miércoles, 4 de noviembre de 2020

COMO SI FUERA EL ÚLTIMO ABRAZO.- (MICRORRELATO)

 Yo creía que se había acabado todo lo relacionado al sexo para mí, pero…He descubierto que estoy enamorada y por eso…Te dejé marchar…es como si no tuviera derecho a ser feliz…He derramado tantísimas lágrimas en soledad… Quizás pensaras lo mismo, porque a veces venías con la cara muy seria…Es posible que te sintieras un poco agobiado por las circunstancias que nos tocó vivir…ya lo decía mi madre con mucha contundencia cuando no le salían las cuentas…Hijita, la vida no es la que uno elige, si no la que le toca…No lo sé ni me importa, pero…Intuyo un futuro incierto para los dos…Había momentos que me daban ganas de tirarlo todo por la borda y largarme lo más lejos posible de él…pues…Esto de estar en un segundo plano no era suficiente para mí, aunque…Sé que me amas a pesar de tener en tu casa una esposa enamorada…Enamorada y callada ante la ausencia de tus caricias que se pierden bajo mis sábanas de algodón, y por eso…¡Basta ya de altibajos emocionales! ¡Basta ya de noches en vela y días sin vida…! No podía  seguir con ésta locura de pasiones prohibidas…Últimamente tenía muchas dudas sobre la verdadera naturaleza de su amor…si estaba a falta de sexo o me amaba, el caso es que era de lo más apasionante que había sentido jamás…Tenía verdadero terror a que algún día se acabara…Quizás será por la edad…Oí rechistar al corazón…Me casé con el primer novio que tuve…Lo conocí en una verbena…Había terminado la carrera de derecho, y según mis padres, un buen partido…Antes de darme cuenta estaba en el altar vestida de blanco. Al año tuve una hija, luego otra y después otra, hasta que por fin nació el niño…Lo tenía todo, no me faltaba nada, pero…Sentía un vacío en mi interior que me desbordaba el alma…Durante la crianza de las niñas no lo notaba tanto, pero a medida que iban creciendo, la soledad de mis vacíos iban haciendo mella en mis ojos…ojos tristes y llenos de lágrimas, sobre todo cuando el chico se fue a estudiar la carrera de medicina fuera…Ahí fue cuando empecé a llorar a escondidas…Sentía pena de mí misma…era como si hubiera malgastado los mejores años de mi juventud entre pañales y sábanas vacías de pasión…No lo comprendí hasta ese momento que, asomada en la ventana, una suave brisa acarició mi rostro como si fuera aquél beso del ausente esposo…pues…Mi marido era un auténtico amante de su profesión, pero no mío, y eso fue lo que me armó de valor…Demasiada soledad me desbordó, o no estaba preparada para ser su esposa, el caso es que con tal que las chicas se independizaron hice las maletas y cada uno en su casa y Dios en la de todas…Después de dos relaciones infructuosa, me veo en brazos de un hombre, que aunque me hace sentir bien, no es mío del todo ya que está casado, por lo cual sólo podemos estar juntos una vez por semana, y por eso…Me pregunto hasta cuándo durará este amor tardío…pues…Tengo la sensación de volver a vivir una segunda juventud, esa que me fue arrebatada por los designios del destino, y ahora, en mitad del camino recorrido, temo que tarde o temprano todo se acabará…¿Porqué se tiene que acabar? Lo oigo rechistar en mi corazón…Sólo se acabará cuando tú lo decidas, estoy en tus manos…y yo que escucho el reclamo de su voz, me dejo abrazar como si fuera el último abrazo de mi vida…

 

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