Me fuiste infiel un montón de veces, pero te perdoné mirando
hacia otro lado haciéndome la tonta, dejándolas pasar porque te quería y no
podía estar sin verte, ¡vaya que sí! Que todo mi temor era perderte…pues…Nada
más que pensarlo me volvía loca…error mío, mal hecho, porque ahora me he dado
cuenta que soy yo la que ha dejado de quererte, pero…Tú, tan poseído de mí como
has estado siempre, no lo das por hecho y sigues en el tajo como si fueras el
dueño de mis risas y de mis llantos, y lo que no sabes es que me cansé de tus
mentiras y engaños empujándome a otros brazos…Aún no te has dado cuenta de que
ya no puedo volver contigo, me es imposible, no tengo la más mínima intención
de seguir padeciendo la soledad en mi habitación, llorando y muertita de celos
sabiendo que estás con otra en su cama, bajo sus sábanas y con las piernas
anudadas a tus espaldas para hacerla tuya…mientras las mías se desesperan adolecidas
esperándote, para luego acariciar mi cuerpo con el aroma de su piel y el sabor
de sus besos…¡No, no y no! ¡Basta ya de tristeza y tanto llorar! Me dije, recordando
aquellas sabias palabras que mi madre siempre decía…Hijita, ningún hombre
merece lágrimas de mujer… Cuánta razón tenía, y por eso me entregué a otro,
pero…No podía seguir ni contigo ni con él…Era una red de mentiras, simples
cambalaches de carnes…dos cuerpos contorsionados por el puro placer de darle
gusto a la ira y a la venganza…¡Maldita venganza que envenena los corazones
buenos! ¡Hasta aquí llegué! No hay vuelta atrás, y él que presiente todos mis
pensamientos…Pasó por mi lado con la respiración entrecortada y la mirada tan
triste y apagada que el dolor le traspasaba el alma…Era lastimoso verlo de
frente y queriendo aparentar indiferencia hacia mí, y yo que sentí el ritmo de
su corazón latir, oí cómo decía…Me has quitado la vida…Seguí andando como si
nada…no quería volver la cabeza atrás…pues…Ejercía tal poder sobre mis
sentimientos, que sabía que si lo hacía me derrumbaría de pena y me echaría a sus
brazos llorando como una magdalena, y no estaba dispuesta a volver de nuevo a
las andadas…pero…No se da por vencido…sigue insistiendo para llevarme consigo
al huerto…¡Míralo! Ahí está de nuevo…tiene una paciencia…en el fondo lo admiro,
pero paso de ti…No quiero verte la cara, ni mirarte a los ojos, porque si los
veo chispeantes me rindo, me vengo abajo, sobre todo si me paro a recordar todas
las cosa buenas que hiciste por mí…y las malas también, vaya tú a creer, ¿te
enteras? Que son muchas, pero te las he perdonado por la fuerza del querer, y
ahora fíjate qué fresca y valiente me he vuelto…o no…Quizás sea una cobarde al
no querer luchar por ti, por nuestro amor… ¿Nuestro amor? ¡Por Dios…! Estoy desvariando
como una autómata sin rumbo ni timón…¿Qué amor y ocho cuartos? Si en esta
historia la única que más entregó fui yo, pero ya…Me rendí...vete, eres libre, sal
de mi vida, no quiero saber nada de ti, no quiero volver a verte…Ahora tan sólo
quiero pensar en mí, ¡en mí! En mi vida…mi estabilidad física y mental, pero
sobretodo, quiero ser feliz, me lo merezco…ya toca, ¿te enteras? Quiero ser feliz,
vivir tranquila y serena, sólo eso…necesito paz…pues…No me queda nada, tan solo
mi alma herida y escarmentada…Pensaba que era una historia acabada y no había
retroceso alguno aunque me doliera verlo sufrir…Me has matado, me has
matado…mascullaba desde lo más profundo de su ser…No, no…le respondí
contundentemente…Es un imposible y tú lo sabes, así que no me vengas con tantos
chantajes emocionales, que para llorar y pasar penas siempre habrá tiempo…Seguí
camino hacia delante sabiendo que había tomado la mejor decisión de mi vida, ya
que lo nuestro no tenía salida…Demasiadas infidelidades habían contaminado
todas las estrategias para hacer la vista gorda, las cuales estaban agotadas y
me encontraba cansada de tanto aparentar una alegría desmedida e incierta, además
me estaba tirando al barro como una furcia…¡Ay si mi madre levantara la cabeza!
¿Qué pensaría de mí? Tenía que reaccionar rápido y pronto porque la cosa se me
estaba yendo de las manos…pues…En el fondo sabía que nunca llegaría a encontrar
la felicidad, y por eso…He decidido dar un giro a mi vida de noventa grados…Me
he mirado al espejo y he visto una mujer con muchas fuerzas en el gesto…¡Esa es
la actitud! He dicho en alta voz dándome ánimos y auto convenciéndome…Sigue
adelante, pasa página, no pienses, déjate llevar por la razón, en la mente
tienes el poder…De repente el corazón latió y con sus latidos oí sus gritos de
dolor…Me estás quitando la vida…Está llorando solo en su habitación…No puedo
seguir, no soporto verlo llorar, no se merece mi olvido…pues…De alguna manera a
su lado encontré la felicidad…Una felicidad infernal, salvaje y atemporal, pero
llena de pasiones cautivas y desenfrenadas…Es la pasión lo que mueve el mundo…mi
mundo, y ese mundo lo quiero compartir contigo…Giro la cabeza y lo veo, está
esperando mi reacción, y por eso…Ha pasado de mí para demostrar el poder que
ejerce sobre mi corazón, es muy listo, me conoce muy bien y sabe cuál es mi
punto débil, y mi debilidad es su cautividad…
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