…Bueno, tanto como lo peor no, pero
que estaba deseando cogerme por banda sí, y yo que estoy ya de vuelta de todos éstos
trápalas, me dejé seducir, o así se lo hice creer…Quizás esta coquetería mía, de
la cual me jacto y envanezco y de la que jamás renegaré, me hiciera ver más allá
de la realidad, e intrigada como estaba por averiguar las verdaderas
intenciones de éste simpático tipo que se movía en la red con el pirulí
pirulero, cosa que a leguas dejaba ver, seguí chateando de manera amable y natural,
aunque de vez en cuando le dejaba entrever que me encantaría conocerlo, a lo
cual me respondía rápidamente con mensajes algo subidos de tono, ¡menudo pájaro!
Pensaba para mí…Era un morboso de tomo y lomo que le atraían las mujeres de
edad madura, incluso se pavoneaba contándome sus aventuras presumiendo que lo
provocaban cuando iban al estudio, y él fogoso como era, caía rendido siempre…Lo
comentaba con tal desparpajo que parecía como si fuéramos amigos de la infancia…No
sabía qué pensar de él, haciéndome dudar de mi personalidad creyendo que estaba
anticuada, y que éste era el pensamiento actual…Una veces me hacía sentir ñoña
y desfasada y otras demasiado alocada para mi edad, por lo que decidí dejarme
llevar por la curiosidad…Esa curiosidad morbosa que nace en el interior, y por
eso…Me encuentro en medio de una calle llenita de cafeterías y tiendas, incluso
un pequeño parque donde unos cuantos ancianos charlan alegremente...Enfrente
una iglesia…Entré y me arrodillé... Señor mío, no sé
qué hago aquí...te ruego que me ayudes, lo único que quiero es que vea las
marcas de mi rostro, las señales del tiempo alrededor de mis ojos y en las
comisuras de mi boca, a ver si viéndolas se da cuenta de que podría ser su
madre y me deja en paz de una vez... pues...No para de insistir que le gustaría
conocerme, oír mi voz...¡Qué cosas más bonitas me dice por Dios...! Ayer
precisamente me mandó un audio para que lo oyera, al mismo tiempo quería que le
contestara porque imaginaba que tenía una voz suave y melosa, ¡madre mía de mi
vida! Al momento le contesté que era gritona, fuerte y segura…No sé porqué tuve
que darle tantas explicaciones, debe ser porque ya tenía en mente presentarme
ante él para sacarlo de dudas, y se diera cuenta de que no era tan bella y
preciosa como me veía en las fotos…No es lo mismo ver la imagen de una persona bajo
los rayos del sol, que a través de una foto colgada en la red donde la nitidez
no es tan clara y real…En cierto modo me daba pena herir sus sentimientos
cortando por lo sano…No sé porque me preocupa tanto…Quizás esta manía que tengo
de protección hacia los más débiles, y por eso…Me encuentro en un mar de dudas
rodeada de imágenes religiosas, como si ellas pudieran protegerme a mí... Salí
de la iglesia y seguí andando, cuando a la vuelta de la esquina lo veo caminar frente
a mí... Me dio dos besos y no paró de mirarme de arriba abajo con tal descaro
que temía reírme…parecía un niño grande…Tenía una sonrisa burlona en sus ojos
que les chispeaban como fogatas ardiendo… ¡Madre mía, éste es de los míos! Pensé
sin que se me notara demasiado…pues…Me encantaba ser objeto de seducción… ¡Vaya
cuerpazo que tienes…! Perdona que te lo diga pero estás buenísima…a ver, déjame
que te mire por atrás, ¡menudo culazo! Me estaba camelando de una manera
visceral que no sabía qué pensar si mentira o verdad, pero en el fondo de mi
corazón, me sentía como una diva…Me gustaba, era como si estuviera
aterciopelando los sentidos, y un regusto suave y dulzón regaba todos los órganos
de mi cuerpo…Enseguida me llevo a su estudio fotográfico y cerró con llave la
puerta...Era un espacio pequeño, en medio una mesa y en un panel de corcho
varias fotografías en blanco y negro pendía de chinchetas...Era como un puzle de
esos que aparecen en las películas antiguas…Aquí trabajo, es un estudio
sencillo y humilde como yo, y aunque no gano mucho dinero, sí lo suficiente para
vivir, dijo…Era canallesco y encantador…Me ofreció asiento, un sillín redondo
con ruedas, el cual nada más sentarme rodó hacia atrás y casi me caigo…Al
momento empezó a manipularlo rozándome el trasero…No paró de mirarme a los ojos
diciendo lo guapa que era...Me levanté alerta temiendo caer en sus redes…Me
enlazó por la cintura atrayéndome de tal manera que pude notar en mi vientre su
órgano vital... Me separé de sopetón…Sentí un respingón en el pecho que me subió
hasta la boca…No sé cómo me salió la voz de la garganta…pues... Era un pulpo
con tentáculos por todas partes...me besó el cuello, me acarició los hombros,
la espalda, los muslos y el culo... Me estaba sobando con todo el descaro del
mundo, y yo mientras tanto deshaciéndome de sus manos que rebusconas no paraban
de palparme como si fuera una pieza de fruta... Qué bien hueles... Qué piel más
suave...Qué buena estás...Tienes un cuerpazo...Qué boca, ¡por Dios! Tienes unos
labios tan carnosos que dan ganas de besártelos hasta hartarse…No me cansaría
de comerte la boca y todo el cuerpo, ven, arrímate más…No paraba de morderse los
labios haciendo muecas exageradas de pasión, sonriendo y haciendo amago de
echarme mano...¡Qué ricas estás! Quédate un rato, vamos a hacerlo... ¡Madre mía
de mi vida! Me estaba poniendo al límite…¡Me estaba sobando todo el cuerpo! Hacía
mucho tiempo que no me magreaban de esa manera tan calenturienta, y juro que sí
no salgo pitando de allí me lo hubiera zampado de un bocado, pero...Era tan
niño...muy alto, sí, pero era un chiquillo a mi lado, y...No quería volver a
repetir la misma historia, que por despecho tuve con un tipo veinte años más
joven que yo enrollándome de tal manera, que luego estuve más de un año pasando
las de Caín para quitármelo de encima, ya lo dice el refrán...Quién con niño se
acuesta, cagado amanece...
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