AVATARES EN LA RED.- 18º (ZONA WIFI)
Cuando
salí del baño Ernesto había desaparecido. Me arreglé lo antes posible.
Seguramente que me estaría esperando en la cafetería para desayunar juntos.
Tampoco estaba allí. Salí rápidamente a la calle y nada, ¡ni rastro de Ernesto!
Subí a la habitación por si me llamaba y caí en la cuenta de que podría estar
comprando el periódico, o quizás querría darme una sorpresa con algún regalo.
Estuve más de una hora sentada en la cama haciéndome mil pregunta. Finalmente
me dirigí a la conserjería para preguntar por él y nadie sabía quién era,
incluso pusieron en duda de que la noche anterior hubiera llegado acompañada.
Parecía como si todo el mundo se hubiera puesto de acuerdo. Era como una
pesadilla. No daba crédito a lo que me estaba ocurriendo. Dos lagrimones
cayeron de mis ojos empañándome el rostro pensando que Ernesto se había
aprovechado de mí, incluso dejó los gastos de la habitación a mi nombre, ¡qué
tonta, madre mía! Siempre he sido muy ingenua. Me lo creo todo, aún viendo la
verdad delante. Salí precipitadamente del hotel y me encaminé hacia el parque
de atracciones. No sé por qué, pero algo en mi interior me decía que Ernesto no
era de esos hombres que se aprovechan de las mujeres como yo. Ernesto era todo
un caballero. Cuando llegué al Tibidabo, había una muchedumbre de gente
extravagantemente vestidos trasladándose de y un lugar a otro con los móviles
en mano. Parecía una concentración de internautas. Al acercarme, pude observar
que a la izquierda iban disfrazados de avatares de colores diferentes, donde
predominaba el azul celeste. Estaban formados en grupos, en los cuales y
siempre en primera línea, el líder se alzaba en medio con una enorme pancarta
donde la palabra Fantasía se hacía eco en todos los medios del universo. Le
seguían otras con la Ilusión,
el Sueño y Esperanza escritas. Un mundo multicolor se exhibía ante miles de
internautas que no paraban de hacer fotos para enviarlas a todas partes del
mundo. A la derecha estaban los grupos vestidos de blanco y negro. La mayoría
llevaban el rostro cubierto con pasamontañas para que nadie pudiera
reconocerlos, y lo mismo que sus oponentes, también tenía sus jefes con
pancartas donde se podía leer en grandes letras la palabra Realidad. Éste
numeroso grupo estaba compuesto por ricos banqueros, magnates de plataforma
petrolíferas, mafiosos y chinos, sobre todo chinos millonarios. Toda clase de
gente que tan sólo piensan en hacer dinero. Y en medio de todo éste enjambre
humano, había un personaje dentro de una bola de cristal y se hacía llamar El
Licenciado Vidriera. Si, el famoso licenciado de Don Miguel de Cervantes de las
famosas Novelas Ejemplares. Ése que cuando acabó sus estudios se quedó en medio
de la plaza y le dio por decirle a la gente que no se acercara porque se podría
romper. Los que estaban disfrazados de avatares lo miraban sonriendo por que
estaban capacitados para ver más allá de la realidad, además de compartir y
respetar cualquier filosofía de vida. En una palabra, sabían discernir y
visualizar, pero los de blanco y negro se reían de él porque, según ellos, tan
sólo se limitaba a decir incoherencias que no tenía base donde sostenerse, de
tal manera, que éste, les gritó desde lo más hondo de la bola, que entre el
blanco y negro existía el gris. Los dejó boquiabiertos por que ésta gente tan
realista no creen más que lo que sus ojos ven. De repente pasa volando una
avioneta con una enorme fotografía donde dos abuelos se besaban en un banco.
Apenas se les veían la cara, ya que la mujer aparecía de espalda abrazada al
cuello de un hombre tapándole el rostro. No había la menor duda. Éramos
nosotros. Rápidamente me escabullí entre la gente y salí pitando de allí. Volví
al hotel preguntando si había Zona Wifi. No podía comprender el por qué de
tanta gente dando una noticia sin importancia, al fin y al cabo tan sólo eran
una pareja de amantes. Hasta en la tele se hicieron programas de debates, donde
la polémica estaba puesta en si la mente era capaz de traspasar las barreras
que separan lo falso de la realidad. Me senté ante el ordenador e introduje mi
contraseña, y efectivamente, allí estaba todo escrito hasta éste preciso
momento. Me veía a mí misma al otro lado de la pantalla. Miré en últimas
noticias y entonces lo vi todo claro. Se había creado un evento para ver con
sus propios ojos a los amantes de Internet. Por eso estaban todos los
internautas congregados en el parque de atracciones. Los realistas que ponían
en duda lo de la cita a ciegas entre Ernesto y yo, y quería ridiculizar a los
Fantasiosos. Querían saber todo lo relacionado a lo ocurrido verdaderamente ya
que hubo una filtración donde se detallaba cada movimiento de la galopada. Hubo
comentarios contradictorios en los cuales se ponía en duda, de que dos personas
que se habían conocido en facebook, llevaran a cabo un encuentro donde el amor
estaba presente y encima hubiera sexo a través de sus avatares. Además que eran
mayorcitos y se supone que ya no están para tanto trote, y menos que el tipo
usara su fusil, mientras ella galopaba. Los más entendidos decían que eran
ficticios, que eran dibujos de un relato imaginario. Mi cabeza empezó a dar
vueltas sin comprender nada. Era como si Ernesto no hubiera existido nunca.
Como si hubiera creado un personaje, una caricatura, un avatar, que con mi
aliento y fuerza le hubiera dado vida y forma, de tal manera que hasta los más
incrédulos creyeron que verdaderamente había viajado en tren hasta Barcelona.
Todo había sido un sueño. De repente me di cuenta de que Ernesto no era real.
Era un personaje imaginario que yo había creado para salvarme del auténtico
humano. De nuevo la fantasía traspasó todas las barreras de la realidad,
trasladándome tras los cables y el cristal. La noticia corrió como la pólvora.
Los comentaristas se liaron a chatear entre ellos si era falso o real. Parecía
un truco de magia y hubo un momento que hasta yo misma dudé. Pensé que tenía la
cabeza llena pájaros. Si, esos pájaros que heredé de mi madre y que siempre
estaban revoloteando a mi alrededor fantaseando con príncipes y princesas,
hadas buenas y brujas malvadas y feas. Yo tenía un sueño. Soñaba en darle vida
a las palabras. Unas palabras cargadas de sentimientos. Los sentimientos que
mueven el universo. Tenía que poner todo mi corazón en las frases. Tan sólo
necesitaba transmitir. Tenía que insuflar a mis avatares de pasiones y
debilidades humanas, para que parecieran más carnales, y para eso tenía que
creer en mí y en ti. Siempre hay un alma gemela perdida que tropieza en su
camino con otra. Y por eso te conocí, Ernesto mío. Me enamoré de tus palabras,
fíjate que cosas… Ahora no quiero perderte, mi amor. Por eso he decidido
escribirte este mensaje.- Estoy llorando de tristeza, por que si me dejas no me
quedará nada y volveré a la realidad. La realidad es ese hombre del cual me
salvaste, ¿te acuerdas? Si, ese que entró en mi vida arramblando con todo,
matando mis pajaritos. Ese hombre, que desde que te conocí le dije bien clarito
que ya no estaba enamorada de él. No se da por vencido. Nunca me deja. Se cree
que soy de su propiedad. Ayer me siguió por toda la calle y en un descuido me
abrazó y me besó, ¡a plena luz del día! Ya no le importa que la gente nos mire,
le da igual con tal de tenerme. Está loco y temo por mí porque soy realmente
débil. Soy de lo peor. No sé por qué, pero me tiene completamente dominada. Es
tan real su presencia que me abruma. Me dice todas esas cosas que una mujer
coqueta como yo, le gusta oír. Reconozco que me encantan sus palabras, además
están llenas de fuego y con eso no puedo… Me tiene sometida y temo que
cualquier día de esto desfalleceré. Reconozco que esto me supera. Por eso no me
gusta la realidad. Mi propia realidad. La realidad que se llevó a mis padres,
pobrecitos mío, ¡cuánto los quería! Me los arrebató para siempre. Todavía me
acuerdo de mi madre, ¡que guapa era! Me esperaba sentadita junto a la ventana
para que le pintara las uñas por que ella no veía, ¡qué risa! Se llenaba todos
los dedos de pegotes de esmalte. Y de mi padre, que el pobre con la barriguita
ya no se podía calzar los zapatos. Y de mis dos hermanas, ¡qué pena! Se fueron
tan jóvenes…Por eso prefiero vivir la fantasía de las historias que me invento
y me las creo. Me gustaría ser una mujer fuerte y madura, pero no. No he
madurado todavía, no sé cuando, quizás cuando me vaya al otro mundo. Soy muy
débil. Estoy llena de flaquezas. No sé si podré tener la paciencia de esperarte
amor mío, y menos ahora que me acaba de enviar un mensaje una señora diciéndome
que estás liado con ella. Que cada día habláis por el móvil y que vuestras
conversaciones son atrevidas y sugerentes, ¿cómo no voy a caer en los brazos de
él? Además es que me da una lástima… Parece un perrito detrás de mí, siempre
detrás de mí. Parece mi sombra y ya no sé para dónde tirar…Los internautas me
tienen confundida. No paran de comentar que te deje, que no mereces la pena y
que tan sólo eres un contacto más. Como cualquiera de los miles que existen en
las redes sociales y que por mucho que nos hablemos, la realidad es que estás
al otro lado del cristal. Hace un minuto que me han escrito en privado
diciéndome que te chateas con una chica que podrías ser tu hija. Pero yo creo
en ti, amor mío, siempre confiaré en ti y jamás te dejaré. Nunca les haré caso,
tan sólo a lo que tú me digas. Pienso aferrarme a ti con todas las fuerzas de
mi alma hasta que consiga enamorarte y me ames de verdad.- De repente oí la
señal de un mensaje. Era de Ernesto. Mi corazón empezó a latir desbocadamente.-
Cariño mío no te muevas de ahí que ya mismo me quito éste disfraz de cristal y
nos vamos al Tibidabo, tengo muchas cosas que contarte…
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